miércoles, 17 de octubre de 2018

Título: Insensatos por Amor de Cristo


Lección: 1 Corintios 4:6-13
Texto: 2 Corintios 4:15
Domingo 21 de octubre 2018
INTRODUCCIÓN: El apóstol, como legítimo siervo de Dios, enseñó siempre un evangelio completo, no sólo enseñó respecto al gozo y la paz de vivir en el reino de Dios, lo que junto al poder y autoridad que la iglesia recibió con la manifestación del Espíritu Santo le permite al creyente triunfar sobre el mal, sino que también les enseñó que en el reino de Dios se experimentan pruebas, sufrimiento y no siempre se logra una victoria instantánea. Jesucristo mismo, enseñó a sus discípulos a este respecto cuando les dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
DESARROLLO: Cuan fácil puede resultar ser atraído por el carisma de un predicador, que es la gracia o don concedido por Dios a sus siervos que ministran la palabra, por eso manifiesta el apóstol que lo tratado en la lección anterior, lo había presentado como ejemplo tanto en su persona como en Apolos por amor a ellos para que a través de esa enseñanza aprendan a no sobrepasar lo que está escrito por inspiración de Dios, estableciendo de esta manera la importancia y prioridad de las escrituras por sobre las opiniones individuales. Todo genuino siervo de Dios, es un administrador de la obra de Dios, y no tiene nada suyo que ofrecer sino lo que de Dios ha recibido por gracia. De la misma manera, enseña a no gloriarse en el hombre todo con el fin de que nadie se envanezca o hinche contra otro al gloriarse en el hombre o al predicador de su gusto.
¿Quién te distingue? Las bases de la humildad cristiana, es llegar a entender que los talentos naturales o los dones espirituales que se posean son de Dios, todo lo que se tiene y todo lo que se llega a ser, es posible sólo gracias a Dios, por lo tanto, no hay lugar para el orgullo, sino sólo para la gratitud a Dios, pues él es quien nos honra y nos distingue. Algunos en Corinto, después de haber alcanzado algún conocimiento, se jactaban de su sabiduría y de sus dones, por lo que se consideraban satisfechos, autosuficientes, y daban a entender que no necesitaban de la administración de Pablo, a quien el Señor utilizó como instrumento para fundar y establecer la iglesia en esa ciudad, ahora bien, en esa superioridad que pretendían tener, reinaban solos, pensando ser espiritualmente maduros sin tener necesidad de los apóstoles.
En los versículos 9-13, Pablo detalla las pruebas que él y los demás apóstoles sufrieron y manifiesta que Dios los ha exhibido a ellos como sentenciados a muerte, tal vez como modelos de lo que deben estar dispuestos a sufrir los siervos de Dios por su Señor, Pablo en su segunda epístola a Timoteo le escribe en 2:1-3 “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (ver además 2 Corintios 11:23-28), con esto, le da a entender que el sufrimiento es parte de este ministerio, llegando a ser de esta manera insensatos (tontos o necios) por amor a Cristo Jesús, llegando a ser la escoria del mundo (la basura del mundo, los desperdicios de la humanidad).
CONCLUSIÓN: A través de toda la escritura, desde los profetas a los apóstoles, llevar la palabra de Dios a los hombres ha sido una tarea que lleva aparejada con ella pruebas, aflicciones y sufrimientos, tenemos el caso del profeta Jeremías, que en su angustia llega a decir “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido, más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre…” (Jeremías 19:7-9), Pablo les manifiesta, confirmando los ánimos de los discípulos y exhortándoles a que permaneciesen firmes en la fe, y diciéndoles: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios”. Por esta razón, es que cada cristiano pese a las pruebas y aflicciones, debe permanecer en la fe, para entrar también en el Reino de Dios, sabiendo que Dios siempre estará a nuestro lado para sostenernos.

1 comentario:

  1. Muy bonito lo que encontré aquí ...yo agradezco éste comentarios que han publicado .ya que les sirve mucho a los que desean predicarla palabra en un púlpito ...... qué la gloria siempre sea para Dios ..todo es por Gracia.. bendiciones a todos ustedes ....
    Amén

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