jueves, 21 de febrero de 2019

Abusos en la Cena del Señor


Lección: 1 Corintios 11:17-22
Texto: 1 Corintios 3:3
Domingo 24 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: La Cena del Señor debe ser una de las enseñanzas más sublimes del Nuevo Testamento. Ella hace real la presencia de Cristo en la Iglesia. Por eso, es importante ver lo que nos comparte Pablo en la presente lección. Antes de ahondar en la Santa Cena, Pablo les indica que el anunciaros lo que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. El procura ver lo negativo primero, para luego abordar lo positivo. Lo malo de la iglesia eran dos situaciones; Las divisiones y el partidismo. Veámoslos a continuación.
DESARROLLO: En primer lugar, el divisionismo (v.18-19). Pablo ya lo había declarado en el capítulo 1. La iglesia de Corinto estaba marcada por un fuerte partidismo. Algunos decían ser de Pablo, otros de Apolos, otros de Cefas, y otros de Cristo (1:12) Pablo quiere clarificar este asunto, porque el divisionismo va en contra de los objetivos de la Cena del Señor que es la comunión, o sea, la común unión entre los creyentes, y los creyentes con Dios. Pablo les indica que cuando se reúnen como iglesia, el oye que hay entre ellos divisiones; y en parte lo cree, porque es preciso que entre ellos existan disensiones, para que se hagan manifiestos los que son aprobados. En otras palabras lo que les quiere decir, es que a través de las divisiones se identifica a los que son creyentes de verdad.
En segundo lugar, el partidismo (v.20-22). Pablo, continua su exhortación indicándoles que cuando ellos se reunían a participar de la Cena del Señor, en realidad eso no era la Cena del Señor. Por las circunstancias que allí se desarrollaban; “Al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Lo que hacían los miembros de la iglesia, era “llenarse y embriagarse” y además a hacer grupos entre los que tenían buenas comidas dejando de lado a los que no tenían nada. O sea, se juntaban los amigos a comer y beber, quitando todo el significado espiritual de este sacramento. Por eso Pablo, les indica que si quieren comer y beber, lo hagan en sus casas y no en la iglesia de Dios.
CONCLUSIÓN: El apóstol Pablo, corrige con fuerza y autoridad, los abusos que la iglesia de Corinto desarrollaba con respecto a la Cena del Señor. Este es uno de los dos sacramentos de la Iglesia, y por lo tanto, nuestra actitud y conducta al tomarla influye en los resultados que podemos esperar de la misma. No menospreciemos la iglesia de Dios. Tomemos la Santa Cena con el respeto y solemnidad que se merece.

Instrucciones para el matrimonio


Lección: 1 Corintios 11:1-16
Texto: Efesios 5:23
Domingo 17 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: ¿Cómo debe ser el comportamiento de las parejas en privado o en público? ¿Qué de las reuniones eclesiásticas? Pablo se adentra en sus exhortaciones al seno de una familia. Explica cuál es el orden de Dios y también cuál debe ser el comportamiento del hombre y la mujer en las reuniones públicas. Veamos estas exhortaciones.
DESARROLLO: En primer lugar, el orden de Dios. Pablo enseña bastante a cerca de la relación más íntima de una pareja, que es el matrimonio. Él se encarga de destacar lo que Dios ha establecido para una familia: Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Cada familia que sale del orden de Dios vive las consecuencias de no acomodarse a lo establecido por Dios. Tanto el machismo como el feminismo son funestos en una relación de pareja. Estos males del mundo moderno han causado muchos quiebres matrimoniales. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer es sin el varón (v.11) El orden lo ha establecido Dios, y si los integrantes de un matrimonio respetan ese orden y se ayudan mutuamente, los beneficiados son todos los miembros de la familia.
En segundo lugar, el comportamiento del hombre y la mujer en las reuniones públicas. Pablo entrega instrucciones de como desenvolverse ambos integrantes de un matrimonio en público. El hombre que ora o profetiza y se cubre la cabeza deshonra a su cabeza, pero la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza, es decir a su marido. Es lo mismo que si se hubiese rapado. Aquí hay que entender la cultura en que se desarrollan estos eventos. En Corinto, las mujeres que se rapaban eran las prostitutas sagradas. Por lo tanto una mujer de una familia bien constituida, y sobre todo cristiana, no debía raparse jamás. Entonces el resultado es el siguiente: El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón, por lo tanto, no debe raparse. La mujer tiene su velo natural, que es su cabello.
CONCLUSIÓN: Al dar las instrucciones a los hombres y mujeres de Corinto, el apóstol trae a colación una costumbre de ese lugar y que causaba daño en las relaciones matrimoniales. El mismo agrega que “la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. Aquí Pablo, hace alusión a una creencia que tienen los judíos, de que los ángeles observan nuestro comportamiento. Por lo tanto, esa debe ser la costumbre de las iglesias de Dios. No seamos contenciosos (v.16)