LECCION PARA EL DOMINGO 17 DE FEBRERO DE 2013
MATEO 24: 40-51
1 TESALONISENCES 4: 16
INTRODUCCION:
Cuando el juicio de Dios viene
en la tribulación, uno será tomado (en juicio), pero otro será dejado en la
tierra para entrar en el reino glorioso. Su exhortación final es que el
creyente esté velando. Nosotros, como cristianos, no buscamos señales, sino a
Él, una Persona (Flp 3.20). Sin embargo, por el giro que vemos en las
condiciones del mundo, sabemos que su venida está cerca.
DESARROLLO:
Las tres
parábolas de esta sección, (24.45–25.30), se refieren a la cristiandad
cuando Cristo vuelva por su Iglesia (1 Ts 4.13–18). Abarca el mismo grupo mixto
como Mateo 13: cristianos verdaderos y falsos, todos profesando conocer a
Cristo. Esta sección pinta a Cristo como retrasando su venida (24.48; 25.5,
19), de modo que no puede encajar en los siete años de la tribulación que vimos
en la sección anterior. No hay mención de señales; porque si las hubieran, ¡la
gente sabría cuándo Él va a estar a punto de regresar y se prepararía! Estas
parábolas describen las actitudes de los cristianos profesantes y nos exhortan
a todos a estar listos y preparados para su venida. Algunos cristianos se
avergonzarán cuando Él regrese.
Si el día y la hora de la Segunda Venida de Cristo no los conoce nadie
más que Dios, entonces toda la vida debe ser una constante preparación para ese
acontecimiento.
1.- El vivir descuidadamente
invita el desastre. Un ladrón no manda una carta diciendo cuándo va a asaltar
una casa; su arma principal para llevar a cabo su empresa inicua es la sorpresa;
por tanto, un propietario que tiene cosas de valor en casa debe estar en guardia
constantemente. Pero, para ver la escena que se nos muestra, debemos recordar que
la vigilancia del cristiano que espera la Segunda Venida de Cristo no debe estar
inspirada por el terror y la aprensión, sino por la anhelante expectación de Su
venida en gloria y alegría.
2.- El espíritu que conduce al
desastre es el que dice que hay tiempo de sobra. Es el cómodo engaño del
servidor el pensar que siempre tendrá tiempo para poner las cosas en orden antes
que vuelva su amo.
Hay una fábula que
cuenta los planes de tres aprendices de diablos que venían a la Tierra a hacer
prácticas. Estaban hablando con Satanás, el jefe de los diablos, de lo que harían
para tentar y perder a la gente. El primero dijo: «Les diré que Dios no existe.»
Satanás le contestó: «Eso no engañará a muchos, porque saben de sobra que hay Dios.»
El segundo dijo: «Les diré que no hay infierno.»
Satanás le contestó: « No engañarás a nadie con eso, porque los humanos saben muy
bien ya que el pecado conduce al infierno.» El tercero dijo: «Les diré que no tengan
prisa.» «¡Adelante -le contestó Satanás-,
porque tú vas a hacer que se pierdan a millares!» El más peligroso de todos los
engaños es que hay tiempo de sobra para todo. El día más peligroso de la vida de
una persona es cuando aprende que hay tal
palabra como mañana. Hay cosas que
no se pueden dejar para mañana, porque no se sabe si habrá tal día para uno.
3.- Se despide al que no cumple
con su deber, y se recompensa al que cumple fielmente. El servidor que cumplió con su deber fielmente recibió una responsabilidad todavía mayor;
y el que falló, recibió su merecido. La conclusión
inevitable es que debemos procurar que cuando vuelva Jesucristo no nos encuentre
ocupados en nada mejor ni mayor que en cumplir con nuestro deber.
Hay un canto espiritual
negro que dice:
Hay un Rey y Gran General, que está a punto de llegar, y me hallará
sacando algodón cuando venga. Ya se oyen Sus legiones a la carga. En
los campos del cielo, y me hallará sacando algodón cuando venga. Hay un Hombre
al que echaron a la cuneta, y le torturaron hasta matarle, y me hallará sacando
algodón cuando venga. Fue odiado y rechazado, burlado y crucificado, y me hallará
sacando algodón cuando venga. ¡Cuando venga, cuando venga! Le coronarán los santos
y los ángeles cuando venga, y le gritarán ¡Hosanna! al Hombre Que negaron los
hombres. Y yo me arrodillaré entre mi algodón cuando venga.
CONCLUSION:
Si
uno está cumpliendo con su deber, por muy sencillo que este sea, el día que Cristo
vuelva será un día de alegría y de gloria para él.
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