jueves, 27 de diciembre de 2012

JESUS HIJO DE DIOS


LECCION PARA EL DOMINGO 30 DE DICIEMBRE

MATEO 22: 41-46
SALMO 89: 3-4
INTRODUCCION:
                             Los fariseos, herodianos y saduceos le habían presentado sus preguntas. Ahora Jesús invierte los papeles y les formula una pregunta bien interesante: quién pensaban que era el Mesías. Los fariseos sabían que el Mesías sería un descendiente de David pero no que también sería Dios mismo. Jesús usó el Salmo 110.1 para mostrarles que el Mesías era muy superior a David (Hebreos 1.13 emplea el mismo texto para probar la identidad de Jesús). La pregunta más importante que hemos de responder es qué creemos acerca de Cristo. Las demás preguntas espirituales son irrelevantes hasta que creemos que Jesús es quien dijo que es.
DESARROLLO:
                               El título más corriente del Mesías era Hijo de David. Detrás de él se ocultaba la expectación de que algún día llegaría un gran Príncipe de la dinastía de David que derrotaría a  los enemigos de Israel  y  conduciría  al  pueblo  a  la  conquista  de  todo  el  mundo.  Se  pensaba  en  el  Mesías corrientemente en términos de poder y de gloria nacionalista, política y militar. Este es otro intento que hace Jesús de alterar esa concepción.
Jesús les preguntó a los fariseos de quién entendían ellos que era hijo el Mesías; y contestaron como Él esperaba: < Hijo de David.» Jesús entonces les citó el Salmo 110:1: «El Señor dice a mi Señor: Siéntate a Mi diestra.» Todos estaban de acuerdo en que ese texto se refería al Mesías. En él, el primer Señor es Dios; y el  segundo Señor es el Mesías. Eso supone decir que David llama Señor al Mesías. Pero, si el Mesías es hijo de  David, ¿cómo pudo llamar David a su propio hijo Señor?
                ¿Qué quería decir Jesús? No podía querer decir más que una cosa: qué Su verdadera descripción es Hijo de Dios. Hijo de David no es un título adecuado; Hijo de Dios sí lo es. Y en ese caso, el mesiazgo no se ha de concebir en  términos de conquistas davídicas; sino en términos de amor divino  y  sacríficial.  Aquí,  pues,  Jesús  presenta  Sus  mayores  credenciales.  En  él  vino,  no  un conquistador  terrenal  que  repetiría  los  triunfos  militares  de  David,  sino  el  Hijo  de  Dios  que demostraría el amor de Dios sobre la Cruz.
Como  ya hemos visto, Después de silenciar a los herodianos, saduceos y fariseos, Cristo mismo hizo una pregunta (Mt 22.41–42), ¡y nadie pudo contestarle! Se refirió al Salmo 110.1 donde David le llama «Señor». Nótese que Cristo afirma que David escribió el Salmo, lo escribió inspirado por el Espíritu (v. 43), y lo escribió respecto a Cristo, el Hijo de David. Su pregunta fue: «Pues si David le llama Señor [que significa que es Dios], ¿cómo es su hijo?» (v. 45). La respuesta se la da en Mateo 1–2: el nacimiento virginal de Cristo. Como Dios eterno Cristo es el Señor de David, pero como Dios-Hombre, que vino en carne, es el Hijo de David.
Si los escribas y fariseos hubieran contestado a esta pregunta sincera y correctamente, hubieran tenido que reconocer el mesiazgo de Cristo. Pero en la dureza de su corazón rechazaron la verdad y acudieron a maneras más diabólicas para silenciar al Señor. Eran hijos del diablo (Jn 8.44); habían tratado con mentiras y habían fallado, ahora tratarían de matarlo.
Si usted lee todo el Salmo 110 notará que se refiere tanto al sumo Sacerdocio de Jesucristo, como a su conquista sobre sus enemigos. Pedro lo citó en Pentecostés (Hch 2.32–36) para demostrar la resurrección de Cristo, y también Hebreos 10.13 lo cita. Rechazado como Rey de los judíos, Cristo se volvió a los gentiles y llegó a ser el sumo Sacerdote de todos los que confían en Él. Cuando Él regrese a la tierra, hará de sus enemigos estrado de sus pies. Entretanto, pacientemente está esperando (Heb 10.13) hasta ese día de juicio y triunfo.
CONCLUSION:
                        Jesús mantiene su mesianidad y su ser Hijo de Dios teniendo como base la Escritura. Desde muy antiguo, la iglesia se vio confrontada a grandes ataques doctrinales que atentaban contra la deidad de nuestro Señor Jesucristo. Hoy, sectas como los testigos de Jehová (por nombrar alguna), o la teología moderna son los proponentes de un Jesús solamente humano o en el mejor de los casos un ser inferior al Dios Padre. Es debido a todos estos ataques satánicos por lo que debemos profundizar en nuestro conocimiento de las Escrituras, la cual nos testimonia a viva voz la encarnación del Verbo eterno, Jesucristo.


Siete clases diferentes de fariseos.
  1.- Estaba el fariseo del hombro. Era meticuloso en la observancia de la Ley, pero llevaba sus buenas  obras  siempre  al  hombro.  Buscaba  una  reputación  de  pureza  y  bondad,  verdad  que obedecía la Ley, pero con la finalidad de que lo miraran y admiraran los demás.
 2.- Estaba el fariseo espera- un- poco. Era el fariseo que siempre podía presentar una disculpa legalmente válida paro aplazar una buena obra. Profesaba el credo de los fariseos más rigurosos, pero siempre tenía una disculpa para quedarse atrás en la práctica. Hablaba mucho, pero obraba poco.
 3. Estaba el fariseo acardenalado y sangrante. El Talmud habla de la plaga de fariseos auto fastidiantes. Recibieron estos nombres por la siguiente razón. Las mujeres ocupaban el estrato más bajo en la escala social en Palestina. Ningún rabino que se apreciara sería sorprendido hablando con una mujer en público, aunque fuera su mujer  o su hermana. Estos fariseos llegaban todavía más lejos; no se permitirían ni siquiera mirar a una mujer por la calle.
 4.-Estaba el fariseo que se describía diversamente como el fariseo del mortero con su mano, o el fariseo de la joroba, o el fariseo tambaleante. Los tales andaban con tal apariencia de humildad que iban torcidos como la mano del mortero en el mortero, o como jorobados. Eran tan  humildes que ni siquiera levantaban los pies del suelo, lo que los hacía tropezar en todos los obstáculos que se encontraran.
 5.-Estaba el fariseo siempre contabilizante o contador. Esta clase de fariseo siempre estaba llevando la cuenta de sus buenas obras, haciendo el balance entre sí mismo y Dios, y creía que a cada buena obra suya ponía a Dios un poco más en deuda con él.
 6.-Estaba el fariseo tímido o timorato. Siempre tenía miedo del castigo divino. Por tanto, siempre estaba limpiando  lo  de fuera del vaso y el plato, para parecer siempre bueno. Veía la religión en términos de juicio, y la vida en términos de una evasión aterrada de este juicio.
 7.-Finalmente estaba el fariseo temeroso de Dios. Era el fariseo que real y verdaderamente amaba a Dios y se deleitaba en obedecer la Ley de Dios, por muy difícil que fuera.

martes, 25 de diciembre de 2012

SI AMA A DIOS, AMARÁ A SU PROJIMO


LECCION PARA EL DOMINGO 23 DE DICIEMBRE

MATEO 22: 34 – 40
MARCOS 12: 29-30
INTRODUCCION:
                               Uno podría pensar que los fariseos se alegraron al ver silenciados a los saduceos. La pregunta con la que los saduceos siempre los atrapaban había sido al fin contestada por Jesús. Pero los fariseos eran demasiado orgullosos para mostrarse impresionados. La respuesta de Jesús les daba una victoria teológica sobre los saduceos, pero estaban más interesados en acaban con Jesús que en aprender una verdad.
Los fariseos, que habían logrado clasificar unas seiscientas leyes, con frecuencia trataban de distinguir entre lo más importante y lo menos importante. Jesús citó Deuteronomio 6.5 y Levítico 19.18. Al cumplir estos dos mandamientos, una persona cumplía las restantes, ya que resumen los Diez Mandamientos y las otras leyes morales del Antiguo Testamento.

DESARROLLO:
                               En Mateo, esta pregunta parece más bien la vuelta de los fariseos al ataque; pero en Marcos; la atmósfera es diferente. Según nos cuenta Marcos la historia, Marcos 12:28- 34, el escriba no Le hizo esta pregunta a Jesús para hacerle caer. Se la dirigió en señal de aprobación por lo que había dicho, y para ofrecerle a Jesús la oportunidad de contestar correctamente otra vez. Y al final del pasaje el escriba y Jesús están muy cerca.
1.       La religión consiste en amar a Dios. El versículo que Jesús cita es Deuteronomio 6: 5. Ese versículo era parte  de la semá, el credo básico y esencial del judaísmo; la frase con la que empiezan todos los cultos judíos, y el primer texto que todos los niños judíos aprenden de memoria. Esto quiere decir que hay que darle a Dios un amor total, un amor que domine nuestras emociones, que deja nuestros pensamientos y que sea la dinámica de nuestras acciones. La religión empieza con el amor que es la entrega tal de la vida a Dios.
2.       El segundo mandamiento que cita Jesús procede de Levítico 19:18. Nuestro amor a Dios debe desembocar en el amor a nuestros semejantes. Pero debe notarse el orden en que aparecen estos mandamientos. El amor a Dios es primero, y el amor a los hombres, segundo. Solo cuando amamos a Dios podemos amar a nuestros semejantes. La enseñanza bíblica acerca del hombre no es que el hombre es una colección de elementos químicos, ni parte de la creación animal, sino una criatura que está hecha a la imagen de Dios (Génesis 1:26s). Es por esta razón por la que debe amarse a los semejantes. La verdadera base de toda democracia, es de hecho el amor de Dios. Suprimid el amor de Dios, y podemos airarnos con el hombre por su torpeza para aprender; podemos volvemos pesimistas  por  su   dificultad,  para  mejorar;  podernos  insensibilizarnos  ante  la  mecánica  de  su pensamiento, el amor al ser humano está profundamente enraizado en el amor de Dios.
Ser verdaderamente religioso es amar a Dios y amar a los seres humanos que Dios ha hecho a Su imagen; y  amar a Dios y a la humanidad, no con un sentimentalismo nebuloso, sino con esa entrega total que conduce a la devoción a Dios y al servicio práctico a los seres humanos.
Nunca podemos separar el amor a Dios del amor al prójimo; y al revés, el amor al prójimo del amor a Dios.

CONCLUSION:
                               Quien dice amar a Dios, amará a su prójimo. Los fariseos pensaban que con su religiosidad estaban demostrando un genuino amor por Dios. Para ellos era totalmente razonable separar el amor a Dios, de una relación con el prójimo. Esto es lo que a la larga produce la religiosidad; podemos ser engañados creyendo que lo único que necesitamos es amar a Dios, pasando por alto las relaciones con nuestros semejantes. Mas hacer esto es contradecir la ley de Dios -como hacían los fariseos al odiar a Jesús- pues nuestro amor por Dios es falso si no amamos a nuestro hermano. El hombre que ama a Dios, reflejará ese amor a los que le rodean; de no ser así, todo es nada más que hipocresía, vana religiosidad.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

EN EL CIELO NO ES COMO EN LA TIERRA


LECCION PARA EL DOMINGO 16 DE DICIEMBRE

MATEO 22: 23-33
1 CORINTIOS 15: 42
INTRODUCCION:
                                   Como los fariseos y herodianos no pudieron atrapar a Jesús, los saduceos con disimulo lo intentaron. No creían en la resurrección porque el Pentateuco (Génesis a Deuteronomio) no tiene una enseñanza directa al respecto. Los fariseos no habían podido hacer uso de un argumento convincente tomado del Pentateuco para defender la resurrección, y los saduceos pensaron que tenían atrapado a Jesús. Pero este les demostró lo contrario.
La ley decía que cuando el esposo moría sin dejar un hijo, el hermano soltero del hombre tenía la responsabilidad de casarse con la viuda y cuidarla (Deuteronomio 25.5, 6). Así protegían a esas mujeres, que por lo general no tenían otros medios para vivir.

DESARROLLO:
                                   ¿Quiénes eran los Saduceos? Ver al final.
 Los saduceos preguntaron cómo sería el matrimonio en la eternidad. Jesús les respondió que era más importante comprender el poder de Dios que conocer cómo será el cielo. En cada generación y cultura, los puntos de vista acerca del cielo o la vida eterna tienden a basarse en imágenes y experiencias de la vida presente. Jesús manifestó que estos puntos de vista errados, tienen como origen el desconocimiento de la Palabra de Dios. No debemos considerar la eternidad enmarcada en nuestras ideas ni entender a Dios en términos humanos. Debiéramos concentrarnos más en nuestra relación con Dios que en saber cómo es el cielo. Con el tiempo lo sabremos, y veremos que es infinitamente mejor que nuestras expectativas.
            Los saduceos presentaron un problema que ellos creían reduciría al absurdo la doctrina de la resurrección de los muertos. Los saduceos citaron un caso de matrimonio de levirato en el que siete hermanos fueron muriendo sucesivamente sin dejar descendencia, aunque casándose con la misma mujer, y entonces preguntaron: «Cuando tenga lugar la  Resurrección, ¿de quién será esposa la mujer que estuvo casada con todos?» Era una trampa de pregunta.
            Jesús  empezó  estableciendo  un  principio:  Toda  aquella  cuestión  se  basaba  en  un  error fundamental, el de pensar que el Cielo es como la Tierra, y la vida en la eternidad es como la vida en el tiempo. La respuesta de Jesús fue que cualquiera que lea las Escrituras se dará cuenta de que ese problema no existe; porque el Cielo no va a ser simplemente la continuación o la extensión de este mundo. Habrá relaciones nuevas y mejores que trascenderán las relaciones físicas del tiempo.
De ahí pasó Jesús a demoler toda la posición de los saduceos. Habían mantenido siempre que no había ningún  texto  en el Pentateuco que se pudiera usar para demostrar la Resurrección de los muertos. Ahora bien, ¿cuál era  el  título más corriente de Dios en el Pentateuco? « El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob.» Dios no puede  ser un Dios de muertos, y de cadáveres en pudrición. El Dios viviente tiene que ser el Dios de los vivientes. La posición de los saduceos quedó demolida. Jesús había hecho lo que no habían conseguido hacerlos rabinos más sabios. Refutó a los saduceos con textos de la misma Escritura, y demostró que hay una vida después de la muerte que no se puede concebir en términos terrenales. La gente se admiró de un Hombre que era un maestro de la discusión, y hasta los mismos fariseos tendrían que contenerse para no vitorearle.

CONCLUSION:
                        Es importante analizar los motivos de nuestras discusiones teológicas. ¿Son sinceros o tienen como objetivo hacer caer a alguien en una trampa? Los líderes quieren atacar a Jesús para que cometa algún error. Pero Jesús no sucumbe ante ningún engaño. En vez de defenderse, como ellos esperaban, les responde con sabiduría divina:
- Si ellos pretenden una preocupación acerca de los impuestos, deben preocuparse si están sirviendo a Dios.
- Si encuentran que la resurrección no encaja con sus pensamientos terrenales, muestran que no saben nada de la vida futura, ni conocen las Escrituras.
- Si quieren saber cómo es el mandamiento primero (más importante), para mostrar que Jesús no está cumpliéndolo por hacerse Hijo de Dios, muestran que ellos mismos no cumplen la ley de Dios por su odio hacia su prójimo, Jesús.

¿QUIENES ERAN LOS SADUCEOS?
Los saduceos no eran muy numerosos, pero eran la clase rica, aristocrática y gobernante. Los principales  sacerdotes, por ejemplo, eran saduceos. En política eran colaboracionistas; totalmente dispuestos a cooperar con el gobierno romano si así podían conservar su posición y privilegios.
Los saduceos insistían en que la doctrina de la vida después de la muerte no se podía demostrar con el  Pentateuco.  Los fariseos decían que sí, y eran curiosos los versículos que citaban como pruebas. Citaban Números 18:28, que dice: «Dad la ofrenda del Señor al sacerdote Aarón.» Esa es una ordenanza de carácter permanente. El verbo está en el tiempo presente; ¡por tanto Aarón está todavía vivo! Citaban Deuteronomio 31:16 como prueba de  la  Resurrección « Y este pueblo se levantará,» aunque la segunda mitad del versículo prosigue: «para prostituirse tras los dioses ajenos de la tierra.» Citaban Deuteronomio 32:39: «Yo hago morir, y Yo hago vivir.» Fuera del Pentateuco citaban Isaías 26:19: «Tus muertos vivirán.» No se puede decir que ninguna de las citas de los fariseos fuera concluyente; y no se había podido presentar nunca ningún argumento real a favor de la Resurrección de los muertos basado en el Pentateuco.
Los fariseos insistían mucho en la resurrección del cuerpo. Discutían detalles rebuscados, tales como si se resucitaría vestido o desnudo; si vestido, ¿resucitaría uno con la ropa que tenía puesta cuando murió, o con otra? Usaban 1 Samuel 28:14 (el pasaje de la pitonisa de Endor que hizo subir el espíritu de Samuel a petición de Saúl)  para demostrar que después de la muerte las personas conservan la apariencia que tuvieron en este mundo. Hasta discutían si las personas resucitaban con los defectos físicos; ¡si no fuera así, no serían las mismas personas! Todos los judíos resucitarían en la Tierra Santa, así es que decían que había pasillos bajo la tierra y, cuando enterraban a un judío en una tierra extranjera, su cuerpo venía rodando por esos pasillos hasta la patria. Los fariseos mantenían como doctrina fundamental la Resurrección corporal de los muertos. Los saduceos la negaban totalmente.

jueves, 6 de diciembre de 2012

DOBLE CIUDADANIA


LECCION PARA EL DOMINGO 09 DE DICIEMBRE

MATEO 22: 15 – 22
ROMANOS 13: 6-7
INTRODUCCION:
                               Los fariseos, un grupo religioso, se oponían a la ocupación romana en Palestina. Los herodianos eran un partido político judío que apoyaba a Herodes Antipas y la política instituida por Roma. Normalmente, estos dos grupos eran enemigos enconados, pero se unieron contra Jesús. Juntos, varios representantes de estos dos grupos preguntaron a Jesús en cuanto al pago de impuestos a Roma, pensando que podrían arrinconarlo. Si Jesús manifestaba estar de acuerdo con que se pagara impuestos al César, los fariseos dirían que se oponía a Dios, el único Rey que reconocían. Si Jesús decía que no debían pagar impuestos, los herodianos lo entregarían a Herodes por rebelión. A los fariseos no los impulsaba el amor a las leyes de Dios, y los herodianos no estaban motivados por el amor a la justicia romana. La respuesta de Jesús puso al descubierto sus motivos malvados y los avergonzó.
DESARROLLO:
                               Había, tres impuestos regulares que cobraba el gobierno romano. Estaba el impuesto de la tierra, que  tenían  que pagar  los labradores al gobierno, y que era un décimo del grano y un quinto del vino y del aceite que  produjeran; este impuesto se pagaba parcialmente en especie, y parcialmente en  el dinero equivalente. Estaba el impuesto sobre la renta,  que era el 1 por  ciento de los ingresos de cada persona. Estaba el impuesto de capitación, este, lo tenían que pagar todos, los varones desde la edad de 14 años hasta la de 65 años, y todas las mujeres desde los 12 hasta los 65 años; era de 1 denarius  eso era lo que Jesús llamó la moneda del tributo, y era el equivalente de unas 15 pesetas, cantidad que hay que evaluar recordando que 10 pesetas era  el jornal medio de un obrero. El impuesto que se menciona aquí era el de capitación.
La seriedad de este. ataque se muestra en el hecho de que los fariseos y los herodianos se pusieron de acuerdo para presentarlo, porque normalmente estos dos partidos eran diametralmente opuestos. Los fariseos eran los supremamente ortodoxos, que resentían el pago del impuesto a un rey extranjero como una ofensa al derecho de Dios. Los herodianos eran el partido de Herodes, rey de Galilea, que les debía su poder a los romanos, y que funcionaba mano a mano con ellos. Los fariseos  y  los  herodianos  eran  unos  cómplices  de  lo  más  extraños;  olvidaron  .sus  diferencias movidos por un odio común a Jesús y el deseo común de eliminarle. Cualquiera que insista en su manera de ver las cosas, sea cual sea., odiará a Jesús.
Después de la destrucción del templo, el gobierno romano demandó que ese impuesto se pagará al templo de Júpiter Capitolino en Roma. Está claro que esa disposición les  revolvía el estómago a todos los judíos. El asunto de los impuestos era un problema real durante el ministerio de  Jesús, y seguía siéndolo en los días de la Iglesia Primitiva.
Pero Jesús fue sabio. Pidió que le enseñaran un denarius, que estaba estampado con la efigie del emperador. El acuñar moneda era una señal de soberanía. Tan pronto como un rey subía al trono acuñaba su propia moneda. Hasta un pretendiente producía moneda para mostrar la realidad de su realeza; y esa moneda se consideraba propiedad del rey cuya imagen llevaba. Jesús preguntó de quién era la imagen de la moneda. La respuesta fue que  de César. < Bien; pues entonces dijo Jesús, devolvédsela a César; es suya. Dadle a César lo que le pertenece, y dadle a Dios lo que Le pertenece.»
En Su sabiduría incomparable, Jesús nunca estableció reglas ni normas; por eso Su enseñanza es atemporal, y nunca pierde su actualidad. Jesús siempre establecía principios. Aquí establece uno sumamente grande e importante.
Todo cristiano tiene una doble nacionalidad. Es ciudadano de un país, en el que está viviendo. A ese país le debe muchas cosas. Le debe la seguridad frente a personas sin ley que solamente puede proveer un gobierno organizado; le debe todos los servicios públicos. Para poner un ejemplo, pocas personas son lo suficientemente ricas como para  tener su propio sistema de iluminación, o de limpieza,  o de provisión  de agua.  Estos son  servicios  públicos.  En  el  estado del bienestar, el ciudadano le debe al estado todavía más: enseñanza, servicios médicos, provisión en  caso de desempleo y jubilación. Esto coloca al cristiano en una deuda de obligación. Porque el cristiano es una  persona de honor, debe ser un ciudadano responsable. El fallar como ciudadano es también fallar como cristiano.
El cristiano es también un ciudadano del Cielo. Hay asuntos de religión y dé principio en los que la responsabilidad del cristiano es para con Dios. Bien puede ser que las dos ciudadanías nunca entren en conflicto. No tienen por qué. Pero cuando el cristiano está convencido de que es la voluntad de Dios que haga algo, debe hacerlo; o si está convencido de que algo es contra la voluntad de Dios, debe oponerse a ello, y no participar en ello.
CONCLUSION:
                               Es importante analizar los motivos de nuestras discusiones teológicas. ¿Son sinceros o tienen como objetivo hacer caer a alguien en una trampa? Los líderes quieren atacar a Jesús para que cometa algún error. Pero Jesús no sucumbe ante ningún engaño. En vez de defenderse, como ellos esperaban, les responde con sabiduría divina: Si ellos pretenden una preocupación acerca de los impuestos, deben preocuparse si están sirviendo a Dios.

sábado, 1 de diciembre de 2012

UNA INVITACIÓN A CONSIDERAR


LECCION PARA EL DOMINGO 02 DE DICIEMBRE


MATEO 22: 1- 14
APOCALIPSIS 19: 7
INTRODUCCION:
                               El Padre llamó a los invitados (Israel) para que disfrutaran de las bendiciones por causa de su Hijo. Sin embargo, la nación despreció las invitaciones: el versículo 3 quizás indica la invitación de los apóstoles cuando el Señor estaba en la tierra; y los versículos 4–6 la invitación durante los primeros capítulos de Hechos, cuando el mensaje fue ofrecido nuevamente a los judíos. Israel resistió al Espíritu (Hch 7.51–52) y esto acarreó el juicio nacional, incluyendo la ruina de Jerusalén (v. 7). Entonces el Rey se volvió a los gentiles, como ocurrió en Hechos 10, después que la nación selló su decisión al matar a Esteban y perseguir a la Iglesia.

DESARROLLO:
                               Estos versículos, 1-14 de este capítulo,  no contienen una parábola, sino dos  y captaremos su significado mucho más fácilmente y de una manera más completa si las tomamos por separado.
Los acontecimientos que se relatan en la primera de las dos parábolas están totalmente de acuerdo con las costumbres judías normales. Cuando se hacían las invitaciones a una gran fiesta, como una fiesta de bodas, no se  especificaba cuándo tendría lugar; y cuando ya todo estaba preparado, se enviaban los siervos con la notificación final para decirles a los invitados que vinieran. Así que, el  rey de esta parábola hacía tiempo que había hecho las invitaciones; pero mandó aviso a los invitados de que ya podían venir cuando ya todo estuvo preparado y se negaron de una manera insultante. Esta parábola tiene dos significados.
1.- Tiene un significado claramente local: remachaba lo que ya se había dicho en la parábola de los labradores  malvados; de nuevo se trataba de una acusación a los judíos. Los invitados que se negaron a ir cuando llegó el momento representan a los judíos. Desde tiempo inmemorial Dios los había invitado a ser Su pueblo escogido; sin  embargo, cuando vino al mundo el Hijo de Dios, y fueron invitados a seguirle, se negaron despectivamente. El resultado fue que la invitación de Dios se hizo por los caminos y los senderos; y los que iban por ellos representan a los pecadores y a los gentiles que no esperaban nunca una invitación al Reino.
2.- También, esta parábola tiene mucho que decir en una escala mucho más amplia.
·         Nos recuerda que la invitación de Dios es a una fiesta tan alegre como una fiesta de bodas. Su invitación es a la alegría. El considerar el Cristianismo como una renuncia  a todo lo que trae risa y regocijo y gozosa compañía es confundir  toda su naturaleza. Es al gozo a lo que se invita al cristiano; y es el gozo lo que se pierde si se rechaza la invitación.
·         Nos recuerda que, las cosas que hacen a las personas sordas a la invitación de Cristo, no son necesariamente  cosas  malas.  Un  hombre  se  fue  a  su  hacienda;  otro,  a  sus  negocios.  No  se descarriaron por caminos de vicios  salvajes o de aventuras inmorales. Fueron a ocuparse de las excelentes tareas de la administración eficaz del negocio de su vida comercial. Es muy fácil estar tan ocupado con las cosas del tiempo que se olvidan las de la eternidad, estar tan preocupado con las cosas que se ven que se olvidan las que no se ven, escuchar las demandas insistentes del mundo que no se oye la suave invitación de la voz de Cristo. Una  persona  puede  estar  tan  ocupada  ganándose honradamente la vida que no se da cuenta de que está realmente perdiendo la vida; puede estar tan ocupada con la administración y organización de la vida que se olvida de vivir.
·         Nos recuerda que la llamada de Cristo no es tanto a considerar el castigo que se nos viene encima como a ver lo que nos perderemos si no seguimos Su camino. Los que no quisieron ir fueron castigados, pero su verdadera tragedia fue que se perdieron la alegría de una fiesta de bodas.
Fue  la gracia la que ofreció la invitación, y la que congregó a aquellos invitados.



CONCLUSION:
                         Las bodas fueron llenas de invitados. No obstante, cuando el rey entra para ver a los invitados, ve allí a un hombre que no estaba vestido de boda, al cual le dijo: “Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas el enmudeció". Esta persona aceptó la invitación, quiso participar en la fiesta, pero no se vistió apropiadamente para las bodas. Esto muestra que él no tuvo respeto hacia el rey; espiritualmente significa una vida sin cambio, sin sujeción a las normas de Dios, sin una vida santa. Es decir: algunos quieren recibir todas las bendiciones de Dios, pero no vivir conforme a su voluntad.
Estamos invitados a la fiesta de Dios, pero no podemos entrar a su reino sin estar preparados.

lunes, 19 de noviembre de 2012

SI RECHAZAMOS SU GRACIA, RECHAZAMOS A DIOS


LECCION PARA EL DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE

MATEO 21: 33-46
ROMANOS 10: 20-21
INTRODUCCION:
                               Los personajes principales en esta parábola son
(1) el dueño: Dios,
(2) la viña: Israel,
(3) los labradores: los líderes religiosos judíos,
(4) los agentes: los profetas y sacerdotes que permanecieron fieles a Dios y predicaron a Israel,
(5) el hijo: Jesús (21.38),
(6) los otros labradores: los gentiles.
Jesús estaba poniendo al descubierto el complot asesino de los líderes (21.45).

DESARROLLO:
                               Esta parábola tiene mucho que decirnos en tres direcciones:
1.- Tiene mucho que decirnos acerca de Dios.
·         Dice que Dios confió en los hombres. El propietario de la viña se la confió a los labradores. No les estuvo vigilando todo el tiempo; se marchó del país, y los dejó a cargo de su tarea. Dios nos concede a los humanos el honor de confiarnos Su trabajo. Cualquier tarea en que nos ocupemos nos ha sido encomendada por Dios.
·         Habla de la paciencia de Dios. El propietario mandó un mensajero tras otro. No se presentó repentinamente para vengarse cuando el primer mensajero fue maltratado. Les dio a los agricultores oportunidad tras oportunidad para que respondieran a su requerimiento. Dios tiene paciencia con las personas a pesar de sus pecados y no quiere descartarlas.
·         Habla del juicio de Dios. Por último, el propietario de la viña se la quitó a los agricultores y se la entregó a otros.  El  juicio severo de Dios tiene lugar cuando nos quita la tarea que nos había encomendado. Una persona ha llegado a su más bajo nivel cuando ha dejado de serle útil a Dios.
2.- Tiene mucho que decirnos acerca de las personas:
·         Habla del privilegio humano. La viña estaba perfectamente equipada con la cerca, el lagar, la torre, cosas que les facilitarían la tarea a los agricultores, y les permitirían cumplirla bien. Dios no solamente nos da una tarea; también nos da los medios para realizarla.
·         Habla de la libertad humana. El propietario dejó que los agricultores hicieran su tarea como quisieran. Dios no es un capataz tirano; es como un comandante sabio que asigna sus servicios a sus hombres y confía en que los cumplan.
·         Habla de la responsabilidad humana. A todas las personas les llega el día de rendir cuentas. Tenemos que  responder de la manera en que hemos llevado a cabo la tarea que Dios nos ha asignado.
·         Habla de la deliberación del pecado humano. Los labradores llevaron a cabo una táctica consciente de  rebelión y desobediencia con el amo. El pecado es la voluntaria oposición a Dios; consiste en seguir nuestro propio camino cuando sabemos muy bien cuál es el camino de Dios.
3.- Tiene mucho que decirnos acerca de Jesús:
·          Nos habla de las credenciales de Jesús. Nos muestra con total claridad a Jesús colocándose por encima de la sucesión de los profetas. Los que habían venido antes que Él eran mensajeros de Dios; no se les podía negar ese honor; pero eran siervos. Él era el Hijo. Esta parábola contiene una de las más claras presentaciones que Jesús hizo nunca de ser único, de ser diferente hasta de los más grandes de los que Le habían precedido.
·         Nos habla del sacrificio de Jesús. Deja claro que Jesús sabía lo que Le esperaba. En la parábola, las manos de los malvados mataron al hijo. Jesús no tuvo nunca la menor duda acerca de lo que Le esperaba. Él no murió porque no tuviera más remedio; fue a la muerte voluntariamente y con los ojos abiertos.


CONCLUSION:
                               Nadie puede jactarse de pertenecer al pueblo de Dios, si no produce los frutos de este reino. Los líderes judíos estaban convencidos de pertenecer al reino de Dios, ya que esto les era lógico siendo ellos el pueblo de la alianza. Pero cuando vino el rey de este reino no le reconocieron, al contrario, atentaron contra Él. Al rechazar a Jesús dejaron al descubierto que no eran parte del reino de Dios, pues sólo buscaban su propia gloria, y no la gloria de Dios que es honrar a su Hijo, Jesús. Esta es una advertencia para nosotros, pues nuestra confianza de pertenecer al reino de Dios no debe estar fundada sobre la base de una membresía, o de años de servicio en la iglesia, sino en la obediencia plena a Jesucristo.
En su deseo de alcanzarnos con su amor, Dios envió a su Hijo. Su vida perfecta, sus palabras de verdad y su sacrificio de amor fueron para motivarnos a que lo escuchemos y sigamos como Señor. Si rechazamos su gracia, rechazamos a Dios.

jueves, 15 de noviembre de 2012

ES MEJOR OBEDECER


LECCION PARA EL DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE

MATEO 21: 28-32
1 SAMUEL 15: 22


INTRODUCCION:
                               Aquí vemos a Israel como un hijo desobediente a su Padre. La viña habla de Israel (Is 5.1–7; Sal 80.8–16). Al rechazar a Juan el Bautista los judíos desobedecieron al Padre que le envió. Los pecadores, sin embargo, ¡oyeron a Juan y entraron en el reino de Dios!
El sentido de esta parábola está claro como el agua. Los dirigentes judíos eran los que decían que obedecerían a  Dios, pero no lo hicieron; los publicanos y las rameras eran los que decían que vivirían su vida, pero siguieron el camino de Dios.

DESARROLLO:
                               La clave de la interpretación correcta de esta parábola está en que no alaba realmente a ninguno de los dos hijos. Nos presenta el retrato de dos clases de personas muy imperfectas, de las que una clase es sin embargo mejor que la otra. Ninguno de los dos hijos de la parábola era la clase de hijo que le produce una gran satisfacción y alegría a su padre. Los dos dejaban mucho que desear; pero el que al final obedeció era incalculablemente mejor que el otro. El  hijo ideal habría sido el que aceptara las órdenes del padre con obediencia y respeto, y que las cumpliera sin  discusión ni demora. Pero hay verdades en esta parábola que van más allá de la situación en que se pronunció por primera vez.
Nos dice que hay dos clases de personas muy corrientes en este mundo. La primera son las personas cuya profesión es mucho mejor que su práctica. Prometen y se comprometen a cualquier cosa; hacen grandes alardes de piedad y de fidelidad; pero se quedan muy atrás en la práctica y el cumplimiento. La segunda son aquellos cuya práctica es mucho mejor que su profesión. Pretenden ser inflexibles materialistas hasta la médula, pero a veces los descubrimos haciendo cosas amables y generosas casi en secreto, como si les diera vergüenza. Profesan no tener ningún interés en la iglesia ni en la religión, y sin embargo, cuando se llega al grano, viven vidas más cristianas que muchos que se confiesan cristianos.
La verdadera lección de la parábola es que, aunque la segunda clase es con mucho preferible a la primera, ninguna de las dos es perfecta. La persona realmente buena es aquella en que se dan en armonía la profesión y la práctica. Además, esta parábola nos enseña que las promesas no pueden nunca ocupar el lugar de las obras, y que las  palabras bonitas nunca pueden sustituir a las buenas obras. El hijo que dijo que iría, y no fue, tenía todos los síntomas de la cortesía y del respeto. Al contestar a su padre le llamó << señor» con todo respeto; pero la cortesía que no pasa de palabras es totalmente ilusoria. La verdadera cortesía es la obediencia voluntaria y agradablemente otorgada. Por otra parte, la parábola nos enseña que uno puede echar a perder muy fácilmente lo bueno que haga por la manera como lo haga. Puede hacer una cosa que esté bien con una falta de gracia y de agrado que echa a perder toda la obra. Aquí aprendemos que la manera cristiana está en la promesa y en su cumplimiento, y que la señal del cristiano es  la obediencia cortés y amablemente cumplida.
Ahora, si hay algo que la humanidad ha buscado es hacer lo que cada quien quiere, sin embargo esto no es posible dado que la creación misma nos declara que existe un orden en todas las cosas, podemos ver que los cuerpos celestiales y aún lo más pequeños están sujetos a leyes que los rigen y mantienen el orden en la creación.

 CONCLUSION:
                               Para hacer una correcta interpretación debemos identificar el motivo para decir la parábola y la enseñanza que contiene.
1.       Motivo. El encuentro del Señor Jesucristo con los sacerdotes y ancianos del pueblo (Mt 21:23 Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?) . El objetivo de estos sacerdotes era quitarle la autoridad para así justificar la desobediencia a sus palabras y demandas. Estos hombres menospreciaban la autoridad de Jesús y no se sentían comprometidos a obedecerle. Por tanto, Jesús utiliza una parábola para demostrarles su actitud.
2.       Enseñanza. El reconocimiento de la autoridad es haciendo en la práctica lo solicitado. Jesús enfrenta a estos religiosos a que no solamente las palabras son suficientes para mostrar la obediencia a la autoridad, sino que los hechos determinarán si se ha obedecido o no. Ellos sabían las demandas de Dios y públicamente asentían a las mismas, pero en la práctica no era cierto y Jesús se los demuestra enfrentándolos ya que no habían obedecido a Dios por medio de su siervo Juan, quien preparo el camino para el Mesías.

jueves, 8 de noviembre de 2012

JESUS ES DIOS

LECCION PARA EL DOMINGO 11 DE NOVIEMBRE


MATEO 21: 23-27
JOB 38: 33
INTRODUCCION:
                               En el mundo de Jesús, así como en el nuestro, la gente buscaba la señal exterior de autoridad: educación, título, posición, conexiones. Pero la autoridad de Jesús provenía de su esencia, de lo que era, y no de ningún adorno exterior o superficial. Como seguidores de Cristo, Dios nos ha dado autoridad: podemos hablar y actuar confiadamente en su nombre porque tenemos su autorización. Los fariseos querían saber de dónde tenía Jesús autoridad. Si decía que de Dios, lo acusaban de blasfemia. Si decía que actuaba en su propia autoridad, la multitud se convencería de que los fariseos tenían una autoridad superior. Pero Jesús les contestó con una pregunta que parecía no tener nada que ver con el asunto, pero que ponía de manifiesto sus verdaderos motivos. Ellos en realidad no querían una respuesta sino atraparlo. Jesús demostró que los fariseos usaban la verdad sólo si esta apoyaba sus puntos de vista y causas.
DESARROLLO:
                               Una delegación del sanedrín pregunta a Jesús por la procedencia de su autoridad. Esto es un cambio de táctica, ya que antes dijeron que su autoridad venía de Beelzebú. Jesús responde con una contra-pregunta: "El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo (ordenado por Dios), o de los hombres (ordenado por hombres)?" El secreto de su autoridad es el mismo que el de Juan. De la manera en que Juan fue enviado por Dios, así también Jesús. Sin embargo, Jesús es mayor, ya que Él es el cumplimiento y la realización de la profecía de Juan. El rechazo de Jesús por parte de los sacerdotes y ancianos es un progreso en el endurecimiento.       
Por miedo al pueblo no pueden responder, así que el Señor tampoco responde más, y pone en evidencia lo malo de su actitud
Ahora, Cuando pensamos en las cosas extraordinarias que Jesús había estado haciendo, no podemos sorprendernos de que las autoridades judías Le preguntaran qué derecho tenía para hacerlas. En aquel momento, Jesús no estaba dispuesto a darles la respuesta directa de que Su autoridad venía del hecho de ser Hijo de Dios. El hacerlo habría supuesto precipitar el fin. Había obras que todavía tenía que realizar; y enseñanza que tenía que impartir.
A veces requiere más coraje esperar el momento oportuno que lanzarse sobre el enemigo y precipitar el final. Para Jesús todo tenía que suceder en el tiempo de Dios. Y aún no había llegado la hora en que había de producirse el desenlace final de toda Su misión en el mundo.
CONCLUSION:
                               De 21.23 a 23.39 Cristo está en el templo contendiendo con los líderes. En 24.1 sale del templo y ¡nunca más vuelve a entrar allí! «Icabod» estaba ahora escrito sobre el templo: «Traspasada es la gloria» (1 S 4.19–22). Por supuesto, los judíos cuestionaron su autoridad y Él les llevó al ministerio de Juan el Bautista. ¿Por qué? Porque ellos sabían que Juan dijo la verdad, y sin embargo le rechazaron. Dios no revela la nueva verdad hasta que obedezcamos la que ya ha revelado. Habiendo rechazado a Juan, los judíos no merecían una respuesta de parte de Jesús.


la ultima semana de Jesus segun San Marcos

miércoles, 31 de octubre de 2012

FRUTOS Y FE


LECCION PARA EL DOMINGO 04 DE NOVIEMBRE

MATEO 21: 18-22
JUAN 14: 13
INTRODUCCION:
                               Mateo 24.32–33 y Lucas 13.6–10 dejan entrever que la higuera es una figura para referirse a Israel. Esta higuera tenía hojas pero no fruto, ilustrando a Israel con su «espectáculo de religión» externa, pero sin frutos. No fue un acto apresurado motivado por la ira, sino una parábola escenificada. Jesús estaba expresando su enojo contra una religión sin sustancia. Así como la higuera tenía buen aspecto de lejos pero al examinarla de cerca no tenía frutos, el templo impresionaba a primera vista, pero sus sacrificios y otras actividades eran vacíos porque no se ofrecía adoración sincera a Dios (véase 21.43). Si usted sólo aparenta tener fe sin acompañarla de obras, se parece a la higuera que se secó y murió porque no dio frutos. La fe genuina incluye el dar frutos para el Reino de Dios.
DESARROLLO:
                               Este es tal vez el pasaje que nos hace sentir más incómodos de todo el Nuevo Testamento. Si lo tomamos literalmente, nos muestra a Jesús en una acción que es incompatible con todo lo que creemos de Él. Debemos, por tanto, acercarnos a este pasaje con un sincero deseo de descubrir la verdad que contiene.
Supongamos, que Jesús iba de camino a Jerusalén. Junto al camino vio un árbol frondoso. Era perfectamente  legítimo coger higos, si hubiera habido   algunos. La ley  judía lo permitía (Deuteronomio 23:34s).
Jesús se acercó a la higuera sabiendo muy bien que no podía tener fruto, y sabiendo muy bien que algo raro le pasaría para tener ese aspecto. Podría ser una de dos cosas. La higuera podría haber vuelto a su estado silvestre, como les sucede a los rosales que se vuelven a veces escaramujos. O podría ser un árbol enfermo de algo. Entonces Jesús dijo: «Este árbol nunca producirá fruto; de seguro que se secará.» Era el  diagnóstico de Alguien que conocía la Naturaleza. Y al día siguiente se confirmó que el diagnóstico de la experta mirada de Jesús era perfectamente correcto.
Si esta fue una acción simbólica, tenía por finalidad enseñar algo. Lo que pretendía enseñar eran dos cosas acerca de la nación judía.
A).-Enseñaba que la inutilidad invita al desastre. Esa es una ley de vida. Cualquier cosa que es inútil lleva  camino  de ser eliminada; todas las cosas pueden justificar su existencia solamente cumpliendo el fin para el que fueron creadas. La higuera era inútil; por tanto, estaba condenada.
La nación de Israel había sido creada con un solo propósito: que de ella viniera el Ungido de Dios. Él había venido; la nación había fracasado al no reconocerle; más: estaba a punto de crucificarle. La nación había fracasado en su propósito, que era recibir y reconocer al Hijo de Dios; por tanto estaba condenada.
El fracasar en la realización del propósito de Dios trae como consecuencia el desastre. Cualquier persona es juzgada en el mundo en términos de utilidad. Aun si una persona está impedida en la cama, puede ser de la mayor utilidad por su paciente ejemplo y su oración.
Nadie tiene por qué ser inútil; y el que es inútil está abocado al desastre.

B).- Enseñaba que la profesión sin práctica está condenada. El árbol tenía hojas. Las hojas eran el reclamo de tener  higos; aquella higuera no tenía higos; su pretensión era falsa; por tanto fue condenada. La nación judía profesaba tener fe en el propósito de Dios, pero en la práctica estaba tras la vida del Hijo de Dios; por tanto, estaba condenada.
La profesión sin la práctica es algo de lo que todos somos más o menos culpables. Produce un daño incalculable a la Iglesia Cristiana, y está condenado al desastre, porque produce una fe que no puede hacer más que secarse.  Bien  podemos creer que Jesús usó la lección de una higuera enferma y degenerada para decirles a los judíos -y a nosotros- que la inutilidad invita al desastre, y la profesión sin práctica está condenada. Eso es seguramente lo que quiere decir esta historia, porque no podemos pensar que Jesús, literal y físicamente, maldijera una higuera por no dar fruto en una estación en que no le era posible darlo.
CONCLUSION:
                Este pasaje concluye con ciertas palabras de Jesús acerca de la dinámica de la oración. Si estas palabras se entienden mal, no pueden producir sino quebranto; pero si se entienden correctamente no pueden producir sino poder.
En ellas Jesús dice dos cosas: Que la oración puede eliminar montañas, y que, si pedimos con fe, recibiremos.  Está   abundantemente  claro  que  estas  promesas  no  se  han  de  tomar  física  y literalmente. Ni Jesús mismo ni ningún otro trasladaron jamás una montaña física, geográfica, mediante la oración. Más aún, muchas y muchas personas han pedido con fe apasionada que algo sucediera o que no sucediera, que algo les fuera concedido o que alguien no  tuviera que morir; y aquellas oraciones no fueron contestadas afirmativamente. ¿Qué es entonces lo que Jesús 
nos  promete acerca de la oración?
1.- Promete que la oración nos da la capacidad para hacer. La oración nunca fue una evasión fácil; no consistió nunca en dejarle a Dios las cosas para que Él las haga por nosotros. La oración es poder. No es pedirle a Dios que haga algo; es pedirle que nos capacite para hacerlo nosotros. La Oración no es seguir el camino más fácil; es la manera de recibir poder para seguir el camino difícil.
2.- La oración es capacidad para aceptar, y al aceptar, transformar. No está diseñada para traer liberación de una  situación; sí para capacitar para aceptarla y transformarla. Pablo,  Desesperadamente pidió ser librado del aguijón que tenía en su carne. No fue librado de esa situación; fue capacitado para aceptarla; y en aquella misma situación descubrió la fortaleza que se  hacía perfecta en su necesidad y la gracia que era suficiente para asumir  todas  las  cosas.  En  esa  fuerza  y  gracia  la  situación  fue no  solamente  aceptada  sino transformada en gloria (2 Corintios 12:1-10). Debemos recordar siempre que la oración no trae liberación de una situación; trae su conquista.
3.- La oración trae la capacidad para soportar. Vemos alguna situación  desarrollarse; vemos algún suceso trágico aproximarse con un fatalismo sombrío; vemos alguna tarea acechándonos de frente que obviamente va a demandar más de lo que nosotros podemos aportar. En tales momentos, nuestro sentir inevitable es que no podemos soportar aquello. La oración no elimina la tragedia, ni nos proporciona una evasión, ni la exención de la tarea; nos hace capaces de soportar lo insoportable; de aguantar lo inaceptable; de llegar más allá  de nuevas posibilidades sin sucumbir.

miércoles, 24 de octubre de 2012

ORDENANDO SU CASA


LECCION PARA EL DOMINGO 28 DE OCTUBRE DEL 2012

MATEO 21: 12 – 17
SALMO 8: 12
INTRODUCCION:
                                               La corrupción interna de Israel se ve en cómo el templo se había transformado en casa de mercado. La primera purificación al principio del ministerio de Cristo (Jn 2) no duró, porque los corazones de los líderes no cambiaron. Cristo citó a Isaías 56.7 y llamó al templo «mi casa» (v. 13), reclamando así ser Dios. También se refirió a Jeremías 7.11. Posteriormente, Cristo diría: «He aquí vuestra casa os es dejada desierta» (Mt 23.38); por haber rechazado a su Rey, Israel ahora tenía un templo vacío. Cuando los líderes lo acusaron, Cristo citó el Salmo 8.2, que es un salmo mesiánico (véase Heb 2.5–9) apuntando al tiempo cuando Cristo reinaría sobre la tierra como Rey.
DESARROLLO:
                               En la lección anterior, estudiamos la entrada triunfal a Jerusalén, comenzando la última semana de Jesús en la tierra. Esta comenzó el día domingo, con la entrada a Jerusalén.
                En la lección de esta semana, empezamos el día lunes, con la purificación del templo
Si la entrada en Jerusalén había constituido un desafío, aquí tenemos otro desafío que se añadió al anterior. Para contemplar la escena que se desarrolla ante nuestros ojos tenemos que visualizar la forma del templo.

  • En primer lugar desde fuera estaba el Atrio de los Gentiles, en el que podía entrar cualquiera, pero más allá del cual no podían pasar los gentiles bajo pena de muerte.      


     ·    A continuación estaba el Atrio de las Mujeres, al que se entraba por la Puerta Hermosa del templo, en el que podían entrar todos los israelitas.

    ·  Después estaba el Atrio de  los Israelitas, al que se entraba por la llamada Puerta de Nicanor, la cual para abrir y cerrar se necesitaban veinte hombres.

  · Por último estaba el Atrio de los Sacerdotes; al que solo los sacerdotes podían entrar. En él se encontraban el gran altar de los holocaustos, el altar del incienso, el candelabro de los siete brazos, la mesa de los panes de la proposición y el gran estanque de bronce.
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El escenario de este incidente fue el Atrio de los Gentiles, en el que cualquiera podía entrar. Siempre había  gente y actividad en él; pero en la Pascua estaba abarrotado a más no poder de peregrinos de todo el mundo. En este Atrio de los Gentiles se llevaban a cabo dos clases de transacciones. Una era el cambio de dinero. Todos los judíos tenían que pagar el impuesto del templo de medio siclo, y ese impuesto se pagaba poco antes de la Pascua.
Este  impuesto  tenía  que  pagarse  en  cierta  moneda  en  curso,  aunque  para los  propósitos generales se usaba en Palestina toda clase de monedas. No se podía pagar en lingotes de plata, sino en moneda en curso.
La función de los cambistas era cambiar la moneda no aceptable por otra aceptable. Esa parecía ser a todas luces  una función necesaria; pero el problema era que estos cambistas cargaban el equivalente de 2 pesetas por hacer el cambio; y si la moneda era de más valor que el medio siclo, cargaban otras dos pesetas por devolver el cambio. Es decir: muchos peregrinos tenían que pagar, no solamente su medio siclo que sería el equivalente de unas 15 pesetas, sino otras 4 pesetas de comisión; y esto hay que compararlo con el salario de un trabajador que sería de unas 10 pesetas al día.
La venta de palomas era peor. Para la mayor parte de los visitantes del templo alguna clase de ofrenda  era  esencial.  Las  palomas,  por  ejemplo,  se  necesitaban  cuando  una  mujer  venía  a purificarse después de tener un hijo, o cuando un leproso venía a que se le diera el certificado de curación (Levítico 12:8; 14:22; 15:14,29). Era fácil  comprar animales para el sacrificio fuera del templo; pero los animales que se ofrecieran tenían que ser sin defecto. Había inspectores oficiales de animales, y era de temer que, por lo que fuera, rechazarían los animales comprados  fuera, y dirigirían a la persona a los puestos del templo.
Eso no tendría por qué causar un gran perjuicio si los precios hubieran sido iguales dentro y fuera del templo; pero  un par de palomas podía costar 8 pesetas fuera del templo, y 150 dentro.
Por  todas  partes acechaban  a  los  pobres  y humildes peregrinos toda clase de peligros de explotación desvergonzada y fue esa explotación lo que puso al rojo vivo la indignación de Jesús.

CONCLUSION:
Termina este pasaje diciéndonos que Jesús sanaba a los ciegos y a los cojos en el atrio del templo. Todavía estaban allí; Jesús no echó del templo a todo el mundo. Solamente los que tenían conciencias culpables huyeron ante Su mirada airada. Los que necesitaban a Jesús, se quedaron.
Jesucristo nunca despide a la necesidad con las manos vacías. La ira de Jesús nunca fue meramente  negativa; nunca se quedó en el ataque a lo que estaba mal; siempre pasó a ayudar positivamente a los que estaban en necesidad. En una Persona verdaderamente grande, la ira y el amor pueden ir mano a mano. La ira se enfrentó con los que explotaban a los sencillos y cerraban el paso  a los  buscadores; pero el amor recibió a  los  que tenían una  gran  necesidad. La fuerza destructiva de la ira debe ir de la mano del poder sanador del amor.
Para concluir, Vv 15.17, Los líderes religiosos no aceptan la autoridad de Jesús, pero ellos son confrontados a esta autoridad por las palabras de los niños, que aclaman "¡Hosanna al Hijo de David!" El único comentario de los líderes es: "¿Oyes lo que éstos dicen?" Al usar la palabra `éstos', refiriéndose a los niños, expresan menosprecio hacia su persona ¿Quiénes le llaman Hijo de David? Ellos como sacerdotes y rabinos, no. Él depende de la farfulla de los niños. Con palabras del Salmo 8, Jesús los reprende. Dios recibe alabanza de los niños. Alaben también ellos, los líderes de Israel, a Él, a Jesús. Dios les avergüenza por causa de que los niños cogen lo que ellos dejan. Ahora Jesús les abandona, dejándoles por haberle rechazado.
El dueño de la casa no es bienvenido en su propia casa.

jueves, 18 de octubre de 2012

LA ENTRADA DEL REY DE PAZ


Lección para el domingo 21 de octubre de 2012



MATEO 21: 1 – 11
ZACARIAS 9: 9
INTRODUCCION.
                       Con este pasaje nos introducimos en el último acto de la vida de Jesús; y aquí tenemos un momento dramático en un doble sentido.
Jesús se aproxima a la última etapa de su vida: voluntariamente se dirige a Jerusalén para morir y resucitar. Su entrada a Jerusalén es más que una proclamación solemne, o que una entrada festiva, es la entrada del Rey de paz que viene a reconciliar a su pueblo con Dios.
DESARROLLO:
                        Era el tiempo de la Pascua, y Jerusalén y todo el país de alrededor estaba abarrotado de peregrinos. Treinta años después, un gobernador tuvo que hacer el censo de los corderos que se mataron en Jerusalén para la Pascua, y descubrió que su número se aproximaba al cuarto de millón. La norma de, la Pascua era que tenían que reunirse por lo menos diez: personas para cada cordero, lo que quiere decir que en esa Pascua hubo en Jerusalén más de dos millones y medio de personas.
Se  dirigió  a  una  ciudad  abarrotada  de  gente  y  cargada  de expectaciones religiosas.
Los cuatro evangelistas refieren este episodio de la entrada de Jesús, montado sobre un pollino de asna, pero en forma triunfal, en Jerusalén. Esto ocurrió cinco días antes de Su muerte.
Envió a sus discípulos «a la aldea»  para  recoger  la  asna  y  su  asnillo.  Mateo  menciona  Betfagué  solamente;  pero  Marcos menciona también a Betania (Marcos 11:1).
Él ingresa a la ciudad en un pollino, que por ser un burrito fue acompañado por su madre. ¿Por qué Jesús entra en un pollino? Mateo dice que es para cumplir la profecía de Zacarías.
El hecho de que el asno no se había usado nunca antes es especialmente apropiado para el santo propósito. La becerra roja que se usaba en ceremonias de purificación debía ser un animal «sobre el cual no se había puesto yugo» (Números19:2; Deuteronomio 21:3); la carreta en el que se llevaba el arca del Señor había de ser una que no se      hubiera usado  antes para ningún otro propósito (1 Samuel 3:7). La especial santidad de la ocasión se subrayaba por el hecho de que en el asna no había cabalgado antes ninguna persona.
La multitud recibió a Jesús como Rey. Extendieron sus túnicas a Su paso.
Recibieron a Jesús con el saludo que se daba a los peregrinos que venían a la fiesta: « ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!» (Salmo 118:26).
Gritaban: « ¡Hosanna!» Debemos tratar de comprender lo que esto quería decir. Hosanna quiere decir salva ahora, y era la llamada de auxilio que un pueblo en angustia dirigía a su rey o a su Dios.
Puede que la palabra hosanna hubiera perdido algo de su sentido original, y se hubiera convertido en un grito de bienvenida y aclamación, como « ¡Hola!» Pero esencialmente es un grito de un pueblo pidiendo liberación y ayuda en el día de su angustia; es el clamor del pueblo oprimido, a su Salvador y Rey.
CONCLUSION:
En este episodio, Jesús Nos muestra tres cosas acerca de Él:
1.- Nos muestra Su coraje. Jesús sabía perfectamente bien que estaba entrando en una ciudad hostil. Por muy  entusiasmada que se mostrara la multitud, las autoridades Le odiaban y habían jurado eliminarle; y eran ellas las que tenían la última palabra.

2.- Nos muestra Sus credenciales. Jesús se presentó con toda claridad como el Mesías de Dios, como el Ungido de Dios. También probablemente mostró Sus credenciales como el Purificador del templo. Si Jesús Se hubiera  conformado con proclamarse profeta, lo más seguro es que no Le habrían quitado la vida. Pero Él no podía darse por satisfecho con nada menos que el lugar que Le correspondía. Con Jesús es todo o nada. Hemos de reconocerle como Rey, o no recibirle de ninguna manera.

3.- Igualmente nos muestra Su invitación. No era sentarse en un trono lo que pretendía, sino ser Rey de los corazones. Vino humildemente y cabalgando sobre un asnillo. Debemos tener cuidado de entender el verdadero sentido de ese gesto. En Occidente, el burro es una acémila despreciable; pero en Oriente el asno se consideraba un animal noble. Era corriente que un rey entrara en una ciudad cabalgando sobre un asno; pero en ese caso era  señal  de que venía en son de paz. El caballo era la montura para la guerra; el asno era la montura para la paz. Así que cuando Jesús Se presentó como Rey, Se presentó como Rey de Paz. Mostró que había venido, no para destruir, sino para amar; no para condenar, sino para salvar; no por la fuerza de las armas, sino por la del amor.
Así pues, a la misma vez, vemos el coraje de Cristo, las credenciales de Cristo, la invitación de Cristo. Era Su última invitación a que Le abrieran, no las puertas de sus palacios, sino las de sus corazones.