martes, 29 de enero de 2019

Haced todo para la gloria de Dios

Lección: 1 Corintios 10:23-33
Texto: Colosenses 3:17
Domingo 10 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: La Biblia enseña claramente el libre albedrio del hombre, que no es otra cosa que la capacidad de cada ser humano para tomar sus propias decisiones. En razón de esto, ¿puede un cristiano hacer lo que quiera? ¿Qué de su libertad? El apóstol Pablo da tres principios que nos ayudan a entender esta situación. Examinemos estos principios a continuación.
DESARROLLO: El primer principio es, todo me es lícito, pero no todo conviene (v.23-24). Si bien un cristiano tiene la libertad para tomar sus propias decisiones, lo que quiere remarcar el apóstol, es que no todo nos conviene, porque no todo edifica. Por eso, siempre debemos preguntar, ¿lo que quiero hacer, glorifica a Dios? Además, debemos considerar el agregado que hace Pablo a éste principio, de que ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
El segundo principio es, la conciencia (v.25-29). ¿Qué es la conciencia? Es el conocimiento que cada ser humano tiene de sí mismo. La teología, nos dice que es una voz interior que indica que lo que hacemos es bueno o malo. Pablo pone un ejemplo bien claro. Cuando uno va a comprar carne a la carnicería no pregunta si mataron el animal para sacrificarlo a los ídolos, solo compra lo que necesita, después en la casa se cocina y posteriormente se come. Ahora, si alguien nos dice que esa carne fue sacrificada a los ídolos, no la comamos, por causa de aquel que lo declaró, pero no por nuestra conciencia, sino por la conciencia del otro, del que se ofende.
El tercer principio es, el agradecimiento (v.30-31). El apóstol Pablo da pautas de como desenvolverse en los temas de la carne sacrificada a los ídolos, indicándonos que es muy importante lo que sintamos en nuestra conciencia. Pero, algo que para nosotros no es malo, por la conciencia de otros, que si para ellos comer carne sacrificada a los ídolos, es algo malo, entonces no debemos comer. Pero, nos recuerda que si con agradecimiento participamos de esa comida ¿Por qué hemos de ser censurado por aquello que damos gracias? Todo lo que hagamos, incluyendo lo que comemos, debe ser para la gloria de Dios.
CONCLUSIÓN: Pablo, termina esta lección indicando que no debemos ser tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios. No debemos procurar nuestro propio beneficio, sino el de muchos, para que estos muchos sean salvos. Consideremos estos tres principios y ¡hagamos todo para la gloria de Dios!

Huid de la idolatría

Lección: 1 Corintios 10:13-22
Texto: 2 Pedro 2:9
Domingo 03 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: El tema de la idolatría para los cristianos de hoy, pareciera ser que no tiene el mismo peso que para los cristianos del primer siglo. Hay que recordar que el imperio romano, que gobernaba en esa época, había asimilado toda la cultura griega con sus costumbres y sus dioses. Ya vimos, que esta situación también golpeaba a los creyentes, algunos de los cuales cuestionaban a otros de ellos que iban a la carnicería a comprar carne que antes había sido sacrificada a los ídolos. Pablo, vuelve sobre este tema para reforzar algo que ya ha enseñado. Menciona dos importantes enseñanzas; Una sobre la tentación y la otra sobre la copa de bendición. Veámoslas por separado.
DESARROLLO: Primero, la tentación (v.13-14). Es interesante notar, que el apóstol Pablo indica que, no os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana. Una versión popular clarifica la enseñanza de Pablo. Dice así: “Ustedes solo han tenido las mismas tentaciones que todos los demás” (Versión PDT). Pero, fiel es Dios, que no es dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación, la salida, para que podáis soportar. Esto quiere decir, que cuando venga la tentación, también vendrá la salida, o que no hay tentación tan grande que no se pueda resistir. Por eso, el punto final al respecto, es que si una tentación producto de la idolatría es muy grande, entonces debemos huir de la idolatría.
Segundo, la copa de bendición (v.15-21). Pablo continua su enseñanza indicándoles que les habla a personas sensatas, que pueden razonar y entender la enseñanza. Al tocar el tema de la copa de bendición lo contrasta con la copa de demonios. De Dios viene la copa del Señor. Esta consiste en tener comunión a través de la sangre de Cristo, y el pan que se parte, es la comunión del cuerpo de Cristo. Todos los creyentes, a pesar de ser muchos, somos un cuerpo, y participamos de un solo pan. Entonces los que comen de la carne sacrificada a los ídolos, a los demonios sacrifican, y no a Dios. Por lo tanto, Pablo no quiere que la iglesia de Corinto se haga participes de los demonios. No se puede tomar Santa Cena y a la vez participar de la mesa de los demonios. Un creyente debe conocer la diferencia y participar solo de la mesa del Señor.
CONCLUSIÓN: Pablo, concluye su enseñanza, marcando claramente la diferencia que existe al participar de la mesa del Señor versus participar de la mesa de los demonios. El que no lo entiende así, está provocando a celos al Señor. Pablo, termina con una pregunta: ¿Somos más fuerte que él? La respuesta es obvia, No. Entonces alejémonos de todo atisbo de idolatría.

miércoles, 23 de enero de 2019

Amonestaciones varias

Lección: 1 Corintios 10:1-12
Texto: Hebreos 4:11

Introducción: En su carta a los Corintios, el apóstol Pablo ha tocado diversos tópicos; El tema del divisionismo, el de la inmoralidad, el del matrimonio el de la carne sacrificada a los ídolos, y ahora llega a centrarse en amonestaciones varias. Para ello trae a colación la historia del pueblo de Israel, hablando primero de las bendiciones que ellos recibieron y luego dando diversas exhortaciones a no repetir errores del pasado. Analicemos estas dos partes.

Desarrollo: En primer lugar, las bendiciones del pueblo de Israel (v.1-5). Pablo trae a la memoria de los judíos creyentes de Corinto la historia del pueblo de Dios, con la recomendación de que no quiere que ellos ignoren estos hechos; Todos estuvieron bajo la nube, todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Lo que remarca Pablo es que a pesar de que “todos” habían disfrutado de las diferentes bendiciones de Dios, pero de los más de ellos no se agradó Dios. En consecuencia, solo una minoría, agradó a Dios. 
En segundo lugar, diversas exhortaciones a no repetir errores del pasado (v.6-11). Pablo, hace hincapié que la historia de los padres de Israel, ha sucedido como ejemplo para nosotros, para que no hagamos lo mismo que ellos. Las amonestaciones son; a no codiciar cosas malas, como ellos codiciaron. A no ser idolatras, como algunos de ellos. A no fornicar, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. A no tentar al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. A no murmurar, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Todas estas cosas, vuelve a decir el apóstol, les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros. La idea es que no repitamos esas conductas y más bien procuremos agradar a Dios en todo lo que hacemos.

Conclusión: Hay un dicho que dice “el pueblo que no conoce su historia, vuelve a repetir los errores del pasado. Para nosotros ahora la amonestación es; No cometer las mismas imprudencias del pueblo de Israel, que habiendo disfrutado de las grandes bendiciones de Dios, de la mayor parte de ellos no se agradó el Señor. La amonestación final del apóstol es “el que piensa estar firme, mire que no caiga”. ¡Nos ayude el Señor!

La adaptación de los creyentes

Lección: 1 Corintios 9:19-27
Texto: 2° Timoteo 4:7-8

Introducción: Predicar el evangelio tiene muchos bemoles. ¿De qué depende que nos vaya bien? ¿Serán nuestras estrategias o el poder de Dios actuando en las personas? Pablo nos comparte su experiencia de la que podemos aprender mucho. El separa su enseñanza en dos partes; por un lado, hacerse siervo de todos, y por otra parte, la analogía de los que corren en un estadio. A continuación analicemos estas dos partes.

Desarrollo: Primero, hacerse siervo de todos (v.19-23). El mismo apóstol indica que ha seguido esta estrategia para ganar a mayor número. En qué consiste la estrategia: Consiste en lo siguiente; Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley… como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley… para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. La enseñanza que quiere compartir, no es que hagamos lo mismo que hacen las personas sin Cristo, más bien, es identificarse con ellos, como piensan y de esa manera a cercarse mejor a los evangelizados. El mismo aclara que esto lo hace por causa del evangelio, para procurar salvar a un mayor número de personas.
Segundo, la analogía de los que corren en un estadio (v.24-26) El apóstol Pablo, procura ejemplificar su enseñanza con algo muy común en una ciudad griega; la carrera en un estadio. El hace una pregunta: ¿No saben que los que corren en un estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? La respuesta es afirmativa. En el evangelio es diferente, ya que basta con llegar a la meta y obtener el premio. Por eso, añade que debemos corred la carrera de tal manera que obtengamos el premio. Agrega que, los atletas se abstienen de muchas cosas para recibir una corona corruptible. Nosotros, con mayor razón debemos abstenernos porque recibiremos una corona incorruptible. Finalmente, él indica que de esa forma él mismo corre, no como a la ventura, sino con completa certidumbre del destino que nos espera.
Conclusión: Pablo concluye su enseñanza indicándonos que corre la carrera no como aquellos que no tienen una meta. El cristiano debe saber, que tenemos una meta. No hay que llegar primero, sino que hay que saber llegar. Que uno debe sacrificarse para controlar su cuerpo y llegar a la meta, y no que habiendo sido heraldo para otros, uno mismo venga a ser eliminado. ¡Dios nos ayude a correr la carrera hasta llegar a la meta!

jueves, 10 de enero de 2019

Los que trabajan en las cosas sagradas

Lección: 1 Corintios 9:13-18
Texto: Mateo 10:9-10


Introducción: En la lección anterior, Pablo ha tratado el tema de los derechos de un apóstol. En la presente lección, se enfocará en los que trabajan en las cosas sagradas, o sea, en la obra del Señor. Para eso, él apóstol nos informará de la realidad que se da en las iglesias. Por un lado los que trabajan internamente en una iglesia, y por otra parte, los que trabajan haciendo evangelismo. Veamos sus propuestas.

Desarrollo: En primer lugar, los que trabajan internamente en una iglesia (v.13-15). Lo que Pablo intenta enseñar es que el anuncia el evangelio, debe vivir del evangelio. Esto implica, que la iglesia debe cubrir sus gastos. La pregunta que podemos extrapolar al día de hoy es si ¿debe un pastor ser remunerado? Pablo responde con dos preguntas: ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? La respuesta está implícita. Así era en el Antiguo Testamento para los sacerdotes en Israel, y así es para los líderes de la Iglesia en el Nuevo Testamento. El que trabaja en una iglesia debe ser mantenido por ella. Pablo aclara, que aunque él podría haber reclamado este derecho, el de ser sustentado, de nada de esto se ha aprovechado. Pero, quiere dejar plasmado el derecho para los que vienen de tras de él, de que las iglesias les sustenten.
En segundo lugar, los que trabajan haciendo evangelismo (v.16-17). El evangelismo, es la gran tarea de la iglesia (Mateo 28:19-20). Pablo ya ha dicho que los que anuncian el evangelio, vivan del evangelio. La respuesta aquí es que depende; Si la iglesia tiene recursos, debe procurar sostener a los evangelistas. Pero, si no hay recursos, aunque no nos paguen, a todos los creyentes nos es impuesta necesidad. Por esta razón Pablo exclama: “¡Ay de mí si no anunciaré el evangelio!”. Si predicamos el evangelio de buena voluntad, recompensa tendremos. Esto quiere decir que Dios sabrá pagar a cada uno su trabajo (1 Corintios 15:58). Para el creyente, es una obligación predicar el evangelio. Dios nos ayude a realizar esta hermosa tarea de traer pecadores a los pies de Cristo.

Conclusión: Pablo termina la presente lección indicándonos lo siguiente: ¿Cuál es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. La versión PDT se traduce así: “¿Y cuál es mi recompensa? Que puedo anunciar la buena noticia de salvación libremente y sin pedir nada a cambio”. El menciona que no hace uso del derecho de recibir un pago por predicar el evangelio. Su trabajo lo hace de buena voluntad y por amor a Dios.

jueves, 3 de enero de 2019

Los derechos de un apóstol

Lección: 1 Corintios 9:1-12
Texto: 1 Timoteo 5:18
Domingo 06 de enero 2019
INTRODUCCIÓN: En la actualidad, están de moda los derechos humanos. Derechos de los niños, derechos de las mujeres, derechos de los ciudadanos, derechos del consumidor, derechos de los animales y así podríamos seguir con una larga lista de derechos. Pero, ¿Qué de los derechos de un apóstol? Esto no es algo nuevo, el mismo apóstol Pablo lo declara, y queda el registro de esta enseñanza, para aplicarla a la vida de las iglesias. Pablo comparte tres derechos que tiene un apóstol.
DESARROLLO: En primer lugar, el derecho a comer y beber (v.4). En los primeros versículos del capítulo 9, el apóstol Pablo se encarga de remarcar el sello de su apostolado. El indica que para otros no es apóstol, pero para los Corintos, ciertamente si lo es. La existencia de la Iglesia en esa ciudad era el principal sello de su apostolado. El trabajo que Pablo había desarrollado para levantar la Iglesia de Corinto había sido seguramente arduo y duro. Pablo estuvo un año y medio predicando el evangelio en Corinto (Hch 18:11). Todo esto, le daba a él, el derecho a solicitar de la iglesia el sustento diario de comida y bebida.
En segundo lugar, el derecho de tener una esposa (v.5). La Biblia nos narra el surgimiento del sacerdocio en el Antiguo Testamento. A los que se dedicaban a este oficio, se les demandaba que fueran casados (Lev. 21:13). Pablo, a pesar que la Biblia no da la información de su estado civil, indica que él tiene derecho de traer una mujer, tal como ocurre con los otros apóstoles y con los hermanos del Señor y con Cefas (Pedro). Es natural, que si un siervo de Dios es casado, debe dedicar su vida al ministerio con su esposa incluida. Aquí vale destacar lo que la tradición de la iglesia nos ha legado, que el apóstol Pablo, probablemente fue casado y viudo.
En tercer lugar, el derecho de no trabajar (v.6). Acá Pablo se refiere a no trabajar secularmente, ya que la “obra de Dios” es también un trabajo, y mucho más importante que uno secular. El apóstol pablo, no queriendo ser gravoso para la iglesia de Corinto, él mismo trabajaba fabricando tiendas (Hch. 18:3), y de esta manera generaba su propio sustento. Pero, al reclamar los derechos de un apóstol, el claramente establece lo mencionado en la ley de Moisés: “No pondrás bozal al buey que trilla” (v.9) La idea que se trasmite es; el que trabaja, merece disfrutar del fruto de su trabajo. Si alguien dirige una iglesia, debe vivir de esa iglesia.
CONCLUSIÓN: Pablo en su enseñanza incorpora las siguientes preguntas ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? (v.7) Las respuestas son obvias. Con mayor razón en la iglesia del Señor. El mismo apóstol añade, “si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿Es gran cosa si segaremos de vosotros lo material? (v.11) Si otros usan los derechos de un apóstol, ¿por qué no usarlo los que se dedican a la obra de Dios? Bien enseñan las escrituras que el obrero es digno de su salario (1 Ti 5:18).