jueves, 25 de julio de 2019

Reconvención final y saludos

Lección: 1° Corintios 16:13-24
Texto: Filipenses 1:27
Domingo 28 de Julio 

Introducción: Pablo, había estado 18 meses en Corinto, para echar las bases de una hermosa congregación, rica en dones, sin embargo, la identificación con algunos líderes, causo facciones muy notorias, que trajeron división a la iglesia, causando un gran daño, también, la sobrevalorización de ciertos dones, trajo divisiones notorias. Cuando el apóstol fue informado, le causo una tremenda preocupación, eran verdaderos niños en Cristo, pues los celos, las contiendas y las disensiones no los dejaban madurar, después de responder a las diversas inquietudes y temas consultados por ellos, termina con 5 mandatos: permanecer vigilantes, firmes, maduros, fuertes y amorosos para mantenerse unidos.
Desarrollo: Estamos llegando a La última lección de esta carta 1 Corintios, y el apóstol, antes de entregar saludos finales les exhorta diciendo: “Velad, estar firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor (v.13-14).  Notamos 5 pequeñas exhortaciones en estos 2 versos: “Velad”, permaneced constantemente en vela, ya que el enemigo no duerme. “Estad firmes en la fe” manteniéndose adheridos con firmeza de la verdadera doctrina del evangelio (1 Pedro 5:8-9) “Portaos varonilmente”, hasta ese momento se habían portado como niños (ver 3:1 y siguientes) “Esforzaos”, poniendo toda su confianza en el Señor” y “Todas las cosas sean hechas con amor”.
A continuación, Pablo les recuerda que “La familia de Estefanas es las primicias de Acaya” (v.15), es decir los primeros convertidos (junto con Epeneto Romanos 16:5), esta familia había sido bautizada por el apóstol (1:16) y agrega, ellos se han dedicado al servicio de los santos, habían tomado como un oficio que requiere dedicación a los hermanos en lo que ellos necesitasen, y les pide que reconozcan a los tales que como ellos  se ponen al servicio de los demás.
Al ver a Estefanas, Fortunato y Acaico, se alegró su corazón, y ellos representaron muy bien a toda la congregación de Corinto de forma que con su llegada a Éfeso, habían proporcionado alivio y refrigerio. El refrigerio de Pablo al recibir a estos tres mensajeros de la iglesia era parecido al que la misma congregación había sentido al enviarlos (“pues ellos han suplido vuestra ausencia”), y les reitera porque confortaron mi espíritu y el vuestro volviendo a destacar que se reconozca el trabajo dedicado de ellos (v.18).
Continua Pablo ya casi terminando esta epístola con saludos a la congregación de Corinto de parte de las “iglesias de Asia (Asia Menor)” (v.19a) de la que Éfeso era la capital o ciudad más importante. También les saludan “Aquila y Priscila” (v.19b), este matrimonio que por ser judíos fueron expulsados de Roma en el año 49 d.C.  Por edicto del emperador Claudio, ellos habían llegado a Corinto, y cuando Pablo comienza a trabajar en esa ciudad, se hicieron muy cercanos, ya que eran del mismo oficio (hacían tiendas) y además colaboradores en la obra, cuando Pablo continuo viaje y llego a Éfeso ellos le acompañaron (Hechos 18:1-3, 18-19), además se hacen extensivos los saludos de “la iglesia que está en su casa” (v.19c). En los comienzos del evangelio fuera de Jerusalén y Judea la gente se reunía en las casas, los templos propios comenzaron recién en el siglo tercero. La comunidad cristiana toda manda saludos a los corintios. También invita Pablo a “saludarse los unos con los otros con ósculo santo” (v.20), una señal de saludo en tiempos bíblicos similar a la función de apretón de manos en la actualidad, para los cristianos, expresaba, además, el amor y la unidad fraternal (Romanos 16:16; 1 Tesalonicenses 5:26; 1 Pedro 5:14).     
El versículo 21 dice: “Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano”. Era costumbre del apóstol dictar las cartas a un escribano o amanuense, pero él asegura la carta escribiendo con su propia letra los últimos párrafos (ver Gálatas 6:11; Colosenses 4:18; 2 Tesalonicenses 3:17). Hay una solemne advertencia a una persona indefinida “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema” (v.22a), mensaje o advertencia que no va dirigida a verdaderos cristianos, sino a aquellos que su compromiso con el Señor, es de labios solamente, pero, nada de amor por él. Por eso lo de “Anatema”, maldito o separado para destrucción. “El Señor viene”, es traducción de “maranata”, una expresión aramea empleada por los cristianos del primer siglo. 
Termina esta epístola con una forma de bendición “La gracia del Señor Jesucristo este con vosotros” (v.23). Y el cariño y amor que siente por los corintios pese a los fuertes adversarios que tenía en esa ciudad.
Conclusión: La Palabra de Dios nos enseña que, los cristianos debemos ir madurando desde el momento que experimentamos un nuevo nacimiento, hasta el día que el Señor nos llame a su presencia. Pero, el crecimiento espiritual no es simplemente por el tiempo de convertidos, ni por la ausencia de problemas, errores o pecados, sino que se adquiere, al poner en practica la Palabra de Dios en medio de toda circunstancia, buena o mala, y a estar unidos combatiendo unánimes por el mismo objetivo. Es por eso que, Dios nos llama a crecer y estar alerta, buscando la armonía y desechando el egoísmo.

miércoles, 17 de julio de 2019

Abriendo y cerrando puertas

Lección: 1° Corintios 16: 5-12
Texto: Colosenses 4:3
Introducción: Cristo Jesús a través del Espíritu Santo es “El que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre” (Apocalipsis 3:7b). La admisión al reino y la oportunidad para extender la obra cristiana misionera depende de él y de los hombres que se presten como instrumentos al servicio de su obra. En Éfeso Dios había abierto una puerta para la predicación del evangelio, lo que llevo a Pablo a postergar por un tiempo la visita a Corinto, sin embargo le abrió la puerta para que Timoteo fuese en su lugar.
Desarrollo: En los planes futuros que tiene Pablo está la de pasar por Macedonia; recordemos que el apóstol esta en Éfeso (desde donde escribe esta epístola, es su tercer viaje misionero), y él en su espíritu se propuso ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya (ver Hechos 19:21).
Por eso les dice “Iré a vosotros cuando haya pasado por Macedonia” y de allí al sur, a Corinto, y les añade “Podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno” (v.6a). Él había trabajado en Corinto y a pesar de la oposición de algunos, la mayoría le estimaba y él les amaba profundamente. No quería estar de paso (v.7), anhelaba quedarse con ellos un tiempo prudente, “si el Señor lo permite”. No tenía una ruta fija, dependía del Señor; nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios, Tenia también la intención una vez que llegase, compartir unos días y confortarse mutuamente, estrechando lazos (tratando de unir las facciones que habían entre ellos).
¿Cuál era la razón para no tener una fecha fija para estar con ellos? Se había “abierto una puerta grande y eficaz” (v.9). Fue tal el respaldo de Dios en Éfeso que Pablo tuvo que quedarse 2 años, de tal manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y gentiles oyeron la palabra de Jesús, de tal manera que aún se llevaban los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían, y muchos de los que habían creído venían confesando sus hechos, y los que practicaban la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor (Hechos 19:10, 12, 19-20). Pero, también hubo mucha oposición “y muchos son los adversarios” (v.9b) ¿Quiénes? Los judíos de la sinagoga, (Hechos 19: 10); Demetrio y los artífice de los templecillos de la diosa Diana, al ver perdidas sus ganancias (Hechos 19:23 al 41), y otra situación donde estuvo en peligro de muerte (2 Corintios 1:8-10).
Sabia Pablo, auxiliarse y apoyarse en ciertos colaboradores, para contribuir con el avance del evangelio. Como estaba ocupado en Éfeso decidió enviar a uno de ellos. “Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad” (v.10a), es decir, sin intimidación ni frustraciones por parte de los creyentes de Corinto, pues es enviado representando al apóstol “porque él hace la obra del Señor así como yo” (v.10b). Pablo lo enviaba para corregir algunos errores que había en ellos, como; reprender a los culpable, las contiendas especialmente en la identificación en torno a los líderes y no con Cristo (1:11-17; 3:3-7), esto había dañado grandemente la paz y comunión en la iglesia. Ya era hora de que se comportasen como cristianos, y escuchen con madurez las instrucciones y reconvenciones que Timoteo tuviese que hacerles. Por eso les dice “nadie le tenga en poco” (v.11a), es decir, no se aprovechen de su juventud o su timidez (ver 1 Timoteo 4:12), al contrario, aprovechen su estadía y su experiencia, pese a su edad trátenlo con honor y con respeto, como hombre de Dios. Del mismo modo, como creyentes en Cristo Jesús debemos mirar con respeto a quienes cumplen una labor dentro del ministerio, por causa del que le ha puesto, y por causa de su investidura como siervo del Señor. Y una vez que cumpla su cometido encaminadle (provean todo lo necesario) pues se le espera en Éfeso.
Termina esta lección comentando acerca del hermano Apolos, a quien Pablo le rogo mucho que fuese a Corinto con los hermanos, pero por el momento no estaba dispuesto a ir, buscaría la ocasión para hacerlo, esperando la voluntad de Dios. Quizás su presencia podría inquietar a sus partidarios y recrudecer las divisiones que se planteó en capítulo 1:10-13 y 3:1-9.
Conclusión: A veces hacemos planes, y es bueno proyectarse, pero siempre depende de nosotros, cuando nos prestamos en las manos del Señor, es él quien nos dirige de acuerdo a sus propósitos. En su segundo viaje misionero, atravesando Frigia y Galacia, el Espíritu Santo les prohibió hablar en Asia (Asia menor, la actual Turquía), cuando llegaron a Misia intentaron ir a Bitinia pero el Espíritu Santo no se los permitió (Hechos 16:6-7). Posteriormente, les mostró una visión de noche, donde un varón macedónico, les rogaba que pasase por esa provincia y les ayudase. Dios abre puertas donde quiere, y Pablo como misionero y buen hombre de Dios se dejaba guiar por el Señor. Mi estimado pastor, si Dios le abrió la puerta donde está establecido, la obra prosperara y usted mí querido hermano con mucho respeto, préstese para los propósitos de su Señor.

domingo, 7 de julio de 2019

Compartiendo con los pobres

Lección: 1° Corintios 16: 1- 4
Texto: 2° Corintios 9: 7

Introducción: En el Antiguo Testamento Dios se preocupó de que su pueblo velara por los pobres menesterosos y necesitados. (Ver Éxodo 23:10-11; Deuteronomio 15:7-11). También, Jesús en el Nuevo Testamento (ver Mateo 6:2-4; Juan 13:29). Asimismo, la iglesia tomo un rol en tiempo apostólico, y Pablo y sus compañeros, enseñaron en las diversas iglesias, socorrer a los necesitados de Judea que pasaban por hambre y necesidad.
Desarrollo: Fuera de Jerusalén la obra evangélica comenzó a extenderse a causa de la muerte de Esteban, los esparcidos llegaron hasta Chipre y   Antioquia de Siria, donde en esta última ciudad anunciaron el evangelio a los griegos, desarrollándose la obra en forma considerable, llamándose por primera vez allí cristianos. Por esos días, se levantó un profeta llamado Agabo, quien tomado por El Espíritu comenzó a declarar que “vendría una gran hambre en toda la tierra habitada, la cual sucedió en tiempo del Emperador Claudio. Entonces, los discípulos, determinaron enviar socorro conforme a lo que tenían, a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. (Hechos 11:27-30) Esto ocurre en el año 44 d.C. Ya estaba en el corazón del apóstol socorrer a los santos de Jerusalén. 
En el año 49, cuando fue el Concilio de Jerusalén (Hechos 15), habiendo subido Pablo y Bernabé (representando a los gentiles de Antioquia), se juntaron con los apóstoles y los ancianos para resolver asuntos de orden doctrinal, quedando estos resueltos; no echando cargas a los gentiles, con ritos acerca de la ley, pero, se les “pidió que se acordasen de los pobres; lo cual también procure con diligencia hacer” Dijo Pablo (Gálatas 2:10).
Ahora bien, una de las metas del apóstol Pablo en su tercer viaje misionero fue, recolectar dinero para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén (ver Romanos 15:26), recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos (aquí, sin duda ordenó a las iglesia acerca de los aportes voluntarios para los que están en Judea)  (Hechos 18:22-23), llego a Éfeso (Hechos 18:24) desde donde escribe esta epístola. El capítulo 16 de esta lección comienza dando instrucciones acerca de esta colecta: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia” (v.1).
¿De qué manera debía hacerse? “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (v.2a), aquí encontramos que los cristianos primitivos se juntaban el día Domingo, ya no consideraban el sábado o séptimo día como una observancia obligatoria. Jesús mismo resucito el primer día de la semana, el día de Pentecostés fue el primer día de la semana, también en este día los discípulos se reunían para partir el pan (ver Hechos 20:7). Ahora se les pide a los corintios que el domingo, “cada uno de vosotros”, no a nivel familiar sino individual “aparte algo, según haya sido prosperado guardándolo” (de acuerdo a sus ingresos), no sea que cuando llegue el momento se hubiese gastado el dinero de la semana. La intención era que cuando llegase la comitiva “no se recojan ofrendas”. Pablo deseaba que fuese con acción de gracia y ofrenda preparada con anticipación con temor de Dios.
“Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designados por carta, a estos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén” (v.3). Pablo actúa con transparencia y cautela, no toma la decisión solo, sino que, les pide a los hermanos que ello busquen a cristianos de confianza para llevar este donativo y una vez que él llegue, estaría dispuesto a darles cartas de recomendación, como vemos aquí, hay una mezcla de autoridad apostólica y autoridad congregacional. Es recomendable cuando haya dinero de por medio, se tomen todas las providencias para evitar prejuicios.
Si se decidía, que estaba bien que el apóstol también fuese, entonces los hermanos locales le acompañarían. Miremos atentamente que dice “irán conmigo” (v.4), y no iré con ellos. Tal vez una alusión a su autoridad como apóstol.
Conclusión: La iglesia de los gentiles se sentía deudora, pues ellos han sido participantes, de los bienes espirituales, e instruidos por el apóstol Pablo, les invita a participar de esta bendición, como es compartir de sus recursos para los necesitado que hay en Judea. Del mismo modo, la iglesia de hoy, debe estar atenta a socorrer a nuestros hermanos en la común fe, ya que Jesús dijo: “siempre habrá pobre en medio de vosotros” en quien podamos hacer misericordia. “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos mayormente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:10)

viernes, 5 de julio de 2019

La transformación del creyente

Lección: 1° Corintios 15: 51- 58
Texto: 1° Tesalonicenses 4: 17

Introducción: En este tema de la resurrección, hemos visto que se siembra cuerpo animal (o natural) y resucitará cuerpo espiritual, por el poder con que Dios puede realizar todas cosas. Además el apóstol inspirado por el Espíritu Santo escribe que es imposible que este cuerpo (humano, animal, mortal) hecho para esta tierra, pueda “heredar el reino de Dios”, no está preparado para ello. Todo creyente que haya dormido en los brazos del Señor (nacido de nuevo, a la vida espiritual al aceptar a Jesucristo como su salvador personal) cuando llegue el momento de la resurrección, “su cuerpo será semejante al cuerpo de la gloria suya”. Pero, ¿Qué pasará con los creyentes vivos en ese momento? Es el tema que nos compete en esta lección.
Desarrollo: Este misterio, es revelado ahora cuando se nos dice “He aquí, os digo un misterio. No todos dormiremos” (moriremos) (v.51a), es decir no todos los creyentes experimentarán la muerte. Algunos estarán vivos cuando el Señor regrese. Pero sea que hayamos muertos o sigamos vivos todos “seremos transformados”.
Este cambio será instantáneamente “en un abrir y cerrar de ojos “(v.52a). Ilustración apropiada para la transformación súbita del creyente en el rapto de la iglesia. La señal para este acontecimiento redentor será el sonido de una trompeta. “La final trompeta”, es la misma trompeta de Dios de la cual habla 1 Tesalonicenses 4:16 y anuncia el glorioso momento cuando el Señor Jesucristo arrebatará la iglesia. Este sonido convoca a la iglesia con su Salvador.
En el versículo 53 nos da a entender que cuando “esto corruptible se vista de incorrupción” se refiere a aquellos cuyos cuerpos que volvieron al polvo de la tierra, se vestirán de incorrupción; “y esto mortal” se refiere a aquellos que siguen vivos en el cuerpo pero sujetos a la muerte, se vestirán de inmortalidad. Cuando venga esta transformación y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, se cumplirá lo escrito por el profeta Isaías “Destruirá la muerte para siempre” (Isaías 25:8) El apóstol, toma las palabras de la versión de Los 70 (traducción griega, idioma que se usaba en el primer siglo) “Sorbida es la muerte en victoria” (v.54b) (queriendo decir; “la victoria de la resurrección se ha tragado el poder de la muerte).
Citando a Oseas 13:14 dice “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? (es una burla a la muerte como si fuera una abeja, cuya lanceta o aguijón ha sido extirpado) ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? (v.55). Como si dijese, “hasta ahora hemos sido tus prisioneros, pero ahora se ha abierto de par en par las puertas de la cárcel y hemos quedado libres, se acabó tu dominio, se acabaron tus victorias “(por la muerte de Jesús).
“Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley” (v.56). El pecado es presentado aquí como un escorpión que presta su veneno a la muerte (ver Romanos 6:23). La muerte sin el pecado es ganancia (Filipenses 1:21,23). La Muerte no tendría aguijón para nadie, excepto por causa del pecado. Es la conciencia de pecados no confesados y no perdonados lo que da miedo a la muerte. Si sabemos que nuestros pecados han sido perdonados, podemos hacer frente a la muerte con confianza. Más si alguno tiene pecados en la conciencia, la muerte es algo terrible; el comienzo del castigo eterno. “Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo (v.57) ¡Sí! Dios nos da la victoria, precisamente mediante el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario (Gálatas 3:13), allí quedó desarmada la muerte cuando su aguijón le fue quitado y su poderío quedo nulo para los que duermen en el Señor. Como también al decir “nos da” (y no “nos dio”), se da a entender que participamos ya de esa victoria ahora, y a diario.
Conclusión: Al concluir este capítulo de la resurrección Pablo hace un llamado triple a “sus amados hermanos” Primero, a “Estar firmes” en las verdades de la fe que aprendieron del apóstol, y en las normas de conductas que caracterizan a los que ha de seguir las pisadas de o huellas del Señor. Segundo, a ser “Constantes”, de forma que ninguna doctrina extraña pueda desviarles del verdadero camino y de la gloriosa esperanza en la resurrección. Al despertar con un cuerpo incorruptible e inmortal. Nada debe apartar a los creyentes de ser removidos de esta esperanza del Evangelio triunfante (ver Colosenses 1:23). Esta esperanza debe ser el ancla de nuestra fe (Hebreos 6:19) Finalmente, “Creciendo en la obra del Señor siempre” A no conformarnos, sino siendo transformados en nuestro pensamiento en el día a día (Hebreos 12:2). Sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano (v.58b)..