LECCION ESCUELA DOMINICAL DIA 05 DE ENERO DE 2014
JUAN 5: 19-23
JUAN 14: 10–11
INTRODUCCION:
En
lugar de buscar la forma de atenuar la afirmación anterior (versículo 17), que había
despertado el furor de los judíos, Jesús la refuerza más aun con:
a.- la majestuosa fórmula introductoria, De cierto, de cierto os digo
(véase 1:5) y
b.- el resto del contenido delos versículos 19–23.
El pasaje que ahora nos ocupa se puede parafrasear del siguiente modo“
¿Me acusáis, judíos, de traspasar el mandamiento del Padre sobre el
sábado y de blasfemar su nombre por decir que soy igual a El? La acusación es
absurda, pues en ese caso la voluntad del Hijo estaría desligada (y no
simplemente diferenciada) de la voluntad del Padre e, incluso, se le opondría.
Pero en realidad no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre;
porque aquí verdaderamente está la norma
perfecta de lo que tan frecuentemente se ve en la tierra; a saber, que todo lo
que el Padre hace, lo hace el Hijo
igualmente.
DESARROLLO:
Jesús
inicia su “defensa” con la fuerte afirmación de cierto, de cierto, que traduce
el gr. amén, amén (ver vv. 24, 25; 1:51), una expresión que llama la atención a
algo de suma importancia que estaba por pronunciar.
Nótese el empleo absoluto del título Hijo. Jesús era el Hijo del Padre
en una relación sin igual; esta relación personal, íntima y única se expresa
repetidas veces a través de esta sección. Jesús emplea cuatro veces en esta
sección la conjunción causal “porque” (ver vv. 19, 20, 21, 22) para explicar la
dependencia del Hijo ante el Padre. El propósito de Jesús es convencer a los
judíos, si estuviesen [página 143] dispuestos a oírlo, de que sus obras estaban
en perfecto acuerdo con las de Dios y de su voluntad eterna. Como Dodd observa,
“aquí tenemos una parábola genuina. Es la descripción perfecta y realista de un
hijo, como aprendiz de su padre, aprendiendo el oficio”. No actúa
independientemente, ni por iniciativa propia. Se limita a observar la operación
del Padre y repite tal cual lo que el Padre hace. Esta relación íntima con el
Padre y su subordinación a la voluntad de él, establece la autoridad de Jesús
para sus enseñanzas y obras.
La razón por la revelación al Hijo de todas cosas que él mismo hace es
que el Padre ama al Hijo con el amor que no retiene nada para sí mismo.
Jesús anticipaba realizar mayores
obras que las que ya había hecho precisamente porque el Padre, por su amor al
Hijo, le mostraría la gama total de sus propias obras. El resultado de mayores
obras es que ellos quedarían asombrados. Vosotros es enfático y se refiere a
los que cuestionaban la autoridad de Jesús. Él no tenía el propósito de
asombrarlos por el hecho en sí, sino para llevarlos a creer en él; sin embargo,
a veces sus obras asombrosas fueron el medio para despertar la fe (ver 14:11).
En el resto del Evangelio Juan describe las mayores obras, a partir de los
versículos siguientes donde se menciona el resucitar muertos y juzgar a los
incrédulos.
Los judíos no tendrían problema
con la primera parte de la afirmación del v.21, porque así se enseñaba en el AT
(ver Deut. 32:39; 1 Sam. 2:6; 2 Rey. 5:7). Esta obra del Padre incluye la
resurrección de alma y cuerpo y el tiempo presente de ambos verbos indica tanto
el poder para hacerlo como también la continuación de tal operación. Resucita y
da vida son dos aspectos de la misma operación, la primera se refiere al cuerpo
y la segunda al espíritu o al ánimo de vida. Así también el Hijo da vida a los
que quiere. La segunda parte de la afirmación es lo que enfurecía a los judíos,
porque entendían que sólo Dios puede realizar esta clase de obra. Da vida en
este contexto seguramente se refiere a la vivificación espiritual. Es obvio que
da vida a los que quiere sería casi ininteligible si se refiriera a la
resurrección de la tumba. El Hijo ciertamente quiere dar vida espiritual a
todos los que creen en él; por otro lado, su voluntad es negársela a los que
rechazan su oferta y se niegan a creer en el como el Hijo de Dios y Salvador
del mundo.
El argumento prosigue a la
consideración del juicio, un oficio más elevado aún que el dar vida; los judíos
consideraban que estaba reservado sólo al Padre. Esta es una idea nueva y radical,
por cierto chocante para los judíos, más aún que la idea de que el Hijo da vida
a los que él quiere.
CONCLUSION:
La
unidad entre el Padre y el Hijo (Jesús) tiene muchas implicancias importantes:
a. Si Jesús está `trabajando'
en sábado, es porque el Padre está haciendo lo mismo.
b. Si el Padre hace
maravillas (resucitar a los muertos), el Hijo igual las hará.
c. Si Dios tiene el derecho
para juzgar al mundo, el Hijo también lo tiene.
d. Si el Padre merece la
honra de parte nuestra, el Hijo la merece igual.
e. El que piensa creer en
Dios, entonces debe creer también en Jesucristo.
d. La vida eterna depende de
nuestra relación con el Hijo.
e. Si la vida viene de Dios,
el Hijo puede también ahora dar vida (en sentido espiritual) a aquellos que no
la tienen.
f. En el juicio, el Hijo
actuará como el Juez supremo: Él decide sobre la salvación y la condenación.
En un sermón sobre este pasaje
podemos recalcar la importancia de nuestra fe en Jesús y la plena dependencia
en Él. Él puede ya darnos vida, aunque estemos muertos para Dios. Esta vida es
la más íntima comunión con el Señor.
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