Lección escuela Dominical Domingo 12 Abril 2015
Lección: Juan19:12-22
Texto. Hebreos 12:2
INTRODUCCION
Quien lea un pasaje como este sin sentir profunda gratitud hacia Jesucristo debe ser muy insensible o muy indiferente. Grande debe ser el amor de Jesucristo hacia los pecadores cuando se sometió voluntariamente a tantos sufrimientos a fin de salvarlos; y grande debe ser la maldad del pecado cuando tantos sufrimientos fueron necesarios para obtener nuestra redención. Cristo muere finalmente crucificado.
DESARROLLO
V.12-15 La declaración anterior de Jesús causó tal temor en Pilato que este buscaba la forma de liberarle. Pilato lo deja en el salón donde lo había interrogado, y salió al lugar donde estaban los judíos, a fin de decirles que el cargo de blasfemia no había sido hallado válido, y que él quería ponerlo en libertad. El pueblo responde: “Si a este sueltas, no eres amigo de César…” Con un argumento que sabía que era de peso en el ánimo de un romano, los judíos hicieron detener a Pilato cuando estaba haciendo algunos esfuerzos, aunque débiles, por libertar a nuestro Señor, le dijeron claramente que lo acusarían ante César como hostil a la causa imperial. El argumento era fuerte y concluyente, entendiendo que le era ya imposible dejar en libertad a Jesús. Pues temió mas a la amenaza de los judíos que el de hacer justicia, y así saco a Jesús al pueblo presentándole como: “vuestro rey” y el pueblo hipócritamente le respondió “no tenemos más rey que ha Cesar”. Frente a esta decisión del pueblo, le entregó a Jesús para ser crucificado. Todo esto sucedió en la preparación de la pascua. Esta expresión no significa que tal día fuese cuando se preparaba la Cena Pascual, sino simplemente que era el viernes de la semana de pascua. Era el tiempo en que los judíos deberían haber estado ocupados en purificar de la vieja levadura todos los lugares y prepararse debidamente para la celebración de la gran fiesta de la Pascua.
V. 17 Debemos advertir en primer lugar, como nuestro Señor tuvo que llevar la cruz a cuesta desde la ciudad hasta el Gólgota. Ese acto tuvo su significación. Por una parte, fue una porción de la profunda humillación a que tuvo que someterse nuestro Señor como nuestro sustituto. A los más viles criminales se les obligaba a que llevaran su propia cruz cuando iban a ser ejecutados y nuestro Señor no fue excluido de ese castigo. Por otra parte fue el cumplimiento de la grande ofrenda del pecado prescrita en la ley de Moisés Levítico 16:27. Al insistir que los romanos crucificaran a Jesús fuera de los muros de la ciudad, los Judíos no llegaron a imaginarse que impensadamente estaban presentando la más grande ofrenda por el pecado que jamás había sido dado a los mortales contemplar. Escrito está: “Por lo cual Jesús también, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta” (Hebreos13:12). Sin embargo, todo lo soportó impertérrito y en silencio, como estaba profetizado de Él en Isaías 53:7. Fue hecho maldición por nosotros (Gálatas 3:13), y, por eso, tuvo que llevar sobre sí la cruz. Fue “obediente hasta la muerte y muerte de cruz” (Filipenses 2:8). Fue levantado como la serpiente en el desierto para curarnos de la lepra del pecado.
V. 18 le crucificaron junto a dos malhechores, uno a cado lado y Jesús en medio, este detalle que da Juan de que Jesús fue crucificado en medio significaba que era el peor de los tres y, por eso, se le colocaba en el lugar más visible y oprobioso. Así se cumplía las Escrituras que dice: “Se dispuso con los impíos su sepultura” (Isaias53:9,12).
V. 19-20 Es de advertirse, que nuestro Señor fue crucificado como Rey. La inscripción colocada en la parte superior de la cruz expresaba esto de una manera clara e inequívoca. Cualquier espectador que pudiera leer griego, latín o hebreo no podía menos que percibir que al que pendía de la cruz se le había dado el título de rey. Dios en su omnipotencia arregló de tal manera los acontecimientos que la voluntad de Pilato prevaleció sobre los malignos deseos de los judíos.
V. 21-22 Al leer los judíos esta inscripción se enfadaron en extremo, se sintieron profundamente ofendidos e insultados con la forma que Pilato expuso en la inscripción la causa de la condena de Jesús, trataron que éste borrara tal inscripción, pero Pilato les respondió: “Lo que he escrito, he escrito”, es decir “escrito tiene que permanecer “Esta firmeza del gobernador fue como un escape de coraje que antes no había mostrado a los judíos. Quizás cansado de ser juguete de los líderes judíos, mostraba su resolución. A no dejarse intimidar por más tiempo.
CONCLUSION
Aquí el Maestro nos enseñó a todos, a tomar cada uno su cruz, y seguirle (Lucas 14:27). De nada sirve tomar la cruz por más pesada que sea, sino es, en seguimiento de Cristo y por amor a Él y a nuestro prójimo (1Corintios 13:3). Sea cualquiera la cruz que Él mande tomar, y en cualquier tiempo y lugar que nos lo mande, recordemos siempre que Él, el santo e inocente Hijo de Dios, llevó primero la cruz más pesada de todas.