Lección Domingo 16 de octubre de 2016
Hechos 16.25 al 34
Texto: Romanos 10.9-10
Librados de la Cárcel

¿Por qué lo hizo Pablo? ¿Estaba buscando una simple venganza? No. Pablo se interesaba en la justicia. Dios ha ordenado a las autoridades que velen por los hombres inocentes, no que los maltraten. Así que Pablo aprovechó esta oportunidad para recordar a los dirigentes de sus responsabilidades para que en el futuro no maltratasen a otros.
Después de que los misioneros regresaron a la casa de Lidia, para darle ánimo a ella y a los demás cristianos, salieron de Filipos para continuar la obra evangelista en otras regiones de Macedonia. Más Lucas permaneció en Filipos y no se volvió a unir a Pablo sino hasta el tercer viaje misionero.
DESARROLLO
La conversión del carcelero
"Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios".
El terremoto despertó al carcelero. Parece que de inmediato se apresuró a ir a la cárcel, vio que todas las puertas estaban abiertas y se precipitó a suponer que todos los prisioneros habían escapado. Conocía la pena que recibiría si era así. Antes de enfrentarse al juicio, la vergüenza y la muerte deshonrosa que le esperaba, sacó la espada con la intención de suicidarse.
Desde las profundas tinieblas de la celda. Pablo pudo ver lo que el carcelero estaba haciendo, aunque éste a su vez no podía divisar nada dentro de la celda. De inmediato le gritó que no se hiciera daño, porque todos los prisioneros se hallaban allí todavía.
Después de pedir luz, el carcelero se precipitó dentro de la cárcel. Temblando de miedo, se postró ante Pablo y Silas. O sea, se sintió totalmente dominado por el temor y el pavor por lo que había sucedido.
Entonces, recobrando su compostura, sacó a Pablo y a Silas de la prisión y les preguntó qué debía hacer para ser salvo. Esta pregunta podría sonar extraña en labios de un romano pagano. Pero debe haber recordado las palabras del espíritu ventrílocuo que había poseído a la esclava. Aquellos hombres le podían dar a conocer el camino de la salvación.
La respuesta de Pablo fue sencilla: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." Con esto. Pablo no quiso decir que toda la casa del carcelero sería salva simplemente porque él lo fuera. Sin embargo. Pablo quería que el carcelero supiera que la oferta no se limitaba a él, sino que el mismo tipo de fe le llevaría salvación a todo el que creyera. Indudablemente, pudo ver que el terremoto y sus consecuencias los habían afectado a todos. Quería verlos salvos a todos, y no sólo a uno.
Entonces Pablo y Silas les hablaron la Palabra del Señor (el Evangelio) a él y a todos los que estaban en su casa. De esta manera les explicaron a todos lo que significaba creer en Jesús y ser salvo.
Después, el carcelero tomó a los apóstoles y les lavó las heridas (producto de los azotes), y de inmediato, se bautizó con todos los suyos. Es probable que se hiciera esto en una piscina en el patio de su casa. A continuación, volvió a entrar a los apóstoles en la casa y dispuso ante ellos una mesa repleta de comida. En aquellos momentos, toda su casa estaba repleta de gozo, porque habían creído en Dios con una fe que era fuerte y perseverante.
Algunos escritores tratan de usar este pasaje como argumento a favor del bautismo de infantes, puesto que toda la casa del carcelero fue bautizada en agua. Sin embargo, cuando examinamos más cuidadosamente el pasaje, es fácil ver que todos los miembros de su casa oyeron la Palabra de Dios, todos creyeron y todos estaban llenos de regocijo.
Se ve claramente que no había infantes en el grupo. Es posible que el carcelero no tuviera hijos pequeños. En realidad, era el "gobernador" de la cárcel y probablemente fuera de bastante edad cuando fue nombrado para el cargo. También es probable que la costumbre romana no considerara a los bebés o a los niños pequeños como parte de la casa hasta que alcanzaran cierta edad.
El gozo era tan grande, que podríamos traducir diciendo que estaban "saltando de gozo". Lucas no lo dice todo siempre. Podemos estar seguros de que parte del motivo de tan grande gozo era el hecho de que también fueron bautizados en el Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas, como lo hicieron los primeros creyentes en el día de Pentecostés (Hechos 2:4) y en la casa de Cornelio. Al fin y al cabo, ¿iba Dios a hacer menos a favor de estos creyentes, que a favor de Cornelio?.
CONCLUSIÓN
Quizá Pablo y Silas pensaron que su encarcelamiento era un estorbo al evangelio. La verdad es que Dios usó esta circunstancia para que uno de sus escogidos escuchara el evangelio. Dios estaba guiando aún por caminos difíciles. Estando los misioneros en la cárcel, ahora interviene Dios por medio del terremoto que libró a los presos. Esto abrió el corazón del carcelero para recibir el mensaje de salvación de labios de sus presos. Como resultado del encarcelamiento de Pablo y Silas, el carcelero y su familia se convirtieron. Ahora, en vez de tratar a Pablo y a Silas como a los criminales más viles, el carcelero los llevó a su casa y los trató como huéspedes de honor. Dios siempre está examinando nuestra fe, pues por ella caminamos y por ella vivimos. Dice el verso “sin fe es imposible agradar a Dios”( Hebreos 11: 4-6)