miércoles, 30 de enero de 2013

GRAN TRIBULACION


LECCION PARA EL DOMINGO 03 DE FEBRERO DE 2013

MATEO 24: 15-28
DANIEL 12: 1
INTRODUCCION:
                               Al llegar a esta parte, hemos llegado  a la mitad de la tribulación. Esto lo sabemos al comparar el versículo 15, con Daniel 9: 27. Daniel predijo que en medio de la séptima semana, esto es, al fin de los tres años y medio, se levantaría una imagen idolátrica en el lugar santo, el templo en Jerusalén. Todos los hombres serán obligados a adorar este abominable ídolo. La resistencia a hacerlo significará la muerte.
Apoc. 13: 15
DESARROLLO:
                               Cronológicamente los acontecimientos sucederán como sigue;
Primeros 3½ años de la semana 70 de Daniel
1. «Principio de dolores»: 4–8
 (1) Falsos Cristos: 4–5
(2) Guerras: 6
(3) Hambres: 7a
(4) Muerte: 7b–8
Ap 6.1–2 (anticristo)
Ap 6.3–4
Ap 6.5–6
Ap 6.7–8






2. Sucesos que conducirán al «fin»: 9–14

(1) Mártires: 9,
(2) Caos mundial: 10–13,
(3) Predicación mundial: 14

Ap 6.9–11
Ap 6.12–17
Ap 7: 144.000 judíos

«ENTONCES VENDRA EL FIN»
 Ultimos 3½ años de la semana 70 de Daniel

3. La gran tribulación: 15–28

La abominación desoladora: v 15
Advertencia a los judíos a que huyan: vv 16–20

Ap 13
  
La tribulación propiamente: 21–27
La reunión de las naciones en Armagedón: 28
Ap 16
 Ap 19.17–18

4. «Después de la tribulación»: 29–31
Señales en los cielos: 29
Venida de Cristo con poder: 30
Reunión de Israel («escogidos»): 31


5. Tres exhortaciones para concluir: 32–44
La higuera: 32–35
Los días de Noé: 36–42
El padre de familia: 43–44
Conoced que está cerca» 33
«Velad» 42
«Estad preparados» 44

CONCLUSION:
                               Para concluir este comentario y explicar estos acontecimientos:
El anticristo hará un pacto con la nación judía (todavía en incredulidad) por siete años («una semana» en Dn 9.27), y lo romperá después de tres años y medio, o en la mitad del período de tribulación. Establecerá su propia imagen en el templo judío (Dn 11.31 y 12.11) y forzará al mundo a adorarle (véanse Ap 13; 2 Ts 2.3–4). Nótese el pequeño paréntesis de Mateo: «el que lea, entienda» (v. 15). Los judíos que vivan durante este período de tribulación leerán Mateo 24 y sabrán qué hacer. Por cierto que muchas de las declaraciones de Daniel, Mateo 24–25 y Apocalipsis, que nos dejan perplejos, las entenderán quienes entonces sean creyentes. Cristo les advirtió a los judíos que huyan de Jerusalén (vv. 16–20), porque la última mitad de este período será una tribulación aún mayor, y finalizará con los ejércitos de las naciones reunidos en contra de Jerusalén. «Los escogidos» en el versículo 22 son los salvados de Israel, no los creyentes de la Iglesia. Con el poder otorgado por Satanás, el anticristo realizará milagros (v. 24; véanse Ap 13.13–14; 2 Ts 2.8–10). Las naciones, engañadas por Satanás, se reunirán en Armagedón para entablar batalla contra Cristo (v. 28; véase Ap 19.17–18) y serán derrotadas.

martes, 22 de enero de 2013

SEÑALES ANTES DEL FIN


LECCION PARA EL DOMINGO 27-01. 20122

MATEO 24: 1-14
2 TESAL. 2: 3
INTRODUCCION A MATEO 24:
                               En este discurso Cristo responde a las preguntas que le presentaron sus discípulos en 24.3. Ellos preguntaron: « ¿Cuándo serán estas cosas [la destrucción del templo]?» Él se los dijo (véase Lc 21.20–24), pero Mateo no registra la respuesta. Sucedió en el año 70 d.C. cuando Tito conquistó Jerusalén y destruyó la ciudad. « ¿Qué señal habrá de tu venida?», recibe su respuesta en 24.29–44; y « ¿Qué señal habrá [...] del fin del siglo?», encuentra su respuesta en 24.4–28.
Los acontecimientos descritos en Mateo 24.4–31 sucederán durante los siete años de tribulación posteriores al Rapto de la Iglesia. Esta es la semana 70 de Daniel descrita en Daniel 9.20–27. Este mismo período se describe en Apocalipsis 6–19. Es el tiempo cuando Dios verterá su ira sobre un mundo rebelde.
DESARROLLO:
                               Hay tres divisiones principales en el discurso: a)24.1–44, que es principalmente judía; b ) 24.45–25.30, que se relaciona a la cristiandad, la iglesia profesante que se ve en el mundo; y c)  25.31–46, que se refiere a los gentiles. Usted tiene, entonces, la división triple de la humanidad de hoy: los judíos, los gentiles y la Iglesia (véase 1 Co 10.32). El carácter judío de 24.1–44 se ve en lo siguiente:
El discurso brotó de una discusión respecto al templo judío (v. 2), Los discípulos le preguntaron acerca de su venida y el fin del siglo. Esto no puede significar Su venida por la Iglesia, ni el fin de la edad de la Iglesia, porque estas verdades todavía estaban ocultas a los doce (véase Ef 3), El Señor habla sobre la tierra de Judea, no de la tierra entera (v. 16), Menciona el sabbat, una tradición judía (v. 20),  Les hace referencia a Daniel el profeta (v. 15), quien profetizó acerca de los judíos y de la ciudad de Jerusalén (Dn 9.24ss), Advierte acerca de falsos Cristos (vv. 3–5) y de falsos profetas (v. 11). Esta es una advertencia para los judíos, por cuanto los verdaderos creyentes no seguirán a un falso Cristo. Debemos estar alertas debido a los maestros y espíritus falsos (1 Jn 4.1–3; 2 P 2.1ss), Dio el mensaje en el Monte de los Olivos, que en Zacarías 14.4 se asocia con Su regreso a la tierra para establecer el prometido reino judío.
                La segunda sección (24.45–25.30) tiene una «atmósfera» diferente a la primera. Por otra parte, cada una de estas parábolas presenta a Cristo como dilatando su regreso (24.48; 25.5, 19). Puesto que los sucesos de la sección anterior tendrán lugar durante siete años de tribulación , usted no puede poner estas parábolas en el mismo período; porque siete años difícilmente pudieran llamarse «retrasando su venida», o «después de mucho tiempo». Mateo 24.1–44 habla de un Cristo, un Rey, que regresará en un tiempo definido de acuerdo a las señales dadas, pero esta segunda sección muestra a un Señor, un Esposo y un Dueño rico que retrasa su regreso y viene cuando no se espera. Las tres parábolas describen la condición de la «cristiandad» cuando Cristo venga por su Iglesia. Es una mezcla de verdad y falsedad, buenos y malos, según se encuentra en Mateo 13. Estos versículos se refieren a la situación actual.
La sección final (25.31–46) presenta el juicio de los gentiles antes del establecimiento del reino.
Tenga presente, entonces, que la primera sección es judía, futura, y se aplica al período de la tribulación que ocurrirá después del Rapto de la Iglesia. La segunda sección se aplica a la cristiandad hoy, y mira hacia la venida de Cristo por los suyos. La tercera sección se refiere a los gentiles y mira hacia adelante, al fin de la tribulación y al establecimiento del reino de Dios en la tierra.

COMENTARIO A LECCION DE HOY
                A pesar de que nadie sabe con exactitud cómo era este templo, debió haber sido hermoso. Herodes había ayudado a los judíos en su remodelación, sin duda alguna para mantener lazos de amistad con sus sometidos. En el interior del templo, junto al lugar donde se hallaban los objetos sagrados y se ofrecían los sacrificios, había un área grande denominada atrio de los gentiles (donde los cambistas y mercaderes tenían sus puestos). Fuera de esos atrios se hallaban los pórticos. El pórtico de Salomón tenía casi medio kilómetro de largo, y el pórtico del trono estaba decorado con ciento sesenta columnas en sus casi trescientos metros de largo. Estaba construido de mármol blanco chapado en oro, y relucía al sol de tal manera que apenas se podía mirar. Mientras contemplaban extasiados aquella estructura majestuosa, los discípulos escucharon incrédulos las palabras de Jesús relacionadas con su destrucción. Pero el templo fue destruido sólo cuarenta años más tarde cuando los romanos saquearon Jerusalén en 70 d.C.
Jesús estaba sentado en el Monte de los Olivos, el mismo lugar donde el profeta Zacarías predijo que el Mesías pondría sus pies cuando vino a establecer su reino (Zacarías 14.4). Este era un momento adecuado para que los discípulos preguntaran a Jesús cuándo vendría con poder y qué acontecimientos tendrían lugar. La respuesta de Jesús enfatizó los acontecimientos que tendrían lugar antes del final de los tiempos. Aclaró que no debían preocuparse por la fecha exacta sino en estar preparados, en vivir como Dios manda, para que cuando viniera en gloria, pudiera considerarlos suyos.
Aquí habla el profeta Jesús. Jesús sabía que el camino del poder político solo conduce a la destrucción. La persona y la nación que no toman el camino de Dios, están abocadas al desastre también en las cosas materiales. La persona y la nación que rechazan el sueño de Dios descubren que sus propios sueños también se desmoronan.
La venida de Cristo e Israel
Principio de dolores (vv. 4–8).
Estas son las señales que dicen al mundo que el juicio está empezando. Nótese cómo son paralelos a los sucesos descritos en Apocalipsis 6. Vemos estas señales en el mundo actual, indicando que el fin está cerca. No obstante, debemos admitir que muchas de estas señales siempre han estado allí, pero al verlas que se intensifican, sabemos que la venida del Señor está cerca.
Sucesos que conducirán al fin (vv. 9–14).
La persecución de sus siervos (v. 9) se incrementará. Durante la tribulación Dios sellará a 144.000 judíos (Ap 7) que probablemente serán misioneros al mundo perdido (Mt 24.14), y mediante sus esfuerzos multitudes se salvarán. Sin embargo, muchos darán la vida por su fe. No aplique los versículos 13–14 al ministerio de la Iglesia hoy. El versículo 13 no tiene nada que ver con la salvación por gracia, y el versículo 14 no quiere decir que la Iglesia debe llevar el Evangelio a todo el mundo antes de que Cristo regrese. Ambos versículos se aplican al período de la tribulación.
CONCLUSION:
                               El tiempo del aplazamiento del retorno de Jesús, es el tiempo para predicar el evangelio.

miércoles, 16 de enero de 2013

CORAZONES ENDURECIDOS=RUINA TOTAL



LECCION PARA EL DOMINGO 20 DE ENERO

MATEO 23: 34 – 39
LUCAS 11: 49 – 50
INTRODUCCION:
                        Ahora el discurso prosigue hacia su culminación cuando Jesús pronuncia contra estos hombres endurecidos en el pecado el juicio que ya no se puede evitar. Es como si el Señor estuviera diciéndoles: “Puesto que os habéis endurecido contra todas las advertencias, la responsabilidad ahora es enteramente vuestra. Debido a la bajeza de vuestros corazones, el crimen que han estado planeando ya no puede ser impedido. Así que llevadlo a cabo, y sufrid el castigo”.                                                                                                                          

DESARROLLO:
                        La acusación de Jesús es que la historia de Israel está llena de asesinatos de hombres de Dios. Dice que fueron asesinados hombres justos desde Abel hasta Zacarías. ¿Por qué elige a esos dos precisamente? El asesinato de Abel por Caín es conocido de todos, pero no así el de Zacarías. La historia nos cuenta en un pequeño hecho macabro en 2 Crónicas 24:20-22. Sucedió en los días de Joas. Zacarías reprendió a la nación por su pecado, y Joas incitó a la gente para que le lapidara en el mismo recinto del templo; y Zacarías murió exclamando:  ¡Que el Señor lo vea y lo demande!
¿Por qué se menciona precisamente a Zacarías? En la Biblia hebrea, Génesis es el primer libro, como en la  nuestra; pero 2 Crónicas es el último libro de la Biblia hebrea. Podría decirse que el asesinato de Abel fue el primero de la historia bíblica, y el de Zacarías, el último. De principio a fin, la historia de Israel es el rechazamiento, y aun el asesinato, de los hombres de Dios.
Jesús ve con toda claridad que la mancha del asesinato permanece. Sabe que pronto va a morir, y  que  en  días  por  venir  Sus  mensajeros  serán  perseguidos  y  maltratados  y  rechazados  y asesinados.
Aquí tenemos una tragedia; la nación que Dios escogió en Su amor se volvió contra El; y el día de ajustar cuentas había de llegar.
Esto nos hace pensar. Cuando la Historia nos juzgue, ¿será su veredicto que Le hemos sido una ayuda o un obstáculo a Dios? Esa es una pregunta que cada persona y cada nación debe hacerse.
Vv . 37-39
Aquí está toda la tragedia entrañable del amor rechazada. Aquí habla Jesús, no como el Juez severo de toda la Tierra, sino como el Enamorado de todos los seres humanos.
Este pasaje ilumina curiosamente la vida de Jesús de una manera que no podemos pasar por alto. Según los  Evangelios Sinópticos, Jesús no estuvo nunca en Jerusalén desde que empezó Su ministerio público hasta que llegó para esta última fiesta de la Pascua. Podemos ver aquí cuánto no se incluye en la historia evangélica; porque Jesús no podría haber dicho esto si no hubiera visitado Jerusalén repetidas veces y dirigido a su pueblo insistentes llamadas. En los evangelios no tenemos más que un boceto esquemático de la vida de Jesús.
Este pasaje nos muestra cuatro grandes verdades.
1.- Nos muestra la paciencia de Dios. Jerusalén había matado a los profetas y apedreado a los mensajeros de Dios; sin embargo Dios no la había rechazado; y, por último, le envió a Su Hijo. Hay una paciencia ilimitada en  el  amor de  Dios  que  soporta  el pecado  humano sin  rechazar  a la humanidad.
2.- Nos presenta la invitación de Jesús. Jesús habla como un Enamorado. No entra nunca en ningún sitio por la fuerza; la única arma que puede usar es la invitación del amor. Permanece con los brazos extendidos en invitación, una  invitación que los humanos tenemos la responsabilidad de aceptar o rechazar.
3.- Nos muestra la culpabilidad del pecado humano. Los hombres contemplaron a Cristo en todo el esplendor de Su invitación y Le rechazaron. No hay manija por fuera de la puerta del corazón humano. Tiene que abrirse desde dentro; y el pecado es el consciente rechazamiento a ojos abiertos de la llamada de Dios en Jesucristo.
4.- Nos muestra las consecuencias de rechazar a Cristo. Sólo cuarenta años habían de pasar hasta que el año 70 d.C. Jerusalén quedara convertida en un montón de ruinas.
CONCLUSION:
                               El rechazar persistentemente la misericordia de Dios trae terribles consecuencias. Es el mismo Dios quien lamenta sobre su Jerusalen tan amada. Fueron innumerables las veces que Él le hizo un llamamiento para que se arrepintiera y convirtiera de corazón, pero la respuesta de una gran parte de ella fue negativa. Ahora que tienen al Mesías delante de ellos no le reconocen, al contrario, le menosprecian. Dios, sin duda alguna, es un Dios misericordioso que sin cesar llama al hombre al arrepentimiento, pero su paciencia, en el actual orden del plan de salvación, tiene un límite. Todo aquel que no reciba a Jesús tendrá que atenerse a las consecuencias de su propia incredulidad.

martes, 8 de enero de 2013

LOS SIETE AYES


LECCION PARA EL DOMINGO 13 DE ENERO DE 2013

MATEO 23: 13 – 33
LUCAS 12: 1
INTRODUCCION:
                              En los versículos 13 al 26,  encontramos la denuncia más terrible y explícita   en el Nuevo Testamento.  Como  Plummer  escribía,  estos  ayes  son  como  un  trueno  por  su  incontestable severidad, y como un relámpago por su exposición indiscriminada... Iluminan al mismo tiempo que hieren.
Aquí Jesús dirige una serie de siete ayes contra los escribas y fariseos hipócritas. La versión Reina-Valera empieza cada uno de ellos con la exclamación «¡ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!» La palabra griega para ay es uai. Es difícil de traducir, porque incluye no solo ira sino también  lástima.  Hay  aquí  justa  indignación;   pero  es  la  indignación  del  corazón  de  amor, quebrantado por la ceguera testaruda de las personas. Hay aquí, no solamente un aire de denuncia manifiesta; también hay una atmósfera de tragedia lamentable. La palabra hipócrita sale aquí una y otra vez. La palabra griega hypokrités quería decir en un principio uno que contesta; y luego llegó a usarse especialmente para designar al que tomaba parte en un diálogo en la escena; es la palabra griega normal para actor. De ahí pasó a significar un actor en el peor sentido de .la palabra, un farsante, uno que  representa un papel, que se pone una máscara, para ocultar sus verdaderas intenciones,  que  representa  un  personaje  ficticio  mientras  interiormente  sus  pensamientos  y sentimientos son muy diferentes. Para Jesús; los  escribas y fariseos eran hombres que estaban representando un papel.
DESARROLLO:
                               Jesús no pronunció estos «ayes» con un sentimiento de odio o malicia en su corazón. Hay un sentido de «tristeza compasiva» en estos versículos, a medida que el amante corazón de Cristo revela los corazones perversos de sus enemigos. Era angustia lo que reveló, no ira. ¿Cómo es que ellos «cerraron el reino»? (v. 13).
Primero, al rehusar recibir el mensaje de Juan el Bautista (21.25–27; 11.16–19).
Segundo, al rehusar reconocer a Cristo mismo (Jn 7.47ss).
Tercero, al esconder de la gente el verdadero significado de las Escrituras (Lc 11.52). Al esconder «la llave de la ciencia» (Cristo, según se ve en las Escrituras) detrás de las tradiciones hechas por los hombres, escribas y fariseos, en realidad cerraban con llave la puerta del reino de los cielos. ¡Qué trágico cuando los «líderes religiosos» de hoy cierran la puerta dejando a la gente fuera del reino de los cielos al rechazar a Cristo, resistir a su Espíritu y negarse a predicar y enseñar su Palabra.
 Los fariseos devoraban las viudas pobres y se adueñaban de sus posesiones bajo el pretexto de usarlas para Dios (v. 14). Eran mentirosos llenos de codicia y «embaucadores religiosos».
Sus valores eran confusos (vv. 16–22). Estaban interesados en el oro y las ofrendas, pero no en la adoración espiritual en el templo (véase Lc 16.14ss).
«Sepulcros blanqueados» (v. 27) se refiere a la práctica de pintar de blanco las tumbas a fin de que los judíos no se contaminen por accidente (véase Nm 19.16).
«La medida de vuestros padres» (v. 32) se refiere al creciente pecado de la nación desde los días del AT hasta Hechos 7, cuando finalmente resistieron al Espíritu (véase Hch 7.51; lea todo el discurso de Esteban para ver los detalles) y Dios dejó a un lado a Israel. Mataron a los profetas; permitieron que asesinaran a Juan; iban a crucificar a Cristo, a encarcelar a los apóstoles, matar a Esteban y «llenarían la medida». Cuando pecamos, escribimos nuestra propia sentencia de juicio.
«Generación de víboras» (v. 33) quiere decir «hijos del diablo» (véanse 3.7; 12.34; Jn 8.44; y revise la parábola de la cizaña que se encuentra en Mt 13).
CONCLUSION:
LOS SIETE AYES
23.14
No permitir a otros entrar al reino de los cielos y no entrar ellos mismos
 23.15
Alejar a la gente de Dios como ellos mismos
 23.16–22
Ciegamente permitir que la gente de Dios siga las tradiciones hechas por el hombre en lugar de la Palabra de Dios
 23.23, 24
Involucrarse en detalles insignificantes pasando por alto lo que realmente es importante: justicia, misericordia y fe
23.25, 26
Guardar apariencias mientras que su mundo privado es corrupto
 23.27, 28
Actividad espiritual para cubrir el pecado
 23.29–36
Pretender que se ha aprendido de la historia pasada, pero su comportamiento presente muestra que no ha aprendido nada
                Jesús mencionó siete formas para evitar la ira de Dios, a menudo llamadas «las siete calamidades». Estas siete declaraciones acerca de los líderes religiosos fueron dichas con una mezcla de juicio y tristeza. Eran firmes e inolvidables. Están en vigencia cada vez que nos adentramos tanto en perfeccionar la práctica de la religión que olvidamos que a Dios también le interesan la misericordia, el amor verdadero y el perdón.

miércoles, 2 de enero de 2013

RELIGION = PESADAS CARGAS


LECCION PARA EL DOMINGO 06 DE ENERO 2013

MATEO 23: 1-12
MATEO 6: 1
INTRODUCCION:
                               Las tradiciones de los fariseos y sus interpretaciones y aplicaciones de la ley llegaron a ser tan importantes como la ley misma. Sus leyes no eran tan malas. Algunas eran buenas. El problema surgió cuando los líderes religiosos (1) tomaron las normas hechas por el hombre con tanta seriedad como las leyes de Dios, (2) al decir a la gente que debían obedecerlas, sin incluirse ellos mismos, (3) al obedecer las reglas no para honrar a Dios sino para sobresalir. Jesús no condenó lo que enseñaban, sino lo que eran: hipócritas.
DESARROLLO
             Este discurso consiste claramente de tres partes. Tras unas breves palabras introductorias (23:1–3a) en las cuales Jesús declara que hasta donde interpreta la enseñanza de Moisés en forma verdadera hay que obedecer a los escribas, él advierte a la gente y a sus discípulos que no imiten la conducta de estos líderes, ya que en diversas formas ellos dejan de hacer lo que predican. Las tres partes son: a. una descripción de los pecados de los escribas y los fariseos (vv. 3b–12); b. los siete ayes pronunciados sobre ellos (vv. 13–36); y c. el conmovedor lamento de Cristo sobre la Jerusalén no arrepentida (vv. 37–39).
En el primer párrafo Jesús dice a su auditorio que estos expertos en la ley y sus partidarios fallan en tres sentidos: carecen de sinceridad, compasión y humildad. No son sinceros, pues amontonan pesadas cargas sobre las espaldas de los hombres, preceptos sobre preceptos, pero cuando se trata de ellos mismos son renuentes a mover estas cargas siquiera con un dedo. Son sin compasión, pues no tratan de aligerar las cargas de los hombres. Contrástese con 11:28–30. Finalmente, son presumidos, como es evidente por la forma en que tratan de impresionar a los hombres con su devoción. Los artículos de su atavío—estuches con oraciones y flecos en los mantos—que el Señor había prescrito como recordatorio de la ley, se los ponen de un modo que se hagan muy visibles. Al ensanchar las bandas a las que están atados los estuches y alargar los flecos que cuelgan de las cuatro esquinas de su vestido exterior, ellos dan a estos objetos más prominencia. Aman los lugares de honor en las fiestas y en las sinagogas y anhelan ser llamados “Rabí”. Jesús exhorta a sus seguidores a manifestar una actitud opuesta, recordándoles que la vanidad es castigada y la humildad es recompensada.
No debemos pensar ni por un momento que Jesús está aquí alabando a los escribas y fariseos por todas sus reglas y normas. Lo que está diciendo es esto: < En tanto, en cuanto estos escribas y fariseos os han enseñado los  grandes principios de la Ley que Moisés recibió de Dios, debéis obedecerlos.»
Pero su actitud general acerca de la religión tenía un efecto fundamental. La convertía en una cosa de miles y miles de reglas y normas; y por tanto, la convertía en una carga insoportable.
Aquí tenemos la prueba de cualquier  presentación de la religión. ¿Es como unas alas que les hacen remontarse a las personas, o como un peso muerto  que las hunde cada vez más? ¿Estimula o deprime? ¿Es algo que ayuda a las personas o que las acecha? ¿Es algo que le lleva a uno, o es algo que uno tiene que llevar? Siempre que la religión se convierte en un asunto  deprimente de cargas y prohibiciones, deja de ser verdadera religión.
La religión de los fariseos se convertía casi inevitablemente en una religión de ostentación. Si la religión consiste en obedecer innumerables reglas y normas, llega a ser fácil para una persona el cuidarse de que todo el mundo se dé cuenta de lo bien que las cumple, y de lo perfecta que es su religiosidad.
Todo el interés de los fariseos era vestirse y actuar de manera que llamara la atención e hiciera que todo el mundo se fijara en ellos.
Todo el propósito del cristiano debe ser pasar inadvertido, para que; si .los demás ven sus buenas obras, no le glorifiquen a él, sino a su Padre del Cielo. Cualquier religión que produce ostentación en las obras y orgullo en el corazón es una religión falsa.
CONCLUSION:
                               Nuestra relación con Jesús determinará cómo Dios nos verá a nosotros.
Hay distintas formas de hipocresía:
- Hipocresía puede ser una discrepancia entre las palabras de uno y sus actos (muchas veces la gente está consciente de esto).
- Hipocresía también puede significar que uno pretende servir a Dios, pero no lo hace, ya que no acepta a Jesús. Es sobre todo esta forma de hipocresía que Jesús destaca en el discurso a los fariseos y escribas.
Cada persona que tiene la misma pretensión (servir a Dios), sin una relación viva con Jesús, sufre entonces de esta forma de hipocresía. ¡Empeño y celo religiosos no garantizan una buena relación con Dios!
Es posible predicar sobre la comunión que debemos tener con Dios, y no estar practicándola en nuestras vidas. La enseñanza de los escribas y fariseos estaba basada en lo que nosotros llamamos el A.T. Jesús no atacó la predicación de estos hombres, pues manda incluso que debe ser guardada. El Señor muestra que estos predicadores en realidad no están dándole la honra a Dios, pues no honran a su Hijo, Jesús. Todo aquel que enseña la Palabra tiene una gran responsabilidad ante Dios, ya que sólo una verdadera comunión con Jesucristo nos transforma en maestros y hacedores de lo que predicamos.