LECCION PARA EL DOMINGO 5 DE MAYO DE 2013
MATEO 26: 36-46
HEBREOS 5: 7
INTRODUCCION.
Todos
los discípulos manifestaron que estaban dispuestos a morir antes que
abandonarlo. Pocas horas más tarde, sin embargo, huyeron. Hablar es fácil. Es
sencillo decir que somos seguidores de Cristo pero nuestras declaraciones son
solo significativas cuando se prueban en el crisol de la persecución. ¿Cuán
sólida es nuestra fe? ¿Tiene suficiente firmeza para resistir una prueba
intensa?
DESARROLLO:
Este
es un pasaje al que debemos acercarnos de rodillas. Aquí, del estudio se debe pasar a la adoración.
Cerca de la medianoche, el pequeño grupo de discípulos, guiado por
Jesús, llegó al huerto de Getsemaní, lugar donde Jesús acostumbraba orar (Luc. 22:39). El
término traducido lugar se refiere a una propiedad definida o a un lugar
encerrado. Quizás era un huerto privado. Getsemaní (v. 36) es un nombre en
griego que viene del arameo y quiere
decir “prensa de olivas”. Allí sería la arena de agonía donde se libraría la batalla
de los siglos. Jesús entró resueltamente a este valle de sombra de muerte (Sal.
23:4) con el fin de prepararse a sí mismo y a los discípulos para el suplicio
del día siguiente.
El Señor dejó a ocho de los discípulos en la entrada del huerto y
llevó a Pedro, Juan y Jacobo más adelante. Estos tres formaban el círculo más
allegado a Jesús que tuvo el privilegio de estar con él en tres momentos
especiales: la transfiguración (17:1–13), cuando sanó a la hija de Jairo
(9:23–26; Luc. 8:49–56) y ahora. Cuando se alejaron de los demás, Jesús dejó aflorar sus emociones delante de
ellos. La plena humanidad de Jesús se deja ver en las emociones que manifestó y
por el deseo de tener a su lado a los tres
amigos más allegados para acompañarlo en su hora de crisis. Entonces
comenzó a exteriorizar lo que había llevado en su corazón durante meses: una
profunda tristeza y angustia de alma (v. 37). El verbo griego que se
traduce angustiarse (v. 37) es de origen incierto. Lo más probable es que se
refiere a una “pena intensa” o “corazón pesado”. Mi alma está muy triste, hasta
la muerte (v. 38) describe aún más la intensidad de las emociones que Jesús sentía,
un grado que ningún ser humano puede entender cabalmente. Alma aquí se refiere al asiento de los sentimientos y emociones. El
alma de Jesús se menciona sólo aquí y en Juan 12:27. El mandato, quedaos aquí y
velad conmigo (v. 38), no tenía el propósito de alertarle cuando viniesen los
enemigos para que él pudiese escapar, o se escondiera. Más bien, Jesús deseaba el
sostén y compañía que estos discípulos podrían proporcionarle en su hora de
angustia.
Su tiempo de oración allí nos enseña cosas importantes.
a).-La oración en Getsemaní
nos confirma la humanidad de Jesús: Comenzó a entristecerse y
angustiarse (v. 37).
Es Dios que se hizo hombre por
nosotros (Fil. 2:5, 6).
Como hombre sufrió la angustia del sufrimiento (Heb. 4:15).
b.-La oración en Getsemaní
nos enseña la sumisión de Jesús: Hágase tu voluntad (vv. 39, 42, 44).El
es el único que podía ser nuestro Salvador
(Hech. 4:11, 12).
Luchó con la debilidad de su humanidad, pero se sometió al Padre
(Heb. 5:7, 8).
Entregó su vida en obediencia (Heb. 10:6, 7) y para cumplir las
promesas del Padre.
c.-La oración en Getsemaní
nos muestra la soledad de Jesús: Los halló durmiendo, (v. 40).
Ni sus amigos más íntimos podían entender lo que iba a hacer. No
podían consolarlo. A pesar de sus promesas de lealtad, lo abandonaron (vv. 35,
55, 56). El estaría solo también en la cruz.
d.-La oración en Getsemaní
nos evidencia el amor de Jesús (vv. 41, 43, 45).
En su intenso sufrimiento, todavía se ocupaba del bienestar espiritual
de sus discípulos.
Su vida y su muerte fueron por amor a la humanidad (Juan 15:13).
¡Cuánta desilusión y dolor habrá pasado Jesús ese jueves por la noche!
Anunció que Judas lo iba a entregar. Hubo controversia entre los discípulos en
el aposento alto sobre quién sería el mayor. Jesús anunció la negación de
Pedro; y ahora en el huerto, los discípulos se duermen a pesar de que él les
había pedido expresamente que lo acompañasen despiertos.
Velad conmigo (v. 38) es una súplica más que un mandato. Jesús los
necesitaba, ellos le fallaron. La pregunta ¿Así que no habéis podido velar ni
una sola hora conmigo? (v. 40) capta la desilusión de Jesús. No habéis
podido... es un verbo que se refiere al poder físico. Les faltó la fuerza
física. Puesto que Pedro había afirmado tan categóricamente su lealtad, Jesús
se dirigió a él en particular.
CONCLUSION:
En
este momento, lo único que sabía Jesús era que tenía que seguir adelante, y
delante Le esperaba una cruz. Con toda
reverencia podemos decir que aquí vemos a Jesús aprendiendo la lección que
todos los seres humanos debemos aprender
algún día: Aceptar lo que no podemos comprender. Lo único que sabía era que la
voluntad de Dios Le llamaba imperiosamente a seguir adelante. A cada uno de
nosotros nos suceden cosas en este mundo que no podemos entender; es entonces
cuando la fe se pone a prueba hasta su último límite; y en tales momentos es
dulzura para el alma recordar que Jesús también lo pasó en Getsemaní. Tertuliano
nos conserva un dicho de Jesús que no
está en los evangelios: «El que no haya sido tentado no puede entrar en el
Reino del Cielo.» Es decir: Cada persona tiene su propio Getsemaní, y cada
persona tiene que aprender a decir: «Hágase Tu voluntad.»
ALGUNAS VERDADES CON RESPECTO A LA ORACION:
La oración hace que los
creyentes que están de rodillas frente a Dios puedan ponerse de pie con
firmeza frente a los hombres.
La oración pone al habla dos
infinitos: el pensamiento humano y Dios.
A veces mostramos a los hombres lo que hay en nuestro corazón. Pero lo
que les permitimos ver está sujeto a un estricto control por nuestra parte. En
cambio cuando oramos, nuestro corazón pone al descubierto todo cuando hay en
él. Es como si el sol penetrara de pronto en el panal de las abejas.
La oración no es sólo una
conversación con Dios. Es compartir con él nuestras alegrías y
tristezas, pensamientos y sentimientos, intenciones y proyectos. Es también el
tiempo de compartir nuestros silencios con el Señor.
Gracias. Dios siga haciendo maravillas en su vida.
ResponderEliminarExcelente enseñanza Dios le bendiga
ResponderEliminarEs maravilloso profundizar cada día sobre la Palabra de Dios y sobretodo entenderla, prácticarla y compartirla. Bendiciones
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