Estudio Biblico Domingo 09 de Septiembre
MATEO
19: 1 – 12
GENESIS
5: 2
EL MATRIMONIO; IDEA DE DIOS
INTRODUCCION:
Aquí estaba tratando Jesús de una
cuestión que era un problema de ardiente actualidad en Su tiempo, como lo es en
el nuestro. El divorcio era algo sobre lo que no había unanimidad entre los
judíos; y los fariseos Le hicieron aquella pregunta con la intención de
involucrarle en la controversia.
DESARROLLO:
Ninguna nación ha
tenido nunca un
concepto más alto
del matrimonio que
los judíos. El matrimonio era un deber sagrado. El
quedarse soltero un hombre pasados los veinte años, salvo si era para
concentrarse en el estudio de la Ley, era quebrantar el mandamiento positivo de
< llevar fruto y multiplicarse.» El que no tenía hijos «mataba su propia
posteridad,» y < limitaba la imagen de Dios en la Tierra.> «Cuando marido
y mujer son como es debido, la gloria del Señor está con ellos.» Las leyes
judías del matrimonio y de la pureza colocaban el listón muy alto- En principio
se aborrecía el divorcio. Dios había dicho: « Yo aborrezco el divorcio» (Malaquías
2:16). Se decía que el mismo altar derramaba lágrimas cuando un hombre se
divorciaba de la esposa de su juventud.
¿Qué es el matrimonio?
En primer lugar, en contra de gran parte del pensamiento y la
enseñanza contemporánea, el matrimonio no
es un arreglo de conveniencia humana. No
fue diseñado o planeado por el hombre, algo que ocurrió en el curso de la
historia humana, como una forma conveniente de separar nuestras responsabilidades
respecto a los hijos, etc. En vez de ello, Dios nos dice que Él mismo
estableció, instituyó y ordenó el matrimonio al principio de la historia humana
(Génesis 2, 3).
Dios diseñó el matrimonio como el elemento
fundacional de toda la sociedad humana. Antes de que existieran la Iglesia, la
escuela, los negocios (hablando formalmente), Dios instituyó formalmente el
matrimonio, al declarar: «Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá
a su mujer, y se harán una sola carne.»
Es importante enseñar esto a los jóvenes.
En segundo lugar, el matrimonio es una institución
fundacional. Hemos visto que fue la primera en ser instituida formalmente como
una esfera de la sociedad humana. La sociedad misma en todas sus formas depende
del matrimonio. El ataque al matrimonio que contemplamos hoy es, en realidad,
un ataque a la sociedad (y a Dios, que edificó la sociedad sobre el
matrimonio). El matrimonio es, además, el fundamento sobre el cual descansa la
Iglesia, como sociedad especial de Dios. Esta comunidad pactada es debilitada
cuando la «casa» u «hogar» es debilitado. (El concepto de «casa» en las
Escrituras es de la unidad más pequeña de la sociedad. Es un grupo de personas
que viven bajo el mismo techo, bajo una cabeza humana, y es una unidad separada
que toma decisiones.) Por tanto, el ataque contra el matrimonio (alrededor del
cual se forma «la casa») es un ataque a la sub-unidad básica de la Iglesia.
Por todas estas razones, un ataque a la familia no
es una cosa insignificante, ya que constituye un ataque al orden de Dios en el
mundo y a su Iglesia.
En tercer lugar, un matrimonio no es lo que la
teología católico-romana y muchos protestantes (equivocadamente) han pensado:
una institución designada para la propagación de la raza humana. Si bien Dios
ha ordenado («Creced y multiplicaos»), y sólo dentro del matrimonio, la procreación no es el rasgo fundamental
del matrimonio.
Entonces, la
respuesta del mismo Dios a la pregunta, ¿Qué es el matrimonio?, se halla en
Génesis 2:18: «No es bueno
que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.»
En otras palabras, la razón del
matrimonio es el resolver el
problema de la soledad.
El
matrimonio fue establecido porque Adán estaba solo, y esto no era bueno. El compañerismo,
la compañía, es pues la esencia del matrimonio.
El matrimonio
es, una promesa de pacto para cubrir el uno las necesidades de compañía del otro.
CONCLUSION:
Como la descripción del matrimonio se centra sobre
la compañía por pacto, es evidente que es necesario cultivar el compañerismo.
Un matrimonio en el cual no hay compañerismo está abocado a la miseria. Todo
lo que pone en peligro el compañerismo ha de ser evitado; todo lo que lo
fomenta debe ser cultivado.
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