lunes, 8 de abril de 2019

Nosotros conformamos el cuerpo de Cristo

Lección: 1 Corintios 12:27-31
Texto: 1 Pedro 4:10-11
Domingo 7 de abril 2019
INTRODUCCIÓN: El apóstol, ahora aplica a la iglesia la unidad y la diversidad que existe en el cuerpo humano para que se integre en el desarrollo de la iglesia. Que esa unidad que se manifiesta en el cuerpo, se vea también en la iglesia, porque esa es la voluntad del Señor.
DESARROLLO: V.27 Aquí Pablo nos señala explícitamente, que todos nosotros componemos el cuerpo de Cristo “y miembros cada uno en particular”. No somos creyentes sueltos o desparramados por el mundo, donde cada cual vela por cada cual, sin importarnos los demás creyentes. El plan de Dios es el cuerpo, es la unidad y la cooperación de los que han creído en Él. En la oración intercesora de Cristo, él oró al Padre para que nosotros fuéramos uno, “así como nosotros”, (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) y “para que sean perfectos en unidad”. (Juan 17)
V.28 “Y a unos puso Dios en la iglesia…” Dios el Padre es el que designa y hace el llamamiento (1 Corintios 1:1) soberanamente para bendición de su iglesia. Esto no es por voluntad de hombres, ni por méritos humanos, ni menos se compran estos ministerios, como hoy se está viendo. “Primeramente apóstoles”, numerados por orden de dignidad e importancia, se refiere a los apóstoles que estuvieron con Cristo y por supuesto también a Pablo como lo dice él mismo: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios” (2 Corintios 1:1; Gálatas 1:1, etc.). Estos son los apóstoles que pusieron el fundamento de la iglesia, el cual es Jesucristo, y sobre este fundamento que pusieron los apóstoles es sobre el cual debemos de edificar. (Efesios 2:20). Fuera de estos apóstoles no existen ya otros, recordemos que para ser apóstol se requerían ciertos requisitos como por ejemplo haber estado con Jesús “comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba”. Este era el más importante requisito para ser apóstol de Jesucristo, lo cual hoy día nadie puede cumplir. Con la muerte del apóstol Juan se terminó este ministerio. “Luego profetas”: estos profetas son los del nuevo testamento, que Dios levantó de entre los creyentes con este don especial, eran varones inspirados por Dios para complementar y colaborar con los apóstoles en su ministerio fundador (Hechos 11:27-28; 21:10-11). “Lo tercero maestros”. Estos tienen un don especial que Dios les ha dado, a fin de esclarecer, exponer y proclamar la Palabra de Dios para edificar el cuerpo de Cristo (Efesios 4:12). Debían de guiar fielmente a la iglesia a la revelación bíblica y al mensaje original de Cristo y de los apóstoles, y perseverar en esa tarea. Luego: “Los que hacen milagros” como ya dije anteriormente, son actos de poder sobrenatural que alteran el curso normal de la naturaleza. Incluyen actos divinos en los que se manifiesta el reino de Dios contra Satanás y los espíritus malos. “Los que sanan”, como ya vimos anteriormente, son dones para restaurar la salud física por medios sobrenaturales (Hechos 3:6-8; 4:30, bajo el poder del Espíritu Santo y para la gloria de Dios. “Los que ayudan”, este también es un maravilloso don que se manifiesta en los que lo poseen en actos espontáneos de servicio y excelente voluntad y disposición para colaborar en la obra de Dios, aún a costa de su salud y vida como fue el caso del hermano Epafrodito (Filipenses 2:26-28), y de tantos otros ayudadores y colaboradores (Ver Romanos 16:2; Colosenses.4:11; Filpenses.4:3). “Los que administran”, es decir, los que tienen dotes de gobierno, se entiende los líderes de la congregación, los que ejercen el pastorado con sabiduría y visión. “Los que tienen don de lenguas” ya sean terrenales o angelicales, por medio de las cuales los hermanos que tienen este don en el espíritu, alaban a Dios y si contienen algún mensaje para la iglesia, deben ser interpretadas para edificación de la congregación.
V.29-30 A todas estas preguntas que hace el apóstol, la respuesta lógica es “no”, por cuanto no todos son en la iglesia apóstoles, profetas, maestros, etc. Sino que hay diversidad de dones, con distintas funciones, pero todas y cada una de ellas son para glorificar a Dios y para edificación y exhortación del pueblo del Señor.
V.31 “Procurad, pues, los dones mejores”, según los clasifica Pablo en el versículo 28, teniendo en cuenta cuales son los que mejor aprovechan a la iglesia. “Más yo os muestro un camino aún más excelente”, es decir, toda una manera de vivir que siempre muestra amor, en lugar de buscar siempre la exhibición de los dones espirituales que uno tiene.
Conclusión: Somos a la vez cuerpo y miembros de este cuerpo que es la iglesia, miembros que poseemos distintas funciones, que son los dones espirituales que Dios nos ha dado, y que deben de responder para bendición y salud espiritual de la iglesia local. Todos los miembros de este cuerpo, deben operar en completa unión y armonía, y no dañando al cuerpo que es la iglesia a la cual pertenece, porque se dañara él también. Dice Pablo en 1 Corintios 3:17 “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él…”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario