Lección: Hechos 26:12-23
Texto: Lucas 24:46-47
Domingo 18 de Junio 2017
Texto: Lucas 24:46-47
Domingo 18 de Junio 2017
INTRODUCCION:
Por la causa del evangelio y el testimonio de Jesús Pablo se encuentra detenido en Cesarea donde reside el procurador Festo, quien aprovecha la visita del rey Agripa, hombre de experiencia y conocedor de las tradiciones judías para requerir su opinión del detenido, el procurador sabe de su inocencia pero se encuentra en una encrucijada ya que no tiene motivos que exponer a Cesar a quien apelo el apóstol. En la presente lección Pablo aprovechara de hablar de su encuentro con Jesús que le comisiona para llevar el mensaje a los judíos y demás pueblos y pavimentara la ocasión para persuadirles acerca de la resurrección de Cristo y el perdón de los pecados.
DESARROLLO:
Pablo continua su relato delante del rey Agripa, Festo el procurador y otras autoridades, recordando que; comisionado con amplios poderes por los principales sacerdotes iba a la ciudad de Damasco con el fin de arrestar en las sinagogas a los cristianos (v. 12) y traerlos a Jerusalén y ser enjuiciados, (ver 9:1 y ss.)
Ocupado en esto se encontraba, “cuando vio una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol” (v. 13), luz que no podía ser producida por causas naturales ni eran alucinaciones, “la cual me rodeo a mí y a los que iban conmigo”.; fue tan impactante que cayeron ,“habiendo caído todos nosotros en tierra” oyó una voz que le hablaba en lengua hebrea (este es el tercer relato que Pablo hace de su conversión, ver los otros relatos en Hechos 9:1-19 y 22:6-21 y es la primera vez que dice que fue en el idioma hebreo): “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”, y le añade “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Como un hombre guía un buey (con una aguijada), así el Espíritu Santo estaba guiando a Pablo hacia la verdad del evangelio, y este resistiendo voluntariamente, “coceando” contra el aguijón de su propia conciencia, contra la voz de convicción del Espíritu, pues nunca había podido olvidar la serenidad y gracia con que había muerto Esteban.
Pablo, había estado luchando y resistiendo al mismo Dios. Dijo entonces; “Quien eres Señor”, la voz contestó “Yo soy Jesús a quien tu persigues” (v. 15). Pablo, creía que Cristo seguía sepultado en alguna tumba (aceptaba que habían robado su cuerpo sus seguidores, Mateo 28:13-15), ahora se daba cuenta que al perseguir a los cristianos él estaba persiguiendo al maestro de ellos, al Mesías de Israel, al Hijo de Dios.
A partir del versículo 16 Pablo presenta la misión que recibiera de Cristo con mayores detalles. Jesús le señalo que se le apareció para; “Ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti”. Aunque la tarea de Pablo seria tremendamente difícil, el Señor le libraría de (los ataques de) judíos y gentiles (v. 17). Su ministerio consistía en:
A.- “Abrir los ojos de sus oyentes”, para que se den cuenta en la condición que se encuentran (Mateo 15:14).
B.- “Que se conviertan de las tinieblas a la luz”. Las tinieblas (el territorio de Satanás y el estado de separación de Dios) a la luz de comunión con el Señor (Hechos 13:47; 2 Corintios 4:4; Efesios 5:8, 14; Colosenses 1:12-13).
C.- Recibiendo “el perdón de pecados” (Hechos 3:19; Isaías 53:4-6; 1 Juan 1:1-2; 4: 10).
D.- “Y herencia entre los santificados” (Colosenses 1:12; 3:24; Hebreos 9:15).
Pablo no fue rebelde a la visión celestial (v. 19), así le dice a Agripa, sino que inmediatamente empezó a predicar en Damasco (9:20) de su encuentro con el Señor Jesús y lo relativo a la salvación, luego, prosiguió anunciando “en Jerusalén” (9:28-29), la ciudad de su juventud, Judea, y por último a los gentiles. El hace un llamado que los hombres se arrepientan y conviertan a Dios, cambien su estilo de vivir por completo “haciendo obras dignas de arrepentimiento”. Por causa de esta obediencia al llamado y visión celestial los judíos le prendieron en el Templo e intentan darle muerte, sin embargo, “habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy”. Pablo no hizo nada contra el testimonio de las Escrituras, que dice “Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos (1 Corintios 15:20), para anunciar luz al pueblo y a los gentiles” (v. 23). (Compárese con Isaías 42:6, 49:6 Lucas 2:32).
Ocupado en esto se encontraba, “cuando vio una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol” (v. 13), luz que no podía ser producida por causas naturales ni eran alucinaciones, “la cual me rodeo a mí y a los que iban conmigo”.; fue tan impactante que cayeron ,“habiendo caído todos nosotros en tierra” oyó una voz que le hablaba en lengua hebrea (este es el tercer relato que Pablo hace de su conversión, ver los otros relatos en Hechos 9:1-19 y 22:6-21 y es la primera vez que dice que fue en el idioma hebreo): “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”, y le añade “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Como un hombre guía un buey (con una aguijada), así el Espíritu Santo estaba guiando a Pablo hacia la verdad del evangelio, y este resistiendo voluntariamente, “coceando” contra el aguijón de su propia conciencia, contra la voz de convicción del Espíritu, pues nunca había podido olvidar la serenidad y gracia con que había muerto Esteban.
Pablo, había estado luchando y resistiendo al mismo Dios. Dijo entonces; “Quien eres Señor”, la voz contestó “Yo soy Jesús a quien tu persigues” (v. 15). Pablo, creía que Cristo seguía sepultado en alguna tumba (aceptaba que habían robado su cuerpo sus seguidores, Mateo 28:13-15), ahora se daba cuenta que al perseguir a los cristianos él estaba persiguiendo al maestro de ellos, al Mesías de Israel, al Hijo de Dios.
A partir del versículo 16 Pablo presenta la misión que recibiera de Cristo con mayores detalles. Jesús le señalo que se le apareció para; “Ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti”. Aunque la tarea de Pablo seria tremendamente difícil, el Señor le libraría de (los ataques de) judíos y gentiles (v. 17). Su ministerio consistía en:
A.- “Abrir los ojos de sus oyentes”, para que se den cuenta en la condición que se encuentran (Mateo 15:14).
B.- “Que se conviertan de las tinieblas a la luz”. Las tinieblas (el territorio de Satanás y el estado de separación de Dios) a la luz de comunión con el Señor (Hechos 13:47; 2 Corintios 4:4; Efesios 5:8, 14; Colosenses 1:12-13).
C.- Recibiendo “el perdón de pecados” (Hechos 3:19; Isaías 53:4-6; 1 Juan 1:1-2; 4: 10).
D.- “Y herencia entre los santificados” (Colosenses 1:12; 3:24; Hebreos 9:15).
Pablo no fue rebelde a la visión celestial (v. 19), así le dice a Agripa, sino que inmediatamente empezó a predicar en Damasco (9:20) de su encuentro con el Señor Jesús y lo relativo a la salvación, luego, prosiguió anunciando “en Jerusalén” (9:28-29), la ciudad de su juventud, Judea, y por último a los gentiles. El hace un llamado que los hombres se arrepientan y conviertan a Dios, cambien su estilo de vivir por completo “haciendo obras dignas de arrepentimiento”. Por causa de esta obediencia al llamado y visión celestial los judíos le prendieron en el Templo e intentan darle muerte, sin embargo, “habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy”. Pablo no hizo nada contra el testimonio de las Escrituras, que dice “Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos (1 Corintios 15:20), para anunciar luz al pueblo y a los gentiles” (v. 23). (Compárese con Isaías 42:6, 49:6 Lucas 2:32).
CONCLUSION:
El apóstol debió comparecer ante autoridades y gobernadores por acusaciones y calumnias en su contra. Pero en su defensa, notamos esa fuerza del hombre que conociendo el amor de Cristo, no puede callarlo, sino anunciarlo abiertamente y sin temor. Puede que nunca estemos ante reyes y gobernadores como lo estuvo Pablo, pero si es posible tener en la vida muchas oportunidades para poder testificar de nuestra fe.
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