viernes, 20 de septiembre de 2013

COMPARTA LA GLORIA

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE
JUAN 1: 43 – 51
JUAN 10: 27

INTRODUCCION:
                               En este punto de la historia Jesús dejó el Sur y Se marchó a Galilea, al Norte de Palestina. Allí, tal vez en Caná, se encontró a Felipe, y le llamó. Felipe, como Andrés, no podía guardarse la Buena Noticia para él solo. Como dijo Godet: «Una antorcha encendida sirve para encender otras.» Así es que Felipe fue a buscar a su amigo Natanael, y le dijo que creía que había descubierto al largo tiempo esperado Mesías .en Jesús, el Hombre de Nazaret. Natanael reaccionó despectivamente. No había nada en el Antiguo Testamento que anunciara que el Escogido de Dios hubiera de proceder de Nazaret. Nazaret era un lugar corriente. Natanael mismo era de Caná, otro pueblo de Galilea, y es corriente que haya cierta rivalidad y celos entre los pueblos de la misma región. Natanael reaccionó diciendo que Nazaret no era la clase de pueblo del que se podía esperar nada bueno. Felipe fue prudente. No discutió, sino dijo sencillamente: « ¡Ven y ve!»
No serán muchos los que han sido conducidos a Cristo a base de discusiones. A menudo las discusiones hacen más daño que bien. La única manera de convencer a otro de la supremacía de Cristo es ponerle en contacto con Él. En general, es cierto lo que se dice de que no es la predicación razonada ni filosófica la que gana almas para Cristo, sino la presentación de la Persona de
Cristo y de la Cruz.
DESARROLLO:
                               Hay un relato que nos cuenta que, a finales del siglo XIX, el gran agnóstico Huxley asistía a una tertulia que se reunía en una granja campestre. Llegó el domingo, y la mayor parte de los miembros se prepararon para ir a la iglesia; pero, naturalmente, Huxley no tenía intención de ir. Se dirigió a uno que se sabía que tenía una fe cristiana sencilla y radiante, y le dijo simplemente: «Supongamos que usted no va hoy a la iglesia. Supongamos que se queda usted en casa y me dice sencillamente lo que significa para usted la fe cristiana y por qué es usted cristiano>> «Pero, contestó el hombre, usted podría deshacer mis razones en un momento. Yo no soy bastante listo para discutir con usted.» Huxley contestó cortésmente: « No quiero discutir con usted; sólo quiero que  me diga lo que quiere decir para usted la fe cristiana:» El hombre se quedó en casa y le expuso su fe a Huxley con toda sencillez. Cuando terminó, había lágrimas en los ojos del gran agnóstico. «Daría con gusto, dijo, mi  mano derecha    por tener una fe como la suya.»
No fue un razonamiento inteligente lo que conmovió al gran agnóstico. Él podría haber destrozado de manera devastadora cualquier argumento que pudiera proponer, el creyente sencillo; pero la simple presentación de Cristo le dejó sin argumentos.
La mejor presentación del Evangelio es decir: «Ven y ve.» No cabe duda que tenemos que conocer a Cristo personalmente antes de invitar a otros a venir a Él. El verdadero evangelista tiene que haber tenido un encuentro personal con Cristo en primer lugar para poder presentarle a otras personas.
Así que Natanael vino, y Jesús pudo ver lo que había en su corazón. «Aquí dijo Jesús  llega un verdadero israelita en el que no cabe la falsedad.» Ese era un tributo que apreciaría cualquier israelita.
Natanael se sorprendió de que se pudiera dar tal veredicto a primera vista, y Le preguntó a Jesús que de qué le conocía.
No fue tanto el que Jesús le hubiera visto cuando estaba debajo de la higuera lo que sorprendió a Natanael, sino el que Jesús hubiera leído los pensamientos de su corazón. Natanael se dijo: « ¡Aquí hay Alguien que comprende mis sueños, un Hombre que conoce mis oraciones! ¡Aquí hay Uno que ha contemplado los anhelos más íntimos y secretos que yo no sé ni expresar con palabras! ¡Aquí hay un Hombre que puede traducir los suspiros inarticulados del alma! ¡Este Hombre no puede ser más que el Ungido de Dios que Se nos había prometido y estábamos esperando!» Natanael capituló incondicionalmente ante el Hombre que le había leído, comprendido apaciguado y llenado el corazón.
CONCLUSION:
                                Para evangelizar no necesitamos tener un conocimiento acabado de Jesús, ello vendrá después. Es importante que la gente conozca en detalle la vida de Jesús, pero más importante que eso, en el plano evangelístico, es conducir a las personas hacia un encuentro personal con Él. Muchos hermanos alegan que no están preparados para comunicar el plan de salvación a otros, y éstos forman un gran porcentaje dentro de la hermandad. Sin embargo, no podemos hacer de esto una excusa, pues aunque el contenido del evangelio sea de una profundidad       inmensa, no obstante, posee una sencillez extraordinaria. El apóstol Pablo nos brinda una de las formas más detalladas y simplificadas del plan de salvación..."Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores" (1 Tim.1, 15).
                NOTAS FINALES
1.-Todo argumento para negar la divinidad de Jesucristo es falso. Existen sectas y pensamientos modernos, algunos provenientes de ciertas tendencias teológicas, que intentan negar la divinidad de Jesús, o tratan de minimizarla (como los Testigos de Jehová que dicen que Jesús era un "dios" y no Dios). Por el contexto del capítulo uno no cabe duda que Jesús es el Verbo que era con Dios y que es Dios. A Él se le atribuyen eternidad, deidad y omnipotencia. Además sólo en Él se halla la vida, es decir, una calidad de vida caracterizada por la comunión con Dios; sólo Él nos da luz para conocer el corazón de Dios; sólo Él triunfó sobre las tinieblas. Es por todo esto que Jesucristo es la única persona que puede satisfacer nuestras necesidades.
2.- Es muy extraño que quien participó en la creación fuera rechazado por sus propias criaturas. Incluso su propia casa (Israel) como nación no le reconoció ni recibió. Sin embargo, el Mesías no queda sin pueblo. Dios obra en sus elegidos para que reciban a Cristo, mientras que ellos, a su vez, reciben el alto privilegio de ser hijos de Dios. Aquí se ve claramente que no somos tanto nosotros quienes "hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador", sino que por el nuevo nacimiento, es decir, por la obra de Dios en nosotros le hemos recibido a Él.

3.- En su encarnación, Jesús reveló al Padre. ¡No existe un amor mayor que el de la encarnación! Juan nos muestra de inmediato la grandeza del plan sempiterno de Dios. Nadie más que el eterno Hijo de Dios, fue hecho carne y vivió en medio nuestro. Fue el principio del cumplimiento de la promesa del perenne morar de Dios en medio de su pueblo. Jesús es superior a Juan, porque Él trajo la realidad de la promesa anunciada por éste. En Él hay plenitud de gracia que nunca se detiene, inagotable como las olas del mar que siempre llegan nuevas a la orilla. También es superior a Moisés, quien nos dejó la ley, ya que Jesús cumplió la ley y nos dejó su gracia y perdón. Aquel que quiera conocer a Dios, a quien nunca podemos ver directamente, debe dirigirse a Jesús: Él nos hace conocer al santo Dios, lleno de amor por los suyos.

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