Introducción: ¿De dónde sacaron sus ideas extrañas los cristianos de Corinto acerca de la resurrección? Ideas que Pablo está corrigiendo en este capítulo, ¿Tendrían su fuente por asociarse con judíos que no aceptaban ni creían en la resurrección, como los saduceos?, o ¿por juntarse y compartir con cierta gente que tenían pensamientos filosóficos, conforme a su cultura, quienes tampoco aceptaban la resurrección? (Hechos 17:31-32). Estas juntas, más los falsos maestros, no solo afectaron algo tan importante como lo es la resurrección de los muertos, sino que también estas malas conversaciones podían corromper algo más.
Desarrollo: Dios, ha dispuesto que todas las cosas queden sujetas a los pies de Cristo, al dominio y autoridad de su Hijo Jesucristo, y cuando menciona “todas”, hace referencia a toda la creación menos al Padre, quien es él que ha entregado este dominio a su Hijo, y este lo honra sometiéndose a su voluntad (Mateo 28:18; Juan 5:26-27), y sirve a perfección. Una vez que todo esté en orden, habiendo entregado a Satanás a condenación eterna junto con sus seguidores (después de la rebelión del milenio, y el juicio del gran trono blanco) el paraíso es restaurado. La función mediadora (1 Timoteo 2:5) que el Hijo de Dios asumió para salvación de la humanidad, habrá cumplido su objetivo, pero, seguirá reinando pues su reino es eterno (Apocalipsis 11:15), desde su posición original y gloriosa dentro de la Trinidad, sujeto a Dios. Por fin Dios llega a ser “todo en todos” (v. 28), y los santos gozarán (gozaremos) de intima comunión con él (Apocalipsis 21:3).
En cuanto al versículo 29 que dice; “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? Es un versículo difícil de entender y hay muchas interpretaciones; tomaremos la que parece tener mayor asidero. Algunos creyentes fueron bautizados en nombre de otros que fallecieron sin ser bautizados. No sabemos nada más acerca de esta práctica, pero obviamente afirma una creencia en la resurrección. Pablo no aprobaba necesariamente el bautismo por los muertos, pero, lo usaba como ilustración para dar fuerza a su argumento de que la resurrección es una realidad.
El apóstol continua argumentando en favor de su tesis, mostrando lo absurdo que representaría la conducta de quienes sufren por Jesucristo, diciéndole a los corintios: ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora? (v.30). Si no hubiera resurrección, ¿Por qué Pablo pone su vida en juego por el evangelio? La forma en que él vivió su vida con tal pasión, llevando el mensaje de la cruz, era la evidencia de la verdad de la resurrección (ver 2 Corintios 11:24-26).
La exposición de su vida no era una exageración cuando dice… “cada día muero” (v.31), preguntémonos ¿Por qué estaría él dispuesto a hacer algo así, es decir, arriesgar su vida si no hubiera resurrección después de la muerte, ni recompensa y gozo eterno después de todo su dolor? (1 Pedro 1:3-4). Observemos cuando les dice “Si como hombre batalle en Éfeso contra fieras ¿Qué me aprovecha?” (v.32a), aludiendo a la turba enfurecida a la que Demetrio el platero incitó contra él y sus compañeros (Hechos 19:23 y siguientes; 2 Corintios 1: 8-10) Si no hubiese resurrección más valdría aprovechar esta vida al máximo disfrutando de los placeres, si hemos de morir como mueren los animales entonces “comamos y bebamos que mañana moriremos”. (v.32b). Pero, por cuanto hay resurrección, Pablo espera ese día glorioso para ser levantado con los demás creyentes.
Pablo termina esta porción con tres cosas: Primero, un llamado de atención. “No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. (v.33), sin duda alguna, refiriéndose a los falsos maestros que habían entrado en la iglesia de Corinto y que negaban la resurrección. Segundo, con una exhortación; “Velad debidamente y no pequéis” (v.34a), se refiere al peligro de no apartarse de quienes traen enseñanzas engañosas. Tercero, con un reproche; “porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo” (v.34b)
Conclusión: El verdadero creyente debe estar atento, pues no todos los que hablan de Dios en realidad lo son. En Corinto habían entrado en la iglesia falsos maestros que negaban la resurrección, por lo que no era recomendable asociarse con los tales, pues sus malas enseñanzas podían corromper las verdades del evangelio ya predicado. La recomendación es “velad debidamente”. Del mismo modo hoy debemos estar atentos con quien nos relacionamos en el mundo secular, evitando malas conversaciones que, pueden corromper las sanas enseñanzas y el rico legado de quienes nos antecedieron, y que Pablo destaca a través de un refrán popular que cuatro siglos antes lo dio a conocer el poeta griego Menandro “Las malas compañías (conversaciones) corrompen las buenas costumbres”.
Lección: 1° Corintios 15:27-34
Texto: 1° Timoteo 1:4
Lección: 1° Corintios 15:27-34
Texto: 1° Timoteo 1:4
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