martes, 3 de julio de 2018

Contribuyendo a la paz y edificación


Lección: Romanos 14:13-23
Texto: 1 Corintios 10: 31-32
Domingo 01 de julio 2018
INTRODUCCIÓN: 
Cuando el evangelio se extendió a los gentiles, se originaron ciertos conflictos que tenían que ver, por un lado con ciertos ceremoniales judíos, en cuanto a la ingesta de ciertos tipos de alimentos, sobre todo de origen cárneos (animales inmundos), como también, la observancia de ciertos días y festividades; y por otro lado (gentiles), las carnes sacrificadas a deidades paganas que se vendían en las carnicerías. Al creyente maduro no le afectaban estas cosas, pero si al cristiano débil, sea de origen judío o gentil. En la presente lección, veremos cual debiera ser el comportamiento de uno y otro para no afectar la libertad y la conciencia del otro.
DESARROLLO: 
Esta porción, pone de relieve la necesidad, de no poner tropiezo en cosas de suyo licitas, a ningún hermano débil. El versículo 13 sirve de enlace con la porción anterior, ya que, tras establecer la conclusión de que no nos juzguemos más los unos a otros. El apóstol dice: “más bien decidid no poner tropiezo”. Tropiezo (obstáculo en el camino) “u ocasión de caer (gr skandalon, una trampa puesta adrede) al hermano”.
Los versículos 14 y 15, explican en que consiste este tropiezo puesto al hermano, y donde radica su gravedad. Pablo emplea los términos más fuertes para expresar, de entrada su convicción de que ningún alimento “es inmundo en sí mismo” (v.14) (Ver Marcos 7:15; Hechos 10:15; 1 Timoteo 4:4). Pero, el hermano inmaduro débil sin el conocimiento en esta materia, “piensa que algo es inmundo, para él lo es”. (Hechos 10:15; 1 Corintios 8:13). “Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado” (v.15) “contristado”, (esta palabra en el griego se refiere a causar dolor, tristeza o angustia). Un creyente débil, puede resultar lastimado si ve a su hermano hacer algo que considere pecaminoso; todavía peor, el creyente fuerte, puede hacer que su hermano más débil viole su propia conciencia (comparar con 1 Corintios 8: 8-13). El que contrita a su hermano no “anda conforme al amor” (v.15), pues el amor piensa en los demás, no en sí mismo. Por lo tanto, “no hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.”
“No sea pues vituperado vuestro bien” (v.16). El principio aquí es, que no debiéramos dejar que estas cosas secundarias en sí, perfectamente legítimas, den ocasión a otros por nuestra falta de amor.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (v.17). Pablo, revela aquí la verdad del Reino, el cual no consiste en abstenerse o no abstenerse de comidas o bebidas, sino, que consiste en llevar la justicia de Dios por medio de la justificación de Cristo, a través del mensaje de salvación; en traer paz y reconciliación a los hombres con Dios en Cristo, y alegría gozo y deleite en cumplir, con la voluntad de Dios por el Espíritu Santo que habita en nosotros. (1 Corintios 8:8; Romanos 15:13).
“Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres” (v.18). Lo importante no es lo que se coma o no se coma. Lo que da honra a Dios y logra la aprobación de los hombres es una vida de santidad. Los que ponen el énfasis en la justicia, la paz y el gozo sirven a Cristo, obedeciendo sus enseñanzas (2 Corintios 8:21).
“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación” (v.19). En lugar de entablar pendencias por cuestiones carentes de importancia, deberíamos esforzarnos por mantener la paz y la armonía en la comunión cristiana, en lugar de hacer tropezar a otros por insistir en nuestros derechos, por todos los medios debemos edificarnos en nuestra común fe (1 Corintios 8:10-13; 14:26; 2 Corintios 10:8; 1 Tesalonicenses 5:11).
“No destruyas la obra de Dios por causa de la comida… haga tropezar a otros con lo que come” (v.20). No debemos permitir que una simple discusión por cosas secundarias (en ese tiempo, comida bebidas o días), destruya lo que Dios ha edificado (un hermano cristiano que ha sido redimido por el Dios trino, no es su propio dueño (comparar v.15; Efesios 2:10), que importante es esto, pues, Dios nos ha creado como seres interdependientes, no independientes, de tal manera que, como creyentes al tomar ciertas decisiones (que a nosotros no nos afectan), debemos tener cuidado de que a otro más débil, si pueda afectarle, viniendo a ser para él un motivo de tropiezo o escándalo. Quizás no tengamos los problemas del primer siglo (como lo ya descrito anteriormente, respecto a comidas y otras cosas), pero ciertas costumbres (las cuales van cambiando con el tiempo) si puedan causarles cierto deterioro en su vida espiritual o estancamiento. “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda o se debilite” (v.21). Es mejor abstenerse de ciertas cosas en la cual el hermano más débil pueda tropezar.
CONCLUSIÓN: 
En el versículo 22 Se concluye con un llamado al cristiano más fuerte a que entienda su libertad, la disfrute y la mantenga siempre entre Dios y el mismo, sin dar al creyente débil una causa de tropiezo. A este último, la advertencia de tener cuidado, pues, si al usar su libertad, hace algo que no está de acuerdo con su conciencia, comete pecado. “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe es pecado” (v.23).

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