
Texto: 1° Tesalonicenses 5:24
Domingo 25 de Agosto
Introducción: Hay un proverbio que dice: “Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua (Proverbios 16:1), quizás de allí derive el dicho popular conocido “El hombre propone y Dios dispone”. Se puede tener las mejores intenciones al proponer y empeñar la palabra a ciertos compromisos, sin embargo, hay ciertas circunstancias que aconsejan posponer, no porque se tenga intenciones de eludir o por ser ambiguo. Pablo en los 2 últimos versículos de esta lección comienza a abrir su corazón y dar las razones de porque no había pasado a Corinto como él se había comprometido (1 Corintios 16: 5-7).
Desarrollo:Para defenderse de las acusaciones de inconstancia de sus opositores, el apóstol les recordó a sus lectores el mensaje firme y seguro que les había predicado, “Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano (Silas) y Timoteo no ha sido Si y No” (v.19a). De la misma manera que el Señor Jesucristo no era una persona de incertidumbre, cambios o vacilaciones, tampoco la predicación, acerca de él había sido en labios de Pablo, y de sus colaboradores una palabra ambigua, cambiante u oportunista, “más ha sido sí en él” (v.19b). La esencia del evangelio es que Jesucristo (hecho hombre) es el Hijo de Dios y el Mesías prometido.
En el v.20 el apóstol pone de manifiesto que todas las promesas de gozo, amor, bondad, perdón, salvación, santificación, comunión, esperanza y glorificación que Dios hizo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento son posibles en Jesucristo y solo se cumplen en El (ver Lucas 24:44), otra versión no Reina Valera dice: “Pues todas cuantas promesas ha hecho Dios, son “si” en Cristo, por lo cual, también por medio de Cristo respondemos “Amen” a Dios para darle gloria”. Cuando dentro o fuera del culto decimos “Amen” (“que así sea” o “esto es cierto”) a la inmutable Palabra de Dios le damos gloria, pues damos testimonio que Dios es fiel (v.18).
Luego, Pablo muestra que los corintios y él estaban unidos en un mismo manojo de vida, pues, Dios los había establecidos en la fe confirmándolos en Cristo, por ello dice: “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios” (v.21). Pablo y sus compañeros fueron comisionados por Dios (por eso la confirmación), y fueron llenos del Espíritu Santo, pues habla de unción (“nos ungió”), del sello (“nos ha sellado”) y de las “arras”. Pablo habla de estos 3 aspectos del Espíritu Santo el cual obra dentro de los verdaderos creyentes:
a).- “Nos ungió” (En el Nuevo Testamento, en este versículo y en 1° Juan 2:20; 2:27 habla de la unción) con el Espíritu Santo. Dios escoge, equipa y prepara para el ministerio a ciertos instrumentos para ser motivos de bendición para la iglesia.
b).- “Nos ha sellado”, se refiere a la práctica antigua de poner un pedazo de cera sobre un documento para colocar la impronta de un sello que indicaba autoridad, propiedad, autenticidad y protección. Esto es lo que el Espíritu Santo mediante el sello espiritual que pone en los creyentes (Efesios 1:13), los hace suyos y los protege y los autentifica.
c).- “Las arras”. Un juramento o pago inicial. El Espíritu Santo es como el adelanto a la cuota inicial que garantiza la herencia eterna que recibe cada creyente. Pablo habla 3 veces de “las arras del Espíritu”. (Aquí en el v.22 y en 5:5 y en Efesios 1:14).
Pablo, regresa en el v.23, a la acusación de vacilación que se habría hecho contra él, y da una explicación directa de por qué no había visitado Corinto, tal como había planeado. Ya que nadie podía discernir los verdaderos motivos, para ello toma a Dios por testigo de este hecho: “Mas invoco a Dios por testigo sobre mi alma (vida), que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto”. Quería que tuvieran tiempo de arrepentirse y corregir su conducta pecaminosa. Más bien espero recibir un informe de Tito antes de emprender acciones correctivas (ver capítulo 7), con la esperanza de que no tuviera que volver, como tuvo que hacerlo antes para confrontar su rebelión. Y para que no piensen que la frase “Por ser indulgente con vosotros” entrara cierta afirmación de señorío, les dice: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo, porque por la fe estáis firmes (1 Pedro 5:3). El apóstol no quería imponer su autoridad sobre los corintios, ni enseñorearse al ministrar y trabajar entre ellos. No quería que pensasen de él como un tirano, más bien él y sus colaboradores, eran meramente ayudadores de su gozo, es decir, solo quería hacer lo que pudiese serles de ayuda en su caminar cristiano y así añadir a la dicha de ellos.
Conclusión: Pablo, hizo una visita a Corinto después de la llegada de Timoteo, quien llevo la primera epístola, ya que los problemas se habían agravado sobre todo cuando llegaron falsos apóstoles. Resultado de ello, es que se llenó de tristeza (2:1), posteriormente, escribe una carta enviada desde Éfeso, (la carta dolorosa) donde los reprende duramente, enviándola con Tito, lo que lo llevo a no viajar como se había comprometido, pues se consumía de tristeza y solo se consoló hasta cuando se reencuentra con Tito en Macedonia (7:5-9). Su ánimo y su indulgencia (animo perdonado) (1:23) lo hizo postergar su viaje propuesto y escrito en la primera epístola (16:5-6), y que recuerda en 2° Corintios 1:15-16.
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