martes, 26 de diciembre de 2017

Analogía del matrimonio

Lección: Romanos 7:1-6
Texto: Gálatas 5:24-25
Domingo 31 de Diciembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
El matrimonio, pilar fundamental de las sociedades en todo el mundo, es la figura que usa Pablo para esclarecer con ejemplos fáciles de comprender las verdades fundamentales del evangelio, como lo son la Justicia de Dios y la justificación del creyente. Que mejor ejemplo, el del matrimonio, ya que de esta forma hasta el más neófito puede entender la doctrina bíblica. Veamos esta comparación.
DESARROLLO: 
En cada sociedad existen normas que regulan la convivencia de las personas. A eso se le llama Ley. Pablo parte su argumentación con una pregunta; “¿Acaso ignoráis, hermanos… que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?” (v. 1) Luego, precede a poner el ejemplo de una mujer casada, la “que está sujeta por ley al marido mientras éste vive, pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido” (v. 2) Pero, “si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adultera; pero si su marido muriere es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera” (v.3) Ahora Pablo procede a hacer la aplicación a una verdad espiritual que todos los hombres deben conocer: “Así también vosotros, hermanos míos, habéis muertos a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucito de los muertos…” (v.4) es decir de Cristo. Lo que está tratando de explicar el apóstol Pablo, es que en Cristo estamos libres de la ley. Eso lo explicaremos enseguida.
El tema de la ley en la Biblia es de mucha importancia. La ley dada por Dios en el Antiguo Testamento no pudo ser cumplida por el hombre, logrando con esto que el hombre fuera declarado pecador (transgresor de la ley) y como consecuencia debiera pagar por dichas transgresiones con la muerte. Pablo se encarga de destacar que “mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte” (v. 5) Por lo tanto, éramos esclavos del pecado y no podíamos sacudirnos del mismo. Pero, gracias a Cristo y su sacrificio por el pecador “ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos” (v. 6) A través de Cristo, ya no estamos sujetos a la ley del Antiguo Testamento, porque el mesías nos redimió para Dios mediante su sacrificio.
CONCLUSIÓN: 

¿Cómo se soluciona entonces el problema del pecado? Pablo dice; “De modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (v. 6) Lo que Pablo quiere decir que a través de la ley ninguno se salvó, por lo tanto debemos buscar un nuevo camino o una nueva “ley” la del Espíritu. Cuando el creyente empieza a vivir una vida en el Espíritu, no solo tendrá las herramientas para vencer el pecado, sino que también podrá en su caminar “llevar frutos para Dios”.

Siervos de la Justicia

Lección: Romanos 6:12-23
Texto: 1 Pedro 2:15-16
Domingo 24 de Diciembre 2017
INTRODUCCIÓN
La esclavitud ha sido unos de los legados más tristes de la historia. El mundo antiguo vio de manera natural este estilo de vida, dónde hombres y mujeres eran sometidos por la fuerza a “servir” a sus dueños, los que luego de adquirirlos, podían hacer con ellos lo que quisieran, aun quitarles la vida. En la presente lección observaremos la diferencia que hay entre ser un esclavo del pecado o un siervo de justicia.
DESARROLLO: 
En primer lugar, observaremos lo que Pablo comparte en cuanto a ser esclavo del pecado. Cuando la persona se hace esclavo del pecado, este se enseñoreará de él (v. 14) “de modo que está obligado a obedecerlo en sus concupiscencias” (v. 12) Si nos sometemos a alguien (nos esclavizamos) estamos obligados a obedecerle, tal como el pecador que obedece al pecado, porque es esclavo del pecado, y peor aún, esto trae como consecuencia la muerte (v. 16) Ahora en nuestra condición de humana debilidad, el hombre sin Cristo presenta sus miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, haciéndose así esclavo del pecado, y el fin de esta conducta es la muerte (v. 21)
En segundo lugar, miraremos lo que significa ser un siervo de Justicia. Sin Dios somos esclavos del pecado. Debido a que ya no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia, debemos presentar a Dios nuestros miembros como instrumentos de Justicia (v. 14) Si nos sometemos a Dios, seremos obedientes a la justicia de Dios. Hemos sido liberados del pecado, por lo tanto hemos venido a ser “siervos de justicia” (v. 18) Esto nos lleva a vivir una vida de santidad. Pablo escribe lo siguiente; “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (v. 22) ¡Qué hermosa bendición!
CONCLUSIÓN
Pablo anima a los creyentes a que no reine el pecado en nuestros cuerpos mortales (Romanos 6:12), sino que debemos presentarnos nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos (v. 13) También, contesta la gran interrogante “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? La respuesta es contundente. “En ninguna manera” (v. 15). El gran contraste entre ser esclavo del pecado o siervo de la justicia queda plasmada en la siguiente sentencia: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (v. 23) Los siervos de la justicia pueden acceder al gran regalo de Dios.

Adán y Cristo

Lección: Romanos 5:12-21
Texto: Hebreos 5:8-9
Domingo 10 de Diciembre 2017
INTRODUCCIÓN
Se dice que las comparaciones son odiosas. Pero hay que reconocer que hay comparaciones que realmente conviene hacer. Pablo en su exposición doctrinal a la Iglesia de Roma, después de haber hablado de la condenación del hombre, presenta la doctrina de la Justificación por fe. En la presente lección veremos la comparación que hace entre el antiguo Adán y el nuevo, es decir Cristo.
DESARROLLO: 
En primer lugar, analizaremos al antiguo Adán. De éste hombre se dice que “el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (v. 12) Luego, “reinó la muerte desde Adán hasta Moisés” (v. 14) Además, “el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación” (v. 16) También, que “por la transgresión de aquel uno murieron los muchos” (v. 15) y que “por la transgresión de uno solo reinó la muerte” (v. 17) “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres” (v. 18) El primer Adán solo trajo consecuencias funestas: Pecado, transgresión, muerte y que por la desobediencia de él, “los muchos fueron constituidos pecadores” (v. 19) Por lo tanto, el hombre es heredero del pecado y como consecuencia de eso de la muerte. Este sombrío panorama cambió con el postrer Adán. Veámoslo a continuación.
En segundo lugar, analizaremos al postrer Adán, es decir a Cristo. Pablo comparte que Adán, “es figura del que había de venir” (v. 14) Ya que “por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo” (v. 15) Es decir, a través de Cristo se hace realidad la “gracia y el don de Dios”. “El don (regalo de Dios) vino a causa de muchas transgresiones para justificación” (v. 16) Esto trae como consecuencia, que “reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (v. 17) El resultado es que; “por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida” (v. 18) Que hermosos resultados hemos recibido a través de Cristo, “los muchos serán constituidos justos” (v. 19)
CONCLUSIÓN
Después de la caída de Adán y Eva parece que el hombre no tenía esperanza. Peor aún, cuando el pecado reinó para muerte de los hombres quienes fueron constituidos en pecadores, pero gracias sean dadas a Dios, porque “cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (v. 20) Entonces, “así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna” (v. 21) Todo esto mediante Jesucristo, Señor nuestro.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Reconciliados con Dios

Lección: Romanos 5:6-11
Texto: 2 Corintios 5:18-19
Domingo 03 de Diciembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Cuan importante es la reconciliación, sobre todo cuando ha pasado un buen tiempo de estar alejadas las personas involucradas. Mientras más tiempo pasa, más difícil la reconciliación. La Biblia nos narra la importancia que el hombre se reconcilie con Dios, quién después de la caída narrada en Génesis 3, perdió todos los privilegios de la creación. En la presente lección Pablo nos comparte dos grandes verdades al ser reconciliados con Dios. Veámoslas a continuación.
DESARROLLO: 
La primera verdad es que de esta forma se hace notorio el amor de Dios (v. 6-8) Que hermosa bendición ha compartido Dios con su creación. El envío a Cristo para morir por los impíos (v. 6), clarificando un asunto de la lógica humana, que “ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno” (v.7) Es tremendamente difícil, encontrar a alguien que quiera morir por otra persona. El gran mensaje del evangelio queda reflejada en estas expresiones “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (v. 8) Con razón Juan en su evangelio dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. (Juan 3.16) ¡Qué amor más inefable!
La segunda verdad es que de esta forma alcanzamos la salvación (v. 9-10) La reconciliación del hombre con Dios, hace posible la justificación, importante doctrina que se define así; “Es el acto de Dios por medio del cual él declara justo al hombre que cree en Cristo”. Esto ha tenido un costo, la sangre de Cristo. Además tiene un resultado doble, somos salvos de la ira (v. 8) y alcanzamos la salvación; “porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (v. 10) ¡Bendito Cristo! y ¡Bendita salvación!.
CONCLUSIÓN: 
En el ámbito de la consejería matrimonial, se plantea la reconciliación de las parejas como un paso previo de reestablecer una buena relación. En el ámbito espiritual, esto es mucho más contundente, el hombre se puede reencontrar con su creador y por ende, recibir las bendiciones de esa reconciliación. Si Dios estuvo dispuesto a hacer cosas por nosotros cuando éramos enemigos, mucho mayor bendición podemos recibir de él al ser reconciliados; “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación” (v. 11).

jueves, 16 de noviembre de 2017

La fe triunfa sobre las tribulaciones

Lección: Romanos 5:1-5
Texto: 1 Pedro 1:6-7
Domingo 26 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:


Desde el inicio de los tiempos, y desde que el hombre debió abandonar el Edén producto de la desobediencia al creador, la tierra fue maldecida por su causa, y con dolor o amargura comería de ella todos los días de su vida. Por lo que a través de su vida el ser humano ha tenido que enfrentar tribulaciones, producto de esa caída original. Pero, que es en sí la tribulación.
Esta palabra se deriva del latín “tribulum”, que es un implemento agrícola que se emplea para separar la cáscara del grano mediante un proceso riguroso conocido como “tribulatio”, lo que sirve para ilustrar la experiencia humana, teniendo su mayor connotación teológica en Mateo 24:9, que dice; “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”, por lo que se aplica la traducción de persecución, aflicción, angustia, dificultad y padecimiento, lo que se encuentra íntimamente conectado con la era mesiánica que debía ser introducida con dolores de parto.


DESARROLLO:


Los resultados y beneficios que trae al ser humano, la justificación por la fe, son realmente maravillosos, pues ahora estando justificados por la fe, tenemos paz para con Dios, nos hemos reconciliado con el creador, siendo posible esto sólo porque Cristo con su muerte en la cruz pagó el precio, redimiendo así a los pecadores que creen en él por la fe. Ahora Pablo, establece que como creyentes, tenemos acceso a un lugar muy privilegiado por la fe, a esta gracia, que es otro beneficio que tenemos, al ser declarados inocentes por Dios, y gozamos del favor y el amor de Dios hacia nosotros, gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Verso 3, manifiesta “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones”, es importante destacar que no dice “A pesar de las tribulaciones” sino que más bien “En Las tribulaciones”. Pablo retrata con plena nitidez la realidad de los cristianos del primer siglo, en donde el sufrimiento era algo común y habitual para los que habían abrigado en sus corazones la fe en Cristo Jesús, cumpliéndose en ellos las palabras del maestro señaladas en Lucas 21:12 y Juan 16:2, más Pablo les dice que la tribulación tiene su propósito pues nos ayudan a crecer en nuestro carácter y profundizan nuestra confianza en Dios. Debemos tener claro, que las situaciones adversas producen en los creyentes paciencia, que es un atributo de Dios, y que es traspasada o se produce en los creyentes a través de las tribulaciones, y ésta a la vez produce prueba y ésta a su vez produce esperanza.
El apóstol en el verso 2, dice que “nos gloriamos en la esperanza”, además manifiesta en esta sección que la esperanza no avergüenza. Pablo escribe en el capítulo 1:16, de esta carta lo siguiente; “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación...”. Aquí vuelve a afirmar que la esperanza no avergüenza, pues ella es la virtud que capacita al hombre para tener confianza de alcanzar la vida eterna con la ayuda de Dios, ya que el amor de Dios ha sido derramado en los corazones de todos los creyentes por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Lo que da a entender es que no es en una porción pequeña, sino abundantemente del amor y misericordia de Dios, la que ha sido derramada a través de la obra del Espíritu Santo, en los corazones de los que tienen esta esperanza.


CONCLUSIÓN:


Pablo, apela a la superioridad de la fe, para señalar que por ella somos justificados por Dios ,y que por la fe también tenemos entrada a esta gracia, pero, que asimismo no nos debe parecer como cosa extraña, el tener que ser afligidos en diversas pruebas, ya que ellas, nos ayudan a aprender a esperar siempre en Dios, y a afirmarnos en la esperanza que hay en nuestros corazones, puesto que el amor de Dios ha sido derramado en los que hemos creído en Cristo, ya que él es nuestra esperanza de gloria.

La promesa dada por la fe

Lección: Romanos 4:16-25
Texto: Hechos 13:38-39
Domingo 19 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:


Muchas situaciones de la experiencia humana en el peregrinaje de los hombres en esta vida, pueden ser consideradas como el resultado de sus acciones o esfuerzo personal. El alcanzar una meta trazada, lograr un título, aun la paciencia o el autocontrol, pueden ser considerados como frutos del esfuerzo humano, pero, en cambio la fe, surge cuando el hombre deja de lograr algo por sus propios medios, capacidades o autosuficiencia y confiamos en que alguien (DIOS), lo logre en nuestro lugar, por lo tanto, la fe, es todo lo opuesto a la autosuficiencia del hombre.


DESARROLLO:


EL apóstol, manifiesta que la promesa de Dios para su pueblo fue dada a Abraham por la justicia de la fe que había en él. Por lo tanto, enfatiza que el medio o conducto para esto es sólo por la fe, para que de esa manera sea por gracia, como un verdadero don gratuito de la soberanía del creador, y sea firme esta promesa para toda su descendencia (judíos y gentiles), el cual es padre de los de la fe. Debemos establecer que las promesas de Dios son fieles, como dice la escritura; “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa” (Hebreos 6:13-15).
Hemos ratificado que las promesas o pactos de Dios son fieles, y en este pasaje vemos como se recuerda la promesa de Dios a Abraham, que le pondría por padre de muchas gentes, y es por la fe, reconociéndonos Dios mismo como hijos de Abraham por la fe, y herederos de sus promesas, como parte de su soberanía y omnipotencia, llamando a las cosas que no son como si fuesen, pues llegaría el día en que esto se cumpliría y lo podemos confirmar en Juan 1:12-13 “Más a todos los que le recibieron, a los que creen (fe) en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
¿Cómo le creyó Abraham a Dios?, “En esperanza contra esperanza”; es decir, contrario a cualquier expectativa humana común. Con la esperanza, confianza y seguridad que Dios cumpliría sus promesas, no importando que todos los elementos humanos estaban en contra, como su edad y la esterilidad de su mujer Sara, con todo eso no titubeo, ni dio lugar en su mente a la duda, para que la incredulidad tomara control de su corazón, sino que fortaleció en su fe y confianza en la promesa de Dios, dando gloria a Dios, por lo que su fe le fue contada por justicia, imputando o atribuyendo Dios esta justicia a todos los creyentes; Esto es, a los que creemos en que Dios levantó a Jesús de los muertos, el que a su vez fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.


CONCLUSIÓN:


Éste pasaje bíblico, nos explica claramente que las promesas que Dios entregó a Abraham y a toda su descendencia (Judíos y Gentiles), es a través de la justicia de la fe solamente, dándonos el apóstol a conocer asimismo que la fe es la única condición que se nos exige para ser salvos, pues es la única gracia que despoja al hombre de toda su jactancia y que hace que dé a Dios la gloria, por esto Pablo dice “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues don de Dios (Efesios 2:8).

jueves, 9 de noviembre de 2017

Abraham, justificado antes de la circuncisión

Lección: Romanos 4:9-15
Texto: Gálatas 3:11
Domingo 12 de Noviembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Siendo la circuncisión un ritual tan importante en la religión judía, ya que era un signo o señal externa del pacto de Dios primero con Abraham (Génesis 17:7-12), y por consecuencia con Israel, la que fue transmitida de generación en generación, siendo el primer mandamiento que Dios entregó al patriarca. El apóstol, ahora pasa a describir en qué momento y la razón por la que Abraham fue justificado.
DESARROLLO: 
Como ya hemos establecido, la circuncisión era una señal externa de que los judíos constituían el pueblo escogido de Dios, separándolos de esta manera de los demás pueblos de la tierra. Acá Pablo apela a la vida de Abraham, para demostrar que la gracia de la salvación, no está limitada a aquellos que han recibido esta señal en la carne bajo el antiguo pacto o dispensación; es decir, la circuncisión, sino que, establece según el texto bíblico, que Abraham fue justificado delante de Dios antes de ser circuncidado, puesto que él halló el beneplácito de Dios sólo por la fe, antes de ser circuncidado. Génesis 12:1-4, nos muestra que Dios llamó a Abraham a los setenta y cinco años de edad en Mesopotamia, y la circuncisión se la ordenó cuando éste tenía noventa y nueve años (Génesis 17:1-12), por lo tanto, su fe le fue contada por justicia no en la circuncisión, sino cuando estaba en la incircuncisión, que era la denominación que se les entregaba a los gentiles que no practicaban este ritual. De esta manera, el apóstol argumenta respecto a la pregunta del verso 9, si ésta bienaventuranza es sólo para los israelitas (que representaban la circuncisión), o se hacía también extensiva a los paganos o gentiles (que representaban la incircuncisión). Las razones que entrega Pablo, para que Abraham fuera justificado o declarado inocente y justo delante de Dios es que; Primero según el verso 11, recibió la circuncisión como “una señal” o sello físico y externo de la justicia de la fe, lo que garantizaba lo genuino de su fe, y que le fue contado por justicia. Segundo, según el verso 12, “venía a ser padre”, el modelo, origen o principio de algo (ver Génesis 4:20-21) y no sólo de los de la circuncisión, sino que también de aquellos que siguen las pisadas de la fe de Abraham.
Por lo tanto, afirma el apóstol que, “no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa (es decir, la simiente espiritual, ya sea, judíos o gentiles), de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe” (v. 13). Es importante notar lo que dice la escritura; “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:28-29).
CONCLUSIÓN: 

Como consecuencia de lo expuesto, podemos concluir, que ningún ritual u obras de la naturaleza que sea, puede justificar al hombre delante de Dios, sino, que la bienaventuranza de aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y a quienes el Señor no inculpa de pecados, es tanto para judíos como para todos los que siguen las pisadas de la fe que tuvo Abraham, “pues el justo por la fe vivirá”.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Abraham, justificado por la fe

Lección: Romanos 4:1-8
Texto: Gálatas 3:6-7
Domingo 05 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:
Habiendo establecido, en el análisis que Pablo hace respecto de la culpabilidad de la humanidad delante de Dios, donde establece y confirma asimismo que la justificación del hombre delante del creador, no es por las obras que éste realice, ni por el cumplimiento de la ley, sino que, la fe en Dios, es el medio que él ha utilizado para salvar a los creyentes. Por ello es que, utiliza el ejemplo de la vida de Abraham, para confirmar este planteamiento.
DESARROLLO:
 El ejemplo de Abraham, considerado por los fieles judíos como el padre de la nación y de su religión (Génesis 17:5; Hechos 7:2), es el elemento que Pablo ocupa para, confirmar que la justificación y la salvación son por la fe, lo que se enseña tanto en el antiguo como en el nuevo testamento. Ahora la interrogante que plantea Pablo a los lectores de esta carta es; “¿Qué halló Abraham, nuestro padre según la carne?” (v. 1) Nada, es la respuesta, porque si éste hubiese sido justificado por la carne o las obras que hacía, tendría de que gloriarse, pero no para con Dios, porque “como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31).
Pablo en su exposición, recurre a las escrituras preguntando que dicen respecto a esta tema; “Creyó (Abraham) a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6). Podemos decir, que esto es un reconocimiento formal por la fe de Abraham a la Palabra de Dios, lo que le significó que esto fuera abonado a su cuenta como justicia, por lo que el creer se establece como un sustituto a las obras. El apóstol, profundiza además en su explicación de este tema, diciendo que, al que obra o trabaja su salario no se le cuenta como gracia, (don gratuito o benevolencia) sino, como deuda, más al que no obra; como dice el versículo 5, es decir, el que no hace obras con el fin de ser justificado, a ese “su fe le es contada por justicia” y recibe el don maravilloso de la salvación.
Verso 6. David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras. Sin duda alguna, podemos afirmar que Dios es justo, y el imparte esta justicia por gracia a los que creen, no imputándoles sus pecados, sino, aplicándoles su misericordia y demostrando su benevolencia, no cargando en la cuenta del hombre sus pecados (ver 2 Corintios 5:19),
CONCLUSIÓN:
La justificación por la fe, es un hecho teológicamente incuestionable a través de toda la palabra revelada de Dios para el hombre, desde la caída en Edén hasta la redención del hombre, se puede observar la gracia de Dios y su misericordia. Para alcanzarla, sólo se necesita creer.

lunes, 23 de octubre de 2017

Nadie es justo

Lección: Romanos 3:9-20
Texto: Romanos 5:18
Domingo 22 de Octubre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Concluyente es la afirmación que sigue repitiendo Pablo en esta carta, de que “todos han pecado” tanto judíos como gentiles y por ello nadie que pisa esta tierra es justo delante de Dios. Cada ser humano, de una u otra manera, ha pecado y ofendido a Dios, y están bajo condenación y el dominio del pecado.
DESARROLLO: 
Pablo asumiendo su condición de judío se incluye en la pregunta que realiza a los demás judíos en lo referente a que junto a los gentiles están bajo el pecado y les pregunta ¿Somos mejores que ellos?. La respuesta es, “en ninguna manera”. Puesto que se han dado todos los argumentos concluyentes, para acusar a judíos y gentiles y la conclusión es que todos están bajo pecado, veredicto que va a argumentar manifestando que esto es producto de la naturaleza pecaminosa e intrínseca del hombre producto de la caída en el huerto del Edén.
Comienza Pablo argumentando a través del salmo 14:3 que dice “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Esto significa, que no existe nadie que sea inocente, debemos entender que cada persona en particular es importante para Dios, pero afirma que no hay un solo justo, y tal como lo indica el apóstol Juan que sin duda “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19). Sin lugar a dudas, el pecado comienza por la falta de entendimiento “No hay quien entienda” verso 11, por lo tanto, “no hay quien busque a Dios”. La Escritura dice; “Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios, pero el hombre no entiende” (Job 33:14), es decir, la palabra y amonestación de Dios está, pero, el hombre no entiende o razona, por lo tanto, como resultado no hay quien haga lo bueno o correcto ni siquiera uno, su garganta es un sepulcro abierto, que deja a la expuesto el “olor de muerte para muerte” (2 Corintios 2:16). Su boca está llena de maldición y sus pies son presurosos para derramar sangre.
El origen de todo este es uno sólo; “No hay temor de Dios delante de sus ojos”. Esto significa que, piensan no tener que responder delante de Dios por sus actos, lo que es una realidad en el mundo actual, ya que no comprenden que “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Pablo, concluye que todo el mundo queda bajo el juicio de Dios, ya que por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado, ya que por ella es el conocimiento del pecado.
CONCLUSIÓN: 
Como ya hemos manifestado que no existe nadie inocente o justo delante de Dios, pues la palabra manifiesta que, por cuanto nuestros padres pecaron, ese pecado paso a todos los hombres, pero, también, nos entrega la gran noticia que Cristo “fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:25). Así que como por la transgresión, vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera, por la justicia de uno (de Cristo), los muchos serán constituidos justos.

lunes, 16 de octubre de 2017

La Fidelidad de Dios

Lección: Romanos 3:1-8
Texto: Hebreos 3:12
Domingo 15 de Octubre 2017
INTRODUCCIÓN: 
La fidelidad es una de las características más valoradas por las personas en todo lugar y representa a alguien que es fiel, constante y comprometido con respecto a los sentimientos, ideas u obligaciones que asume, también es considerada un valor moral que capacita al ser humano para cumplir sus promesas y proviene del latín “fidelitas” que significa servir a Dios y se relacionaba con la lealtad de una persona hacia un señor o un rey, más las escrituras nos señala como este también es un atributo de Dios en relación con Israel su pueblo, Lamentaciones 3:22-23 dice “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nueva son cada mañana; grande es tu fidelidad” y “Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, y la fidelidad de Jehová es para siempre”. Como hemos podido observar en estos pasajes la fidelidad de Dios va íntimamente relacionada con la misericordia de Dios para con su pueblo, puesto que, si fuéremos infieles, él permanece fiel, él no puede negarse asimismo (2da. Timoteo 2:13)
DESARROLLO: 
En el estudio de este capítulo podemos observar que el apóstol vuelve a manifestar que toda la raza humana es culpable delante de Dios y esto puede llegar a parecer una descripción deprimente de la condición humana ante un Dios santo. La ley que el Señor Dios entregó para que el hombre caminara por ella y mostrar el camino a la vida saca a la luz las obras pecaminosas del ser humano. Pero ante la pregunta es que ventaja tiene el judío o que aprovecha la circuncisión, el responde que a pesar de todo son un pueblo privilegiado, aunque las puertas de la salvación está abierta a los gentiles al igual que para los judíos como lo da a conocer el capítulo anterior, pero ellos tienen muchos privilegios como el que ha ellos se les ha confiado la palabra de Dios, como dice “y qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros” (Deuteronomio 4:8), fue además la nación por el cual vino el Mesías a la tierra y fue beneficiaria de los pactos con Dios, pero aun así esto no los hizo mejores que los demás, sino por el contrario tienen una mayor responsabilidad delante de Dios.
¿La siguiente pregunta que Pablo hace a los lectores es si ellos han sido incrédulos, eso ha hecho nula la fidelidad de Dios? Y la respuesta es inmediata, de ninguna manera pues Dios es veraz; es decir, él es fiel en cumplir sus promesas a diferencia que afirma que todo hombre es mentiroso, falible o cambiante.
Y la tercera interrogante que plantea el apóstol es si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios ¿Qué diremos? ¿Será injusto Dios al castigar?, vuelve Pablo a responder que, de ninguna manera, de otra manera ¿cómo castigaría Dios al mundo? Esto quiere decir que, aunque la gracia de Dios es grande, pero él no pasa por alto el pecado, ya que los que han fallado tendrán que responder ante Dios por los pecados cometidos y eso no cuestiona su fidelidad, ya que algunos pueden decir, pero Dios es amor y está para perdonar y no castigar, esto es parte de la cultura en que vivimos y otras muchas justificaciones, pero ciertamente llegara el día en que Dios juzgará y castigara a este mundo.
CONCLUSIÓN: 

La misericordia de Dios puede ser grande para los hombres, su fidelidad puede alcanzar las nubes como manifiesta el salmo 36:5, pero debemos reconocer que él nos ha confiado las riquezas de su gloria, nos ofrendó a su hijo Jesucristo y su amor ha sido grande para nosotros, pero llegara el día en que juzgara a los hombre por las obras que cada uno haya hecho, por ello la escritura nos advierte que no haya en nosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo, sino que debemos vivir como es digno de él.

viernes, 6 de octubre de 2017

La Circuncisión del Corazón

Lección: Romanos 2:25-29
Texto: Gálatas 5:6
Domingo 08 de Octubre 2017

INTRODUCCIÓN:

Como sabemos, la circuncisión era la señal del pacto de Dios con su pueblo y se requería que todos los varones judíos se sometieran a ella, al octavo día de haber nacido (Génesis 17:9-14), como signo del pacto de Dios con Abraham, pero a la vez apuntaba más allá de la realización de esta cirugía a un cambio de sometimiento a Dios.

DESARROLLO:

El apóstol, declara en este pasaje la ineficacia de la profesión de la religión judía con sus rituales, entre ellos el más importante, la circuncisión, el que fue un punto de conflicto importante en la iglesia del primer siglo, principalmente de parte de los cristianos judaizantes, en relación a los cristianos gentiles, ya que ellos orgullosos de sus tradiciones, siempre desearon imponerlas a los gentiles que se convertían. Sin embargo, Pablo señala que ser circuncidado no significa nada, si la persona no obedecía a las leyes de Dios, por lo que se hacían igual a los gentiles, que no tenían la señal física del pacto, ya que Dios estableció la circuncisión, como señal del pacto, que hizo con Abraham, con el propósito de que fuera más que una señal física, y que los judíos tuvieran más bien una señal espiritual en sus corazones, como desde un principio Dios lo señala “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz” (Deuteronomio 10:16) y esto se demostraría con la obediencia a la ley de Dios (versos 26 y 27).
Cuando llegamos a los versículos 28 y 29, el apóstol describe en que consiste ahora en el nuevo pacto la verdadera circuncisión de la cual los profetas hablaron en el Antiguo Testamento y manifiesta que para ser parte del pueblo de Dios se necesitan cualidades internas del corazón y no externas, y que todos los que tengan corazón recto son judíos en verdad; y miembros de la familia de Dios, además que, para ser verdaderos hijos de Abraham no basta ser descendiente en cuanto a la carne, sino que es necesario la fe sin las obras de ley, pues Dios mira el corazón, no al exterior de la persona, como lo hacen los hombres, por lo tanto el que tiene un corazón circuncidado recibe la alabanza de Dios.

CONCLUSIÓN:

Ante la explicación que entrega Pablo concluimos que los rituales y las tradiciones no salvan a las personas ni aún su ascendencia, sino que realmente la persona es salva y parte de la familia de Dios cuando se produce un cambio en el corazón por el Espíritu porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la incircuncisión sino la fe que obra por el amor.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Los Judíos y la Ley

Lección: Romanos 2:17-24
Texto: Santiago 2:10
Domingo 01 Octubre de 2017
INTRODUCCIÓN:
 Una de las cosas con las que más tuvo que lidiar el Señor Jesucristo fue el orgullo espiritual de los líderes religiosos de su tiempo que ponían altos estándares de santidad a los demás, pero la realidad de sus propios actos no era acorde de lo que exigían a los demás, y este problema también lo aclara Pablo diciéndolos que no se justifican los que oyen la ley, sino los que la cumplen.
DESARROLLO: 
Continuando Pablo con la exposición de la culpabilidad de todos los hombres delante de Dios, se preocupa en esta sección de reconocer los privilegios de Israel como un pueblo escogido, puesto que Dios había realizado en ellos una elección maravillosa, que no la comprendieron a cabalidad pues esa elección era para que a través de ellos bendecir a todos los pueblos de la tierra (Génesis 12:3).
El apóstol, les manifiesta además que tienen un nombre lleno de honor, y en el capítulo 9 de esta carta da a conocer las credenciales de este pueblo “Que son los israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos, amén”, pero, todo esto produjo en ellos un orgullo espiritual que se transformó en un gran mal para ellos, y Pablo lo confronta ya en el verso 1 de este capítulo, cuando menciona a los que juzgan equivocadamente en contraste con el justo juicio de Dios (2:2). Aquí él enfrenta a estos judíos, que se gloriaban de ser judíos con un sentimiento de superioridad, o santidad frente a los demás, y además, para ello se apoyaban en la ley, lo que les daba autoridad, pues ella era una institución divina, ya que Dios la reveló al pueblo. Lo que no se daban cuenta, era que al apoyarse en la ley, los hacía más responsables ante el creador, y además, ellos se gloriaban en Dios, lo que no es malo, si se hace con humildad, gratitud, fe y sometimiento a las ordenanzas del Señor, pero no era así. Les manifiesta que ellos son un pueblo que conoce la voluntad de Dios, al tener la ley para distinguir entre lo bueno y lo malo, además, se consideraban guía de ciegos y luz de los que estaban en tinieblas, instructor de los indoctos (neófitos o ignorantes), creyendo que podían dar lecciones a los paganos, pero, ni ellos cumplían y hacían lo que prohibían a los otros hacer, confirmando lo que Jesús manifestó “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen” (Mateo 23:2-3), deshonrando con esto a Dios. No debemos olvidar que Dios y su ley (o sus palabras) son santas.
CONCLUSIÓN: 
Esta es una enseñanza para toda época, en el sentido que así como los judíos se sentían orgullosos de su origen, y de lo que Dios les había entregado en sus manos (la Ley), de la misma manera, hoy nosotros los cristianos no debemos caer en ese orgullo espiritual y menospreciar a los que no les ha alumbrado la luz de Cristo, sino que, muy por el contrario, debemos a diferencia de los judíos, a los que se refiere Pablo en este pasaje, no infringir la ley de Dios, sino por el contrario, practicar y vivir lo que predicamos o enseñamos, cumpliendo la enseñanza que dice “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañando a vosotros mismos”.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La imparcialidad de Dios

Lección: Romanos 2:12-16
Texto: Eclesiastés 12:14
Domingo 24 de Septiembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Que importante es poder entender las características de los atributos de Dios, entre los que se destacan su justicia y su imparcialidad al impartir un juicio completamente justo, a diferencia de como muchas veces la justicia que ejerce el hombre a través de su sistema judicial, podemos ver que la ley es debilitada, el juicio no sale según la verdad y sale torcida la justicia (Habacuc 1:4). Más en esta lección podremos observar la imparcialidad del juicio de Dios conforme a la condición en que se halle cada ser humano ya sea judío o gentil.
DESARROLLO: 
Ya hemos determinado o concluido que tanto judíos como gentiles están bajo el juicio de Dios, ahora la pregunta que podemos realizar es ¿Qué diferencia hay entre unos y otros? La diferencia radica en que los judíos poseen la Ley de Dios, y por lo tanto, por ella serán juzgados, ya que Pablo manifiesta; “Y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados” debido a que la gente se condena no por lo que desconoce sino por lo que hace con el conocimiento que tiene y ha recibido a través de la palabra de Dios.
A diferencia de los judíos, los gentiles no poseían la ley de Dios, ni se les había revelado, aunque ellos por naturaleza propia y por la contextura propia de la creación del hombre cumplen con algunas cosas estipuladas por la ley, ya que como hemos dicho, desde la creación, Dios puso el instinto moral en los seres humanos, como manifiesta el verso 15 “Dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”, aunque ellos no tengan o estén bajo la ley escrita, ellos serán juzgados por lo tanto por la conciencia y la naturaleza, pero ¿Qué es la conciencia? “La Conciencia es un conocimiento restringido a la esfera moral, por lo tanto es un conocimiento moral. Esta palabra no aparece en el Antiguo Testamento, pero si la idea es bien conocida y se expresa en el término “corazón” y aparece en el comienzo de la historia humana con el sentimiento de culpa de Adán y Eva después de la caída, o cuando leemos que, a David le peso el pecado en su corazón (2 Samuel 24:10). Como definición, la consciencia es “la facultad en el hombre mediante la cual él distingue entre lo moralmente bueno y lo malo, lo que le lleva a hacer lo que él reconoce que está bien y que a su vez lo estorba para hacer aquello que él entiende está mal, que emite un juicio sobre sus actos y que ejecuta ese juicio dentro de su alma”.
Esta perfección del justo juicio de Dios, se puede observar en que, aún en los lugares más recónditos que puede haber en este planeta, se pueden encontrar evidencias de la ley moral de Dios, donde se prohíbe y castiga el homicidio, el robo y otros males de la ley escrita.
CONCLUSIÓN:

Podemos concluir de nadie quedara exento del juicio de Dios, todos serán juzgados por lo hicieron en esta vida, pero mayor responsabilidad hay para aquellos que se les ha revelado la palabra y la gracia del amor de Jesús, puesto que Dios juzgará por o través de Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme al evangelio que hemos recibido.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

El Justo Juicio de Dios


Lección: Romanos 2:1-11
Texto: Hebreos 10:26-27
Domingo 17 de Septiembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Considerando los planteamientos de Pablo en estos dos primeros capítulos podremos observar que tanto judíos como gentiles están bajo pecado y que las personas que se justifican así mismas, serán juzgadas a través del justo juicio de Dios.
DESARROLLO: 
Si pensamos que el capítulo primero fue dirigido principalmente a los gentiles muchos comentaristas han deducido que este capítulo 2, se refiere a los judíos y esto lo podemos corroborar de acuerdo a lo que se manifiesta en el verso 17. Si consideramos que al término del capítulo anterior se manifiesta que a los hombres que no tuvieron en cuenta a Dios, éste los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, y al comenzar este nuevo capítulo expone a los que se justifican así mismos con la intención de declarar a la otra persona culpable o ya condenado, debido a que los judíos veían a los paganos como personas que no tenían oportunidad de salvación, siendo que muchas veces ellos eran tan inmorales como los mismos paganos, no siendo idólatras (aunque hasta antes de deportación a babilonia muchas veces cayeron en este pecado). Por tanto, ellos eran inexcusables porque caían y cometían los mismos errores u ofensas a Dios o sus semejantes, declarándoles tajantemente que el justo juicio de Dios es igual para todos los que practican tales acciones, y que nadie podrá escapar del invariable juicio de Dios, puesto que muchos de ellos pensaban que por ser observantes de la Ley , estaban sin pecado y por eso no caerían bajo la ira de Dios, no percibiendo que la benignidad de Dios guía al arrepentimiento, y que por la dureza de ese corazón no arrepentido están atesorando o acumulando ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, siendo este uno de los principales problemas de los judíos que menospreciaban a los gentiles, creyeron que no tenían posibilidades de alcanzar la misericordia de Dios, esto lo expresa con claridad Pablo en su carta a Los Filipenses comparando su vida pasada y la presente, cuando les escribe y dice: “Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley fariseo, en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible... y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Filipenses 2:4-6, 9).
Ante esta situación, es que se les pregunta si ellos menospreciaban las riquezas o abundancia de la benignidad y bondad de Dios; su gran paciencia ante el mal y la maldad del hombre y su longanimidad, ignorando que ella les lleva al arrepentimiento, que es el elemento vital para hallar la gracia de Dios, el cual pagara a cada uno de acuerdo a sus obras, honra e
inmortalidad a los que se arrepienten, pero ira, enojo tribulación y angustia al que no se arrepiente, no importando su origen, al judío y al griego o gentil, porque para Dios definitivamente no hay acepción de personas.
CONCLUSIÓN: 

Como una clara advertencia debemos entender que el juicio de Dios es primeramente justo, pero también inapelable, por ello cada uno de nosotros que ya tenemos o disfrutamos de la gracia de Dios debemos guardar lo que hemos recibido para tener como pago gloria, honra e inmortalidad, no olvidando que para el día de la ira y de la revelación del Justo juicio de Dios el pagará a cada uno conforme a sus obras, ya que él no hace acepción de personas.

lunes, 14 de agosto de 2017

Prisionero con privilegios

Lección: Hechos 28:24-31
Texto: Romanos 11:25
Domingo 13 de Agosto 2017
INTRODUCCIÓN: 
En esta última lección de los Hechos de los Apóstoles, veremos a Pablo testificando a los judíos de Roma, acerca de la salvación, como también el repudio a aquellos que rechazan el evangelio, y sentencia que predicará a los gentiles, pues ellos sí que le oirán. Está detenido, pero, la apalabra de Dios no está presa.
DESARROLLO: 
Pablo, está detenido en una casa de alquiler con ciertos privilegios (pues recibía libremente a los que venían a él v. 30). Y un día señalado (v. 23), vinieron muchos (judíos) a visitarle donde se encontraba, y éste testificando y persuadiendo por las Escrituras les exponía que Jesús era el Mesías y rey que la nación esperaba. “Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían (v. 24); Podía esperarse que la argumentación de los Escritos Sagrados produjese el efecto deseado en la concurrencia. En parte se logró, pero, otros como ocurrió tantas veces en sus viajes, se niegan a creer. Estos indecisos se ponen a discutir y “como no estuviesen de acuerdo entre sí” (v. 25), cabe mencionar aquí que siempre la palabra de la cruz trae división (por la dureza del corazón del hombre). Al ver tal desacuerdo, Pablo recurre a una cita de Isaías, así como había presentado a Jesús como el Mesías, por las Escrituras, del mismo modo, recurre a uno de los profetas para descubrir lo duro de cerviz que muchos eran. Les repite lo dicho por Isaías; “Ve a este pueblo, y diles: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane” (v. 26-27) Esta es una repetición de Isaías 6:9-10 (otras cinco veces la encontramos o textual o una parte de ella en, Isaías 43:8; Mateo 13:14- 15; Marcos 4:12; Lucas 8:10; Juan 12:40).
Es un mensaje fuerte, de reprobación, contra un pueblo duro de cerviz y resistente al Espíritu Santo, como en los días de Esteban (7:51). Sin embargo, por lo que vemos en Isaías 6:13, como también en Romanos 11:25-27, tal reprobación no es definitiva, sino por un tiempo hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles.
En vista del rechazo de los judíos Pablo anuncia que iba a llevar el evangelio a los gentiles “y ellos oirán” (v. 28) (Ver Hechos 13:46; 18:6; 19:9; 22:21; 26:20; compárese con Mateo 21:41-43).
Los judíos se retiraron discutiendo entre ellos, “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa de alquilada” (v. 30). En ese tiempo escribió lo que se conoce como “las epístolas de la prisión” o “cartas de la cautividad” que son Efesios, Filipenses y Colosenses, asimismo la carta personal a Filemón. “Y recibía a todos los que a él venían”. Entre otros, estuvieron con él, Epafrodito (Filipenses 2:25); Timoteo (Filipenses 1:1; Colosenses 1:1; Filemón 1:1); Onésimo (Colosenses 4:9); Marcos (Colosenses 4:10); Lucas (Filemón 1:24); Tíquico (Efesios 6:21); Aristarco (Colosenses 4:10).
Concluye el Libro de los Hechos de los Apóstoles con el versículo 31 de este capítulo 28 “Predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”.
Cuando Pablo estuvo anunciando el evangelio en sus tres viajes, él fue estorbado muchas veces, en muchos lugares, pero aquí en Roma no fue así, aunque era prisionero predicaba en presencia de los soldados “abiertamente y sin impedimentos”; por lo que vemos en lo escrito a Filemón “Te ruego por mi hijo Onésimo a quien engendre en mis prisiones” (v. 10) o, a los Filipenses “Mis prisiones se ha hecho patentes en Cristo en todo el pretorio y a todos los demás” (1:13), o, al término de esta epístola (Filipenses) “Todos los santos os saludan y especialmente los de la casa de Cesar” (4:22).
Lucas termina abruptamente este libro y no dice nada acerca de Pablo en cuanto a su libertad, o condenación. Hay quienes piensan que ese no era el propósito del escritor; pues al comenzar su relato nos dio un plan de Hechos cuando al exponer que Jesús les dice a sus seguidores “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). La historia ha terminado. Comenzó en Jerusalén casi 30 años atrás y ha finalizado en la capital del mundo de esos años, Roma. Por lo que el evangelio ha alcanzado el centro del mundo y se puede proclamar libremente hacia todo el mundo gentil, por lo que la tarea de Lucas se da por terminada.
CONCLUSION: 

Una gran parte de los judíos, endurecieron sus corazones para creer que Jesús era el Mesías prometido a través de las diferentes profecías del Antiguo Testamento, como dijo el profeta Isaías “Sus ojos han cerrado para que no vean y oigan con sus oídos”, sino que también, distorsionando lo escrito, esperaban un libertador político militar que derrocaría al invasor romano y restauraría el reino a un descendiente de David. Su endurecimiento ha permitido que nosotros, el pueblo gentil, ajenos a estas verdades, pudiésemos entrar a esta salvación tan preciada, y una vez que entre la plenitud de los gentiles, Israel será salvo (Romanos 11:25-26).
Aunque el libro de los Hechos nos presenta lo que el Espíritu Santo ha realizado, extendiendo el evangelio de Jerusalén hacia el mundo gentil, no podemos dejar de comentar algo que a una gran mayoría llamaría la atención, respecto al apóstol Pablo; Lo que la tradición dice es que liberaron a Pablo después de los dos años de arresto domiciliario en Roma (año 62 o 63 d.C.), y emprende un cuarto viaje pasando por Colosas y Efeso (Filemón 1:22); Macedonia (1 Timoteo 1:3; Filipenses 1:25; 2:24); Efeso (1 Timoteo 3:14); España (Romanos 15:24); Creta (Tito 1:5); Corinto (2 Timoteo 4:20); Mileto 2 Timoteo 4:20) Nicópolis (Tito 3:12). No se sabe dónde fue arrestado, entre el año 63 y 66 d.C. escribe 1 Timoteo y Tito, el año 67 d.C. 2 Timoteo. Muere decapitado según se cree el año 67 o 68 d.C.

lunes, 7 de agosto de 2017

Llegando y testificando en Roma

Lección: Hechos 28:11-23
Texto: Hechos 23:11
Domingo 06 de Agosto 2017
INTRODUCCION: 
El Señor le había dicho a Pablo lo siguiente: “Ten ánimo, Pablo como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma”. Dios le había guardado en medio de un gran temporal, permaneciendo varios días en la isla donde se salvaron, ahora va a iniciar el camino definitivo a Roma donde el Señor le necesita.
DESARROLLO:
 Han pasado tres meses desde que Pablo y sus compañeros de naufragio se encuentran en Malta, (a fines de Febrero o comienzos de Marzo año 60 de nuestra era), por lo que los momentos para la navegación son óptimos. Una nave alejandrina (otra de las tantas que integran la flota imperial que surcaba el Mediterráneo), está lista para zarpar después de haber invernado en la isla. Los naturales antes del zarpe, en gratitud a las sanidades realizadas por el Señor a través de Pablo, les cargaron con todo lo necesario para el viaje.
La enseña de la nave era Castor y Pólux, los hijos gemelos de Júpiter (gr. Zeus padre de los dioses), que según la mitología griega protegían a los marineros. Una vez que abandonaron la isla se dirigieron a Siracusa (a 130 kilómetros de distancia de Malta) donde estuvieron tres días (v. 12). En ese tiempo, esa ciudad y puerto, era la capital de la isla de Sicilia. Después de tres días de viaje arribaron a Regio, un muelle en el extremo sur de la parte continental de Italia (en la punta de la bota). Se detuvieron un día allí, cuando llegaron mejores vientos, navegando entre los estrechos de Mesina que separan a Sicilia de la región continental, arribaron a Puteoli (a 290 kilómetros de Regio) el principal puerto de Roma y el más importante de Italia, así como el más usado por la flota que transportaba el grano egipcio. Este puerto, está ubicado en la bahía de Nápoles y cerca de Pompeya, hoy se le conoce como Pozziolli. Aquí, luego de tener un tiempo de comunión por siete días “fuimos a Roma” (v. 14). No se nos dice como supieron los hermanos de que Pablo iba camino a Roma, sin embargo, dos grupos encontró el apóstol de hermanos cristianos, con quien pudo compartir, el segundo grupo, emprendió viaje desde la capital para recibirle; el primero viajo cerca de 66 kilómetros hasta el Foro (mercado) de Apio, poblado mercantil sobre la vía de Apio y el segundo grupo camino cerca de 49 kilómetros hasta “Las Tres Tabernas”, estación de descanso y alimentación sobre esta vía.
Lejos de avergonzarse, el apóstol se sintió muy animado y fortalecido por estas demostraciones de amor de aquellos hermanos (Pablo ya había escrito la epístola a Los Romanos en la primavera del año 56 o 57 d.C.)
“Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto militar…”. Julio, el centurión a cargo, entregó los prisioneros a su superior (comandante o comandante de la guardia pretoriana), “pero a Pablo se le permitió vivir aparte”, él pagaba su propio alquiler (v. 30) bajo arresto domiciliario, tenía cadenas y estaba custodiado por un soldado (v 16; Filipenses 1:12-13).
Desde el versículo 17 en adelante Lucas nos presenta la sexta y última defensa de Pablo registrada en Los Hechos (Ver las anteriores en 22:1-21; 22:30 - 23:10; 24:10-21; 25:1-22 y 26:1-29).
“Aconteció que tres días después, Pablo convoco a los principales de los judíos” (Debido a que estaba preso no podía asistir a la sinagoga por eso los invita a su casa de alquiler donde estaba detenido) Aunque los judíos fueron expulsados de la capital por Claudio, ellos gozaban del pleno beneficio de tolerancia que distinguió al primer periodo del reinado de Nerón (quién reinó entre los años 54 al 68 d.C.) , y estaban establecidos en un número considerable con riquezas e influencia en Roma. Una vez reunidos, les explicó que aunque, “no había hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres” (22:3; 24:14 y 26:4-5), pero igual fue entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos. Pablo no da detalles de cómo había sido entregado, los judíos no querían entregarle, más bien querían matarle. Él estuvo en manos de los romanos porque Claudio Lisias lo rescató cuando los judíos trataban de darle muerte (21:31-33; 22:27-30).
“Los cuales habiéndome examinado” (Félix, Festo, Agripa, 24: 8-27; 25:6; 26:31-32), “me querían soltar” (Festo y Agripa), “por no haber en mi ninguna causa de muerte”. Ningún magistrado romano de Judea le había condenado (compárese con 13:28). “Pero oponiéndose los judíos me vi obligado a apelar a Cesar (25:8-11). Pablo, se vio forzado, obligado a apelar a la máxima autoridad romana, pues era la única salida, sino sería entregado al Concilio y sometido al ataque de aquellos que querían verle muerto. “No porque tenga de que acusar a mi nación”, pudo haberlo hecho como ciudadano romano pero no lo hizo, pues también es judío y amaba a su nación.
“Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros” (v. 20), quería explicarles porque había sido aprendido, pues se suponía que ellos sabían algunas acusaciones contra él y quería refutarlas. “porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena”, por haber creído en la promesa del Mesías y su reino, como también en la resurrección de los muertos, promesa que comenzó a cumplirse en Cristo Jesús (13:32-33; 23:6; 24:15; 26:6-8).
Los principales de los judíos le dijeron: “Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti” y ninguno de sus compatriotas judíos había traído informes acerca de él, sin embargo, dijeron “querríamos oír de ti lo que piensas”, porque sabían que la fe cristiana con la cual estaba asociado “en todas partes se habla contra ella”. Pablo y los judíos fijaron un día, donde vinieron muchos donde se hospedaba, y de la mañana hasta la tarde les persuadía por medio de La ley de Moisés y los profetas que Jesús era el Mesías tal como lo hizo el Maestro con los que iban a Emaús (Lucas 24:27).
CONCLUSION: 
Pablo, quería predicar en Roma y compartir con aquellos que tenían una común fe (Romanos 1:9-12). Les había escrito una carta sin conocerlos, ahora llega a la ciudad, después de sufrir injusticia, presidio, naufragio, pero Dios le ha concedido lo que él le habló de que era necesario testificar también en Roma. Como vemos, “todas las cosas le ayudaron a bien”. El caminar del verdadero creyente va acompañado de diversas vicisitudes, pero, al final, alcanzará los propósitos por el cual el Señor le llamó.

lunes, 31 de julio de 2017

Milagros en la isla de Malta

Lección: Hechos 28:1-10
Texto: Marcos 16:17-18
Domingo 30 de Julio 2017
INTRODUCCION:
 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28), que verdad más cierta, y como hemos visto hasta este momento, todo lo que le ocurre a Pablo, redunda en bendiciones para otros; en la presente lección veremos que el naufragio no fue en vano, la mordedura de la serpiente tampoco, pues Dios le engrandece y le permite por medio de su poder, sanar al padre del hombre más importante de la isla y todos los enfermos que allí habían.
DESARROLLO: 
La nave que trasportaba a Pablo rumbo a Roma para ser enjuiciado allí, ha naufragado en medio de un gran temporal. La tripulación, los soldados y los prisioneros se han salvado; unos nadando, otros tomados de algún madero o algo que flotase, llegando hasta la orilla de una isla, porque Dios así lo quiso (27:24), “Estando ya a salvo supimos que la isla se llamaba Malta” (28:1). (Se conocía como (gr) Melita o Melitene o por su gran producción de miel de abejas, era parte de un pequeño archipiélago de varias islas siendo tres de ellas las más importantes y habitables, Malta, Gozo y Comino), Malta tiene unos veintisiete kilómetros de largo por catorce de ancho y está a unos cien Kilómetros al sur de Sicilia.
“Los naturales nos trataron con no poca (mucha) humanidad” (v. 2). Los griegos llamaban a los naturales de Malta (barbaros), es decir no griegos. Así les llamaban a los que no seguían las costumbres (y la lengua) de Grecia o de Roma. Tal fue la delicadeza de los habitantes de la isla que les recibieron con una fogata, sin hacer distinción entre soldados tripulantes o prisioneros, pues dice “nos recibieron a todos” bajo la lluvia y el frio de esta manera se calentaron y secaron sus ropas.
Tan acostumbrado Pablo a ayudar a los demás, se puso a recoger algunas ramas secas para avivar el fuego y “una víbora (una serpiente venenosa), huyendo del calor se le prendió en la mano” (v. 3), quizás adormecida por el frio y la lluvia, sintió el calor se reanimo y viéndose atacada incrusto sus colmillos en la mano del apóstol. Muchos escritores hacen ver que no hay víboras en Malta hoy en día, sin embargo, como es una isla pequeña sus habitantes pudieron exterminarlas con el tiempo. Cuando los nativos vieron que el ofidio mordía y colgaba de su mano dedujeron precipitadamente que este debía ser un asesino y aunque escapara ileso del mar, la justicia no lo dejaría vivir. Al hablar así, es posible que tuvieran en mente a su diosa pagana de la Justicia (Dike o Themis). “Pero el sacudiendo la víbora en el fuego ningún daño padeció” (v. 5). (Recordemos lo escrito en Marcos 16:18).
Tal presencia de ánimo, así como la liberación de todo daño se debieron a la gracia de Dios, no solo para preservar la vida de su siervo, sino también para darle prestigio entre los isleños. La gente del lugar había visto otras personas mordidas por aquella misma clase de víboras, así que esperaban que Pablo se hinchase y cayere muerto de repente. “Más habiendo esperado mucho y viendo que ningún mal le venía cambiaron de perecer y dijeron que era un dios” (v. 6). Sin duda, lo dijeron entre ellos los naturales, pues si hubiese llegado a oídos de Pablo, habría tenido la misma reacción que tuvo en Listra (Hechos 14:8-18). De “homicida” a “un dios”, y en Listra de ofrecer sacrificios a “estos dioses” a ser “apedreados”, en estos sucesos queda al descubierto lo voluble del género humano tanto en “barbaros”, como en “civilizados”.
En los versos siguientes encontramos la generosidad del principal de la isla y las señales que acompañaban a Pablo. Quien les recibió llegados del naufragio, fue Publio, por la frase griega “hombre principal de la isla”, indicaría que era el gobernador romano de Malta, quien poseía muchas tierras cerca de la playa, adonde habían llegado los náufragos. No solo era rico en bienes sino también en generosidad, pues, dice Lucas “nos recibió y hospedo solícitamente tres días” (v. 7), mientras ubicaban lugar permanente para pasar el invierno (estuvieron tres meses). La bondad de este hombre no quedo sin recompensa, pues cuando el apóstol supo de la condición de su padre “estaba en cama enfermo de fiebre y de disentería” (se comprobó con los años que la fiebre gástrica era causada por un microbio que se hallaba en la leche de cabra y era muy común en la isla. La disentería casi siempre venia como resultado de una mala higiene y era una enfermedad presente casi en todo el mundo antiguo). Pablo, entró y oró por el enfermo imponiéndole las manos, le sanó. Así como Jesús recompensó a Pedro por el uso de la barca (Lucas 5:3-4), del mismo modo, Pablo recompensó a Publio ricamente por su hospitalidad. Vemos aquí el cumplimiento de dos cosas profetizadas por el Señor en Marcos 16:18 las “serpientes… no les hará daño” y “sobre los enfermos pondrán sus manos y sanaran”.
CONCLUSION: 

Pablo era un prisionero y un náufrago que llego con el resto de aquellos que estaban en la misma condición. Sin embargo, cuando vio necesidades estuvo dispuesto siempre para ser un instrumento de bendición para otros, poniéndose al servicio de su Señor, de tal manera que, no solo impuso las manos sobre el padre de Publio, quien fue sano de la fiebre y la disentería, sino que todos los de la isla que estaban enfermos venían y eran sanados (v. 9), esto ocurrió durante los tres meses que estuvieron allí. Donde quiera que nos encontremos no perdemos la condición de hijos de Dios, ni de “siervos” del Señor; así que, manos a la obra que trabajo hay para todos sus servidores.

viernes, 21 de julio de 2017

El naufragio

Lección: Hechos 27:39-44
Texto: 2 Corintios 1:9-10
Domingo 23 de Julio 2017
INTRODUCCION: 
La fe en Dios y el testimonio de los creyentes son muy importantes, pues traen consecuencias acorde a lo que los demás ven en nosotros. Julio el centurión que tenía a cargo los prisioneros que iban a Roma (Hechos 27:1), había observado la conducta y el carácter de Pablo, también su fe, y como éste había animado a los hombres en medio del temporal. Ahora están a punto de encallar y los soldados acordarían dar muerte a los prisioneros. Pablo había sido de una ayuda tremenda en ciertas decisiones tomadas en la nave; por su fe, testimonio y conducta, Julio en la presente lección decidirá soltar a los presos para salvar a Pablo.
DESARROLLO: 
El navío donde va Pablo rumbo a Roma ha sido arrastrado en medio del mar Adriático por un viento huracanado llamado Euroclidón, han pasado catorce días desde que zarparon de la isla de Creta, buscando un mejor refugio dentro de la misma, más alcanzado por este mal tiempo, están a punto de encallar. Después de haber hecho muchas maniobras para salvar la embarcación, como alijar, también arrojar los aparejos y por último, después de comer, dejando atrás el ayuno obligado, se ven en la necesidad de deshacerse del trigo arrojándolo al mar para alivianar la embarcación. Saben que están cerca de la costa por las sondas arrojadas anteriormente, solo esperan la mañana para ver si reconocen el lugar. Cuando esta llega ven una ensenada (entrada de mar en la tierra que sirve de refugio natural para las embarcaciones, es decir una bahía protegida) que tenía playa, pero no le es familiar el lugar, pero acuerdan varar allí la nave si se pudiese (v. 39). No sabían si los habitantes del lugar serian civilizados o barbaros, pero era tanto su deseo de llegar a tierra firme que eso ya no importaba.
“Cortando, pues, las anclas” (v. 40) del timón, las naves antiguas eran dirigidas por dos timones, uno de cada lado de la popa. Cuando se anclaba la popa en un temporal, era necesario levantar los timones del agua y asegurarlos debidamente y desatar las ataduras cuando se echaba de nuevo a la vela. Y viento en popa, “izaron la vela de proa” (vela trinquete) la vela de mayor provecho en tales circunstancias y cuán necesaria debió ser la tripulación para hacer estas maniobras y cuan atinada la decisión del centurión y los soldados a las advertencias de Pablo de que los marineros permaneciesen a bordo para la seguridad de todos (v. 31), y se lanzaron hacia la playa, aprovechando lo ligero que quedo el navío sin el cargamento de grano.
“Pero dando en un lugar de dos aguas” (un bajío; elevación del fondo marino generalmente de arena), allí encalló (se encajó en el fondo y quedo inmóvil) y la proa hincada, mientras la popa se deshacía al embate del oleaje. (v. 41). El buque que había capeado la tempestad en alta mar se rendía al llegar a tierra. Así también, un alma puede con la gracia de Dios resistir las más fuertes tentaciones de Satanás, pero, si su corazón se apega al mundo está perdida.
En este critico momento, “los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando” (v. 42), sabían que el escape de sus prisioneros significaba castigo de muerte para ellos (véase Hechos 12:19; 16:25-28). Sin duda alguna, el preso Pablo (por el cual Dios los estaba salvando), también moriría. Es obvio que el centurión quedó muy impresionado con el carácter y conducta del apóstol, lo que determino el querer salvarle; “pero el centurión queriendo salvar a Pablo les impidió este intento” (v. 43). Los valientes entienden y saben apreciar la valentía de otros, “y mando que los que pudiesen nadar se echasen los primeros y saliesen a tierra”. Sin duda, los soldados siendo hombres disciplinados y entrenados para los peligros como estos, llegarían primero para vigilar a los prisioneros, los demás les siguieron unos en tablas (tomadas del barco) y otros en cualquier cosa que pudiese flotar. De esta forma todos llegaron sanos y salvos a tierra, sin embargo, como Pablo les advirtió, la embarcación se perdió por completo.
CONCLUSION:

Que importante cuando en medio de un peligro inminente se encuentran hijos de Dios, pues la bendición va con ellos y como resultado, los que están alrededor de estos también son beneficiados.
Mardoqueo es un judío justo ante los ojos de Dios que vive cautivo en medio del imperio persa, este cuando ve un complot contra el rey Asuero (Jerjes l) lo denunció a través de la reina Ester, su parienta, librando al rey. Sin embargo, cuando los judíos estuvieron en peligro de muerte (incluyendo a Mardoqueo) por causa de un enemigo poderoso que odiaba a los judíos, Dios se acordó de su fidelidad y nobleza librando a su pueblo y trayendo la paz en medio de ellos.

miércoles, 12 de julio de 2017

Animo en medio de la tormenta

Lección: Hechos 27:27-38
Texto: Lucas 12:7
Domingo 16 de Julio 2017
INTRODUCCION:
 Para los fieles son las promesas, y aunque a veces flaqueamos en nuestra fe, Dios interviene en favor de los suyos, para darnos ánimo, fortalecernos y hacernos ver que su llamamiento tiene propósitos. “Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). En la lección anterior, vimos como Dios interviene en medio del naufragio para animar a Pablo, y en la presente lección, veremos como el apóstol ánima a los demás a comer y tener nuevas fuerzas para soportar los embates de la tormenta, pues Dios preservaría la vida de las 276 personas que van a bordo de la embarcación.
DESARROLLO:
 Recordemos que Pablo va como prisionero junto con otros, camino a Roma, por haber apelado a Cesar (usando su privilegio de ciudadano romano) ante las acusaciones de los judíos. La nave que ha abordado se encuentra en alta mar sacudida por una fuerte tempestad y vientos huracanados. En medio de los temores y pérdidas de vidas Dios ha enviado su ángel trayendo buenas noticias que ninguno de los que van en el navío perecerá, pero si la nave con todo su cargamento. Se encuentran en la decimocuarta noche en las mismas condiciones y ahora “siendo llevados a través del mar Adriático” (v. 27) (se denomina así a una parte del mar mediterráneo central entre Italia, Creta y la costa norte de África). Los marineros sospechando que estaban cerca de tierra, (quizás oían las olas rompiendo cerca de la costa) echaron la sonda (una pesa atada a una soga con la cual median la profundidad del mar), primero veinte brazas y luego más adelante quince (una braza es aproximadamente 1.83 metros). Sus sospechas eran ciertas y temiendo dar en escollos trataron de asegurar la nave echando cuatro anclas por la popa, esperando con ansias que llegase el día (v. 29). Las buenas noticias inquietaron a los marineros que procurando huir del navío arrojaron el esquife al mar aparentando largar las anclas de proa. Como Pablo anteriormente les había hablado de su encuentro con el ángel de Dios, ahora era escuchado y cual capitán les advierte, al centurión y los soldados lo peligroso que para sus vidas sería dejar cumplir las intenciones de aquellos que querían huir, lo que determino cortar y dejar perderse el bote salvavidas (esquife). De esta manera, los marineros fueron obligados a tratar de salvar sus vidas arriba de la nave, así como las vida de los demás. Cuando comenzó a amanecer Pablo reuniéndolos “les exhortaba a todos que comiesen” pues llevaban dos semanas en ayunas y en vela (v. 33), como resultado del mareo y la dificultad de preparar y preservar alimentos, los pasajeros y la tripulación habían comido poco o nada en los catorce días desde la salida de Buenos Puertos.
Les insiste y ruega que coman “por su salud” y les agrega, “pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá” (v. 34), (un dicho judío común 1 Samuel 14:45; 2 Samuel 14:11; 1 Reyes 1:52; Lucas 21:18, que aludía a un concepto de protección absoluta), luego “ tomo el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo empezó a comer” (v. 35). Cuántas veces hemos visto que hay quienes se incomodan al pedir “la bendición” delante de los inconversos, pero a menudo una oración así habla más fuerte que nuestra predicación, esta actitud de Pablo animó a los demás, de tal manera “que comieron también” (v. 36). Lucas nos dice a continuación el número de personas que iban en la nave; doscientos setenta y seis. (v. 37)
Aunque parte de la carga ya había sido abandonada (v. 18), parecería que el grano había sido conservado como lastre. Ahora que el objetivo era llevar la nave a la costa, cuanto más ligera fuera en el agua, tanto mejor. La decisión de echar el grano por la borda puede haber sido lo que ocasiono el llamado de Pablo a que la gente comiera primero.
CONCLUSION:

 Pablo, se ganó el respeto de la tripulación del barco, pues cuando salieron de Buenos Puertos, é les advirtió lo peligroso que podía ser salir de ese lugar. Desde luego no fue oído, pero al vivir la experiencia tormentosa, tardíamente le han dado la razón. Ahora prestan atención debido a la seguridad y buen ánimo que ven en el siervo del Señor, y cual capitán, toma la iniciativa, aconsejando que se tomen ciertas medidas, como que coman para enfrentar lo que viene, sabiendo de antemano que ninguno de los que van en la embarcación perecería, pues el ángel de Dios así se lo había dicho (v. 22-24).

Confianza en medio de la Tormenta

Lección: Hechos 27:13-26
Texto: Salmo 23:4
Domingo 09 de Julio 2017
INTRODUCCION: 
Los hijos de Dios fuimos llamados para salvación y para cumplir los propósitos de Dios en ese llamado, así que: por donde el Señor nos lleve o nos haga pasar, su compañía estará con nosotros (siempre y cuando confiemos en el), como dice el poeta y rey “aunque ande en valles de sombra y de muerte tu estarás conmigo”. En la presente lección, veremos arreciar la tormenta, y ver como Dios guarda y alienta a los suyos para cumplir el propósito del llamamiento de Pablo.
DESARROLLO: 
Los encargados de la tripulación de la nave alejandrina acordaron zarpar de Buenos Puertos, pues consideraban que no era un buen lugar para invernar, pero, no consideraron los peligros y riesgos que pudiera traerles la navegación. Su mira era llegar a Fenice puerto de la isla (Creta) que les daría mayor seguridad y esperar allí que llegue el tiempo en que pueda haber mejores condiciones para la navegación y seguir hasta su destino; una vez reiniciada la travesía, una brisa del sur trajo aparente calma, pero precedió a una gran tormenta. “Levaron anclas e iban costeando Creta” (v. 13), pensaban cubrir el trayecto en 4 o 5 horas (64 o 65 kilómetros de un punto a otro), todo parecía tranquilo, “pero no mucho después” (v. 14) un viento huracanado llamado Euroclidón dio con fuerza contra la nave (Euroclidón… “Euros” griego, quiere decir viento del este… “aquilón” (latín)… viento del norte), fenómeno natural temido de todos los que navegan el Mediterráneo.
Este viento comenzó a arrebatar la nave “no pudiendo poner proa al viento”, tuvieron que dejarse llevar por el huracán, ya no podrían llegar a destino, ni volver a puerto seguro. Costeando Clauda, aprovechando el pequeño resguardo que le otorgaba el islote, los navegantes recogieron con dificultades el esquife (la lancha salvavidas que a esa altura debió estar con mucha agua por la braveza del mar, de allí las dificultades de recogerlo). Además, “usaron de refuerzos para ceñir la nave”, es decir rodearon el casco cuatro o cinco veces con cables gruesos para tratar de resistir la violencia del oleaje y temiendo dar en la Sirte (golfo de la región de África célebre por sus bancos de arena y arrecifes, temidas de los marineros por la posibilidad de encallar), tanto es así que bajaron las velas quedando a la deriva (v. 17).
La furia de la tempestad en pleno desarrollo obligo al día siguiente “a alijar la nave” (deshacerse de los pertrechos y equipajes innecesarios debido a las circunstancias); pasados tres días, con las propias manos, pasajeros y tripulantes arrojaron los aparejos de la nave (conjunto de palos, vergas, jarcias y velas del buque).
“Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días (v. 20) probablemente gran parte de los catorce días (v. 27), hay que recordar que los navegantes de la época se guiaban por el sol y las estrellas, así que al no observar los cuerpos celestes era difícil saber con exactitud donde se encontraban, y acosados por esta fuerte tempestad “habíamos perdido toda esperanza de salvarnos” (v. 20). Cuan bravío era el viento y el mar que, hasta Lucas en su sinceridad piensa que todo está perdido. Sin embargo, la última palabra la tiene Dios, y él permite ciertas circunstancias adversas en sus hijos, ya que tenía planes para los creyentes que van en la embarcación, sobre todo para el gran apóstol Pablo, pues Dios le había dicho “Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11).
Fueron varios días sin comer, indudablemente habían pasado tiempo trabajando para salvar la nave y achicando agua. El mareo, el miedo y la desesperanza probablemente les habían quitado el apetito. No había escases de alimento (v 34-38), pero tampoco ganas de comer. Fue en esas circunstancias que Pablo puesto en pie les dijo con delicadeza, no con reproche profundo “Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida” (v. 21), pero, trae esperanza ( en un momento en Buenos Puertos no fue oído), ahora de seguro todos ponen atención, y les agrega “os exhorto a tener buen ánimo”, las razones, “porque esta noche ha estado el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo” (v. 23) diciendo; “que no habrá perdidas de vida entre vosotros” (no dice “entre nosotros”. Pablo no se incluye, pues tenía plena certeza de que Dios le guardaría con vida), sino solamente la nave. Esta es la última de seis visiones que Pablo recibió y que registro Lucas (compárese 9:3-6; 16:9-10; 18:9-10; 22:17-18; 23:11). El ángel de Dios le confirmo lo que le había dicho en 23:11 “es necesario que testifiques también en Roma”, así que, encomia a la tripulación y prisioneros a “tener buen ánimo”.
CONCLUSION: 
Cuando hay luchas o tempestades en la vida del creyente, el ánimo es muy importante, pues en esas circunstancias es fácil bajar los brazos y llenarse de temores, por eso en la experiencia que viven en la nave azotada por estos fuertes vientos y embravecido mar, Dios sale en socorro de ellos, mandando a su ángel, trayendo el remedio al temor, al miedo y al desánimo, diciéndole: “Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante Cesar;… Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (v. 24).
En medio de la tormenta esta Dios para socorrer a los suyos. ¿Cómo está su ánimo? ¿Es muy grande su problema que Dios no puede intervenir? “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegaran…” (Isaías 43:1-2)

martes, 4 de julio de 2017

Un consejo desoído

Lección: Hechos 27:1-12
Texto: Jeremías 7:24
Domingo 02 de julio 2017.
INTRODUCCIÓN: 
Siempre estamos tomando decisiones, y vemos los resultados de estas, unas con buenos aciertos, otras con reveses. Muchas veces ponemos atención a gente experimentada o profesionales que parecen competentes en ciertas materias, pero no siempre los resultados son los esperados; que diferente es buscar u oír el consejo sabio de Dios o sus instrumentos, pues en ellos hay sabiduría y luz que nos traerá bendición en lo que esperamos.
DESARROLLO: 
Cuando se decidió que habíamos de navegar a Italia (v. 1); la referencia a “nosotros” marca el regreso de Lucas el médico y amigo más cercano a Pablo, quien había estado ausente desde 21:18. Es probable que hubiera vivido durante ese tiempo cerca de Cesarea para prestar ayuda al apóstol durante su detención allí. Ahora se reunía con él para viajar a Roma. Pablo y otros presos fueron entregados a un centurión llamado Julio de la compañía Augusta (una cohorte o regimiento del mismo nombre que se había estacionado en Palestina). Es probable que este centurión haya sido enviado para cumplir deberes específicos, como escoltar algunos prisioneros importantes. Se embarcaron en una nave Adramitena (de Adramicio actualmente Edremit una ciudad de Misia) en la punta noroccidental de Asia menor (actualmente Turquía). Les acompaña también, Aristarco de Tesalónica (v. 2), que ya había sido compañero de Pablo (19:29; 20:4) y lo seria en la prisión en Roma (Colosenses 4:10). Para Pablo sería un consuelo tenerles ante un viaje tan largo.
Al otro día, relata Lucas (v. 3), llegaron a Sidón a unos 112 Kilómetros de Cesarea. El centurión fue benevolente con el apóstol (es probable que fuese uno de aquellos centuriones que habrían escuchado su defensa ante Agripa (25:23) y estaría convencido de su inocencia, de allí lo amigable pues “le permitió que fuese a los amigos para que fuese atendido por ellos” (v. 3).
Haciéndose a la vela desde Sidón navegaron a sotavento de Chipre (v. 4), (Sotavento: costado de la nave opuesto al viento), como medida preventiva se mantuvieron al lado de la isla donde soplaba menos el viento, entre el continente y la isla de Chipre, frente a Cilicia y Panfilia hasta arribar a Mira, ciudad portuaria de Licia (v. 5). En este puerto, Julio embarcó a los presos a otra nave por cuanto la primera no los acercaría ya más a Italia. Esta segunda embarcación, venía desde Alejandría con un cargamento de trigo ya que Egipto abastecía de granos a Roma. Este navío era mucho más grande pues totalizaron 276 personas (v. 37-38) más la carga del cereal. Por muchos días, la navegación fue lenta debido a vientos contrarios “llegando a duras penas frente a Gnido” (v. 7), ubicado en un una península al extremo sudoeste de Asia menor. Este puerto también atendía embarcaciones de la flota de grano imperial, sin embargo, este barco no pudo seguir hacia el oeste debido a los fuertes vientos y tuvo que dirigirse a la isla de Creta, al sur costeando a sotavento de la isla, hasta llegar a Buenos Puertos cerca de la ciudad de Lasea (v. 8).
“Habiendo pasado mucho tiempo y siendo ya peligrosa la navegación”. El viaje por mar abierto era peligroso entre mediados de Septiembre y mediados de Noviembre, después de lo cual cesaba por completo hasta Febrero. Como ya había “pasado el día del ayuno”. (El día de la Expiación, conocido hoy como Yon Kipur, se observaba el día 10 de Tishri, es decir entre Septiembre y Octubre) (Levítico 23:26-32) Seguir viajando era demasiado riesgoso, por lo que Pablo les amonestaba diciendo que continuar navegando era peligroso, ya que se podía perder el cargamento y la nave, incluso la vida de las personas (v. 10).
El punto de vista de los que guiaban la embarcación y de algunos otros prevaleció; fuera del riesgo vieron la incomodidad del puerto para invernar y “la mayoría acordó zarpar” (v. 12) buscando en Fenice, puerto con mejores condiciones de resguardo (a 64 Kilómetros de distancia de Buenos Puertos) lugar al que nunca arribaron.
CONCLUSION: 

Hay veces que la cordura y el buen juicio son determinantes frente a ciertas situaciones que ponen en peligro la vida de las personas y su entorno. Si se hubiese puesto más atención a los argumentos dichos por Pablo, de quedarse a invernar en Buenos Puertos y no a la osadía del patrón de la nave y su piloto, otro quizás hubiese sido el destino de aquella nave; ya que la decisión tomada por el centurión de seguir la travesía trajo nefastas consecuencias al navío y su cargamento, y a no ser por la intervención de Dios, muchas personas hubiesen perecido (v. 22-24) como veremos más adelante.
Pedro, era un experimentado pescador, pero cuando escucho el sabio consejo de Jesús de bogar mar adentro y lanzar las redes su situación cambio. Es bueno agudizar el oído “El que tiene oído para oír oiga” y escuchar la voz de Dios.