martes, 11 de octubre de 2016

El ingreso del evangelio a Europa

Lección Domingo 02 de Octubre de 2016
Hechos 16. 11 al 15
Texto: Romanos 10.17

INTRODUCCIÓN 

El Evangelio en Europa 

El viaje de Troas a Neápolis, rumbo al norte se hizo en dos días. Neápolis era el puerto de Filipos. Filipos era una importante ciudad de Macedonia. Era colonia romana poblada por soldados romanos jubilados, cosa que daba a la ciudad cierto prestigio. 

En Filipos Pablo siguió su costumbre de predicar primero a los judíos. No había sinagoga. Esto indica que no había muchos judíos en Filipos, ya que con sólo diez hombres judíos se podía establecer una sinagoga. Cuando no había suficientes hombres como para formar una sinagoga, era costumbre de los judíos buscar algún otro lugar donde pudieran adorar a Dios. En Fili-pos se reunían en la ribera del río. Pablo, Silas, Timoteo y Lucas encontraron este lugar y predicaron a las mujeres ahí reunidas el mensaje de la salvación de Cristo. Este primer mensaje del evangelio que se predicó en el continente de Europa fue bendecido por Dios. Entre las mujeres presentes estaba Lidia, una mujer que era "temerosa de Dios" (o sea, una persona que, siendo gentil, adoraba al Dios de Israel). 

Ella vendía la tela color púrpura que se usaba mucho en las clases sociales de prestigio. Esta mujer creyó, y ella y los de su casa fueron bautizados. Ella insistió en que los misioneros se hospedaran en su casa mientras estuvieran en Filipos. Así fue establecida en Europa una cabeza de playa para el evangelio. 



DESARROLLO 

Una puerta abierta en Filipos (16:11-15). 

"Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedamos". 

Un barco de vela los llevó en una travesía de dos días con un recorrido de unos 225 kilómetros a Neápolis, el pueblo que era puerto de Filipos, con una parada en la montañosa isla de Samotracia. El viento debe haber sido muy favorable. Más tarde, el viaje en sentido contrario les llevaría cinco días (Hechos 20:6). 

Filipos, ciudad llamada así en honor del padre de Alejandro Magno, era una gran urbe de la primera división de la provincia romana de Macedonia, al norte de Grecia. La ciudad era también una "colonia" romana. Esto es, los romanos habían establecido en ella una guarnición de soldados romanos que eran ciudadanos de Roma y seguían las leyes y las costumbres romanas. Era una ciudad importante también porque estaba situada en el extremo oriental del famoso camino romano llamado Vía Egnatia. 

No había sinagoga judía en la ciudad, lo que quiere decir que no tenía los diez hombres judíos necesarios para que hubiera una. Probablemente, después de preguntar, supieron que había un lugar de oración a kilómetro y medio de la puerta de la ciudad, en la ribera del Gangites. Fueron a sentarse allí y se dedicaron a hablarles al grupo de mujeres que se reunían en aquel lugar. 

Una de ellas. Lidia, era una rica mujer de negocios, vendedora de ropa teñida con púrpura. Era una gentil temerosa de Dios, procedente de Tiatira, en la provincia romana de Asia, ciudad famosa por sus tinturas. Escuchó atentamente a Pablo. Muy pronto, el Señor le abrió el corazón para que les prestara toda su atención a las cosas que Pablo decía. La consecuencia fue que creyó en el Evangelio y fue bautizada en agua, junto con toda su casa, esto es, sus empleados y sirvientes. Gracias a su influencia, ellos también creyeron, y se convirtieron así en el primer cuerpo de creyentes de Europa. 

Esto ocurrió durante un cierto período de tiempo. Al ganar a su casa para el Señor, Lidia demostraba su propia fidelidad a Él. Fundada en esto, les rogó a Pablo y a todos los que lo acompañaban que hicieran de su gran residencia su casa y su centro de actividad. Así se mantuvo rogándoles, hasta que finalmente lo hicieron. 


CONCLUSIÓN 

Es una incógnita precisar si las circunstancias que acontecía a los misioneros en este segundo viaje las hubiera enfrentado Bernabé y Juan Marcos de la misma manera que Pablo, Silas Timoteo y Lucas, este ultimo da su informe de primera mano, aquí en hechos 16 como en 21 y 28, utiliza la palabra “nosotros” al escribir, lo que indica que el acompaño al apóstol Pablo en algunos de sus viajes. Su estrecha asociación con Pablo significa que el tuvo acceso directo al personaje central de hechos 13 al 28. Dios permite que Lucas relate para nosotros hoy lo que un hombre consagrado puede hacer, entregarse por entero a la causa del evangelio del Señor Jesucristo. Un hombre sin delirios de homenaje, sin buscar reconocimiento 

Solo agradar al que lo llamo por esclavo; el mismo dijo “pero lejos este de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo… De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”. 

Alguien puede decir que Pablo hizo más que muchos pero la verdad es que cada uno es llamado para cumplir un propósito el cual está en la sola potestad del Dios Altísimo.

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