Lección: Romanos 8:1-6
Texto: Romanos 6:14
Domingo 21 de Enero 2018
Texto: Romanos 6:14
Domingo 21 de Enero 2018
INTRODUCCION:
Hay muchas formas de vivir la vida. Jugando, estudiando, trabajando, recreando, ociando, etc. Todo depende de la edad y de los recursos que se posean. En el ámbito espiritual, nos toca todos los días enfrentar la vida y enfrentar el pecado. Lo podemos hacer con una vida en la carne, o una vida en el Espíritu. ¿Cuál de las dos es más conveniente? Veámoslas a continuación.
DESARROLLO:
Primero, veamos la vida en la carne. En la lección anterior, Pablo, ha dejado claro que el principal enemigo nuestro es “la carne”, ya que ella es permanentemente inclinada al mal. El dicho; “la carne es débil” no es más que un justificativo humano ante las continuas conductas pecaminosas. En la presente lección, Pablo sigue profundizando el conflicto que hay entre “la carne y el Espíritu”. Acá dice que “Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne…” (v. 5) y “el ocuparse de la carne es muerte…” (v.6). Darle el gusto a la carne, trae como consecuencia que llega sobre el pecador “la ley del pecado y de la muerte” (v. 2), por lo tanto, tener una vida en la carne, implica ser un asiduo practicante del pecado, lo que resulta en la muerte del pecador. Debemos buscar entonces, otra alternativa de vida. Aquí va la otra propuesta del apóstol Pablo.
Segundo, vivir la vida en el Espíritu. Tener este tipo de vida trae como resultado que se aplique al creyente los beneficios del sacrificio de Cristo. “porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó el pecado en la carne” (v. 3). Esto quiere decir, que Cristo vino al mundo para demostrarnos que es posible vencer la carne, y por ende al pecado. Entonces, ¿cómo se vive una vida en el Espíritu? Pablo escribe lo siguiente; “Los que son del Espíritu, (piensan) en las cosas del Espíritu”. (v. 5) Si permanentemente pensamos en las cosas del Espíritu, no damos ocasión al pecado.
Segundo, vivir la vida en el Espíritu. Tener este tipo de vida trae como resultado que se aplique al creyente los beneficios del sacrificio de Cristo. “porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó el pecado en la carne” (v. 3). Esto quiere decir, que Cristo vino al mundo para demostrarnos que es posible vencer la carne, y por ende al pecado. Entonces, ¿cómo se vive una vida en el Espíritu? Pablo escribe lo siguiente; “Los que son del Espíritu, (piensan) en las cosas del Espíritu”. (v. 5) Si permanentemente pensamos en las cosas del Espíritu, no damos ocasión al pecado.
CONCLUSION:
Pablo comienza el capítulo 8 con el siguiente pensamiento: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (v. 1). Resulta importante entonces tomar una buena decisión: Vivir en la carne o vivir en el Espíritu. Para ayudarnos a tomar la mejor decisión de nuestras vidas, Pablo concluye la lección de hoy de la siguiente manera: “porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (v. 6).
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