lunes, 25 de marzo de 2019

La unidad en la diversidad

Lección: 1 Corintios 12:12-26
Texto: Romanos 12:4-5
Domingo: 31 de Marzo de 2019





Introducción: Aquí describe Pablo la relación de los creyente dotados con dones, unos con otros, usando la analogía del cuerpo humano. El Espíritu ha formado una unidad espiritual orgánica, de los muchos diferentes miembros del cuerpo de Cristo, y esa unidad debe ser dentro de la diversidad de dones y de personas dotadas de esos dones.
Desarrollo: V.12 “Porque así como el cuerpo (humano) es uno, y tiene muchos miembros…”. Un cuerpo humano tiene muchos y diferentes miembros, pero los muchos miembros de un mismo cuerpo, hacen un solo cuerpo. Esto nos habla de unidad y de interrelación entre ellos para el beneficio del mismo cuerpo. “Así también Cristo”. Por el contexto, no cabe duda de esta concisa frase ha de entenderse en el sentido de que la iglesia es un cuerpo en que Cristo es la cabeza que confiere al cuerpo unidad, vida y movimiento. Pablo también lo explica en Romanos 12:5 “así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”.
V.13 Este versículo explica cómo se hace una persona miembro del cuerpo de Cristo: “Porque por un solo Espíritu (el Espíritu Santo) fuimos todos bautizados en un cuerpo (para “formar” un cuerpo), sean judíos o griegos…”. Algunos, confunden este bautismo con el acontecido en Hechos capítulo 2, lo cual es un gran error, aquel fue un bautismo de poder sobre hombres y mujeres que ya habían sido salvos, y que fue Cristo quien bautizó con el Espíritu Santo a los 120 que estaban en el Aposento Alto (Hechos 2:33). Aquí, en cambio, es el Espíritu Santo, en su función regeneradora el que nos bautiza, es decir, nos coloca, nos posiciona, nos incorpora en el cuerpo de Cristo que es su Iglesia, en el mismo momento en que pusimos nuestra fe en el Señor Jesucristo como nuestro personal salvador. “Y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”, esto es una referencia a que el Espíritu Santo mora en nosotros. (Juan 7:37-39).
V.14-18 La diversidad de miembros en el cuerpo no es cosa accidental, sino que pertenece a la esencia misma del organismo que requiere la pluralidad de miembros y así vemos que en el cuerpo humano existen una gran cantidad de miembros y cada uno de ellos tiene su particular forma, lugar y función (v.18-19), pero todos forman parte del mismo cuerpo (v.15-17) y todos se necesitan unos a otros (v.21) y todos trabajan para el beneficio de todo el cuerpo y todo esto por obra de Dios (v.18).
V.19-20 “Si todos fueran un solo miembro…” por ejemplo: si todos fueran una gran mano, o si todos fueran un gran ojo, “¿Dónde estaría el cuerpo? Eso sería antinatural, repugnante. El cuerpo no es un solo y gran miembro (como hay algunos que creen ser el único indispensable de la iglesia). El cuerpo no es un solo miembro. “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo”, diversidad de funciones que realizan los miembros dentro del cuerpo, pero este es uno solo, es decir, unidad, cooperación, interdependencia.
V.21-26 Ningún miembro de nuestro cuerpo está demás o no sirve, ningún miembro puede despreciar a otro sin que el cuerpo se recienta. Un cuerpo saludable es consecuencia de miembros saludables. Así también nosotros, como miembros del cuerpo de Cristo, nos requerimos unos a otros, no debe haber “desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros”. Tiene que haber empatía entre los miembros. “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. Cuanto nos falta para llegar a ser así, la unidad entre nosotros hará grande el cuerpo de Cristo.

Conclusión: Aquí Pablo ha usado la analogía del cuerpo humano, para relacionar a los creyentes dotados con dones, unos a otros. El Espíritu ha formado una unidad espiritual orgánica de los muchos diferentes miembros del cuerpo de Cristo. La constitución, tanto del cuerpo humano, como del cuerpo de Cristo, requiere que todos los miembros, aún aquellos que parecen sin importancia, funcionen en armonía y haya entre ellos mutua dependencia. Esta es la lección que Dios nos da a nosotros, y debemos cumplirla.

martes, 19 de marzo de 2019

Lista de nueve dones

Lección: 1 Corintios 12:8-11
Texto: Efesios 4:7-8
Domingo: 24 de Marzo de 2019



Introducción: Luego que el Apóstol Pablo, en la lección pasada nos señalara que los dones deben ser usados para provecho mutuo, ahora nos entrega una lista de nueve dones dados por el poder del Espíritu Santo, para ser usados para bendición de la iglesia, los cuales veremos a continuación con la ayuda de Dios.

Desarrollo: V.8 En este versículo, Pablo señala que a uno, es decir, no a todos es dada palabra de sabiduría y que el dador de este don es el Espíritu Santo y él los da conforme a su voluntad. “Palabra de sabiduría”, en el idioma griego quiere decir “habilidad de hablar con sabiduría”, tiene relación con la penetración profunda en las verdades de la fe, y también, en dar una palabra sabia, revelada por el Espíritu Santo, para resolver una situación intrincada, o a un problema muy puntual, que humanamente no tiene solución, pero que, Dios da la respuesta por medio de un palabra de sabiduría, y la luz aparece. “A otro palabra de ciencia”, esta es la habilidad de hablar con conocimiento, tiene que ver con la capacidad de adquirir información correcta sobre las verdades bíblicas, y de exponerlas con claridad y precisión a los oyentes. También, se puede interpretar como una declaración inspirada por el Espíritu Santo que revela conocimiento de personas, circunstancias o verdades bíblicas (ver 1 Corintios 14:6).
V.9 “A otros fe por el mismo Espíritu”. Esta no es fe salvadora, no es fe que justifica, sino una fe sobrenatural, y especial impartida por el Espíritu Santo, que capacita al creyente para que crea que Dios puede hacer lo extraordinario y lo milagroso. Es la fe que mueve montañas (1 Corintios.13:2), y con frecuencia aparece combinada con otras manifestaciones, tales como; sanidades y milagros (Mateo 17:20). “Y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu” Estos dones se dan a la iglesia, para restaurar la salud física por medios sobrenaturales (Mateo 4:23-25; 10:1; Hechos 3:6-8; 4:30). El plural (dones de sanidades) indica, quizá que no todos poseían el mismo don para las mismas enfermedades.
V.10 “A otro, el hacer milagros por el mismo Espíritu”. Estos son actos de poder sobrenatural que alteran el curso normal de la naturaleza. Incluyen actos divinos, en los que se manifiesta el reino de Dios contra Satanás y los espíritus malos. Estos milagros dan testimonio de Cristo y lo glorifican y llevan a las almas a creer y a aceptar a Cristo como Señor. “A otro profecía”. Este es un don especial, que capacita al creyente para dar un mensaje de revelación directa de Dios, bajo el impulso del Espíritu Santo. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la profecía no es primordialmente la predicción del futuro, sino la proclamación de la voluntad de Dios y la exhortación, y el estímulo del pueblo de Dios a la justicia, la fidelidad y la paciencia. Debemos recordar también, que la Palabra de Dios nos manda examinar todo mensaje, a causa de los falsos profetas que también se manifiestan dentro de las iglesias (1 Juan 4:1). No hay nada más seguro y firme que la Palabra de Dios, como lo dice el apóstol Pedro “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro…”. “A otro, discernimiento de espíritu; “Mediante este don especial, el Espíritu faculta para discernir y juzgar debidamente las profecías y distinguir si un mensaje es o no es del Espíritu Santo (1 Corintios 14:29). Ahora en los postreros días habrá un gran aumento de falsos maestros (Mateo 24:5), y de tergiversación del evangelio bíblico (1 Timoteo 4:1), será sumamente importante ese don para la iglesia. “A otros diversos géneros de lenguas”. Pueden ser lenguas humanas habladas y vivas (Hechos 2:4-6), o lenguas desconocidas en la tierra, como por ejemplo “lenguas… angélicas” (1 Corintios 13:1). Al hablar en lenguas el espíritu humano y el Espíritu de Dios se encuentran de modo que el creyente se comunica directamente con Dios, en la oración, la alabanza, la adoración o la acción de gracias, expresándose con el espíritu y no con la mente (1 Corintios 14:3; 27-28). Puede contener revelación, conocimiento, profecía o enseñanza para la asamblea. Este don, necesita ser regulado, para que sea de bendición para la iglesia (1 Corintios 14:1-25). “Y a otro, interpretación de lenguas”. Mediante este don, el Espíritu faculta para comprender y comunicar el significado de un mensaje en lenguas. Cuando se interpretan para la congregación, las lenguas funcionan como una instrucción para la adoración y la oración, o como profecía. La iglesia puede entonces participar en esas revelaciones inspiradas por el Espíritu. Las lenguas interpretadas, son un medio de edificación a toda la congregación a medida que responde al mensaje. Las lenguas sin interpretación, no es de bendición para la congregación, y si no hubiere intérprete en la iglesia debiera callarse. (1 Corintios 14:28)
V.11 Todos estos dones, son impartidos a la iglesia por el Espíritu Santo, y los entrega “a cada uno en particular como él quiere” para bendición y edificación de la congregación. Aquí no interviene el gusto y el deseo del creyente, sino, la soberanía del Espíritu Santo.


Conclusión: Estos dones, Dios los entregó a la iglesia como herramientas por medio de las cuales la iglesia se edifique, se fortalezca, honre y glorifique a Dios. También, para contar con medios poderosos para librar las batallas espirituales eficazmente contra Satanás, y las fuerzas del mal, y de ninguna manera, deben utilizarse para envanecimiento propio, o para menoscabo de otros.

martes, 12 de marzo de 2019

Los dones deben ser usados para edificación

Lección: 1° Corintios 12:1-7
Texto: Hebreos 2:4

Domingo: 17 de Marzo de 2019

Introducción: Corintios era una iglesia que contaba con todos los dones (1 Corintios 1:7), pero, necesitaban de instrucción, ya que había en ellos ignorancia con respecto al uso de esos dones. Un pueblo sin instrucción, es como estar ciego, y por lo tanto propensos a desviarse de la verdad y de lo recto. Pablo no quería para ellos eso, como lo veremos a continuación.



Desarrollo: V.1 En este versículo Pablo, da la clave de lo que él va a tratar a continuación, y esto es que la iglesia no ignorara “acerca de los dones espirituales” y la finalidad de ellos. Pablo, aquí muestra su corazón de pastor, al desear el bien para ellos y que tengan un desarrollo como iglesia de manera armoniosa.
V.2-3 Pablo, entiende que los Corintios en sus días paganos ellos eran “llevados y se os extraviaba”, es decir, estaban ellos bajo el influjo satánico, para adorar ídolos mediante poderes externos, o sea, demonios. Ellos habían sido testigos de todos esos ritos demoníacos, como la gente entraban en trance, y demonios hablaban por medio de los médiums, intentando vaticinar el futuro, la gente cayendo en trance sin tener control de sus cuerpos. Todo eso se desarrollaba en un ambiente oscuro y de blasfemias. Ahora ellos, debían saber que en esta nueva vida, que es la vida del Espíritu Santo, solo cabe exaltar el señorío de Cristo. Que todos los que tienen al Espíritu Santo, de corazón y aviva voz exclaman que Jesucristo es el Señor, o sea, el soberano, el creador y dueño de todo lo que existe, como también el dueño de su corazón y teniendo como sello el fruto del Espíritu en su vida. Los dones y la manifestación del Espíritu Santo, han de exaltar a Cristo como Señor de la Iglesia.
V.4-7 En estos versículos hay una clara referencia a la Trinidad, actuando y operando en la iglesia, para fortalecimiento y crecimiento de ella en amor. Primeramente, dice Pablo: “hay diversidad de dones pero el Espíritu es el mismo”, esto se refiere a las manifestaciones sobre naturales que vienen como dones del Espíritu Santo, operando por medio de los creyentes, para el bien de la iglesia. Todo creyente, todo nacido de nuevo trae consigo, por la gracia del Espíritu Santo, a lo menos un don, no hay cristiano sin algún don, “pero el Espíritu es el mismo”, es decir, no lucha contra sí mismo, como estaba ocurriendo en esa iglesia, en que cada uno estimaba que su don era más sobresaliente.
V.5 “Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo”. Ministerio en el griego es “diakonía” que significa servir, es decir, que la diversidad de ministerios en la iglesia son dados para servicio de ella. Cuantos hermanos tienen apetito de tener algún ministerio en la iglesia, sin entender que eso significa tener que servir al pueblo de Dios, ser ejemplo en humildad y sometimiento, ser los primeros en cumplir con los deberes de la iglesia, imitar a Jesús cuando Él dijo “no vine para ser servido, sino para servir y para dar su vida” (Mateo 20:28) Estos ministerios se atribuyen a Cristo por ser él la cabeza de la iglesia.
V.6 “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios (el Padre) es el que efectúa todas las cosas en todos, es el mismo”. La palabra “operaciones” es mejor traducirla por “actividades” que da la idea de activo, enérgico, y las actividades a que  Pablo se refiere aquí son sobrenaturales, que estos dones de “actividades” son operaciones directas del poder de Dios el Padre, quien actúa en nosotros tanto el querer como el hacer para nuestra salvación (Filipenses 2:12-13). A él se debe el efectuar milagros. Dios es el que obra a través de sus hijos, maravillas y portentos así como Jesús dijo de su Padre “el Padre que mora en mí él hace las obras” (Juan 14:10-11 y otros)
V.7 Aquí Pablo señala que cada uno, o sea, cada creyente tiene algún don dado por el Espíritu Santo, y ese don o dones que tenga el hermano, deben ser usados para provecho o edificación de la iglesia (1 Corintios 14:12). Quiere decir que el ejercicio de ese don, debe producir tanto en el hermano como también en la iglesia, crecimiento en gracia, en fe, en conocimiento de Dios, en amor, en madurez espiritual, en discernimiento y sabiduría espirituales, etc. Esto es lo que deben aportar el uso de los dones y no divisiones y envanecimientos.

Conclusión: La instrucción y la enseñanza con respecto a la palabra de Dios, como a ciertas doctrinas fundamentales de la Biblia, nos van a evitar cometer graves errores, es penoso ver a tantos cristianos despreciar el estudio sistemático de la Biblia, la razones son varias, como por ejemplo; La flojera, la falta de voluntad para darse el tiempo necesario y otros piensan que no es necesario. El Señor mismo nos manda a “escudriñar las Escrituras” y que prediquemos “la Palabra”. Pablo no quería que la iglesia de Corintio fuera ignorante con respecto a los dones, como tampoco, con ninguna otra doctrina de la Palabra de Dios. Obedezcamos también a la exhortación del apóstol, porque es la voluntad de Dios para nosotros.

martes, 5 de marzo de 2019

Participar de la cena del Señor con temor

Lección: 1° Corintios 11:27-34
Texto: Hebreos 10:29
Domingo 10 de Marzo de 2019


Introducción: Este pasaje, nos muestra las terribles consecuencias que acarrean, cuando tomamos a la ligera y falta de temor, los sacramentos señalados en la Biblia. Las experiencias de otros, como en este caso, deben de hacernos reflexionar y sacar lecciones, para no cometer los mismos errores, y sufrir las mismas dolorosas consecuencias de tales faltas. Veamos este importante pasaje.

Desarrollo: V.27 Comer del pan y beber de la copa “indignamente”, como efectivamente lo estaban haciendo en esta iglesia, significa varias cosas, entre ellas no tener en cuenta, no discernir lo que representan el pan y la copa, primeramente para Dios y luego para nosotros los beneficiados. Para Dios, por cuanto le significó enviar a la muerte de cruz a su Hijo amado, para morir por nosotros, cargando sobre él nuestros pecados, y para nosotros, por cuanto por medio del sacrificio de Cristo, han sido perdonados nuestros pecados y hemos sido salvos de toda condenación por su bendita gracia. Venir “indignamente” a la mesa del Señor, también significa, participar con pecados no confesados, enojados con nuestros hermanos, etc. El resultado de todo esto es, que “será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor”, es decir, menospreciando, rebajando el valor y la trascendencia del sacrificio de nuestro Señor. No agradeciendo a Dios por tan inmenso sacrificio.
V.28 Se nos manda, antes de participar de la “cena del Señor”, que nos “probemos cada uno así mismo,” es decir, como dice Pablo también en 2 Corintios 13:5 “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Debemos mirarnos interiormente, a la luz de las Escrituras, y guiados por el Espíritu Santo, saber ¿cómo estamos delante del Señor?, ¿cómo está nuestro corazón?, si hay algún pecado que hemos de confesar al Señor en oración, y luego de este examen sincero y honrado de nuestra parte, participemos de la cena del Señor, y gocemos de las bendiciones de dicha participación.
V.29-30 Si no nos hacemos este auto examen, que ya comentamos, y participamos de la cena del Señor “indignamente”, vamos a comer y beber juicio de parte de Dios, en otras palabras, seremos castigados por el Señor por menospreciar su santa mesa. Este juicio consistió para los Corintios en castigos muy drásticos de parte del Señor, tanto físicos como espirituales, como él mismo les dice: “Por lo cual hay muchos enfermos”, es decir, enfermedades corporales, físicas, postrados en camas, “y debilitados” espiritualmente, como físicamente, “Y otros duermen”, es decir, la muerte físicas de varios de ellos. Esto no significa que se fueron al infierno, pues la palabra que usa Pablo para ellos es que “duermen”. Sólo los creyentes duermen, los otros mueren.
Recordemos también el drástico castigo del Señor contra Ananías y Safira, (Hechos 5:1-11) que fueron cortados por el Señor por haber mentido al Espíritu Santo, y creo personalmente que Dios sigue operando de la misma manera en la iglesia de hoy.
V.31-32 “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados”, esto es, si examinamos nuestro corazón, nuestra conducta y nuestras obras y vemos que tenemos algún pecado, ya sea contra Dios o contra nuestros semejantes, y lo confesamos delante de Dios, y nos arrepentimos de corazón de ellos “no seremos juzgados”, es decir, disciplinados y castigados, o quizás, cortados. Más, por el contrario, si no nos hacemos este auto examen y no nos arrepentimos de nuestros pecados “seremos juzgados”, es decir, castigados. Dios, nos ha dado su Palabra y su Espíritu Santo, como fuentes de luz y de dirección para dirigir nuestras vidas, hacia la voluntad de Dios, y así agradarle a Él.

V.33-34 La “cena del Señor” no es una comilona ni una instancia para embriagarse, para eso el cristiano tiene su casa para comer y beber con su familia. En el templo, deben esperar estar todos, para así participar en comunión y en temor de Dios de la “cena del Señor”, teniendo muy claro en sus corazones lo que ello significa para sus vidas espirituales. Luego, Pablo les anuncia una nueva visita, y en ella les dará más instrucciones con respecto a cómo debe ser el comportamiento de ellos en el desarrollo de los servicios de la congregación. La iglesia, necesita estar oyendo constantemente instrucciones y consejos, para no apartarse del buen camino, así como lo dice también Pedro a sus hermanos “Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente” (2 Pedro 1:12).

Conclusión: Qué lecciones más importantes extraemos de este pasaje que acabamos de ver, como por ejemplo, que debemos adorar a Dios en espíritu y en verdad, que los sacramentos encierran verdades espirituales y de bendición para nosotros, y por lo tanto hemos de participar en ellos con reverencia y con acción de gracias.

Pablo explica a los corintios respecto a la Cena del Señor

Lección: 1° Corintios 11:23-26
Texto: Lucas 22:14-16
Domingo 03 de Marzo de 2019

Introducción: Sin duda alguna que los cristianos gentiles en tiempo de los apóstoles, ignoraban aún muchas cosas doctrinales, por lo cual, era necesario que fueran instruidos, y es lo que el apóstol Pablo va a entrar a aclarar y a realzar sobre este sacramento instituido por el Señor. Recordemos también nosotros, que al principio de nuestro caminar en el Evangelio, ignorábamos muchas cosas de la Palabra del Señor y a medida que el tiempo ha ido avanzando, el Señor nos ha enseñado aquello que ignorábamos.

Desarrollo: V.23-24 Aquí Pablo le señala a la iglesia, que la instrucción que él les va a entregar con respecto a la cena del Señor, y lo que él anteriormente les había enseñado con respecto a lo mismo, lo había recibido del Señor, ya sea directa o indirectamente, por lo tanto su palabra tenía autoridad y debían obedecerla.
Hoy nosotros tenemos la Biblia que es la Palabra de Dios, y debemos someternos a ella. Ahora Pablo, entra a detallar lo acontecido en la última cena que tiene el Señor con sus discípulos, antes de ser entregado, dice que “tomó pan; y habiendo dado gracias (al padre), lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.” Aquí hay algunas consideraciones que hacer:
a) Que el Señor dio gracias, a pesar que en algunas horas más iba a ser traicionado, dejándonos ejemplo a nosotros, para que en todo momento, y cualesquiera sean nuestras circunstancias, demos gracias siempre a Dios, porque esto es bueno y agradable a Dios.
b) Cuando Jesús dijo “esto es mi cuerpo” el pan continúa siendo pan, pero representa su cuerpo. Es solo una ilustración, como por ejemplo cuando Él dijo “Yo soy la puerta”, no quiso decir que él era una madera con bisagras.
c) “Que por vosotros es partido”, esto es una referencia al martirio que le iban a infringir y su sacrificio en la cruz. Lo hizo por nosotros y en lugar de nosotros, él era el “cordero de Dios” que pagaría por nuestros pecados.
d) “Haced esto en memoria de mí”, o sea, en recuerdo de su muerte en la cruz y que por cuya muerte nosotros tenemos vida eterna.
V.25 Ahora Pablo relata lo que dijo Jesús cuando tomó la copa: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebieres, en memoria de mí”. Veamos también aquí algunas consideraciones que son importantes:
a) Esa copa que contenía vino, era también una representación o ilustración de su sangre, que sería derramada por el pecado del mundo, ya que como dice Hebreos 9:22 “…y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”, su sangre fue el precio con que fue pagado nuestro rescate (1 Pedro 1:18-19);
b) El derramamiento de su sangre es el fundamento, es la base del “nuevo pacto”, aunque este nuevo pacto tiene relación con Israel, con el remanente que quedará y como simiente de Abraham que son, tendrán que creer y convertirse a Cristo al final de la gran tribulación, y entonces, este “nuevo pacto” se cumplirá en ellos. Este es el cumplimiento futuro de este “nuevo pacto” (Jeremías 31:31-34; Isaías 59:20-21; Jeremías 32:37-40; Ezequiel 16:60-63; 37:21-28), pero este “nuevo pacto” tiene un segundo aspecto que nos alcanza también a nosotros y es el hecho de que nosotros somos también hijos de Abraham, aunque por cierto simiente espiritual de él, por haber puesto nuestra fe en el Señor, por haber creído como él creyó y por haber sido justificados por la fe como él fue justificado también, en otras palabras, somos hijos de Abraham por la fe en Cristo Jesús, y si “somos de Cristo, ciertamente linaje de Abraham somos, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:6-8;29), por lo tanto, también nosotros estamos dentro de este “nuevo pacto” por la fe;
  
c) Al beber la copa, debemos también hacerlo en memoria de él, o sea, en recuerdo de su sacrificio, y que el derramamiento de su preciosísima sangre nos ha salvado.
V.26 Aquí Pablo nos señala, que la cena del Señor es un mensaje en acción, que “anunciamos” la muerte del Señor hasta que él venga”. En otras palabras, mirando hacia atrás, a la vida y muerte de Cristo, y hacia adelante, a su segunda venida. Así como tan cierta fue su vida, muerte y resurrección, así será tan cierta su segunda venida en gloria.

Conclusión: El apóstol Pablo, por medio de estos versículos, nos revela su celo en cuanto a la verdad que él recibió del Señor, respecto a su última cena que tuvo con sus discípulos, para que pueda ser claramente entendida y ejecutada por la iglesia de los Corintios. Ejemplo que nosotros hoy debemos seguir, con el mismo celo que mostró el apóstol. Debemos velar que lo que el Señor nos reveló en su santa Palabra, y sea obedecida como el Señor la ha señalado, e instruir a la iglesia con claridad el significado de los sacramentos que nos dejara el Señor.