viernes, 29 de julio de 2016

Prodigios y Milagros

Lección Domingo 23 de Julio de 2016
Hechos 14: 1-7
Textos: Hecho 4.31

INTRODUCCIÓN 

La primera predicación del evangelio en Asia Menor tuvo mucho éxito. En Antioquia fueron muchos los que creyeron. Sin embargo, la ofensa de la cruz también estaba presente. En su mayoría, los judíos rechazaron el evangelio, y persiguieron a Pablo y a Bernabé hasta que éstos tuvieron que huir de la ciudad. 

La predicación en Antioquía de Pisidia, la reacción mayor por parte de los gentiles y la persecución posterior, establecieron todo un estilo. En gran parte o en su totalidad, todo esto se fue repitiendo prácticamente en todas las ciudades.

Los apóstoles viajaron rumbo al oriente hasta llegar a la ciudad de Iconio. Entraron a la sinagoga y predicaron el evangelio ahí. Y nuevamente el Señor bendijo su ministerio, y muchos creyeron, tanto de los judíos como de los gentiles. También aquí los judíos no creyentes pusieron trabas; pero a pesar de ello los apóstoles continuaron predicando en Iconio. El Señor manifestó su bendición al permitirles que obrasen milagros en este lugar y parece que su trabajo tuvo mucho éxito. 

Sin embargo, los judíos que no quisieron aceptar el evangelio siguieron causando problemas, hasta el punto que la ciudad quedó dividida entre aquellos que creyeron a los apóstoles y los que se opusieron. Las autoridades estuvieron al lado de los judíos incrédulos, y dieron permiso para un plan de apedrear a los apóstoles. Pero Pablo y Bernabé supieron del plan, y lograron salir de la ciudad, antes de que se atentara contra sus vidas. 


DESARROLLO

Iconio, Listra y Derbe

"Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio". 




Iconio estaba a unos cien kilómetros al este y un poco al sur de Antioquía de Pisidia, en una meseta de algo más de mil metros de elevación. Al llegar allí. Pablo y Bernabé se dirigieron primero a la sinagoga. Como de ordinario, se les dio oportunidad para hablar. Lucas no recoge su sermón. Sólo señala que hablaron, como acostumbraban; esto es, tal como habían hecho en Antioquía de Pisidia. 

El resultado fue similar. Una gran multitud, tanto de judíos como de griegos (gentiles de habla griega) creyó (y por supuesto, todos fueron bautizados en agua y en el Espíritu Santo). Entonces, como antes, los judíos que no creían (los desobedientes, rebeldes), en su celo excitaron a los gentiles y corrompieron sus ánimos (almas, deseos) contra los hermanos (los nuevos creyentes que ahora eran discípulos de Jesús y miembros de su Cuerpo.) 

No obstante, en este caso los judíos no pudieron conseguir mucho apoyo de los gentiles al principio. Por esto. Pablo y Bernabé se detuvieron en Iconio mucho tiempo. Hablaban con denuedo, confiados en el Señor Jesús. Mientras ellos hacían esto, el Señor daba testimonio a la Palabra (mensaje) de su gracia concediendo que se hiciesen señales y prodigios por sus manos. Así fue como los reconocieron como agentes de Cristo, que hacían su obra con su autoridad. 

Sin embargo, al cabo de algún tiempo, la gente de la ciudad se hallaba fuertemente dividida. Algunos estaban con los judíos (que no habían creído). Otros se mantenían junto a los apóstoles. Fue entonces cuando se juntaron gentiles y judíos con los gobernantes de sus sinagogas con intenciones hostiles. Su propósito era tratar a los apóstoles de forma ultrajante y apedrearlos a morir. Sin embargo, el texto griego no quiere decir que hubiera ningún intento real, sino solamente la intención y la instigación para llevarlo a cabo. 

Pero los apóstoles tuvieron noticias de la conspiración y huyeron. No porque tuvieran miedo, sino porque había otros lugares donde se necesitaba su ministerio. Así fue como siguieron a Listra y Derbe, ciudades licaonias situadas en la parte sur de la provincia romana de la Galacia. Listra, al igual que Iconio, tenía la categoría de colonia militar romana y la responsabilidad de velar por los intereses de Roma y vigilar los caminos romanos. En Listra, los apóstoles predicaban (seguían predicando) el Evangelio (diciendo las buenas nuevas). Lo que sigue nos da un ejemplo de cómo Pablo les predicaba a los gentiles que no tenían conocimiento de las Escrituras. 




De Iconio, los misioneros cruzaron la frontera a Licaonia. Allí predicaron tanto en las ciudades, como en el campo rural. 

La mayor parte de su trabajo lo realizó en las ciudades, espe-cialmente en Listra. Después de haber estado predicando un buen tiempo ahí, obraron un milagro semejante al de Pedro y Juan en Jerusalén (cap. 3). Pablo recibió un don muy especial del Espíritu Santo para poder entender el corazón del cojo de nacimiento. Supo que este hombre tenía fe como para ser sanado, tanto en su cuerpo como en su espíritu. Es cierto que los milagros siempre son obras sobrenaturales de Dios, pero pocas veces se realiza a menos que haya fe. Esto muestra la relación muy íntima que existe entre la salvación y los milagros de sanidad —para ambos casos es necesario el don de la fe. 

La reacción del pueblo fue típicamente pagana. Ellos estaban seguros de que Pablo y Bernabé "eran dioses bajo la semejanza de hombres (que) han descendido a nosotros" (v. 11). La gente de Listra adoraba al dios Zeus, un dios griego que entre los romanos se conocía como Júpiter. Hermes, en su religión era un dios que siempre acompañaba a Zeus (entre los romanos se le conocía como Mercurio —(véase una enciclopedia si es posible). Pensaron, pues, que Pablo y Bernabé eran nada menos que estos mismos dioses. Inmediatamente comenzaron los pre-parativos para un culto pagano de adoración. Al principio, los misioneros no entendieron lo que estaba pasando, porque la gente hablaba en su idioma local. Pero cuando al fin entendieron la razón de tanta actividad, enérgicamente intentaron detenerlos; lo cual lograron al fin, pero sólo después de una lucha difícil. 

Los judíos incrédulos tanto de Antioquia como de Iconio, no contentos con haber sacado a Pablo y Bernabé de sus respectivas ciudades, los persiguieron hasta Listra. Aquí ellos tenían posibilidad de llevar a cabo lo que habían planeado en Iconio. Esta gente, que unas horas antes estaba lista para adorarles como dioses, de un momento a otro quedaron convencidos por los judíos para apedrearles. 



CONCLUSIÓN 


Se nota aquí el mismo cambio sorprendente que hubo en el pueblo de Jerusalén respecto a la persona de Cristo. Los enemigos de Pablo lo apedrearon hasta dejarle por muerto, y luego arrastrándolo le sacaron de la ciudad. Estando rodeado por sus discípulos entristecidos, volvió en sí, se incorporó y regresó a la ciudad. El uso de la palabra "discípulos" aquí en este capítulo nos da a entender que aun en este lugar Dios había bendecido la predicación de su Palabra. Entre estos discípulos seguramente estaban Timoteo, su madre y su abuela. El mismo Señor nos advierte “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo”( Juan 16:33).

jueves, 14 de julio de 2016

El evangelio de Dios revelado

Lección Domingo 10 de Julio
Hechos 13: 36 al 41
Texto: Romanos 5.1

INTRODUCCIÓN 



Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella. Y por un tiempo como de cuarenta años los soportó en el desierto; y habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio. Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. De la descendencia de éste, y conforme a la promesa. Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel. Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies. Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación. Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, las cumplieron al condenarle. Y sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le matase. Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro. Mas Dios le levantó de los muertos. Y él se apareció durante muchos días a los que habían subido juntamente con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el pueblo. Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy. Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, lo dijo así: Os daré las misericordias fieles de David. Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción. 


DESARROLLO





Pablo presenta esta exposición con tal elocuencia que produce una conmoción reflexiva en todos los presentes. Que lo llevo a tener Tal convicción en su presentación del evangelio de Cristo. La respuesta es o más bien son las circunstancias que ya les habían acontecido, las cuales podemos recordar y que ya hemos estudiado: 


La Persecución 
Herodes 
Herodes mata a Jacobo 
Un ángel rescata a Pedro 
La muerte de Herodes 
Bernabé y Saulo regresan a Antioquía 
El Retorno Desde Jerusalén 
Llamados por el Espíritu 
El Nuevo Trabajo 
Elimás el Mago 
El envío de Bernabé y Saulo 
La evangelización de Chipre 
La predicación en Antioquía de Pisidia y finalmente, 
Se vuelven a los gentiles. 


Pasaron momentos y experiencias difíciles pero continúan con más fuerzas con mayor convicción y el número de los redimidos crecía más y más de día en día. Cada circunstancia cada experiencia en cada lugar que llegaron les comunicaba el cumplimiento de las escrituras y el asombro de los que hoy que ya habían escuchado por los que antes les habían hablado, ratificaba las verdadera identidad de este Cristo como el hijo de Dios enviado a dar salvación a la humanidad que estaba extraviada y perdida. 


En el libro de hebreos cap.4:14 dice: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspaso los cielos, Jesús el hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado .Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. 


"Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas. Despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes habiéndoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia". 
A medida que iban saliendo de la sinagoga, los que allí estaban pedían que les hablasen de estas cosas en el siguiente día de reposo. 

Después, un buen número de ellos, compuesto tanto por judíos como por prosélitos (convertidos al judaísmo) piadosos (temerosos de Dios), siguió a Pablo y Bernabé. Ellos les hablaron durante algún tiempo, y los persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. Esto quiere decir que habían creído en la gracia de Dios que trae salvación y la habían aceptado, y los estaban animando a continuar en ella. 


CONCLUSIÓN 

La verdad fue desatada, el salvador había sido declarado y los hombres creyeron y recibieron salvación. El espíritu santo confirmo esta verdad en los corazones que creyeron. Es hoy nuestra convicción o a veces desafiamos con nuestros comentarios al creer de muchos. Y lamentablemente El Santo Espíritu no puede respaldar lo que decimos porque nos falta convicción. (Experiencias de fe).

La predicación de Pablo

Lección Domingo  03 de julio
Hechos 13:24 al 35
Texto: Efesios 1.13


INTRODUCCIÓN 

Pablo sigue identificando a Jesús como Aquel del que dijo Juan el Bautista que era el que había de venir. El ministerio de Juan el Bautista era muy conocido entre los judíos de todas partes: también conocían bien que él había negado ser el que habría de venir, el Mesías y Salvador prometido. Por tanto, el testimonio de Juan a favor de Jesús era importante. El que Juan hubiera dicho que no era digno de desatar el calzado (las sandalias) de sus pies, un servicio tan típico de los esclavos, indica cuan por encima de él consideraba Juan a Jesús. 

La segunda parte del sermón (13:26-37) trata sobre la muerte y la resurrección de Jesús y el testimonio tanto de los apóstoles como de las Escrituras. 

En el versículo 16, Pablo hace notar que este mensaje de salvación les era enviado personalmente (por medio de los que habían sido enviados por el Señor Jesús), y no sólo a los judíos presentes, sino también a los gentiles que temían a Dios. 

Entonces Pablo muestra que la muerte de Jesús fue el cumplimiento de la Palabra profética de Dios, y que fue llevada a cabo por los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes. 



DESARROLLO 

Es importante notar aquí que Pablo no les echó la culpa de la muerte de Jesús a todos los judíos, sino sólo a aquellos de Jerusalén que estuvieron realmente comprometidos. También reconoce que lo hicieron porque no conocían a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leían cada día de reposo (en sus sinagogas). La palabra griega usada aquí, algunas veces significa ignorancia culpable, o ignorancia deliberada de la verdad. Puesto que ellos sí conocían estas profecías, lo que está diciendo aquí es que las ignoraron voluntariamente. 

Pablo dice también que no hallaron en él causa, motivo digno de muerte, y sin embargo le pidieron a Pilato que matara a Jesús. Pero después de que las profecías de la muerte de Cristo se hubieron cumplido, los habitantes de Jerusalén lo quitaron del madero (la cruz; compare con Deuteronomio 21:23 y Calatas 3:13) y lo pusieron en el sepulcro. (Los que realmente hicieron esto fueron Nicodemo y José de Arimatea: Juan 19:38, 39.) Después, Dios levantó a Jesús de entre los muertos. Sus discípulos, galileos que habían subido con El a Jerusalén, fueron testigos de esto. 

Estas eran las buenas nuevas que Pablo y Bernabé les traían. La promesa hecha a los padres del Antiguo Testamento se había cumplido ahora para sus hijos, al levantar Dios a Jesús de entre los muertos. Pablo confirmó esto citando el Salmo 2:7, donde "Yo te he engendrado hoy" significa "Estoy declarando hoy que yo te he engendrado, o sea, que soy tu padre". Esto le fue declarado a uno que ya era hijo de rey. Hoy en día la mayoría cree que era una fórmula por la cual un rey hacía declaración pública de que en aquel momento específico estaba levantando a su hijo para que compartiera el trono como rey, en plan de asociado e igual. Siendo así, en el Salmo se refiere a que Dios declara que Jesús es su Hijo. Dios hizo esto primero cuando Jesús comenzó su ministerio y envió su Espíritu sobre El (Lucas 3:22). Después lo hizo de manera menos inequívoca aún cuando levantó a Jesús de entre los muertos. Como dice Romanos 1:3, 4, Jesús, "que era del linaje de David según la carne", "fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad (o, por medio del Espíritu Santo), por la resurrección de los muertos". Puesto que aun aquí. Lucas está resumiendo un sermón que fue predicado en un largo tiempo, es probable que Pablo les explicara estas cosas más completamente a los que lo escuchaban. 

A continuación, siguió señalando citas de las Escrituras. Mencionó en primer lugar Isaías 55:3, que hace referencia a las misericordias fieles de David, en un pasaje que habla de perdón y de salvación. Entonces, dedujo que estas misericordias incluían el Salmo 16:10, que dice que Dios no permitirá que (dará a) su Santo vea corrupción (destrucción o disolución del cuerpo). Además, David, después de servir a su propia generación en la voluntad de Dios, murió y su cuerpo sí vio corrupción. En contraste con él, aquél a quien Dios levantó (Jesús) no vio corrupción. (Compare con Hechos 2:29. Pablo veía la misma verdad que Pedro, pero la presentó en una forma algo distinta. Se ve claramente que Pablo predicaba el mismo Evangelio que los otros apóstoles. Vea Gálatas 1:8, 9; 2:2, 9; 1 Corintios 15:11.) 

La parte final de este sermón (13:38-41) es una exhortación: "Por medio de él se os anuncia perdón de pecados." También por medio de Él todos los creyentes son justificados (hechos justos, declarados inocentes, tratados como si nunca hubieran pecado; y por tanto, liberados de la culpa y el castigo de su pecado). Los pecadores son perdonados y liberados hasta de la culpa de todas aquellas cosas para las cuales la Ley de Moisés no podía ofrecer justificación (o no podía considerar a nadie como justo)." 

Termina el sermón de Pablo con una advertencia en la que utiliza un lenguaje tomado de Habacuc 1:5 (en la versión griega de los Setenta). Quería que los que lo escuchaban estuvieran atentos, no fuera a ser que cayera sobre ellos un juicio mayor aún que el que sufrieron los rebeldes a los que hablaba Habacuc. 

Se vuelven a los gentiles 

"Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas. Despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes habiéndoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia". 
La reacción de Pablo y Bernabé fue hablar valiente y libremente, diciendo que era necesario (esto es, necesario para cumplir con el plan de Dios) que la Palabra de Dios les fuera hablada primero a "ustedes, judíos". Pero, ya que los judíos la habían desechado con burla (rechazado) y por tanto, se habían juzgado a ellos mismos indignos de vida eterna (con su conducta), "he aquí" que los dos apóstoles se volvían (en aquel momento) a los gentiles. ("He aquí" señala que esta vuelta hacia los gentiles era algo inesperado y sorprendente para los judíos.) 

A medida que iban saliendo de la sinagoga, los que allí estaban pedían que les hablasen de estas cosas en el siguiente día de reposo. Después, un buen número de ellos, compuesto tanto por judíos como por prosélitos (convertidos al judaísmo) piadosos (temerosos de Dios), siguió a Pablo y Bernabé. Ellos les hablaron durante algún tiempo, y los persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios. Esto quiere decir que habían creído en la gracia de Dios que trae salvación y la habían aceptado, y los estaban animando a continuar en ella. 

Los gentiles temerosos de Dios pasaron la noticia con tanta eficiencia, que al día de reposo siguiente, casi toda la ciudad se reunió para oír la Palabra de Dios (el Evangelio). Al ver la muchedumbre se llenaron de celos los judíos y comenzaron a hablar contra lo que Pablo decía. Hasta blasfemaron (no de Dios, sino de Pablo). Es decir: usaron un lenguaje abusivo contra él. Esto quiere decir que estaban temerosos de perder su influencia sobre aquellos gentiles que habían estado buscando sus enseñanzas. También podría significar que tenían un celo por el judaísmo en el que no había lugar de bendición para los gentiles que no se hicieran judíos primero. 

La vuelta hacia los gentiles no era en realidad una idea original de los apóstoles. Era más bien un gesto obediente a la Palabra profética dada en Isaías 49:6; con respecto al Mesías, el siervo de Dios. (Vea también Isaías 42:6; Lucas 2:30-32. Cristo y su Cuerpo, la Iglesia, los creyentes, participan en la obra de llevar la luz del Evangelio al mundo.) 


CONCLUSIÓN Y CONSECUENCIAS 

Al oír esto, los gentiles se regocijaron y glorificaron la Palabra del Señor. "Y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna." Esto podría sonar como si la Biblia estuviera enseñando una predestinación arbitraria en este momento. No obstante, no se dice que fuera Dios quien los "ordenara". La palabra "ordenados" puede significar aquí "decididos". Esto es, aquellos gentiles aceptaron la verdad de vida eterna por medio de Jesús, y no permitieron que la contradicción de los judíos los apartara de ella. La consecuencia fue que la Palabra del Señor se difundió por toda aquella provincia.