LECCION PARA EL DOMINGO 02 DE DICIEMBRE
MATEO 22: 1- 14
APOCALIPSIS 19: 7
INTRODUCCION:
El
Padre llamó a los invitados (Israel) para que disfrutaran de las bendiciones
por causa de su Hijo. Sin embargo, la nación despreció las invitaciones: el
versículo 3 quizás indica la invitación de los apóstoles cuando el Señor estaba
en la tierra; y los versículos 4–6 la invitación durante los primeros capítulos
de Hechos, cuando el mensaje fue ofrecido nuevamente a los judíos. Israel
resistió al Espíritu (Hch 7.51–52) y esto acarreó el juicio nacional,
incluyendo la ruina de Jerusalén (v. 7). Entonces el Rey se volvió a los
gentiles, como ocurrió en Hechos 10, después que la nación selló su decisión al
matar a Esteban y perseguir a la Iglesia.
DESARROLLO:
Estos
versículos, 1-14 de este capítulo, no contienen
una parábola, sino dos y captaremos su
significado mucho más fácilmente y de una manera más completa si las tomamos
por separado.
Los acontecimientos que se relatan en la primera de las dos parábolas
están totalmente de acuerdo con las costumbres judías normales. Cuando se
hacían las invitaciones a una gran fiesta, como una fiesta de bodas, no se especificaba cuándo tendría lugar; y cuando
ya todo estaba preparado, se enviaban los siervos con la notificación final
para decirles a los invitados que vinieran. Así que, el rey de esta parábola hacía tiempo que había
hecho las invitaciones; pero mandó aviso a los invitados de que ya podían venir
cuando ya todo estuvo preparado y se negaron de una manera insultante. Esta
parábola tiene dos significados.
1.- Tiene un significado claramente local: remachaba lo que ya se
había dicho en la parábola de los labradores
malvados; de nuevo se trataba de una acusación a los judíos. Los
invitados que se negaron a ir cuando llegó el momento representan a los judíos.
Desde tiempo inmemorial Dios los había invitado a ser Su pueblo escogido;
sin embargo, cuando vino al mundo el
Hijo de Dios, y fueron invitados a seguirle, se negaron despectivamente. El
resultado fue que la invitación de Dios se hizo por los caminos y los senderos;
y los que iban por ellos representan a los pecadores y a los gentiles que no
esperaban nunca una invitación al Reino.
2.- También, esta parábola tiene mucho que decir en una escala mucho
más amplia.
·
Nos recuerda que la invitación de Dios es a una
fiesta tan alegre como una fiesta de bodas. Su invitación es a la alegría. El
considerar el Cristianismo como una renuncia a todo lo que trae risa y
regocijo y gozosa compañía es confundir toda
su naturaleza. Es al gozo a lo que se invita al cristiano; y es el gozo lo que
se pierde si se rechaza la invitación.
·
Nos recuerda que, las cosas que hacen a las
personas sordas a la invitación de Cristo, no son necesariamente cosas
malas. Un hombre
se fue a
su hacienda; otro,
a sus negocios.
No se descarriaron por caminos de
vicios salvajes o de aventuras
inmorales. Fueron a ocuparse de las excelentes tareas de la administración
eficaz del negocio de su vida comercial. Es muy fácil estar tan ocupado con las
cosas del tiempo que se olvidan las de la eternidad, estar tan preocupado con
las cosas que se ven que se olvidan las que no se ven, escuchar las demandas
insistentes del mundo que no se oye la suave invitación de la voz de Cristo. Una persona
puede estar tan
ocupada ganándose honradamente la
vida que no se da cuenta de que está realmente perdiendo la vida; puede estar
tan ocupada con la administración y organización de la vida que se olvida de
vivir.
·
Nos recuerda que la llamada de Cristo no es
tanto a considerar el castigo que se nos viene encima como a ver lo que nos
perderemos si no seguimos Su camino. Los que no quisieron ir fueron castigados,
pero su verdadera tragedia fue que se perdieron la alegría de una fiesta de
bodas.
Fue la gracia la que ofreció la invitación, y la que
congregó a aquellos invitados.
CONCLUSION:
Las bodas fueron
llenas de invitados. No obstante, cuando el rey entra para ver a los invitados,
ve allí a un hombre que no estaba vestido de boda, al cual le dijo: “Amigo,
¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas el enmudeció". Esta
persona aceptó la invitación, quiso participar en la fiesta, pero no se vistió
apropiadamente para las bodas. Esto muestra que él no tuvo respeto hacia el
rey; espiritualmente significa una vida sin cambio, sin sujeción a las normas
de Dios, sin una vida santa. Es decir: algunos quieren recibir todas las
bendiciones de Dios, pero no vivir conforme a su voluntad.
Estamos invitados a la fiesta de Dios,
pero no podemos entrar a su reino sin estar preparados.
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