Lección: 1 Corintios 9:1-12
Texto: 1 Timoteo 5:18
Domingo 06 de enero 2019
Texto: 1 Timoteo 5:18
Domingo 06 de enero 2019
INTRODUCCIÓN: En la actualidad, están de moda los derechos humanos. Derechos de los niños, derechos de las mujeres, derechos de los ciudadanos, derechos del consumidor, derechos de los animales y así podríamos seguir con una larga lista de derechos. Pero, ¿Qué de los derechos de un apóstol? Esto no es algo nuevo, el mismo apóstol Pablo lo declara, y queda el registro de esta enseñanza, para aplicarla a la vida de las iglesias. Pablo comparte tres derechos que tiene un apóstol.
DESARROLLO: En primer lugar, el derecho a comer y beber (v.4). En los primeros versículos del capítulo 9, el apóstol Pablo se encarga de remarcar el sello de su apostolado. El indica que para otros no es apóstol, pero para los Corintos, ciertamente si lo es. La existencia de la Iglesia en esa ciudad era el principal sello de su apostolado. El trabajo que Pablo había desarrollado para levantar la Iglesia de Corinto había sido seguramente arduo y duro. Pablo estuvo un año y medio predicando el evangelio en Corinto (Hch 18:11). Todo esto, le daba a él, el derecho a solicitar de la iglesia el sustento diario de comida y bebida.
En segundo lugar, el derecho de tener una esposa (v.5). La Biblia nos narra el surgimiento del sacerdocio en el Antiguo Testamento. A los que se dedicaban a este oficio, se les demandaba que fueran casados (Lev. 21:13). Pablo, a pesar que la Biblia no da la información de su estado civil, indica que él tiene derecho de traer una mujer, tal como ocurre con los otros apóstoles y con los hermanos del Señor y con Cefas (Pedro). Es natural, que si un siervo de Dios es casado, debe dedicar su vida al ministerio con su esposa incluida. Aquí vale destacar lo que la tradición de la iglesia nos ha legado, que el apóstol Pablo, probablemente fue casado y viudo.
En tercer lugar, el derecho de no trabajar (v.6). Acá Pablo se refiere a no trabajar secularmente, ya que la “obra de Dios” es también un trabajo, y mucho más importante que uno secular. El apóstol pablo, no queriendo ser gravoso para la iglesia de Corinto, él mismo trabajaba fabricando tiendas (Hch. 18:3), y de esta manera generaba su propio sustento. Pero, al reclamar los derechos de un apóstol, el claramente establece lo mencionado en la ley de Moisés: “No pondrás bozal al buey que trilla” (v.9) La idea que se trasmite es; el que trabaja, merece disfrutar del fruto de su trabajo. Si alguien dirige una iglesia, debe vivir de esa iglesia.
En segundo lugar, el derecho de tener una esposa (v.5). La Biblia nos narra el surgimiento del sacerdocio en el Antiguo Testamento. A los que se dedicaban a este oficio, se les demandaba que fueran casados (Lev. 21:13). Pablo, a pesar que la Biblia no da la información de su estado civil, indica que él tiene derecho de traer una mujer, tal como ocurre con los otros apóstoles y con los hermanos del Señor y con Cefas (Pedro). Es natural, que si un siervo de Dios es casado, debe dedicar su vida al ministerio con su esposa incluida. Aquí vale destacar lo que la tradición de la iglesia nos ha legado, que el apóstol Pablo, probablemente fue casado y viudo.
En tercer lugar, el derecho de no trabajar (v.6). Acá Pablo se refiere a no trabajar secularmente, ya que la “obra de Dios” es también un trabajo, y mucho más importante que uno secular. El apóstol pablo, no queriendo ser gravoso para la iglesia de Corinto, él mismo trabajaba fabricando tiendas (Hch. 18:3), y de esta manera generaba su propio sustento. Pero, al reclamar los derechos de un apóstol, el claramente establece lo mencionado en la ley de Moisés: “No pondrás bozal al buey que trilla” (v.9) La idea que se trasmite es; el que trabaja, merece disfrutar del fruto de su trabajo. Si alguien dirige una iglesia, debe vivir de esa iglesia.
CONCLUSIÓN: Pablo en su enseñanza incorpora las siguientes preguntas ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? (v.7) Las respuestas son obvias. Con mayor razón en la iglesia del Señor. El mismo apóstol añade, “si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿Es gran cosa si segaremos de vosotros lo material? (v.11) Si otros usan los derechos de un apóstol, ¿por qué no usarlo los que se dedican a la obra de Dios? Bien enseñan las escrituras que el obrero es digno de su salario (1 Ti 5:18).
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