Lección: 1 Corintios 13:8-13
Texto: Colosenses 3:14
Domingo 21 de abril 2019
Texto: Colosenses 3:14
Domingo 21 de abril 2019
INTRODUCCIÓN: Todas las cosas que necesitamos para vivir en esta tierra, como también todo don y talento recibidos de parte de Dios, pasarán, porque solo son necesarios para esta vida, pero hay algo que sí permanecerá eternamente y eso es el amor ¿por qué?, porque Dios es amor y es eterno, y es el amor de Dios el cual disfrutaremos por siempre, el amor es el mayor.
DESARROLLO: V.8 “El amor nunca deja de ser”, es decir, nunca acaba. La razón ya la entregué anteriormente, y la repetiré otra vez, porque Dios es amor y Dios es eterno, por eso el amor permanecerá eternamente, y es por eso que el apóstol nos manda a tenerlo y ser lleno de él. No así los dones, por muy excelsos que sean, se acabarán, porque solo son necesarios para esta vida, en el cielo no vamos a necesitar de profecías ni de lenguas ni de ciencia, porque vamos a ver a Cristo cara a cara (1 Juan 3:2)
V.9 “Porque en parte conocemos y en parte profetizamos”, el conocimiento actual que ahora poseemos de las cosas espirituales es muy pálido, nuestro conocimiento es ahora parcial, conocemos en parte, no porque conozcamos solo una parte, sino, porque lo que conocemos, lo sabemos todavía imperfectamente, mientras que en parte profetizamos, es decir, el don de profecía solo parcialmente nos da un atisbo de la verdad oculta en el misterio, recibe de Dios un parcial atisbo de la verdad.
V.10 “Más cuando venga lo perfecto…”. Esta es una referencia a la segunda venida de Cristo, cuando estemos en la presencia del Señor no habrá necesidad de estos dones. El conocimiento actual que ahora tenemos de las cosas espirituales palidecerá ante la venida de lo perfecto. Cuando estemos con Cristo en su gloria entonces todo nos será revelado.
V.11 “Cuando yo era niño, hablaba como niño…” Pablo ilustra lo anteriormente señalado con una comparación tomada de la vida humana, cuando se es niño se tienen nociones muy confusas acerca de las cosas, y de acuerdo a sus nociones se expresan y razonan también confusamente, sin tino ni precisión. Pero al hacerse adultos, abandonan con toda naturalidad dichas nociones y se ríen de ellas, yo entiendo que seremos completamente adultos y maduros, es decir, con pleno conocimientos de las cosas espirituales cuando estemos definitivamente en la presencia del Señor.
V.12 “Ahora vemos por espejo, oscuramente, más entonces veremos cara a cara…” sin duda que esto se refiere también a la segunda venida de Cristo, donde la plena luz de la revelación de Dios, iluminará nuestro entendimiento. Hoy vemos como por un espejo, es decir, indirectamente las cosas espirituales en esta vida, y aun oscuramente las observamos. Pero, llegará el día en que veremos a Cristo “cara a cara”, que bendición más sin igual nos espera. En la vida presente, nuestro conocimiento de Dios y de las cosas celestiales es imperfecto, pero cuando seamos trasladados a su presencia, nuestro conocimiento será claro como el resplandor del sol. Pasaremos de la oscuridad a la luz, de las nubes al claro resplandor del mismo Dios.
V.13 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. La fe dará paso a la visión y la esperanza a la posesión. En vista de la importancia que los corintios daban a los dones espectaculares, Pablo les dice: “las cosas realmente importantes no son lenguas y cosas por el estilo, sino fe, esperanza y amor. Y no hay nada tan grande como el amor. Lo más importantes hoy para Dios son, los que le dan importancia a la piedad interna y al amor a Dios. El amor que Dios ha derramado en el corazón de los creyentes por medio del Espíritu Santo, es siempre más excelente que la fe, la esperanza o cualquier otra cosa. (Romanos 5:5)
CONCLUSIÓN: Las virtudes de la fe, la esperanza y el amor son necesarias en estos tiempos, pero, en el tiempo por venir, la fe será reemplazada por el ver (2 Corintios 5:7), y la esperanza se convertirá en experiencia (Romanos 8:24). Solo el amor es eterno, porque Dios es amor. Por lo tanto, sigamos al amor que es seguir a Cristo. El amar nos hace parecernos a Cristo, nada nos hace más parecido a Cristo que el amar. Juan nos dice: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18).
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