Lección: 1 Corintios 11:1-16
Texto: Efesios 5:23
Domingo 17 de febrero 2019
INTRODUCCIÓN: ¿Cómo debe ser el comportamiento de las parejas en privado o en público? ¿Qué de las reuniones eclesiásticas? Pablo se adentra en sus exhortaciones al seno de una familia. Explica cuál es el orden de Dios y también cuál debe ser el comportamiento del hombre y la mujer en las reuniones públicas. Veamos estas exhortaciones.
DESARROLLO: En primer lugar, el orden de Dios. Pablo enseña bastante a cerca de la relación más íntima de una pareja, que es el matrimonio. Él se encarga de destacar lo que Dios ha establecido para una familia: Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Cada familia que sale del orden de Dios vive las consecuencias de no acomodarse a lo establecido por Dios. Tanto el machismo como el feminismo son funestos en una relación de pareja. Estos males del mundo moderno han causado muchos quiebres matrimoniales. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer es sin el varón (v.11) El orden lo ha establecido Dios, y si los integrantes de un matrimonio respetan ese orden y se ayudan mutuamente, los beneficiados son todos los miembros de la familia.
En segundo lugar, el comportamiento del hombre y la mujer en las reuniones públicas. Pablo entrega instrucciones de como desenvolverse ambos integrantes de un matrimonio en público. El hombre que ora o profetiza y se cubre la cabeza deshonra a su cabeza, pero la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza, es decir a su marido. Es lo mismo que si se hubiese rapado. Aquí hay que entender la cultura en que se desarrollan estos eventos. En Corinto, las mujeres que se rapaban eran las prostitutas sagradas. Por lo tanto una mujer de una familia bien constituida, y sobre todo cristiana, no debía raparse jamás. Entonces el resultado es el siguiente: El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón, por lo tanto, no debe raparse. La mujer tiene su velo natural, que es su cabello.
CONCLUSIÓN: Al dar las instrucciones a los hombres y mujeres de Corinto, el apóstol trae a colación una costumbre de ese lugar y que causaba daño en las relaciones matrimoniales. El mismo agrega que “la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. Aquí Pablo, hace alusión a una creencia que tienen los judíos, de que los ángeles observan nuestro comportamiento. Por lo tanto, esa debe ser la costumbre de las iglesias de Dios. No seamos contenciosos (v.16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario