domingo, 12 de abril de 2020

Pablo sube a Jerusalén por revelación

Lección: Gálatas 2:1-5
Texto: Gálatas 5:1
Domingo 19 de Abril


Introducción: Cuando hay convicciones claras y profundas en la palabra de Dios, no habrá nadie que nos pueda hacer cambiar, no habrá presión ni amenazas por poderosas que sean, que nos muevan de nuestras convicciones. Aquí tenemos el ejemplo del apóstol Pablo.

Desarrollo: V.1) En este versículo, el apóstol nos da cuenta de otro viaje que hizo a Jerusalén. Lo llevó a cabo catorce años después del mencionado en 1:18. Una señal evidente de que no dependía de los Doce era el que, a pesar de haber estado ausente, por tanto tiempo, de ellos, continuaba ocupado todo el tiempo predicando el evangelio, sin que ninguno de ellos le llamara la atención. Subió con Bernabé, llevando consigo a Tito. Parece que este viaje es el mismo que se menciona en Hechos 15.
V.2) Aquí Pablo señala que subió según revelación. Pablo no sube por propia cuenta, ni porque lo reclamen los apóstoles de Jerusalén. Sube por impulso divino, y que a los dirigentes de la iglesia de Jerusalén les expuso en privado el evangelio que predicaba. Vemos aquí la fidelidad y la prudencia del apóstol, al encontrarse con los apóstoles en Jerusalén, al exponerles en privado sin ambigüedades ni reticencias, el evangelio puro y simple que predicaba entre los gentiles, lo hizo en privado, para no suscitar entre los hermanos de Jerusalén, ninguna oposición contra sí mismo, y contra la doctrina que predicaba.
V.3-4) La exposición que hizo el apóstol a los dirigente de la iglesia de Jerusalén, acerca del evangelio que predicaba, fue tan convincente, que Tito, aun siendo gentil, no fue obligado a circuncidarse, a pesar de toda la oposición que habían montado los falsos hermanos infiltrados solapadamente, es decir, los judaizantes, quienes hacían todo lo posible por espiar, es decir, “coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de reducirnos a esclavitud”, como es la observancia de la ley de Moisés.
V.5) “A los cuales ni por un momento accedimos a someternos”. Pablo enérgicamente se opuso a lo que querían los judaizantes, “para que la verdad del Evangelio permaneciese con vosotros”. Para que la verdad del evangelio pueda continuar firme entre vosotros. Tito quedó como el símbolo de la libertad de los convertidos de entre los gentiles, quienes entraban en la iglesia sobre la única base de la obra perfecta de Cristo, que habían recibido con sumisión y fe.

Conclusión: Pablo, fue un apóstol con convicciones bíblicas inalterables, su doctrina del Evangelio lo recibió por revelación del Espíritu Santo, y por lo tanto no iba a cambiar su predicación y enseñanzas. No accedió a circuncidar a Tito, a pesar de la presión de los judaizantes, ya que su único norte era agradar a Cristo y no a los hombres. Que gran lección para los ministros de hoy.

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