Lección: 1 Corintios 10:13-22
Texto: 2 Pedro 2:9
Domingo 03 de febrero 2019
Texto: 2 Pedro 2:9
Domingo 03 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: El tema de la idolatría para los cristianos de hoy, pareciera ser que no tiene el mismo peso que para los cristianos del primer siglo. Hay que recordar que el imperio romano, que gobernaba en esa época, había asimilado toda la cultura griega con sus costumbres y sus dioses. Ya vimos, que esta situación también golpeaba a los creyentes, algunos de los cuales cuestionaban a otros de ellos que iban a la carnicería a comprar carne que antes había sido sacrificada a los ídolos. Pablo, vuelve sobre este tema para reforzar algo que ya ha enseñado. Menciona dos importantes enseñanzas; Una sobre la tentación y la otra sobre la copa de bendición. Veámoslas por separado.
DESARROLLO: Primero, la tentación (v.13-14). Es interesante notar, que el apóstol Pablo indica que, no os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana. Una versión popular clarifica la enseñanza de Pablo. Dice así: “Ustedes solo han tenido las mismas tentaciones que todos los demás” (Versión PDT). Pero, fiel es Dios, que no es dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación, la salida, para que podáis soportar. Esto quiere decir, que cuando venga la tentación, también vendrá la salida, o que no hay tentación tan grande que no se pueda resistir. Por eso, el punto final al respecto, es que si una tentación producto de la idolatría es muy grande, entonces debemos huir de la idolatría.
Segundo, la copa de bendición (v.15-21). Pablo continua su enseñanza indicándoles que les habla a personas sensatas, que pueden razonar y entender la enseñanza. Al tocar el tema de la copa de bendición lo contrasta con la copa de demonios. De Dios viene la copa del Señor. Esta consiste en tener comunión a través de la sangre de Cristo, y el pan que se parte, es la comunión del cuerpo de Cristo. Todos los creyentes, a pesar de ser muchos, somos un cuerpo, y participamos de un solo pan. Entonces los que comen de la carne sacrificada a los ídolos, a los demonios sacrifican, y no a Dios. Por lo tanto, Pablo no quiere que la iglesia de Corinto se haga participes de los demonios. No se puede tomar Santa Cena y a la vez participar de la mesa de los demonios. Un creyente debe conocer la diferencia y participar solo de la mesa del Señor.
CONCLUSIÓN: Pablo, concluye su enseñanza, marcando claramente la diferencia que existe al participar de la mesa del Señor versus participar de la mesa de los demonios. El que no lo entiende así, está provocando a celos al Señor. Pablo, termina con una pregunta: ¿Somos más fuerte que él? La respuesta es obvia, No. Entonces alejémonos de todo atisbo de idolatría.
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