lunes, 3 de junio de 2019

Orden en la resurrección.

Lección: 1° Corintios 15:20-26
Texto: Hebreos 2:14

Introducción: Por Adán se introdujo el pecado y la muerte en el mundo, pero, por la muerte de Jesús, llego la vida perdurable, de tal modo que con su sacrificio todo volverá a ser como al comienzo. De esta manera en el plan de Dios, cuando él levanta a su Hijo de la tumba, da un paso muy importante para la restauración de todas las cosas. La resurrección de Jesús es el comienzo de la destrucción de Satanás, sus huestes y toda potestad, pero, esto tiene su orden en los que veremos en la siguiente lección. 

Desarrollo: En el comienzo de este capítulo Pablo establece la certeza de la resurrección de nuestro Salvador (v.1-11), como también refuta a los que negaban la resurrección de los muertos (v.12-19) y lo hace basándose precisamente en la realidad histórica de la resurrección del Señor. Aquí el simplemente establece el hecho. “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos”; (v.20), y agrega “primicias de los que durmieron es hecho”, Primicia (gr. aparche), esta palabra es usada para la ofrenda de las primicias, y en el uso secular, la palabra era usada para una cuota de entrada (garantía). Jesús, fue “las primicias” de nuestra resurrección en ambos sentidos. En el Antiguo Testamento, la ofrenda de las primicias traía una gavilla de grano para representar y anticipar el resto de la cosecha (Levítico 23:9-14). La resurrección de Jesús, representa nuestra resurrección, porque “si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección (Romanos 6:5) La resurrección de Cristo, también anticipa la nuestra, porque seremos levantados con un cuerpo como el de él. (1 Tesalonicenses 4:14).
En las primicias ofrecidas a Dios, a los judíos se les aseguraba la bendición de Dios en toda la cosecha, por lo tanto, por medio de la resurrección de Cristo, nuestra resurrección esta “asegurada” o “garantizada”.
Fue por un hombre que entro por primera vez la muerte en el mundo, este hombre fue Adán. Por su pecado vino la muerte sobre todos los hombres (Romanos 5:12), también, por un hombre (Jesús) vino la resurrección de los muertos (Juan 11:25). Por ser descendencia de la primera cabeza humana, todos morimos en la muerte de Adán, como todos pecamos por el pecado de Adán. Por nuestra unión por la fe en la segunda cabeza (Cristo), todos los que nos unimos a él, somos vivificados con él; vale decir, al grupo de los que están en Adán pertenecemos por nacimiento (todos), al de los que están en Cristo no se pertenece por naturaleza, sino por gracia, y no se aplica a todos (universalmente), sino solo a los que creen (Efesios 2:8).
Ahora, Pablo establece cierto orden en la resurrección (la primera resurrección) de los que durmieron en Cristo;
a).- Cristo, Las primicias, al considerar que las primicias de la cosecha no solo era una espiga, sino un manojo, es muy probable que Pablo se refiera también a los que resucitaron con Cristo (Mateo 27:52-53) y posteriormente subieron junto con el cómo haciéndole escolta (ver Efesios 4:8)
b).- Luego, los que son de Cristo, en su venida, esto incluye a todos los que son resucitados en el arrebatamiento o rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18)
c).- La resurrección premilenial, los que murieron durante la gran tribulación, los cuales según Apocalipsis 7:9 y siguientes, forman una multitud innumerables (mientras la iglesia estaba en el cielo), resucitan para entrar al milenio. Ver Apocalipsis 20:4, y es probable que aquí entren los santos del Antiguo Testamento (Daniel 12:2).
Se cree que el término “luego el fin”, se refiere al final del reinado milenial, cuando el haya abatido a todos sus enemigo, si, “porque preciso es que el reine hasta haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies” (v.25).
Después del milenio, Satanás es suelto de su prisión, para probar a los mortales, a los cuales engaña y prepara un numeroso ejército para pelear contra la iglesia y la santa ciudad (Apocalipsis 20:7-8). Dios destruye con fuego a los ejércitos de Satanás (Apocalipsis 20:9)
Queda un grupo aún, son los muertos sin Cristo “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección” (Apocalipsis 20: 5). Por lo que vemos, hay dos resurrecciones una para vida y otra para condenación (Juan 5:29; Daniel 12:2; Hechos 24:15) Estos últimos, los muertos sin Cristo serán levantados para presentarse al juicio del Gran Trono Blanco. “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en el, delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi los muertos grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entrego los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos” (Apocalipsis 20:11-13).  Ahora bien, el postrer enemigo que será destruido es la muerte (Apocalipsis 20:14-15), entregando el reino al Dios y padre, habiendo suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia (v.24).

Conclusión: Con la muerte de Jesús en el monte Calvario y su posterior resurrección, él aseguró a los creyentes en su nombre, la libertad de la esclavitud del pecado. Al quitar el obstáculo que impedía la buena relación del hombre con Dios, como lo fue y es el pecado (la paga del pecado es muerte), nada impide ahora que el hombre pueda ser restaurado como al principio, es decir, vida permanente. Por lo tanto la resurrección nos espera, sea que durmamos o estemos vivos cuando él venga. La disfrutaremos eternalmente y solo por gracia.

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