Lección: Romanos 12:16-21
Texto: 1 Pedro 3:8-9
Domingo 03 de junio 2018
Texto: 1 Pedro 3:8-9
Domingo 03 de junio 2018
INTRODUCCIÓN:
Entre creyentes, debiera haber unanimidad, y para aquello necesitamos revestirnos de humildad, para considerar a los otros como superiores a nosotros mismos, así mantendremos la buena comunión, y en cuanto a las demás personas, Pablo, nos invita a mantener dentro de lo posible, la paz con todos. Si amamos a alguien de la misma manera que Cristo nos ama, estaremos dispuestos a perdonar. Si hemos experimentado la gracia del Señor, anhelaremos que otros también la alcancen y disfruten. Tenemos una gran tarea por delante, mostrar el carácter de Cristo en nuestro accionar, aun con nuestros enemigos.
DESARROLLO:
Continuando con los deberes cristianos, Pablo les pide a los romanos que tengan unanimidad entre ellos (v.16), es decir, ser de un mismo sentir unos con otros, desde luego esto no significa uniformidad de pensamientos, sino ser del mismo pensar y sentir en Cristo. No solo unánimes, también no ser altivos ni petulantes, más bien “asociándoos con los humildes” (v.16b), pues Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (1 Pedro 5:5), eso nos llevara a no “ser sabios en nuestra propia opinión” (v.16c, también Proverbios 3:7; Proverbios 26:12; Isaías 5:21).
El versículo 17 nos dice “no paguéis a nadie mal por mal”, es una práctica común entre la gente que no conoce a Dios, pagar mal por mal, pero no así los redimidos, no podemos desquitarnos, “ni pagar con la misma moneda”, en vez de ello, deberíamos actuar de una forma honrosa ante los insultos u ofensas (Mateo 5:38–48; Lucas 6:27; Proverbios 24:29; 1 Tesalonicenses 5:15), “procurando lo bueno delante de todos los hombres” (v.17). El termino procurad significa “pensar en”, “tomar en consideración”… lo bueno (lo honesto, moral, noble, loable) delante de todos (ver Proverbios 3:4; 2 Corintios 8: 21).
En el versículo 18 encontramos el siguiente llamado; “Si es posible en cuanto dependa de vosotros estad en paz con todo los hombres”, esto implica que no siempre es posible. “En cuanto dependa de vosotros” (si está a nuestro alcance), La paz es una avenida en ambos sentidos. Debemos poner de nuestra parte para vivir pacíficamente, pero no tenemos control sobre la conducta de otros; alguien dijo “Yo puedo tener una bola de nieve, y otra persona también, yo puedo escoger no lanzarle la mía, pero no puedo controlar lo que el hará con la suya”. El punto de Pablo es este: La alteración de la paz nunca debería ser iniciada por el cristiano, no deberíamos como creyentes quebrar la paz. Debemos vivir en paz, vivir pacíficamente. El Nuevo Testamento, nos invita a “seguir la paz”, ir tras ella (Romanos 14:19; 2 Timoteo 2:22; Hebreos 12:14 y 1 Pedro 3:11).
La venganza no es el mejor camino ante una ofensa o menosprecio u otra razón. “No os venguéis vosotros mismos, amados míos” (v.19 a). “Vengar”, significa buscar justicia por sus propios medios. Como cristianos no podemos vengarnos, Pablo dice que no busquemos venganza, ¿la razón? es simple, podemos confiar que Dios actuará de manera correcta. Si una persona merece un castigo, Dios se ocupará de ella, sea ahora, o más adelante, o en el día del juicio. Es mejor dejar el asunto en las manos de Dios, pues por un lado él es un juez perfecto, no se equivoca y por otro lado Dios puede asegurarse de que haya justicia sin ponernos en peligro físico o legal al buscar venganza. Cuando dice mía es la venganza cita Pablo Deuteronomio 32:35.
La venganza no es el mejor camino ante una ofensa o menosprecio u otra razón. “No os venguéis vosotros mismos, amados míos” (v.19 a). “Vengar”, significa buscar justicia por sus propios medios. Como cristianos no podemos vengarnos, Pablo dice que no busquemos venganza, ¿la razón? es simple, podemos confiar que Dios actuará de manera correcta. Si una persona merece un castigo, Dios se ocupará de ella, sea ahora, o más adelante, o en el día del juicio. Es mejor dejar el asunto en las manos de Dios, pues por un lado él es un juez perfecto, no se equivoca y por otro lado Dios puede asegurarse de que haya justicia sin ponernos en peligro físico o legal al buscar venganza. Cuando dice mía es la venganza cita Pablo Deuteronomio 32:35.
Por lo tanto, dejando todo animo vengativo y atendamos a la necesidad de nuestros “enemigos”, cuando estos recurran a nosotros “Si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer y si tuviere sed dale de beber” (Proverbios 25:21–22). El mandamiento de amar a todos, aun a nuestros enemigos, era ya un precepto del Antiguo Testamento, aunque nuestro Salvador le dio más fuerza al amarnos y morir por nosotros cuando aún éramos enemigos suyos (ver Romanos 5:6-10). Si devolvemos a nuestros enemigos bien por mal, los ablandaremos y los refinaremos como se refina en el crisol a los metales. Más aun “ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. Una acción amistosa de esta clase, tan inesperada y tan inmerecida, le producirá un efecto (sanamente) doloroso y le causara remordimiento por su enemistad (se ruborizara y le hará reaccionar positivamente). Ese es el mejor medio de convertir en amigos a los enemigos.
CONCLUSIÓN:
En toda discordia o contienda, son vencidos los que van tras la venganza, y son vencedores los que están dispuestos a perdonar, por eso el consejo de Pablo es: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”, y en el mismo tenor nos habla el apóstol Pedro “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamado para que heredaseis bendición” (1 Pedro 3:9).
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