martes, 19 de febrero de 2013

NO ESTEIS DESPREVENIDOS

LECCION PARA EL DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2013



MATEO 25: 1-13
1 TESALONICENSES 5: 6
INTRODUCCION:
                               Jesús narró las parábolas siguientes para clarificar aún más lo que significa estar listo para su regreso y cómo vivir hasta que Él venga. En la historia de las diez vírgenes (25.1–13), se nos enseña que cada persona tiene que ocuparse de su condición espiritual. La parábola de los talentos (25.14–30) nos enseña la necesidad de usar bien lo que Dios nos ha confiado. La enseñanza de las ovejas y cabritos (25.31–46) enfatiza la importancia de servir a los que están en necesidad. Ninguna parábola por sí misma describe completamente cómo debemos prepararnos. Pero cada una de ellas pinta una parte del cuadro.
DESARROLLO:
                               Esta parábola tiene que ver con un matrimonio. En la cultura judía, una pareja mantenía su noviazgo por largo tiempo antes de contraer nupcias y la promesa de compromiso era un pacto similar a los votos del matrimonio. En el día de las bodas el novio iba a la casa de la novia para la ceremonia; luego la pareja, formando parte de un gran desfile, regresaba a la casa del novio donde tenía lugar una fiesta que con frecuencia duraba toda una semana. Estas diez vírgenes estaban esperando para desfilar y aguardaban participar en el banquete de bodas. Pero cuando el novio se retrasó, cinco de ellas dejaron que sus lámparas se quedaran sin aceite. Mientras iban a buscar aceite, se les hizo tarde y no pudieron participar en la fiesta.
 Cuando Jesús vuelva para llevar a su pueblo al cielo, debemos estar listos. La preparación espiritual no puede comprarse ni prestarse a último minuto. Nuestra relación con Dios debe ser propia.
                Mientras que la revelación completa de la Iglesia y de Cristo como el Esposo no se iba a realizar hasta más tarde, los discípulos no sabían que la relación de Cristo a los suyos era la de un Esposo. (Véanse Mt 9.15 y Jn 3.29.) En 25.1 tenemos separación (había vírgenes); iluminación o testimonio (tenían lámparas, Flp 2.15–16); y expectación, puesto que fueron a esperar la llegada del novio. ¿No es este un cuadro de lo que la Iglesia debería estar haciendo hoy en día? Sin embargo, dentro del grupo había quienes no estaban preparadas, precisamente así como en «la Iglesia» (la cristiandad) hoy. Por supuesto, todos los creyentes están en la verdadera Iglesia y están listos para el cielo. Sin embargo, en la iglesia profesante, según la vemos, hay muchos que aparentan ser cristianos, pero que nunca han nacido de nuevo. Como dice Mateo 13, son cizaña entre el trigo.
Han pasado casi dos mil años desde que Cristo prometió regresar, y durante este tiempo la Iglesia se ha puesto a dormir. Los cristianos de este siglo han despertado a la gran verdad de la venida de Cristo y el clamor ha surgido: «¡Aquí viene el Esposo!» (v. 6).
No es necesario lograr que cada detalle de esta parábola signifique algo. El aceite quizás se refiera al Espíritu Santo, el cual todo verdadero creyente tiene dentro de sí (Ro 8.9). La principal lección de Cristo en esta parábola es: ¡Estén listos y alertas! Cuando Él regrese nos sorprenderemos al hallar que algunos de los que pensábamos que eran verdaderos cristianos, no estaban en ninguna manera preparados.
Como tantas parábolas de Jesús, esta tiene un sentido inmediato y local, y también un sentido más amplio y universal.
En su significado inmediato, iba dirigida a los judíos. Ellos eran el pueblo elegido de Dios; toda su historia debiera haber sido una preparación para la venida del Hijo de Dios; deberían haber estado preparados para cuando Él viniera. Pero, por el contrario: estaban totalmente desprevenidos, y por
tanto  se  encontraron  excluidos.  Aquí  tenemos,  en  forma  dramática,  la  tragedia  de  la  falta  de preparación de los judíos.
Pero la parábola tiene al menos dos advertencias universales.
1.- Nos  advierte  que  hay  ciertas  cosas  que  no  se  pueden  obtener  en  el  último  minuto.  Es demasiado tarde para un estudiante el preparar los exámenes la noche antes. Es demasiado tarde para una persona el adquirir la habilidad o el carácter, si no los posee anticipadamente, cuando se le presenta la oportunidad de un buen trabajo. También es fácil dejar las cosas para tan tarde que ya no nos podemos preparar para encontrarnos con Dios. Cuando María de Orange estaba muriendo, su capellán trató de hablarle del camino de la salvación. Ella contestó: «No he dejado esa cuestión para esta hora.» Llegar, demasiado tarde es siempre una tragedia.

2.- Nos advierte que hay ciertas cosas que no se pueden pedir prestadas. A las chicas simples les resultó imposible conseguir aceite prestado cuando descubrieron que les hacía falta. No se puede recibir prestada una relación con Dios. Cada cual debe poseerla por sí. No se puede pedir prestado un carácter. Se tiene que llevar puesto. No podemos estar viviendo siempre de prestado del capital espiritual que  han  reunido otros: Hay  ciertas cosas  que  tenemos  que ganarnos  o adquirir  por nosotros mismos, porque no nos las pueden prestar otros.
No hay  toque  de  difuntos  más  cargado  de  remordimiento  que  el  sonido  de  las  palabras «¡Demasiado tarde!»
CONCLUSION:
                               Sigamos esperando a Jesús aunque su retorno nos parezca un suceso demasiado lejano. En Mateo 25, Jesús continúa con su discurso sobre el fin del mundo. En este capítulo hace mucho hincapié en la posibilidad de que su venida pueda demorar. Jesús advierte en la parábola de las 10 vírgenes que en el momento de su regreso no todos estarán preparados. Tenemos que tomar medidas a largo plazo, saber que su venida puede tardar, y actuar conforme a este conocimiento, esperándole siempre.


























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