viernes, 24 de abril de 2020

Los apóstoles reconocen el apostolado divino de Pablo

Lección: Gálatas 2:6-10
Texto: Hechos 15:12
Domingo 26 de Abril

Introducción: Continúa Pablo su argumento en los versículos indicados, probando a los Gálatas, que su conocimiento del evangelio y su apostolado no eran de origen humano, sino divino; y lo prueba en estos versículos por el hecho de que era reconocido por los demás apóstoles, como uno de ellos, y de la misma categoría que ellos, en todos los sentidos, esto era una prueba convincente de su autoridad apostólica.

Desarrollo: V.6) Aquí Pablo señala que aquellos que “tenían alguna reputación” es decir, aquellos apóstoles que él vio en Jerusalén, vale decir, Juan, Pedro y Jacobo, dice él “nada nuevo me comunicaron”, es decir, nada adicional tuvieron que explicarle, ellos no añadieron nada a su mensaje. Lo que le dijeron, era lo mismo que él había recibido por revelación del Señor, y no pudieron poner reparos a la exposición que él les había hecho del Evangelio que predicaba entre los gentiles.
Pablo dice, estos apóstoles, entre paréntesis “lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa…”, queriendo decir el apóstol, que su relación como discípulo de Cristo en otro tiempo, nada le importa en realidad, por cuanto Dios no concede sus favores por razón de ventajas exteriores, que haya disfrutado una persona más que otra. De lo que se ve aquí, que los adversarios de Pablo, ensalzaban a los otros apóstoles, porque en algún tiempo disfrutaron de la enseñanza personal de Cristo, despreciando a Pablo por no haber tenido este privilegio. Pero “Dios no hace acepción de personas”, es decir, que diferencias exteriores entre persona y persona no es cosa que influye en Dios.
V.7) El apóstol señala aquí, que a él se le “había encomendado el evangelio de la incircuncisión”, es decir, que se le había confiado el anuncio del evangelio a los incircuncisos, o sea, a los gentiles, así como a Pedro el anunciarlo a los circuncidados, o sea, a los judíos. Este encargo, confiado a Pablo, de que fuese predicador y apóstol del evangelio, fue tan claramente demostrado a las “columnas” en Jerusalén, como les era claro que Pedro, tenía idéntica misión de parte del Señor para con los judíos.
V.8) En este paréntesis Pablo deja en claro que, el mismo Señor que llamó a Pedro para ser apóstol, lo llamó también a él, para cumplir el mismo ministerio. El que había obrado en Pedro repartiéndole dones para el oficio de apóstol enviado a los circuncisos, había obrado también en Pablo, entregándole dones para enviarlo a los gentiles. Dones apostólicos se habían repartido acaso en igual medida a los dos. Tan apóstol era Pablo como Pedro.
V.9) Aquí Pablo indica que aquellos apóstoles “reconocieron la gracia que me había sido dada…”, es decir, la convicción profunda que produjo la gracia de Dios, tan manifiesta en él, que los apóstoles no tuvieron más que reconocer esa gracia de Dios en Pablo.
“Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas…” Nótese que menciona Jacobo primero aquí, evidentemente porque, como se ve en el capítulo quince de los Hechos, cuando Pablo visitó Jerusalén, Jacobo era el presidente del llamado Concilio, y, según se cree, pastor de esa iglesia. “Parecían ser las columnas”, es decir, eran reputadas como columnas. “Columnas”, expresión simbólica usada para referirse a personas eminentes, y que son potente apoyos de la verdad (Efesios 2:20).
“Nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo…”, como señal exterior de participación, o reconocimiento público de participación, en el ministerio: los unos para con los gentiles y los otros para los judíos, lo cual no quiere decir que privase a Pedro de predicar a los gentiles ni a Pablo de predicar a los judíos, cuando se ofreciese la ocasión. 
V.10) Lo único que le pidieron los apóstoles a Pablo y a Bernabé, es de que “se acordasen de los pobres”, lo cual dice Pablo “procuré con diligencia hacer”. Procuró siempre ir en socorro de parte de los gentiles, para los hermanos pobres de las iglesias de Judea (Romanos 15:27; 1 Corintios 16:1; 2 Corintios 7:1; Hechos 11:30; 24:17). Los santos en Jerusalén eran notoriamente pobres.
Este hecho demuestra el sentimiento amistoso que existía en “las columnas” respecto a los cristianos gentiles, pues no pedirían limosnas sino de amigos.

Conclusión: Pablo, prueba la divinidad de su apostolado, por el hecho de que los demás apóstoles le reconocían como a uno de ellos. Tanto conocimiento tenía él, como ellos de parte de Dios, al punto que directamente nada nuevo le enseñaron. Reconocieron que Dios le había destinado a él cual apóstol de los gentiles, sellaron su convicción con señal pública de darles la diestra de compañerismo en el apostolado.

domingo, 12 de abril de 2020

Pablo sube a Jerusalén por revelación

Lección: Gálatas 2:1-5
Texto: Gálatas 5:1
Domingo 19 de Abril


Introducción: Cuando hay convicciones claras y profundas en la palabra de Dios, no habrá nadie que nos pueda hacer cambiar, no habrá presión ni amenazas por poderosas que sean, que nos muevan de nuestras convicciones. Aquí tenemos el ejemplo del apóstol Pablo.

Desarrollo: V.1) En este versículo, el apóstol nos da cuenta de otro viaje que hizo a Jerusalén. Lo llevó a cabo catorce años después del mencionado en 1:18. Una señal evidente de que no dependía de los Doce era el que, a pesar de haber estado ausente, por tanto tiempo, de ellos, continuaba ocupado todo el tiempo predicando el evangelio, sin que ninguno de ellos le llamara la atención. Subió con Bernabé, llevando consigo a Tito. Parece que este viaje es el mismo que se menciona en Hechos 15.
V.2) Aquí Pablo señala que subió según revelación. Pablo no sube por propia cuenta, ni porque lo reclamen los apóstoles de Jerusalén. Sube por impulso divino, y que a los dirigentes de la iglesia de Jerusalén les expuso en privado el evangelio que predicaba. Vemos aquí la fidelidad y la prudencia del apóstol, al encontrarse con los apóstoles en Jerusalén, al exponerles en privado sin ambigüedades ni reticencias, el evangelio puro y simple que predicaba entre los gentiles, lo hizo en privado, para no suscitar entre los hermanos de Jerusalén, ninguna oposición contra sí mismo, y contra la doctrina que predicaba.
V.3-4) La exposición que hizo el apóstol a los dirigente de la iglesia de Jerusalén, acerca del evangelio que predicaba, fue tan convincente, que Tito, aun siendo gentil, no fue obligado a circuncidarse, a pesar de toda la oposición que habían montado los falsos hermanos infiltrados solapadamente, es decir, los judaizantes, quienes hacían todo lo posible por espiar, es decir, “coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de reducirnos a esclavitud”, como es la observancia de la ley de Moisés.
V.5) “A los cuales ni por un momento accedimos a someternos”. Pablo enérgicamente se opuso a lo que querían los judaizantes, “para que la verdad del Evangelio permaneciese con vosotros”. Para que la verdad del evangelio pueda continuar firme entre vosotros. Tito quedó como el símbolo de la libertad de los convertidos de entre los gentiles, quienes entraban en la iglesia sobre la única base de la obra perfecta de Cristo, que habían recibido con sumisión y fe.

Conclusión: Pablo, fue un apóstol con convicciones bíblicas inalterables, su doctrina del Evangelio lo recibió por revelación del Espíritu Santo, y por lo tanto no iba a cambiar su predicación y enseñanzas. No accedió a circuncidar a Tito, a pesar de la presión de los judaizantes, ya que su único norte era agradar a Cristo y no a los hombres. Que gran lección para los ministros de hoy.

domingo, 5 de abril de 2020

La relación de Pablo con los otros apóstoles

Lección: Gálatas 1:18-24
Texto: Hechos 9:20-21
Domingo 12 de Abril

Introducción: En esta porción de la carta, el apóstol Pablo relata acerca de sus relaciones con los apóstoles de Jerusalén. Aunque no dependía de los hombres, Pablo deja bien en claro que, se encuentra dentro de la corriente de la tradición apostólica, representada por Jacobo (Santiago), Pedro y Juan.

Desarrollo: V.18-19) “Después, pasados tres años” (ha de contarse a partir de su conversión) dice el apóstol “subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días”. El objetivo de la visita de Pablo a Pedro era, familiarizarse con él, más que consultar con él. También, señala que vio a Jacobo (Santiago), el medio hermano del Señor, y autor humano de la epístola que lleva su nombre.
V.20-21) Aquí Pablo hace una aseveración solemne de que, en todo ello, está diciendo la pura verdad, y luego señala que después se dirigió a las regiones de Siria y de Cilicia, donde llevó a cabo sus primeras labores apostólicas. Comenzó en su tierra natal, (Cilicia) donde Tarso estaba ubicada.
V.22-24) Añade aquí que las comunidades cristianas de Judea, no le conocían personalmente, pero el informe que estas iglesias recibieron del cambio radical que se había operado en Pablo, las llenó de gozo y las incitó a glorificar a Dios por ello. No hay gozo más grande que el saber y ver almas salvadas por la gracia de Dios, ver a los pecadores venir a Cristo es algo incomparable.

Conclusión: La obra perfecta de salvación realizada en el corazón del hombre, tarde o temprano se dará a conocer, los frutos de una nueva vida no se dejarán esperar. La obra salvadora que Cristo llevó a cabo en la persona de Pablo, prontamente se dio a conocer, pues la “fe que en otro tiempo perseguía ahora la predicaba”, y más aún, estaba dispuesto a morir por esa fe, que él puso en Cristo Jesús.

Pablo recibe el evangelio por revelación divina

Lección: Gálatas 1:11-17
Texto: Mateo 16:16-17
Domingo 05 de Abril


Introducción: En estos versículos, Pablo defiende su autoridad como apóstol. Por una parte, muestra que su enseñanza no estaba derivada de ninguna representación humana, sino que, era reconocida por los demás apóstoles, como venida directamente de Dios.

Desarrollo: V.11-12) En estos versículos, Pablo quiere dejar muy bien establecido, y disipar toda duda, con respecto a que el evangelio anunciado por él “no es según hombre”, es decir, no proviene del corazón ni del invento del hombre, además creo yo, que el hombre pudiera inventar este evangelio, me parece imposible. Que el hombre se auto designare pecador y muerto en delitos y pecados, merecedor del infierno e imposibilitado de salvarse por sí mismo, y que solo Dios pudiera venir a esta tierra en la persona de Jesucristo y cargar con sus pecados, y pagar nuestra deuda con Dios, muriendo por nosotros en la cruz, y que al poner su fe en él sería la única manera de salvarse, creo yo, el hombre no puede inventar algo así, sólo Dios pudo crear este plan maravilloso de salvación.
Pablo, declara que el evangelio él lo recibió por “revelación de Jesucristo”, es decir, Dios le descorrió el velo de la ignorancia y obscuridad espiritual, y recibió el conocimiento de Jesucristo en su corazón, como también lo afirma en 1 Corintios 11:23; 15:3-4. Nadie puede conocer a Jesucristo como Señor y Salvador, si no le es revelado del cielo.
V.13-14) Aquí Pablo, describe su conducta malvada que tuvo contra la iglesia en el pasado, aunque le dice a Timoteo que lo hizo “por ignorancia, en incredulidad” (1 Timoteo 1:13), y su sobresaliente comportamiento en el judaísmo aventajando a todos los demás, por esto él no se consideraba digno de ser apóstol de Jesucristo, por haber perseguido a la iglesia de Dios, y por ende al mismo Jesucristo (Hechos 9:5). El que persigue a la iglesia, persigue a Cristo.
V.15) Pablo aquí declara que, la iniciativa de su salvación provino de Dios, que a Dios le agradó soberanamente apartarle, escogerle desde el vientre de su madre y le “llamó por su gracia” y que él nunca hubiese venido a Cristo, por cuanto él también se encontraba “muerto en delitos y pecados”, si la gracia de Dios no lo hubiera alcanzado estaría perdido. “Sólo por gracia sois salvos”.
V.16-17) A Pablo, le fue revelado Jesucristo por voluntad de Dios, nadie puede llegar a conocer a Cristo si no le es revelado del cielo. El hombre en su naturaleza animal, en su estado de muerte espiritual le es imposible poder conocer por sí mismo a Jesucristo y su obra. Jesucristo dijo: “…y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Lucas 10:22). Dios escogió a Pablo para que le predicase entre los gentiles, así como le dijo el Señor a Ananías con respecto de Saulo “Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles y de reyes y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15). Dice que al recibir este llamado, “no consultó con carne ni sangre”, es decir, con otras personas, no consultó con nadie lo que tenía que hacer y predicar, ni siquiera con los apóstoles, para que no se pensase que de ellos había recibido el mensaje o la comisión de predicar, sino que se marchó a Arabia, para retirarse a meditar y recibir nuevas revelaciones. En Arabia estaba a solas con Dios, considerando las implicaciones de su encuentro, con el Cristo resucitado en el camino de Damasco.

Conclusión: La autoridad de apóstol y la de predicar el Evangelio de Jesucristo, Pablo la adquirió por revelación. Él no se hizo así mismo apóstol y predicador, como lo acusaban los judaizantes falsamente, para desprestigiarlo ante la iglesia. Pablo dijo: “Yo sé en quien he creído…” y nadie podía borrarle de su mente ese encuentro glorioso, que tuvo con Cristo, camino a Damasco cuando perseguía a los cristianos. ¿Quién también podrá quitar de nuestro corazón, la obra gloriosa de salvación que Cristo realizó en nuestras vidas? Nadie.