Texto: Hebreos 12:11
Domingo 24 de Noviembre
Introducción: Las Escrituras abundan en referencia al gozo y el regocijo; el gozo natural tiene que ver con el contentamiento, la satisfacción, la alegría; el gozo moral con la paz y la serenidad, y el gozo espiritual, con el gozo de fe, el regocijo en la esperanza. Un escritor llamado Kaufmann Kohler, dice que ninguna otra lengua tiene tantas palabras para el gozo y el regocijo como el idioma hebreo.
En el Nuevo Testamento, se considera el gozo como una dádiva divina, y es lo que experimentó Pablo, al ver que los hermanos de corinto se habían arrepentido, y corregido su postura frente al apóstol.
Desarrollo: Puesto que tenemos tales promesas, dice Pablo a los corintios, limpiémonos de toda contaminación, perfeccionando la santidad en el temor de Dios, esta limpieza consiste en dos cosas principalmente, apartarnos del pecado y volver nuestro corazón a Dios. Perfeccionando la santidad, significa consagrarse por entero a Dios.
EL apóstol, continúa manifestándoles que a nadie habían agraviado u ofendido, y esto no lo manifiesta para acusarlos o condenarles, pues él tiene mucho amor para con ellos, y además, ahora se encontraba lleno de consolación, y su corazón sobreabundaba de gozo. Aquí retoma el relato, que había dejado de lado respecto a su viaje a Macedonia, para buscar a Tito. Él pensaba que había muchos problemas que enfrentar todavía en la iglesia de Corinto, pero, encontró lo contrario, consuelo y gozo. Además, manifiesta que, aunque tuvo que reprenderlos duramente a través de una carta, esto no le pesaba, aunque les produjo en su momento tristeza y lágrimas a los hermanos, pero que ahora se gozaba, pues fueron contristados para arrepentimiento, porque la tristeza que es según Dios, produce arrepentimiento para salvación, que es la respuesta de volverse a Dios, refiriéndose a la tristeza por el error o el pecado cometido, que produce un cambio real en la conducta, pero, la tristeza que es según el mundo, produce muerte.
El versículo 11, destaca la fuerte reacción que tuvieron los corintios, lo que fue muy estimulante para el siervo de Dios, el apóstol Pablo, pues se produjo en ellos una gran solicitud, una defensa, un ardiente afecto, celo y vindicación, en todo se mostraron limpios en el asunto, es realmente difícil ser confrontados con el pecado y mucho más es librarse de esos pecados. Pablo, termina en esta lección, felicitándolos por haber confrontado y resuelto los problemas que tuvieron que vivir.
Conclusión: Que importante es en una congregación no evadir los problemas o minimizarlos, sino enfrentarlos, por bien de la obra de Dios, con gracia, amor, y firmeza, para de esa manera, producir arrepentimiento y corrección de las situaciones anómalas que dañan la obra de Dios, tal vez, en su momento, producen dolor y lágrimas, pero hay gozo, como el que experimentó el apóstol Pablo.
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