Domingo 17 de Noviembre
Introducción: Desde tiempos antiguos, cuando Dios sacó a Israel de Egipto, y lo llevó por el desierto hasta la tierra prometida, una vez que estaban ya listos para entrar a hacer posesión de ella, les prohibió hacer alianza, ni emparentarse con las naciones que allí moraban, porque los desviarían de ir en pos de Jehová. Pablo, en esta sección les manifiesta la misma enseñanza a los hermanos de Corinto.
Desarrollo: Pablo, les expresa a los hermanos de corinto, que su corazón se había ensanchado o abierto plenamente hacia ellos, expresándoles sus verdaderos sentimientos que sentía por ellos, y revelándoles cuanto los amaba, pero a la vez, les pide que ellos también habrán su corazón. La iglesia, en todo lugar, debe abrir también su corazón a quien les administra la palabra, lo exhorta, aconseja y aun lo corrige, lo que también es parte de su ministerio.
Pablo, manifiesta y enseña a los creyentes a no establecer vínculos o alianzas profundas con los incrédulos, porque estas relaciones pueden debilitar su entrega a Cristo, pues el mundo se divide en dos tipos de personas, las que están en Cristo, y los que no lo están, ya que estos tienen otros intereses muy distintos, a los que motivan a los verdaderos creyentes, que es agradar a Dios y servirle. La relación con los incrédulos, debiera ser la justa y necesaria para la convivencia social, o para mostrar el camino de salvación, porque pregunta ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O que concordancia Cristo con Belial? Para los que han recibido la luz de Dios, no hay compañerismo o compromiso con las tinieblas. Además, señala ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo del Dios viviente.
Conclusión: La primera carta universal de San Juan 5:3, dice lo siguiente “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”, es por este motivo que Dios conoce lo que es mejor para su pueblo, y nos llama a evitar el dolor de una alianza en un yugo desigual, en cualquier área de nuestra vida, y esto también lo ratifica cuando Santiago 4:4 dice la amistad con el mundo es enemistad con Dios, y el que quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
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