viernes, 15 de junio de 2018

Se acerca el día


Lección: Romanos 13:8-14
Texto: Colosenses 3:12
Domingo 17 de junio 2018
INTRODUCCIÓN: 
Vivimos en un mundo muy desarrollado, tal es así que la tecnología ha invadido todas las áreas del quehacer humano. Hoy las comunicaciones son vertiginosas y nos mantienen informados del más mínimo detalle, sin embargo, el hombre se llena de conocimiento y cada día se distancia más y más de Dios, de tal manera que muchos le niegan; además el humanismo con todas sus corrientes de pensamientos han dejado de lado al Creador de todas las cosas. El tiempo del retorno del Señor es inminente. Los creyentes tenemos una deuda y es extender el reino… ¿de qué manera?; el amor no hace mal al prójimo, si tratamos a los demás (creyentes y no creyentes), con el mismo cuidado que tenemos para nosotros mismos, estaremos cumpliendo la ley de Dios. Queda poco tiempo, aprovechémoslo dejando de lado las cosas que nos atan a este mundo, y renunciando a los deseos engañosos del corazón.
DESARROLLO: 
El apóstol exhorta a los creyentes de Roma (y a todos los creyentes de todos los tiempos), a no deber nada a nadie “No debáis a nadie nada (v.8), es decir, a no dejar ninguna deuda (de cualquier clase) sin cancelar. Encontramos en la Biblia que no es prohibición el préstamo de dinero, es permitido y regulado (Ver Éxodo 22:25; Levítico 25:35–37; Deuteronomio 17:7–9; Mateo 5:42), el punto es que deben pagarse en los termino acordados (Deuteronomio 23:19-21); Por lo tanto, debemos afrontar todas nuestras deudas, pero hay una deuda que nunca podemos cancelar; la del amor ágape.
¿Por qué el amor se considera una deuda? Estamos en permanente deuda con Cristo, por su amor sin límites derramado en nuestro favor. La única forma en que podemos empezar a pagar la deuda es amando a otros. Ya que el amor de Cristo, siempre será infinitamente superior al nuestro, tenemos la obligación de amar a nuestro prójimo. “Porque el que ama al prójimo cumplió la ley” (v.8b). Un intérprete de la ley le pregunto a Jesús ¿Cuál es el gran mandamiento de la ley?, Jesús respondió “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón…” Mateo 22:36-40 (Comparar con Juan 13:34; Gálatas 5:14; Colosenses 3:14).
Para demostrar que el amor es el cumplimiento de la ley, Pablo, cita algunos mandamientos que tienen que ver con las relaciones humanas, y que prohíben actos de desamor contra nuestro prójimo que son: “No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás” (v.9). El amor no explota el cuerpo de otra persona; lo hace la inmoralidad. El amor no arrebata la vida de otra persona; lo hace el asesinato. El amor no hurta la propiedad de otra persona; lo hace el robo. El amor no niega la justicia a otros; lo hace el falso testimonio. El amor no abriga deseos torcidos por las posesiones de otra persona; lo hace la codicia.
“Y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v.9b). En el fondo debemos tratar a los demás con la misma manera, consideración y afecto con que nos tratamos a nosotros mismos. Al decir “El amor no hace mal al prójimo” (v.10) (ver 1 Corintios 13:4-6), el apóstol quiere dar a entender que no basta con no hacerle mal, para estar seguros de que ya le amamos; por eso vuelve a insistir, “que el cumplimiento de la ley es el amor” (v.10b). (Mateo 22:39-40; Santiago 2:8-9)
En el versículo 11 Pablo pasa ahora a recordarnos que no solo debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, porque está escrito, sino también, porque el tiempo apremia, es breve “Y esto conociendo el tiempo que es ya hora de levantarnos del sueño” (v.11). De la apatía y letargo espiritual deben sacudirse los creyente en Jesus, “porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (v.11b). (Hay que recordar que Pablo esperaba el retorno del Señor en su tiempo (1 Tesalonicenses 4:13-17). La dispensación de la Gracia está llegando a su fin. Está claro que el apóstol se refiere a la segunda venida, seremos glorificados al regreso de Jesús (ver 8:22-23), el cual se aproxima cada día que pasa.
“La noche está avanzada, y se acerca el día” (v.12). La noche se refiere al tiempo presente de maldad y tinieblas. El día alude al regreso de Cristo (1 Tesalonicenses 5:4-6). “Desechemos, pues las obras de las tinieblas (1 Juan 2:8, Efesios 5:11; 1 Tesalonicenses 5:8). “Y vistámonos las armas de la luz”, la protección que suministra la justicia que se vive en la práctica. “Andemos como de día”. Por medio de vivir una vida que agrada a Dios, y al manifestar en nuestra conducta exterior la realidad interna de una vida redimida (compárese con Romanos 6:4; 8:4 Gálatas 5:16, 25; Efesios 2:10). ¿Qué tiene que ver un cristiano con fiestas desenfrenadas, borracheras, orgias, viles excesos o siquiera con la maledicencia o la envidia? Nada.
El remedio radical contra estos vicios es, vestirse de Cristo como lo dice el v.14 “Vestíos del Señor Jesucristo”. El verbo vestirse significa, ponerse ropas o ataviarse. Debemos vestirnos de Cristo, es decir de su carácter su forma de vida (santificación), vivir como él vivió y aceptarlo como nuestro guía y ejemplo (Efesios 4:20-24). “y no proveáis para los deseos de la carne” (V.14b). La carne, aquí es la vieja y corrompida naturaleza que clama incesantemente para ser regaloneada, con comodidades, lujos, disfrutes ilícitos y otras cosas semejantes (ver Romanos 7:5-6; Gálatas 5:17; Efesios 2:3)
CONCLUSIÓN: 
Pablo creía en el inminente regreso del Señor para trasladar a los fieles de su iglesia al cielo, un acontecimiento que él estaba convencido de que podía suceder aun en su generación. Cristo advirtió que el regresaría en un momento en que los fieles estuvieran seguros de que no vendría (ver Mateo 24:42, 44). Por eso, los hijos de Dios, siempre deben estar espiritualmente preparado ya que el día se acerca para irnos a su gloria.

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