martes, 27 de junio de 2017

Encadenado pero libre

Lección: Hechos 26:24-32
Texto: Romanos 10:16-17
Domingo 25 de Junio 2017
INTRODUCCION:
Pablo está exponiendo sus vivencias y experiencias notables acerca de su fe y su encuentro con Jesús ante la presencia de Herodes Agripa, Berenice y connotadas personalidades del ambiente político y militar en Cesárea, capital de la provincia romana de Judea y domicilio del procurador (Festo), cuartel central de una guarnición romana considerable. Hasta ese momento había relatado su pasado como judío practicante y observador de la ley, además de la secta de los fariseos y consecuente con su creencia en la resurrección y lo que los profetas habían dicho referente al Mesías esperado por Israel se ha cumplido en Jesús, quien fue crucificado, pero que también ha resucitado y además lo había transformado constituyéndole en predicador y que por esta razón esta encadenado frente a ellos.
DESARROLLO: 
Festo el procurador esta asombrado, que un erudito romano como Pablo creyera en realidad que los muertos vivieran de nuevo, algo que ningún romano inteligente (de su punto de vista) aceptaría. Incapaz de contenerse interrumpió el proceso legal y exclamo: “Estas loco Pablo; las muchas letras te vuelven loco” (v. 24), es decir, tus muchos estudios te han hecho perder la cordura (Compárese Marcos 3:21; Juan 8:48, 52; 10:20.)
Pablo no se amilana ni avergüenza ante la interpelación, sino que con firmeza replica. “No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo con palabras de verdad y cordura” (v. 25) Él había conocido la verdad: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Juan 8: 32). Y agrega “pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza… pues no se ha hecho esto en algún rincón (v. 26). La muerte de Jesús y la afirmación de su resurrección de entre los muertos por parte de los cristianos era algo bien sabido en la Palestina (es el año 59 D.C. aproximadamente), han pasado 26 años de la ascensión de Cristo y el evangelio va en franco crecimiento en algunas regiones del Imperio. Dirigiéndose directamente al rey. Pablo le pregunta “¿Crees o rey Agripa a los profetas?, yo sé que crees”. El sentido del argumento es inequívoco; Pablo le estaba diciendo en efecto; Yo creo en lo que los profetas anuncian en el Antiguo Testamento, tú también crees a su testimonio ¿o no Agripa? ¿Cómo entonces me pueden acusar los judíos de un crimen merecedor de la muerte? La pregunta de Pablo y la posterior afirmación puede haber descolocado al rey. Si afirmaba su creencia a los profetas tendría que admitir la veracidad de lo que enseñaban de la muerte y resurrección de Jesús, una admisión que lo dejaría mal ante los romanos (pues Festo había tratado de loco a Pablo), por otro lado si negaba a los profetas indispondría a sus súbditos judíos.
Agripa sale de su situación embarazosa diciendo: “Por poco me persuades a ser cristiano”. Hay quienes piensan que lo dice con ironía y sarcasmo, pero por lo que dice el v. 29 pareciera que Agripa, fue llevado al umbral de la decisión por Cristo.
Pablo no se desalienta y agrega “Quisiera Dios que por poco o por mucho (persuasión), no solamente tú” y volviéndose a toda la audiencia termina con una apelación final, “sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy”, es decir que todos fuesen cristianos consolados como él era, pero no cristianos perseguidos como él estaba (excepto estas cadenas).
CONCLUSION: 

Cuando el apóstol termino su defensa se levantaron del lugar Agripa, Festo, Berenice y todos aquellos que le habían acompañado, quienes comentaban que, ninguna cosa digna de muerte o prisión había hecho el acusado, concluyendo que si no hubiese apelado a Cesar podía ser liberado, sin embargo, Dios le había dicho al apóstol Pablo “como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifique en Roma” (Hechos 23:11). Su vida estaba en las manos de su Señor.

lunes, 19 de junio de 2017

Ocasión aprovechada

Lección: Hechos 26:12-23
Texto: Lucas 24:46-47
Domingo 18 de Junio 2017

INTRODUCCION:
Por la causa del evangelio y el testimonio de Jesús Pablo se encuentra detenido en Cesarea donde reside el procurador Festo, quien aprovecha la visita del rey Agripa, hombre de experiencia y conocedor de las tradiciones judías para requerir su opinión del detenido, el procurador sabe de su inocencia pero se encuentra en una encrucijada ya que no tiene motivos que exponer a Cesar a quien apelo el apóstol. En la presente lección Pablo aprovechara de hablar de su encuentro con Jesús que le comisiona para llevar el mensaje a los judíos y demás pueblos y pavimentara la ocasión para persuadirles acerca de la resurrección de Cristo y el perdón de los pecados.
DESARROLLO: 
Pablo continua su relato delante del rey Agripa, Festo el procurador y otras autoridades, recordando que; comisionado con amplios poderes por los principales sacerdotes iba a la ciudad de Damasco con el fin de arrestar en las sinagogas a los cristianos (v. 12) y traerlos a Jerusalén y ser enjuiciados, (ver 9:1 y ss.)
Ocupado en esto se encontraba, “cuando vio una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol” (v. 13), luz que no podía ser producida por causas naturales ni eran alucinaciones, “la cual me rodeo a mí y a los que iban conmigo”.; fue tan impactante que cayeron ,“habiendo caído todos nosotros en tierra” oyó una voz que le hablaba en lengua hebrea (este es el tercer relato que Pablo hace de su conversión, ver los otros relatos en Hechos 9:1-19 y 22:6-21 y es la primera vez que dice que fue en el idioma hebreo): “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”, y le añade “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Como un hombre guía un buey (con una aguijada), así el Espíritu Santo estaba guiando a Pablo hacia la verdad del evangelio, y este resistiendo voluntariamente, “coceando” contra el aguijón de su propia conciencia, contra la voz de convicción del Espíritu, pues nunca había podido olvidar la serenidad y gracia con que había muerto Esteban.
Pablo, había estado luchando y resistiendo al mismo Dios. Dijo entonces; “Quien eres Señor”, la voz contestó “Yo soy Jesús a quien tu persigues” (v. 15). Pablo, creía que Cristo seguía sepultado en alguna tumba (aceptaba que habían robado su cuerpo sus seguidores, Mateo 28:13-15), ahora se daba cuenta que al perseguir a los cristianos él estaba persiguiendo al maestro de ellos, al Mesías de Israel, al Hijo de Dios.
A partir del versículo 16 Pablo presenta la misión que recibiera de Cristo con mayores detalles. Jesús le señalo que se le apareció para; “Ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti”. Aunque la tarea de Pablo seria tremendamente difícil, el Señor le libraría de (los ataques de) judíos y gentiles (v. 17). Su ministerio consistía en:
A.- “Abrir los ojos de sus oyentes”, para que se den cuenta en la condición que se encuentran (Mateo 15:14).
B.- “Que se conviertan de las tinieblas a la luz”. Las tinieblas (el territorio de Satanás y el estado de separación de Dios) a la luz de comunión con el Señor (Hechos 13:47; 2 Corintios 4:4; Efesios 5:8, 14; Colosenses 1:12-13).
C.- Recibiendo “el perdón de pecados” (Hechos 3:19; Isaías 53:4-6; 1 Juan 1:1-2; 4: 10).
D.- “Y herencia entre los santificados” (Colosenses 1:12; 3:24; Hebreos 9:15).
Pablo no fue rebelde a la visión celestial (v. 19), así le dice a Agripa, sino que inmediatamente empezó a predicar en Damasco (9:20) de su encuentro con el Señor Jesús y lo relativo a la salvación, luego, prosiguió anunciando “en Jerusalén” (9:28-29), la ciudad de su juventud, Judea, y por último a los gentiles. El hace un llamado que los hombres se arrepientan y conviertan a Dios, cambien su estilo de vivir por completo “haciendo obras dignas de arrepentimiento”. Por causa de esta obediencia al llamado y visión celestial los judíos le prendieron en el Templo e intentan darle muerte, sin embargo, “habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy”. Pablo no hizo nada contra el testimonio de las Escrituras, que dice “Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos (1 Corintios 15:20), para anunciar luz al pueblo y a los gentiles” (v. 23). (Compárese con Isaías 42:6, 49:6 Lucas 2:32).
CONCLUSION: 

El apóstol debió comparecer ante autoridades y gobernadores por acusaciones y calumnias en su contra. Pero en su defensa, notamos esa fuerza del hombre que conociendo el amor de Cristo, no puede callarlo, sino anunciarlo abiertamente y sin temor. Puede que nunca estemos ante reyes y gobernadores como lo estuvo Pablo, pero si es posible tener en la vida muchas oportunidades para poder testificar de nuestra fe.

Defensa de Pablo ante las autoridades.

Lección: Hechos 26: 1-11
Texto: Colosenses 1:26-27
Domingo 11 de Junio de 2017
INTRODUCCION:
Cuando Agripa le concedió al prisionero el permiso para hablar por sí mismo; Pablo no perdió la oportunidad de hablar ante un rey judío, un procurador romano, los hombres principales de la ciudad y los comandantes de las tropas. Extendiendo la mano, comenzó su defensa (esto era un gesto común al comienzo de un discurso), esta es la quinta de las defensas (compárese con Hechos 22:1-21; 22:30-23:10; 24:10-21; 25:1-12 y 28:17-19) de Pablo ante autoridades judías y gobernantes, representantes del imperio romano, por creer en Jesús y en el poder de su resurrección.
DESARROLLO: 
Con toda libertad y sin cargos de conciencia Pablo expone: “Me tengo por dichoso, oh rey Agripa de que haya de defenderme hoy delante de ti”… (v. 2). “Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos” (Recordemos que Agripa ll, desciende de la familia de Herodes que en el pasado fueron Idumeos quienes al ser vencidos por Juan Hircano en el año 125 a.C. les fue impuesto la circuncisión y el judaísmo por lo que formalmente quedaron asimilados oficialmente como judíos). Este Agripa comenzó a reinar el año 48 d.C., al reemplazar a un pariente suyo, el rey de Calcis. En el año 53 se puso bajo su jurisdicción las antiguas tetrarquías de Filipo y Lisanias, esta última abarcaba una pequeña área del norte de Palestina y más adelante le añadieron algunas ciudades de Galilea y Perea; además, tenía a cargo las importantes funciones de contralor del tesoro del Templo de Jerusalén y de elegir al Sumo Sacerdote, esto le proporcionaba considerables influencias en los asuntos de esta nación.
Por lo anterior, Pablo confiaba que podía convencerlo de que su mensaje era el fiel cumplimiento de lo que los judíos esperaban, y le ruega que escuche su exposición con paciencia.
Mi vida pues, desde mi juventud la conocen los todos los judíos, pues he sido educado en mi nación, en Jerusalén, además bajo las normas de la “más rigurosa secta”, es decir viví como fariseo (Filipenses 3:5), lo mismo había declarado en Hechos 22:3 y 23:6. No había sido iletrado pescador como la mayoría de los apóstoles, sino educado en la más exquisita escuela de los fariseos y por tanto bien instruido en La Ley.
“Y ahora por la esperanza de la promesa que Dios hizo a nuestros padres soy llamado a juicio” (v. 6). La doctrina de la resurrección era medular en la fe de los fariseos, la promesa hecha a los padres estaba ligada a una esperanza de resurrección, y precisamente por causa de esta misma esperanza que los fariseos mantenían, se hallaba Pablo acusado por los de su nación. Es una esperanza mesiánica como está indicado en el v. 7 “Promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus”. Dios les había prometido que serían una gran nación, que tendrían su propia tierra y se les daría un reino eterno. Si los padres a quienes el Señor Dios les dio un “pacto” y ellos (Abraham, Isaac, Jacob, David, Salomón) murieron sin ver el cumplimiento de esta promesa y este pacto; ¿Significa esto que Dios no iba a cumplir con toda certeza lo prometido? ¿De qué manera lo haría para ser efectivo? ¡Resucitándoles de los muertos! ; Pero, para eso tendría que aparecer el Mesías que esperaban los judíos, quien conforme a muchos pasajes escriturales, debía pasar por muerte, luego, levantarse de allí y traer resurrección a los que creyesen en él. Todo esto comenzó a cumplirse, lo que muchos no entendían era que, Jesús era el Mesías, y ya había muerto y se había levantado de la sepultura por eso la exclamación y posterior pregunta del v. 8 “¡Que! ¿Se juzga entre vosotros cosa imposible que Dios resucite a los muertos?”. Este versículo 8 debe ser relacionado con la gran verdad a la cual parece llevar todo el discurso, es decir, “Que el Cristo había de padecer, ser el primero de la resurrección de los muertos para anunciar luz al pueblo y los gentiles” (v. 23).
 Pablo continua su exposición explicando que anteriormente el mismo había rechazado el plan divino “Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret” (v. 9), y con poderes de los principales sacerdotes hizo encarcelar a muchos de los cristianos, apoyando con su voto. Cuando alguno fue condenado a muerte, incluso en muchas sinagogas, les forzó a blasfemar para que renunciasen a su fe en Jesucristo, y enfurecidos contra ellos les persiguió, dijo, hasta en el extranjero. (v. 10-11).
CONCLUSION: 


Pablo, frente a tan distinguidas personalidades encadenado como un malhechor (que contraste, el engrillado y los otros llenos de pompa), usa la ocasión brindada para defender y presentar los argumentos de su fe, “misterio que había estado oculto desde los siglos y edades pero que ahora ha sido manifestado” (Colosenses 1: 26), con la muerte y resurrección de Jesucristo de entre los muertos, lo cual no era ningún delito para los Judíos, ni tampoco para las autoridades romanas. Su fe y testimonio de vida debe ser imitado por todos nosotros los creyentes en el Dios vivo.

martes, 6 de junio de 2017

Pablo ante Agripa y Berenice

Lección: Hechos 25:13-27
Texto: Mateo 10:17-18
Domingo 04 de Junio 2017
INTRODUCCION: Han pasado 2 años en que Pablo está detenido en Cesárea, y los líderes judíos aun procuran su muerte. Festo el nuevo gobernador subió a Jerusalén desde donde estaba, es decir, Cesárea que era la capital en esos años de la provincia romana de Judea y domicilio del procurador romano, quien escucha los cargos que hay contra él. A su vez el gobernante invita a sus acusadores dirigirse al lugar donde está detenido el Apóstol; una vez presentado los cargos allí, Pablo alegando en su favor no tiene otra alternativa como ciudadano romano de apelar a Cesar, ya que las intenciones era llevarlo a Jerusalén, y juzgarle en el Sanedrín, como pretexto para tender una celada para acabar con su vida. Pero Dios y el apóstol frustraron dichas intenciones, ya que el Señor le había dicho “ten animo Pablo, pues como has testificado en Jerusalén así es necesario que testifiques en Roma” (Hechos 23:11), también, el siervo de Dios anhelaba predicar en la capital imperial (Romanos 1: 10). Pero, antes daría testimonio “en presencia de los gentiles y reyes” (Hechos 9: 15), como lo hará en la presente lección.
DESARROLLO: Pasados unos días, después de la apelación, Festo recibe la visita amistosa del rey Agripa y Berenice, quienes vinieron a felicitarle por su acceso a la procuraduría. Este Agripa, es Agripa ll, quien es el último de los Herodes, hijo de Agripa l (quien dio muerte a Jacobo hermano de Juan y encarcelo a Pedro) cuyo bisabuelo era Herodes el Grande, en cuyo tiempo nació nuestro Salvador Jesús. Berenice es su hermana con la cual vive incestuosamente, además es hermano de Drusila (esposa de Félix el anterior procurador).
Como la estadía de estos últimos se extendió, Festo aprovechó la oportunidad con cierta astucia de invitar a Agripa a participar de la controversia entre Pablo y los judíos, ya que este gobernante era el responsable del templo, y de designar al Sumo sacerdote judío; y por lo tanto, tenía competencia en las acusaciones de que Pablo había profanado el templo.
Después de relatarle como los judíos de Jerusalén se presentaron con Pablo (presentando cargos), y le pidieron una sentencia condenatoria (v. 15), diciendo Festo que él se había negado a hacerlo sin escuchar al reo (v. 16), así que viniendo las dos partes en cuestión, sin mayores dilaciones hizo traer al hombre, estando Festo sentado en el tribunal. Pero, cuando fue traído dice Festo, “me di cuenta que no presentaban verdaderos cargos de los cuales yo sospechaba” (v. 18), sino que, tenían contra Pablo ciertas cuestiones acerca de su religión (tales acusaciones no tenían lugar en una corte romana, ver Hechos 18:12-16); y de un cierto Jesús ya muerto, y que Pablo afirma que está vivo (v. 19). (Festo no entendía la diferencia entre la religión de Pablo y la de los otros judíos, por lo que nos damos cuenta que el apóstol no solo había hablado de la crucifixión de Cristo, sino también de su resurrección). Podemos ver la ligereza con que habla Festo de Jesús, pero que más se podía pedir de él cuando los más destacados sacerdotes judíos habían condenado al Maestro por blasfemo.
Antes las dudas y la apelación que Pablo hizo a Cesar, Festo comenta que “lo deje en custodia para poder enviarle a Roma” (v. 20-21). Agripa se interesa en el caso (v. 22). Al día siguiente él y Berenice se presentan en audiencia con mucha pompa (seguramente con mantos reales de purpura y sobre sus cabezas, coronas de oro; Festo con su túnica escarlata (que todo gobernador lucia en ocasiones de este tipo), los tribunos (los cinco que comandaban las cinco cohortes estacionadas en Cesárea), los principales de la ciudad, es decir, los líderes cívicos de la ciudad, y seguramente un grupo de soldados legionarios como guardias ceremoniales; frente a ellos es traído el prisionero. Festo abre la sesión con un discurso en que se dirige al rey y todos los presentes, diciendo: “Aquí tenéis a este respecto del cual toda la multitud de los judíos me ha demandado en Jerusalén y aquí, dando voces que no debe vivir más” (v. 24), por lo visto, los judíos de Cesárea también tomaban parte en este asunto. Sin embargo, expone también el procurador que no ha hallado ninguna causa de muerte y además ha apelado a Cesar (pues es ciudadano romano) (v. 25). Como no tenía argumentos para escribirle a Augusto Cesar (Nerón), es que lo presentó ante Agripa basado en la experiencia con los judíos (Herodes Agripa era Idumeo pero al ser este pueblo circuncidados, e impuesto el judaísmo, es que eran tenidos oficialmente como judíos), para saber de qué cargos acusarle.
CONCLUSION: Pablo había hablado a Félix en privado acerca de Jesucristo cuando fue llamado a su presencia (Hechos 24:24). Ahora la providencia divina le lleva a dar testimonio ante un auditorio compuesto por la aristocracia Palestina de la época, cumpliéndose en parte lo dicho por Jesús a sus apóstoles que “Aun ante gobernantes y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles (Mateo 10:18). También, dijo el Señor a Ananías acerca de Saulo de Tarso “Instrumento escogido me es este para llevar mi nombre en presencia de los gentiles y de reyes y de los hijos de Israel (Hechos 9:15)… ahora se cumplen estas profecías.