Texto: Colosenses 2:5
Introducción: En esta sección, el apóstol entra a regular el uso de los dones de lenguas y de profecía, para que haya orden en el desarrollo del culto, como también, que se pueda entender lo que allí se está realizando. Esto no atenta contra la espiritualidad del servicio como algún cristiano pueda creer, sino todo lo contrario, el Espíritu es orden y belleza y busca el crecimiento integral del cristiano.
Desarrollo: V.26 El apóstol, encabeza esta nueva sección con un ¿Qué hay, pues, hermanos? Como si dijese ¿que sacamos en limpio de lo que os he escrito? El culto que los corintios realizaban estaba compuesto de salmos, de doctrina, de lenguas, de revelación e interpretación, que hermoso lo que allí se realizaba, pero el consejo de Pablo es que todo aquello se realice para edificación del pueblo, para fortalecer la iglesia y no para vanidad propia. “Edificación” significa estimular la vida espiritual, la madurez y el carácter piadoso de los creyentes. Es una obra del Espíritu Santo mediante los dones espirituales.
V.27-28 En el uso de los dones espirituales, debe haber orden y equilibrio: el hablar en lenguas en un servicio no debería de exceder a más de tres hermanos, y debiera hacerse por turno, no todos a la vez, pues nos imaginamos que confusión habría sino fuera como Pablo les está señalando, y estas lenguas deberían de expresarse siempre y cuando fueran interpretadas, para que el pueblo pudiera entender lo que se está hablando. “Y si no hay interprete, calle en la iglesia…” así de claro, pero si podía hablar en lenguas en su oración privada.
V.29-31 “Así mismo, los profetas…” ahora le toca el turno a los que profetizan y Pablo les da el mismo consejo que les dio a los que hablan en lenguas, que los profetas profeticen por turno y no más de tres en una reunión, los hermanos tienen que retirarse de la iglesia con un mensaje claro en sus mentes de que fue lo que el Señor les habló, “y los demás juzguen”. Debe evaluarse y pesarse cuidadosamente toda profecía, en cuanto a lo que se dice. Eso demuestra que la profecía en el Nuevo Testamento no era infalible y pudiera haber corrección. ¿Cuál debe ser la actitud de la iglesia respecto a los mensajes proféticos? Debe examinarse toda profecía según la norma de la verdad bíblica, la recomendación bíblica es: “Amados, no creáis, a todo espíritu, sino probad los espíritu si son de Dios…” (1 Juan 4:1; 1 Pedro 2:1-2, etc.)
V.31 La finalidad de las profecías en la iglesia es para que los hermanos puedan “aprender, y ser exhortados” y nada más.
V.32-33 “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas”, es decir, el hermano que profetiza debe tener el autocontrol de su espíritu y acciones, las actividades espirituales de los profetas están bajo el pleno control de los profetas. Ningún verdadero profeta puede exigir que se le oiga con el pretexto de que está bajo un poder sobre el que no tiene control. En otras palabras, el que ejerce el don del Espíritu no es una máquina, sino un ser racional con la facultad de controlar sus reflexiones y sus modos de expresarse.
V.34-35 Puede interpretarse estos versículos a la luz del versículo 35, en el sentido de prohibir a las mujeres que interrumpan el culto para hacer preguntas a sus maridos que podrían hacerse en casa. En el capítulo 11 de esta carta, Pablo da por sentado que las mujeres oran y profetizan en reuniones públicas. Lo que Pablo enseña y prohíbe es, que la mujer ejerza en una congregación ya organizada con sus respectivos pastores y predicadores el ministerio de la Palabra y ejercer autoridad sobre el varón. La hermana puede dar palabra de instrucción en las reuniones de mujeres, así como en la Escuela Dominical y en comunidades de tipo misional y en otras actividades similares. La mujer tiene un amplio campo en la viña del Señor donde puede trabajar y desarrollarse ampliamente.
V.36 ¿A caso ha salido de vosotros la Palabra de Dios, o solo a vosotros ha llegado? Otra versión dice: “¿O es que pensáis que la palabra de Dios tuvo su origen en vosotros, o que vosotros sois los únicos que la habéis recibido? Como que dijese irónicamente: “¡Quizá vosotros sois los únicos que conocéis a fondo las Escrituras! ¡Tal vez sois vosotros los que tenéis la exclusiva del Espíritu Santo! Que esta era la intención de la pregunta de Pablo se ve por el versículo 37.
V.37 “Si alguno se cree profeta o espiritual…” que cree tener conexión directa con el Espíritu Santo, que se dé perfecta cuenta, en las cosas que os escribo, que son mandamientos del Señor, es decir, que si alguno de los corintios se creía espiritual, debería de reconocer que lo que Pablo les ha escrito son mandamientos del Señor y no antojos de Pablo y por lo tanto solo cabe la obediencia.
V.38) “Más el que ignora, ignore”. Otra versión dice; “Si alguno se hace el ignorante, él también será ignorado” Es como si Pablo hubiere escrito “Sino reconoce en mi precepto la autoridad de Dios en esto, no se revela él como espiritual y yo no lo reconozco como tal.
V.39-40 Con este doble mandato concluye Pablo este estudio de la profecía y de las lenguas. Si los corintios se niegan a reconocer que las instrucciones del apóstol son “mandamientos del Señor”, entonces demuestran que no son ni profetas ni el pueblo del Espíritu. Pablo exhorta a la iglesia a “procurar profetizar y no impedir el hablar en lenguas” “pero hágase todo decentemente y con orden”, de una manera decorosa y ordenada. Nuestra adoración que damos a Dios en nuestras reuniones, deben ser hechas con reverencia y temor, y no convertirla en un show pirotécnico para allegar gente al templo, pero que no se convertirán por eso al Señor.
Conclusión: Cuan necesaria es la instrucción y el consejo para el desarrollo y la madurez de la iglesia, y para el buen uso de los dones espirituales, de tal manera que todos sean edificados. Hoy tenemos la Biblia, por medio de la cual, el Señor nos instruye y nos corrige para nuestro bien y crecimiento espiritual, y si decimos que somos espirituales, debemos aceptar la Palabra de Dios como nuestra regla y guía y obedecerla.
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