domingo, 28 de junio de 2020

Solo por gracia

Lección: Gálatas 5:1-6
Texto: Gálatas 6:15
Domingo 28 de Junio

Introducción: Juan, en su evangelio relata que cuando un grupo no menor de judíos creyó en Jesús,  entonces fue cuando les dijo “si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Sin embargo, este grupo de judíos después de escuchar esas y otras argumentaciones de la verdad, no siguieron al maestro. Del mismo modo, la gente de Galacia conoció la verdad, que los hizo libres y estaban a punto de volver al yugo de esclavitud, siendo influenciados por judíos legalistas, que lo único que querían, era llevarlos a los ritos y ceremonias, que no tenían ninguna validez ante la verdad, de la salvación por gracia, es lo que Pablo nos presenta en esta lección.

Desarrollo:  En el último versículo de la lección anterior se describe la posición del creyente; “es libre”, pues bien, una vez que han sido justificados por la fe en el Señor Jesucristo (y no por las obras de la Ley), Pablo les exhorta a “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres” (v.1 a), pues creía que, aunque ellos se habían inclinado a abrazar el falso evangelio (1:6-7)  de la justificación “por la obras de la ley” (2:16), todavía podían estar firmes y rechazar esa falsa doctrina. “y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (v.1b). Estos gálatas en su mayoría de origen gentil habían dejado atrás su idolatría (rudimentos del mundo), y ahora vivían seducidos por estos judaizantes, cuanto más aquellos judíos que de allí salieron “volvían a tropezar con la misma piedra”.
“He aquí” (v.2a), es decir,  fijaos en lo que os digo; “yo Pablo” (v.2b), aunque ahora  ellos tienen en poco su autoridad, él sin embargo, da su nombre y autoridad como suficientes para refutar toda oposición de adversarios. “os digo que si os circuncidas” (v.2c), Pablo no tenía objeción alguna en contra de la circuncisión como tal (comparar con Hechos 16:1-3, Filipenses 3:5). A lo que se oponía el apóstol era, la noción de que tuviera algún beneficio o merito espiritual ante Dios, y que fuera un requisito previo o necesario de la salvación. “de nada os aprovechará Cristo” (v.2d). La  obra de Cristo, es solo eficaz para los que tienen fe en él, y no es de ningún provecho, para los que confían en la ley (ver v.4 comparar con 1:6; 2:21; 5:11).
 El apóstol, vivió bajo la ley en el pasado, por eso él les dice “Y otra vez testifico” (testimonio, asevero, certifico), “a todo hombre que se circuncide que está obligado a guardar toda la ley (v.3b). El legalismo requiere que los hombres han de guardar (practicar) toda la ley. Los que están bajo la Ley no pueden aceptar solo los mandamientos fáciles y rechazar los otros. Si alguien intenta complacer a Dios circuncidándose entonces queda bajo la obligación de guardar (practicar) toda la ley, Así la persona esta o del todo bajo la ley o del todo libre de la ley. Ahora si el hombre esta entero bajo la ley, Cristo deja de tener valor para él. EL Señor no es solo su Salvador completo, sino también es exclusivo. Sin duda, aquí el apóstol, no se refiere en este versículo a alguien que pueda haber sido circuncidado en el pasado, sino, solo a los que cumpliesen este rito como necesario para una completa justificación.
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (v.4).  El termino desligasteis (griego: atargueo) significa “separarse” o “cortarse de”, también “anular”  “dejar sin efecto”. La palabra caído o caer (griego: ekpipto) significa “ser sacado del curso”, “perder” (el agarre firme a  algo). Pablo, quiere dar a entender con claridad, que cualquier intento de justificar por la ley, equivale a rechazar la salvación solo por gracia y solo por fe. Quienes fueron alguna vez expuestos a la verdad gratuita del evangelio, y después dan la espalda a Cristo (Hebreos 6.4-6), con la intención de justificarse por guardar la ley, se separan de Cristo de forma irremediable, y pierden la oportunidad de ser salvos por la gracia de Dios. Su deserción de Cristo y el evangelio, solo prueba que su fe nunca fue genuina (comparar con  Lucas 8:13-14; 1 Juan 2:19).
“Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por la fe la esperanza de la justicia” (v.5). Pablo, muestra que la esperanza del  verdadero creyente es muy diferente de la del legalista. El cristiano espera “la esperanza de la justicia”, es decir aquel tiempo en que el Señor vendrá, cuando recibirá un cuerpo glorificado, entonces dejara de pecar. Miremos que no dice que el cristiano espera la justicia, ya tiene una posición de justicia delante de Dios por medio del Señor Jesucristo (2 Corintios 5:21). Pero, espera aquel momento en que será totalmente recto en sí mismo. No espera conseguir esto por nada que él pueda hacer, sino más bien, “por el Espíritu y a base de la fe”. El Espíritu Santo lo hará todo, y el creyente sencillamente espera a Dios en fe, para que él lo lleve a cabo. En cambio el legalista espera ganar La justicia por sus propias obras, la observancia de la ley o ceremonias religiosas. Es una vana esperanza,  porque la justicia no se puede alcanzar así. (Romanos 8:23; 1 Corintios 1:7)

Conclusión: Termina esta lección con algo muy relevante “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión” (v.6a),  (ver 6:15). Nada  que  se haga en la carne, incluido todo tipo de ceremonias religiosas, hace diferencia en la relación personal con Dios. Todo lo externo carece de relevancia eterna, y es inválido mientras no sea el reflejo de una verdadera justicia interna  (comparar con Romanos 2:25-29). Lo que Dios busca en el verdadero creyente, “es la fe que obra por el amor” (v.6b). La fe del creyente debe manifestar amor, que es el verdadero cumplimiento de la ley. “el amor no hace mal al prójimo, así que el cumplimiento de la ley es el amor”.

viernes, 12 de junio de 2020

Cuidado con volver a esclavizarse.


Lección: Gálatas 4:8-20
Texto: Colosenses 2:16-17
Domingo 14 de Junio

Introducción: En la siguiente lección, vemos como el apóstol Pablo le trae a la memoria a los fieles de Galacia, la condición en que se hallaban antes de convertirse al Evangelio, a la vez, que les advierte, que por la forma en que se portan ahora, no muestran ser herederos  de Dios. Veamos los detalles.

Desarrollo:  En la presente lección, Pablo comienza con una exhortación a los Gálatas que querían volver a la esclavitud, y dice “Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses” (v.8), los creyentes de Galacia habían estado en el pasado bajo los rudimentos de los ídolos, el panteón grecorromano de deidades no existentes (“que por naturaleza no son dioses”), a quienes los Gálatas imaginaban que rendían culto antes de su conversión.  “Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocido Por Dios” (v.9a), quiere decir que conocían a Dios, no solo mentalmente, sino con más cercanía al Dios verdadero, sin embargo, después de haber tenido esta experiencia del Dios verdadero, en la cual incluía la herencia, no solo de la promesa hecha a Abraham, sino de toda la obra de redención que les había libertado de la esclavitud de la ley (v.5) y la donación del Espíritu para tener conciencia de su filiación divina  (v.6), le pregunta Pablo: ¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los “débiles” (sin poder espiritual), y  “pobres”, (no ofrecían riquezas inescrutables como las de Cristo), “rudimentos, a los cuales os queréis  volver a esclavizar?” (v.9b), es cierto que ahora no volvían a los ritos abominables de la idolatría al servicio de la imágenes, sino que volvían a los  rudimentos judaicos.
Pablo describe aquellos ritos en el versículo 10 “Guardáis los días (de reposo, el sábado o séptimo día. Ver Colosenses 2:16), los meses (luna nueva o plenilunios); Los  tiempos o estaciones (es decir, las fiestas correspondientes: Pascua, Pentecostés, Tabernáculos, Día de la Expiación) y los años (Sabáticos).
Pablo, temía que sus esfuerzos para establecer y edificar las iglesias de Galacia fueran improductivos, con la reincidencia de los creyentes en el legalismo (v.11). (comparar 3:4;  1 Tesalonicenses 3:5)
A continuación, el apóstol muestra una vez más la grandeza de su corazón en la  forma afectuosa con que se dirige a ellos. “Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo” (v.12a). Pablo había sido un judío bajo la ley, por lo tanto, ellos debían hacerse como él, esto es, como alguien que, a pesar de ser judío de raza, no estaba ya bajo la esclavitud de la ley. Los cristianos gentiles nunca habían estado bajo la ley, y no estaban ahora bajo ella, “porque también yo me hice como vosotros”, por eso urgió a los Gálatas que siguieran su ejemplo y evitaran el legalismo de los judaizantes. “Ningún agravio me habéis hecho” (v.12b). Aunque en su primera estadía en Galacia, a Pablo lo persiguieron los judíos, sin embargo, los creyentes de esta región no le habían hecho daño al apóstol, sino que los recibieron con entusiasmo al escuchar su predicación (comparar con. Hechos 13:42-50; 14: 19).
En los versículos 13 y 14 les recuerda como llego a ellos “a causa de una enfermedad”, y esta no fue impedimento, ni para Pablo como predicador ni a los Gálatas como receptores del mensaje, y le agrega “no me despreciasteis ni desechasteis, por la prueba que tenía en mi cuerpo”.  ¿Recrudecimiento de la oftalmia crónica que padecía (marcas de amor que le dejo Cristo cuando se le apareció camino a Damasco), o, malaria, como piensan algunos biógrafos del apóstol?”. Antes bien, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús” (v.14b). No lo rechazaron ni cuestionaron su apariencia física ni sus condiciones débiles por sus padecimientos, recibieron su mensaje con profundo  agradecimiento, como a un ángel de Dios, como a Cristo.
¿Qué había pasado? “¿Dónde, pues esta esa satisfacción que experimentabais?” (v.15 a). El apóstol señala que los Gálatas habían estado felices y contentos  con su predicación del evangelio  (comparar con Hechos 13:48), “Si hubieseis podido os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos” (v.15b), puede aludir a una enfermedad ocular que le perturbaba su visión nítida  (En 6:11 dice Mirad con cuan grandes letras os escribo…). Es extraño que ahora se hubiesen puesto en su contra. ¿Qué explicaba su cambio de actitud hacia Pablo?, Si el mensaje de la verdad del evangelio era el mismo, ¿porque ese cambio? La respuesta está en los siguientes versículos.
“Tienen celos por vosotros, pero no para bien” (v.17) ¿quiénes?, los judaizantes, quienes usaban de halagos y palabras seductoras (comparar 3:1; 5:7-8) para atraer a su causa a los fieles de Galacia. El fin principal que perseguían era, sepáralos de Pablo presentando a este como un predicador “incompleto”, con lo que lo separaban en realidad, del verdadero Evangelio  (ver 1:6-9) y por lo tanto del propio Jesucristo. Si hubieran conseguido su propósito, los Gálatas habrían tenido que rendirles pleitesía para que les permitieran circuncidarse e ingresar a la nación judía. Parecían muy complacientes, pero lo único que querían era ejercer control sobre los gálatas para reducirlos a una condición de esclavitud y dependencia de ellos y de la ley.
“Hijitos míos por quien vuelvo a sufrir dolores de parto” (v.19a). Al llamarles hijitos, Pablo quería recordarles que era él quien los había engendrado en Cristo. Sufre de nuevo “dolores de parto” por ellos, esta vez no buscando la salvación de ellos, sino más bien para que “Cristo sea formado” (v.19b) en ellos. Termina esta lección diciéndoles “quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar el tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros” (v.20). Al apóstol no le gustaba ser severo con aquellos por los que se preocupaba, pero no sabía que más hacer en esta situación, ya que no podía estar físicamente siempre con ellos.

Conclusión: Como Dios ha reconciliado por completo a los creyentes por medio de Cristo Jesús, estos están libres de condenación y de las practicas que él exigió en el pasado al pueblo del pacto (Romanos 8:1). Contrariamente falsos enseñadores, judaizantes y legalistas, presionaban a los creyentes Gálatas para que guardaran las leyes alimentarias judías y los días santos. El que está en Cristo nueva criatura es. “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo todo lo cual es sombra de lo que ha de venir…” (Colosenses 2:16-17).