jueves, 30 de noviembre de 2017

Reconciliados con Dios

Lección: Romanos 5:6-11
Texto: 2 Corintios 5:18-19
Domingo 03 de Diciembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Cuan importante es la reconciliación, sobre todo cuando ha pasado un buen tiempo de estar alejadas las personas involucradas. Mientras más tiempo pasa, más difícil la reconciliación. La Biblia nos narra la importancia que el hombre se reconcilie con Dios, quién después de la caída narrada en Génesis 3, perdió todos los privilegios de la creación. En la presente lección Pablo nos comparte dos grandes verdades al ser reconciliados con Dios. Veámoslas a continuación.
DESARROLLO: 
La primera verdad es que de esta forma se hace notorio el amor de Dios (v. 6-8) Que hermosa bendición ha compartido Dios con su creación. El envío a Cristo para morir por los impíos (v. 6), clarificando un asunto de la lógica humana, que “ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno” (v.7) Es tremendamente difícil, encontrar a alguien que quiera morir por otra persona. El gran mensaje del evangelio queda reflejada en estas expresiones “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (v. 8) Con razón Juan en su evangelio dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. (Juan 3.16) ¡Qué amor más inefable!
La segunda verdad es que de esta forma alcanzamos la salvación (v. 9-10) La reconciliación del hombre con Dios, hace posible la justificación, importante doctrina que se define así; “Es el acto de Dios por medio del cual él declara justo al hombre que cree en Cristo”. Esto ha tenido un costo, la sangre de Cristo. Además tiene un resultado doble, somos salvos de la ira (v. 8) y alcanzamos la salvación; “porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (v. 10) ¡Bendito Cristo! y ¡Bendita salvación!.
CONCLUSIÓN: 
En el ámbito de la consejería matrimonial, se plantea la reconciliación de las parejas como un paso previo de reestablecer una buena relación. En el ámbito espiritual, esto es mucho más contundente, el hombre se puede reencontrar con su creador y por ende, recibir las bendiciones de esa reconciliación. Si Dios estuvo dispuesto a hacer cosas por nosotros cuando éramos enemigos, mucho mayor bendición podemos recibir de él al ser reconciliados; “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación” (v. 11).

jueves, 16 de noviembre de 2017

La fe triunfa sobre las tribulaciones

Lección: Romanos 5:1-5
Texto: 1 Pedro 1:6-7
Domingo 26 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:


Desde el inicio de los tiempos, y desde que el hombre debió abandonar el Edén producto de la desobediencia al creador, la tierra fue maldecida por su causa, y con dolor o amargura comería de ella todos los días de su vida. Por lo que a través de su vida el ser humano ha tenido que enfrentar tribulaciones, producto de esa caída original. Pero, que es en sí la tribulación.
Esta palabra se deriva del latín “tribulum”, que es un implemento agrícola que se emplea para separar la cáscara del grano mediante un proceso riguroso conocido como “tribulatio”, lo que sirve para ilustrar la experiencia humana, teniendo su mayor connotación teológica en Mateo 24:9, que dice; “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”, por lo que se aplica la traducción de persecución, aflicción, angustia, dificultad y padecimiento, lo que se encuentra íntimamente conectado con la era mesiánica que debía ser introducida con dolores de parto.


DESARROLLO:


Los resultados y beneficios que trae al ser humano, la justificación por la fe, son realmente maravillosos, pues ahora estando justificados por la fe, tenemos paz para con Dios, nos hemos reconciliado con el creador, siendo posible esto sólo porque Cristo con su muerte en la cruz pagó el precio, redimiendo así a los pecadores que creen en él por la fe. Ahora Pablo, establece que como creyentes, tenemos acceso a un lugar muy privilegiado por la fe, a esta gracia, que es otro beneficio que tenemos, al ser declarados inocentes por Dios, y gozamos del favor y el amor de Dios hacia nosotros, gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Verso 3, manifiesta “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones”, es importante destacar que no dice “A pesar de las tribulaciones” sino que más bien “En Las tribulaciones”. Pablo retrata con plena nitidez la realidad de los cristianos del primer siglo, en donde el sufrimiento era algo común y habitual para los que habían abrigado en sus corazones la fe en Cristo Jesús, cumpliéndose en ellos las palabras del maestro señaladas en Lucas 21:12 y Juan 16:2, más Pablo les dice que la tribulación tiene su propósito pues nos ayudan a crecer en nuestro carácter y profundizan nuestra confianza en Dios. Debemos tener claro, que las situaciones adversas producen en los creyentes paciencia, que es un atributo de Dios, y que es traspasada o se produce en los creyentes a través de las tribulaciones, y ésta a la vez produce prueba y ésta a su vez produce esperanza.
El apóstol en el verso 2, dice que “nos gloriamos en la esperanza”, además manifiesta en esta sección que la esperanza no avergüenza. Pablo escribe en el capítulo 1:16, de esta carta lo siguiente; “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación...”. Aquí vuelve a afirmar que la esperanza no avergüenza, pues ella es la virtud que capacita al hombre para tener confianza de alcanzar la vida eterna con la ayuda de Dios, ya que el amor de Dios ha sido derramado en los corazones de todos los creyentes por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Lo que da a entender es que no es en una porción pequeña, sino abundantemente del amor y misericordia de Dios, la que ha sido derramada a través de la obra del Espíritu Santo, en los corazones de los que tienen esta esperanza.


CONCLUSIÓN:


Pablo, apela a la superioridad de la fe, para señalar que por ella somos justificados por Dios ,y que por la fe también tenemos entrada a esta gracia, pero, que asimismo no nos debe parecer como cosa extraña, el tener que ser afligidos en diversas pruebas, ya que ellas, nos ayudan a aprender a esperar siempre en Dios, y a afirmarnos en la esperanza que hay en nuestros corazones, puesto que el amor de Dios ha sido derramado en los que hemos creído en Cristo, ya que él es nuestra esperanza de gloria.

La promesa dada por la fe

Lección: Romanos 4:16-25
Texto: Hechos 13:38-39
Domingo 19 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:


Muchas situaciones de la experiencia humana en el peregrinaje de los hombres en esta vida, pueden ser consideradas como el resultado de sus acciones o esfuerzo personal. El alcanzar una meta trazada, lograr un título, aun la paciencia o el autocontrol, pueden ser considerados como frutos del esfuerzo humano, pero, en cambio la fe, surge cuando el hombre deja de lograr algo por sus propios medios, capacidades o autosuficiencia y confiamos en que alguien (DIOS), lo logre en nuestro lugar, por lo tanto, la fe, es todo lo opuesto a la autosuficiencia del hombre.


DESARROLLO:


EL apóstol, manifiesta que la promesa de Dios para su pueblo fue dada a Abraham por la justicia de la fe que había en él. Por lo tanto, enfatiza que el medio o conducto para esto es sólo por la fe, para que de esa manera sea por gracia, como un verdadero don gratuito de la soberanía del creador, y sea firme esta promesa para toda su descendencia (judíos y gentiles), el cual es padre de los de la fe. Debemos establecer que las promesas de Dios son fieles, como dice la escritura; “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa” (Hebreos 6:13-15).
Hemos ratificado que las promesas o pactos de Dios son fieles, y en este pasaje vemos como se recuerda la promesa de Dios a Abraham, que le pondría por padre de muchas gentes, y es por la fe, reconociéndonos Dios mismo como hijos de Abraham por la fe, y herederos de sus promesas, como parte de su soberanía y omnipotencia, llamando a las cosas que no son como si fuesen, pues llegaría el día en que esto se cumpliría y lo podemos confirmar en Juan 1:12-13 “Más a todos los que le recibieron, a los que creen (fe) en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
¿Cómo le creyó Abraham a Dios?, “En esperanza contra esperanza”; es decir, contrario a cualquier expectativa humana común. Con la esperanza, confianza y seguridad que Dios cumpliría sus promesas, no importando que todos los elementos humanos estaban en contra, como su edad y la esterilidad de su mujer Sara, con todo eso no titubeo, ni dio lugar en su mente a la duda, para que la incredulidad tomara control de su corazón, sino que fortaleció en su fe y confianza en la promesa de Dios, dando gloria a Dios, por lo que su fe le fue contada por justicia, imputando o atribuyendo Dios esta justicia a todos los creyentes; Esto es, a los que creemos en que Dios levantó a Jesús de los muertos, el que a su vez fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.


CONCLUSIÓN:


Éste pasaje bíblico, nos explica claramente que las promesas que Dios entregó a Abraham y a toda su descendencia (Judíos y Gentiles), es a través de la justicia de la fe solamente, dándonos el apóstol a conocer asimismo que la fe es la única condición que se nos exige para ser salvos, pues es la única gracia que despoja al hombre de toda su jactancia y que hace que dé a Dios la gloria, por esto Pablo dice “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues don de Dios (Efesios 2:8).

jueves, 9 de noviembre de 2017

Abraham, justificado antes de la circuncisión

Lección: Romanos 4:9-15
Texto: Gálatas 3:11
Domingo 12 de Noviembre 2017
INTRODUCCIÓN: 
Siendo la circuncisión un ritual tan importante en la religión judía, ya que era un signo o señal externa del pacto de Dios primero con Abraham (Génesis 17:7-12), y por consecuencia con Israel, la que fue transmitida de generación en generación, siendo el primer mandamiento que Dios entregó al patriarca. El apóstol, ahora pasa a describir en qué momento y la razón por la que Abraham fue justificado.
DESARROLLO: 
Como ya hemos establecido, la circuncisión era una señal externa de que los judíos constituían el pueblo escogido de Dios, separándolos de esta manera de los demás pueblos de la tierra. Acá Pablo apela a la vida de Abraham, para demostrar que la gracia de la salvación, no está limitada a aquellos que han recibido esta señal en la carne bajo el antiguo pacto o dispensación; es decir, la circuncisión, sino que, establece según el texto bíblico, que Abraham fue justificado delante de Dios antes de ser circuncidado, puesto que él halló el beneplácito de Dios sólo por la fe, antes de ser circuncidado. Génesis 12:1-4, nos muestra que Dios llamó a Abraham a los setenta y cinco años de edad en Mesopotamia, y la circuncisión se la ordenó cuando éste tenía noventa y nueve años (Génesis 17:1-12), por lo tanto, su fe le fue contada por justicia no en la circuncisión, sino cuando estaba en la incircuncisión, que era la denominación que se les entregaba a los gentiles que no practicaban este ritual. De esta manera, el apóstol argumenta respecto a la pregunta del verso 9, si ésta bienaventuranza es sólo para los israelitas (que representaban la circuncisión), o se hacía también extensiva a los paganos o gentiles (que representaban la incircuncisión). Las razones que entrega Pablo, para que Abraham fuera justificado o declarado inocente y justo delante de Dios es que; Primero según el verso 11, recibió la circuncisión como “una señal” o sello físico y externo de la justicia de la fe, lo que garantizaba lo genuino de su fe, y que le fue contado por justicia. Segundo, según el verso 12, “venía a ser padre”, el modelo, origen o principio de algo (ver Génesis 4:20-21) y no sólo de los de la circuncisión, sino que también de aquellos que siguen las pisadas de la fe de Abraham.
Por lo tanto, afirma el apóstol que, “no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa (es decir, la simiente espiritual, ya sea, judíos o gentiles), de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe” (v. 13). Es importante notar lo que dice la escritura; “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:28-29).
CONCLUSIÓN: 

Como consecuencia de lo expuesto, podemos concluir, que ningún ritual u obras de la naturaleza que sea, puede justificar al hombre delante de Dios, sino, que la bienaventuranza de aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y a quienes el Señor no inculpa de pecados, es tanto para judíos como para todos los que siguen las pisadas de la fe que tuvo Abraham, “pues el justo por la fe vivirá”.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Abraham, justificado por la fe

Lección: Romanos 4:1-8
Texto: Gálatas 3:6-7
Domingo 05 de Noviembre 2017


INTRODUCCIÓN:
Habiendo establecido, en el análisis que Pablo hace respecto de la culpabilidad de la humanidad delante de Dios, donde establece y confirma asimismo que la justificación del hombre delante del creador, no es por las obras que éste realice, ni por el cumplimiento de la ley, sino que, la fe en Dios, es el medio que él ha utilizado para salvar a los creyentes. Por ello es que, utiliza el ejemplo de la vida de Abraham, para confirmar este planteamiento.
DESARROLLO:
 El ejemplo de Abraham, considerado por los fieles judíos como el padre de la nación y de su religión (Génesis 17:5; Hechos 7:2), es el elemento que Pablo ocupa para, confirmar que la justificación y la salvación son por la fe, lo que se enseña tanto en el antiguo como en el nuevo testamento. Ahora la interrogante que plantea Pablo a los lectores de esta carta es; “¿Qué halló Abraham, nuestro padre según la carne?” (v. 1) Nada, es la respuesta, porque si éste hubiese sido justificado por la carne o las obras que hacía, tendría de que gloriarse, pero no para con Dios, porque “como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31).
Pablo en su exposición, recurre a las escrituras preguntando que dicen respecto a esta tema; “Creyó (Abraham) a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6). Podemos decir, que esto es un reconocimiento formal por la fe de Abraham a la Palabra de Dios, lo que le significó que esto fuera abonado a su cuenta como justicia, por lo que el creer se establece como un sustituto a las obras. El apóstol, profundiza además en su explicación de este tema, diciendo que, al que obra o trabaja su salario no se le cuenta como gracia, (don gratuito o benevolencia) sino, como deuda, más al que no obra; como dice el versículo 5, es decir, el que no hace obras con el fin de ser justificado, a ese “su fe le es contada por justicia” y recibe el don maravilloso de la salvación.
Verso 6. David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras. Sin duda alguna, podemos afirmar que Dios es justo, y el imparte esta justicia por gracia a los que creen, no imputándoles sus pecados, sino, aplicándoles su misericordia y demostrando su benevolencia, no cargando en la cuenta del hombre sus pecados (ver 2 Corintios 5:19),
CONCLUSIÓN:
La justificación por la fe, es un hecho teológicamente incuestionable a través de toda la palabra revelada de Dios para el hombre, desde la caída en Edén hasta la redención del hombre, se puede observar la gracia de Dios y su misericordia. Para alcanzarla, sólo se necesita creer.