
Texto: Colosenses 1:24
Domingo 23 de Febrero
Introducción: Pablo, Los sufrimientos pueden ser provocados o no. En el caso de Pablo, él está indicando que sus sufrimientos son en pro del evangelio. Es lo que ha tenido que sufrir para que el evangelio pueda ser extendido por todo el mundo antiguo (Galacia, Macedonia, Acaya entre otros lugares). Son cosas que Pablo tuvo que aceptar, soportar, padecer y sobrellevar. Estos sufrimientos son de dos tipos: Por un lado físicos y por otro lado, psicológicos y emocionales: Veámoslos por separado.
Desarrollo: En primer lugar, los sufrimientos físicos. El recibió un trato brutal: Apaleado tres veces, azotado cinco veces, apedreado una vez, encarcelado varias veces. Muchas privaciones: Hambre y sed, en muchos ayunos, en frio y en desnudez y muchas noches sin dormir. También penalidades: Trabajo duro, viajes, debilidad y enfermedades. Además soportar desastres y peligros: Naufragios, ríos, motines y bandidos. El mejor resumen es el siguiente: “En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos (v.27) ¿Quién puede igualar los sufrimientos de Pablo cómo apóstol? Todo lo soportó por amor a Cristo y amor a la obra de Dios.
En segundo lugar, los sufrimientos psicológicos y emocionales. Es muy difícil mantenerse en pie cuando se debe enfrentar la adversidad en el ministerio. Pablo tuvo que aguantar entre otras cosas, la oposición tanto dentro como fuera de las iglesias, insultos, difamación, disturbios, penas, temores, humillación pública, vergüenza, amenaza constante de muerte, y sobre todo la preocupación por todas las iglesias. A pesar de ello no se desanimó, porque en Cristo encontraba la fuerza para seguir adelante con su apostolado.
Conclusión: Los sufrimientos dicen algunos son parte de la vida. Es también para valorar los momentos de felicidad, dicen otros. Muchos de los sufrimientos son parte de la vida privada de las personas, producto de las circunstancias que les toca vivir. En el caso de Pablo, sus sufrimientos, llegaron a ser parte del respaldo divino de su llamado como apóstol de los gentiles. Lo hermoso es que Pablo lo entendió así, y también así lo enseñó.