Texto: Romanos 12:4-5
Domingo: 31 de Marzo de 2019
Introducción: Aquí describe Pablo la relación de los creyente dotados con dones, unos con otros, usando la analogía del cuerpo humano. El Espíritu ha formado una unidad espiritual orgánica, de los muchos diferentes miembros del cuerpo de Cristo, y esa unidad debe ser dentro de la diversidad de dones y de personas dotadas de esos dones.
Desarrollo: V.12 “Porque así como el cuerpo (humano) es uno, y tiene muchos miembros…”. Un cuerpo humano tiene muchos y diferentes miembros, pero los muchos miembros de un mismo cuerpo, hacen un solo cuerpo. Esto nos habla de unidad y de interrelación entre ellos para el beneficio del mismo cuerpo. “Así también Cristo”. Por el contexto, no cabe duda de esta concisa frase ha de entenderse en el sentido de que la iglesia es un cuerpo en que Cristo es la cabeza que confiere al cuerpo unidad, vida y movimiento. Pablo también lo explica en Romanos 12:5 “así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”.
V.13 Este versículo explica cómo se hace una persona miembro del cuerpo de Cristo: “Porque por un solo Espíritu (el Espíritu Santo) fuimos todos bautizados en un cuerpo (para “formar” un cuerpo), sean judíos o griegos…”. Algunos, confunden este bautismo con el acontecido en Hechos capítulo 2, lo cual es un gran error, aquel fue un bautismo de poder sobre hombres y mujeres que ya habían sido salvos, y que fue Cristo quien bautizó con el Espíritu Santo a los 120 que estaban en el Aposento Alto (Hechos 2:33). Aquí, en cambio, es el Espíritu Santo, en su función regeneradora el que nos bautiza, es decir, nos coloca, nos posiciona, nos incorpora en el cuerpo de Cristo que es su Iglesia, en el mismo momento en que pusimos nuestra fe en el Señor Jesucristo como nuestro personal salvador. “Y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”, esto es una referencia a que el Espíritu Santo mora en nosotros. (Juan 7:37-39).
V.14-18 La diversidad de miembros en el cuerpo no es cosa accidental, sino que pertenece a la esencia misma del organismo que requiere la pluralidad de miembros y así vemos que en el cuerpo humano existen una gran cantidad de miembros y cada uno de ellos tiene su particular forma, lugar y función (v.18-19), pero todos forman parte del mismo cuerpo (v.15-17) y todos se necesitan unos a otros (v.21) y todos trabajan para el beneficio de todo el cuerpo y todo esto por obra de Dios (v.18).
V.19-20 “Si todos fueran un solo miembro…” por ejemplo: si todos fueran una gran mano, o si todos fueran un gran ojo, “¿Dónde estaría el cuerpo? Eso sería antinatural, repugnante. El cuerpo no es un solo y gran miembro (como hay algunos que creen ser el único indispensable de la iglesia). El cuerpo no es un solo miembro. “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo”, diversidad de funciones que realizan los miembros dentro del cuerpo, pero este es uno solo, es decir, unidad, cooperación, interdependencia.
V.21-26 Ningún miembro de nuestro cuerpo está demás o no sirve, ningún miembro puede despreciar a otro sin que el cuerpo se recienta. Un cuerpo saludable es consecuencia de miembros saludables. Así también nosotros, como miembros del cuerpo de Cristo, nos requerimos unos a otros, no debe haber “desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros”. Tiene que haber empatía entre los miembros. “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. Cuanto nos falta para llegar a ser así, la unidad entre nosotros hará grande el cuerpo de Cristo.
Conclusión: Aquí Pablo ha usado la analogía del cuerpo humano, para relacionar a los creyentes dotados con dones, unos a otros. El Espíritu ha formado una unidad espiritual orgánica de los muchos diferentes miembros del cuerpo de Cristo. La constitución, tanto del cuerpo humano, como del cuerpo de Cristo, requiere que todos los miembros, aún aquellos que parecen sin importancia, funcionen en armonía y haya entre ellos mutua dependencia. Esta es la lección que Dios nos da a nosotros, y debemos cumplirla.