LECCION PARA EL DOMINGO 21 DE ABRIL DE 2013
MATEO 26: 26-30
1 CORINTIOS 11: 24-25
INTRODUCCION:Los discípulos se asustan mucho, cuando escuchan de los labios de su Maestro que dentro del círculo de los apóstoles existe un traidor. Todos están confundidos. Para ellos es terrible pensar que sean capaces de hacer algo tan horrible como el de traicionar a su Maestro. Lo único que pueden decir en este momento es: "¿Soy yo, Señor?"
Aunque Jesús tuvo que decir estas palabras serias, también les muestra a sus discípulos su amor por ellos. Habla de su entrega hasta la muerte, derramando su sangre que es el precio que tendrá que pagar por los pecados. Por medio de su muerte adquiere el acceso para ellos en su reino de gloria donde pueden reanudar la fiesta eternamente. La santa cena es el anticipo de esta fiesta.
DESARROLLO:
Mientras comían, Jesús tomó pan, dio gracias y lo partió. A esta altura la Pascua pasa a ser la Cena del Señor; porque, hacia el final de la comida pascual mientras los hombres estaban todos comiendo libremente (véase sobre el v. 21), Jesús instituyó el nuevo sacramento que iba a reemplazar al antiguo. Unas pocas horas más y el antiguo símbolo, siendo cruento—porque requería la muerte de un cordero—habrá cumplido su propósito para siempre jamás, habiendo alcanzado su cumplimiento en la sangre derramada en el Calvario.
Por lo tanto era tiempo que un nuevo símbolo no sangriento reemplazase al antiguo. Sin embargo, al vincular históricamente y en una forma tan estrecha la Pascua y la Cena del Señor, Jesús dejó en claro que lo que era esencial en la primera no se perdió en la segunda.
Ambas le señalan a él, el sacrificio único y todo suficiente por los pecados de su pueblo. La Pascua señalaba adelante hacia este sacrificio; la Cena del Señor señala atrás hacia él.
¿Qué ilustración usó Jesús, y qué verdad se ocultaba en ella?
a).- La fiesta de la Pascua era la conmemoración de la liberación. Todo su propósito era recordarle al pueblo de Israel cómo los había librado Dios de la esclavitud de Egipto. Lo primero y principal entonces era que Jesús se presentaba como el gran Libertador. Vino para liberar a la humanidad del temor y del pecado. Libera a las personas de los miedos que las acechan y de los pecados que las tienen cautivas.
b).- Particularmente el cordero pascual era el símbolo de la salvación. En aquella noche de destrucción, fue la sangre del cordero pascual la que hizo que Israel estuviera a salvo. Así que Jesús Se presenta como el Salvador. Había venido a salvar a la humanidad de sus pecados y de las consecuencias de estos. Había venido a darles a las personas salvación en la Tierra y en el Cielo, salvación en el tiempo y en la eternidad.
Hay aquí una palabra que es la palabra clave, y que encierra la totalidad de la obra y del propósito de Jesús. Es la palabra pacto. Jesús dijo que Su sangre era la sangre del pacto. ¿Qué quiso decir con eso? Un pacto es una relación entre dos personas. Pero el pacto del que Jesús hablaba no era entre dos personas humanas, sino entre Dios y el hombre. Es decir: era una nueva relación entre Dios y la humanidad. Lo que Jesús estaba diciendo en la última Cena era: «Como consecuencia de Mi vida, y sobre todo como consecuencia de Mi muerte, se hace posible una nueva relación entre vosotros y Dios.» Es como si dijera: «Vosotros Me habéis visto; y, en Mí, habéis visto a Dios; os he dicho, os he mostrado lo mucho que Dios os ama; os ama hasta el punto de sufrir todo esto que Yo estoy pasando; así es como es Dios.» Gracias a lo que Jesús hizo, el camino para la humanidad está abierto a todo lo precioso que hay en esta nueva relación con Dios.
Este pasaje concluye diciendo que, cuando Jesús y los discípulos cantaron un himno, salieron hacia el monte de los Olivos. Una parte esencial del ritual de la Pascua era el canto del Hal.lel. Hal.lel quiere decir ¡Alabad a Dios! El Hal-lel consistía en los salmos113 a 118, que son todos salmos de alabanza. En diferentes momentos de la fiesta de la Pascua se cantaban estos salmos por secciones; y al final se cantaba el gratrhaLlel, que es el Salmo 136. Ese fue el himno que cantaron Jesús y Sus discípulos antes de salir hacia el monte de los Olivos.
Aquí debemos notar un último detalle. Jesús dice que no celebrará la fiesta con Sus discípulos otra vez hasta que la celebre en el Reino de Su Padre. Aquí se hallan sin duda la fe divina y el optimismo divino. Jesús Se dirigía a Getsemaní, al juicio ante el sanedrín, a la Cruz... ¡y sin embargo aún seguía pensando en términos de un Reino! Para Jesús, la Cruz no fue nunca una derrota; fue el camino a la gloria. Iba de camino al Calvario, pero también de camino al Trono.
CONCLUSION:
Entender el sacrificio de Cristo, es entender nuestra propia miseria espiritual. Antes de su muerte Jesús reúne a sus discípulos para comer con ellos la pascua. Ahora esta fiesta judía adquirirá un nuevo significado para los seguidores de Jesús; ya no será la sangre de los corderos, sino la del Hijo de Dios la que será derramada por nuestros pecados. Nuestra absoluta miseria en el pecado hizo necesario este sacrificio expiatorio. Oremos para que la gente, y nosotros también, conozca su verdadera condición ante Dios.
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