Lección: Romanos 15:14-21
Texto: 2 Corintios 10:15-16
Domingo 15 de julio 2018
INTRODUCCIÓN: Este es uno de los pasajes que revela mejor el carácter de Pablo. Está llegando al final de la carta, y quiere preparar el terreno para la visita, que espera hacerles pronto a los romanos. Aquí vemos algo por lo menos de su secreto, para ganar almas. Además, vemos que Pablo pronuncia frases de alabanza y de aliento, hasta se excusa del atrevimiento con que ha tocado ciertos puntos; también pasa a hablar de su trabajo que ha desarrollado hasta ahora como ministro de los gentiles. Veamos esta lección con la misma disposición que las anteriores.
DESARROLLO: “Pero estoy seguro de vosotros…”. La frase “estoy seguro”, significa estar persuadido, convencido, confiado. ¿De qué?, de 3 cosas: Primero, ellos estaban “llenos de bondad”. Este término (bondad) se encuentra en Gálatas 5:22 y Efesios 5:9, en ambos lugares, dice que es el fruto del Espíritu (un carácter moral que tenían los creyentes romanos, aborrecían el mal y amaban la justicia. Segundo, “Llenos de todo conocimiento”, se refiere a un conocimiento íntimo, lo cual indica que tenían sana doctrina (Colosenses 2:2-3). Tercero, ellos “podían amonestarse los unos a los otros”. “Amonestar”, es decir alentar, advertir o aconsejar, un término que abarca todos los aspectos de la predicación (1 Corintios 14: 3), y de la consejería personal. Cada creyente es responsable de alentar y fortalecer a otros creyentes con la Palabra de Dios, y cuenta con todos los recursos divinos para hacerlo (2 Timoteo 3: 16).
Después de la alabanza, el apóstol se excusa de haberle escrito “con algún atrevimiento” en algunos puntos (v.15), tenía que dar una excusa, pues al alabarles como lo hizo en el v.14, podría alguno preguntarse ¿si son tan buenos (bondadosos), para que les reprende?, “para haceros recordar”, en otra palabras, para refrescarles la memoria. A pesar de su fortaleza espiritual, estos hermanos necesitaban que el apóstol les recuerde las verdades que ya sabían (recordemos que Pablo hasta ese momento no conoce Roma, a sus hermanos de esa ciudad solo por referencia de otros, o de aquellos, que le han visitado, en algún lugar, donde Pablo desarrollaba algún tipo de actividad evangélica), pero, con mucha facilidad podían descuidar u olvidar (1 Timoteo 4:6; 2 Timoteo 2:8-14; Tito 3:11). Continua, “por la gracia que me es dada” se refiere a esa gracia por la cual le llamo Dios, le dio dones (entre ellos el apostolado) y le envió a los gentiles (1 Corintios 3:10; Romanos 1:5; Efesios 3:7-8). “Para ser ministro de Jesucristo a los gentiles”. Esta frase resume la comisión apostólica de Pablo a los gentiles (Hechos 9:15). Aunque Pablo, en la práctica, siempre fue presentar el evangelio a los judíos primero en cada ciudad que visitaba (pues en cada sinagoga tenían los escritos sagrados (El Antiguo Testamento). (Hechos 13:5, 14, 42; 14:1; 17:1 etc.), porque al ser judío tenía una puerta abierta para introducir el evangelio) Contemplaba su obra de “ministrar el evangelio de Dios”, como una función sacerdotal, en la que presentaba a los gentiles salvos, como “una ofrenda agradable” a Dios, porque habían sido separados (santificados) por el “Espíritu Santo” mediante el nuevo nacimiento.
Después de la alabanza, el apóstol se excusa de haberle escrito “con algún atrevimiento” en algunos puntos (v.15), tenía que dar una excusa, pues al alabarles como lo hizo en el v.14, podría alguno preguntarse ¿si son tan buenos (bondadosos), para que les reprende?, “para haceros recordar”, en otra palabras, para refrescarles la memoria. A pesar de su fortaleza espiritual, estos hermanos necesitaban que el apóstol les recuerde las verdades que ya sabían (recordemos que Pablo hasta ese momento no conoce Roma, a sus hermanos de esa ciudad solo por referencia de otros, o de aquellos, que le han visitado, en algún lugar, donde Pablo desarrollaba algún tipo de actividad evangélica), pero, con mucha facilidad podían descuidar u olvidar (1 Timoteo 4:6; 2 Timoteo 2:8-14; Tito 3:11). Continua, “por la gracia que me es dada” se refiere a esa gracia por la cual le llamo Dios, le dio dones (entre ellos el apostolado) y le envió a los gentiles (1 Corintios 3:10; Romanos 1:5; Efesios 3:7-8). “Para ser ministro de Jesucristo a los gentiles”. Esta frase resume la comisión apostólica de Pablo a los gentiles (Hechos 9:15). Aunque Pablo, en la práctica, siempre fue presentar el evangelio a los judíos primero en cada ciudad que visitaba (pues en cada sinagoga tenían los escritos sagrados (El Antiguo Testamento). (Hechos 13:5, 14, 42; 14:1; 17:1 etc.), porque al ser judío tenía una puerta abierta para introducir el evangelio) Contemplaba su obra de “ministrar el evangelio de Dios”, como una función sacerdotal, en la que presentaba a los gentiles salvos, como “una ofrenda agradable” a Dios, porque habían sido separados (santificados) por el “Espíritu Santo” mediante el nuevo nacimiento.
Luego, agrega Pablo, “Tengo, pues de que gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (v.17). “Gloriarme”, literalmente Jactarse. Si Pablo se jacta, no es por su propia persona, sino en Cristo Jesús. No en sus propios logros, sino, en aquello que Dios se ha agradado por medio de él (1 Corintios 1:27-29, 31; 2 Corintios 10:13-17; 12:5,9; Gálatas 6:14; 1 Timoteo 1:12-16).
En el versículo 18, Pablo no pretende hablar de lo que Cristo ha hecho por medio del ministerio de otros. Se limita a decir que el Señor le ha usado a él para ganar “a los gentiles” a la obediencia, tanto por lo que decía como por lo que hacía, es decir, por el mensaje que predicaba y por los milagros que llevaba a cabo. (Hechos 15:12; 21:19; Romanos 1:5; 16:26).
En el versículo 18, Pablo no pretende hablar de lo que Cristo ha hecho por medio del ministerio de otros. Se limita a decir que el Señor le ha usado a él para ganar “a los gentiles” a la obediencia, tanto por lo que decía como por lo que hacía, es decir, por el mensaje que predicaba y por los milagros que llevaba a cabo. (Hechos 15:12; 21:19; Romanos 1:5; 16:26).
Pablo predico en muchos lugares “...desde Jerusalén” y por los alrededores (v.19), es decir rodeando en todas direcciones hasta Ilirico (Provincia romana en tiempos de ese Imperio, ubicada donde se encuentran hoy Albania, Croacia, Serbia, Bosnia y Montenegro). Basta con echar una ojeada a Hechos capítulo 13 en adelante, para darse cuenta de la obra colosal del apóstol, la cual no la hacía a medias pues dice “todo lo he llenado del evangelio de Cristo”(v.19b).
Pablo predicaba en lugares que no habían escuchado antes el evangelio (v. 20-21), como abriendo surco en campo virgen, en medio de un mundo lleno de idolatría, aventurándose a predicar en lugares difíciles y sufrir por ello los primeros y peores golpes. “No donde Cristo ya hubiese sido nombrado” (v.20a), no significa que se abstuviese de proclamar el Evangelio donde hubiese oído hablar de Cristo, pues eso no basta para la salvación, sino, donde el nombre de Cristo no hubiese sido reconocido, aceptado y confesado. “Para no edificar sobre fundamento ajeno” (2 Corintios 10:15-16), pues había sido llamado por Dios para poner el fundamento “yo como perito arquitecto puse el fundamento” (1 Corintios 3:10) a edificar no a sobreedificar (realizo una obra “fundacional”).
Pablo predicaba en lugares que no habían escuchado antes el evangelio (v. 20-21), como abriendo surco en campo virgen, en medio de un mundo lleno de idolatría, aventurándose a predicar en lugares difíciles y sufrir por ello los primeros y peores golpes. “No donde Cristo ya hubiese sido nombrado” (v.20a), no significa que se abstuviese de proclamar el Evangelio donde hubiese oído hablar de Cristo, pues eso no basta para la salvación, sino, donde el nombre de Cristo no hubiese sido reconocido, aceptado y confesado. “Para no edificar sobre fundamento ajeno” (2 Corintios 10:15-16), pues había sido llamado por Dios para poner el fundamento “yo como perito arquitecto puse el fundamento” (1 Corintios 3:10) a edificar no a sobreedificar (realizo una obra “fundacional”).
CONCLUSIÓN: Termina esta porción, con lo escrito en Isaías 52:15 “Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído de él, entenderán”. La cita del Antiguo Testamento, se refiere ante todo a la segunda venida de Cristo, pero, en su aplicación más amplia, se refiere al proceso de evangelismo que comenzó en el tiempo del apóstol Pablo, y continúa en el transcurso de la historia eclesiástica hasta que Cristo regrese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario